Test de inteligencia
Los test de inteligencia son cuestionarios estandarizados que se utilizan para medir las capacidades cognitivas del individuo mediante la evaluación de los diferentes componentes de la inteligencia, como pueden ser la memoria, la comprensión verbal, la comprensión numérica o el razonamiento lógico, entre otros.

Descripción General
Los test de inteligencia son pruebas psicométricas que miden la capacidad cognitiva del individuo, es decir, su capacidad para razonar, asimilar ideas complejas, planificar, resolver problemas, pensar en abstracto, aprender de la experiencia y adaptarse al entorno.
Este tipo de pruebas evalúan diferentes aspectos que componen la inteligencia, como son la memoria, la comprensión verbal y numérica, la capacidad visoespacial, la velocidad de procesamiento o el razonamiento lógico y abstracto. En muchos casos, los test miden el denominado cociente o coeficiente intelectual (IQ o CI), una cifra que expresa la inteligencia de una persona en relación a su edad mental, su edad cronológica y la media de la población.
Entre los test de inteligencia más utilizados se incluyen:
- Escala Wechsler de inteligencia para adultos (WAIS): contiene 15 pruebas o subescalas y mide las habilidades verbales, no verbales y de ejecución del individuo para obtener tres puntuaciones diferentes: el CI manipulativo, el CI verbal y el CI total.
- Escala Wechsler de inteligencia para niños (WISC): es la adaptación del test anterior para niños de entre 6 y 16 años.
- Escala de inteligencia Stanford-Binet: se aplica a niños y adultos y permite obtener el CI en cuatro dimensiones (razonamiento verbal, razonamiento numérico, razonamiento visual y memoria a corto plazo) y el CI global.
- Escalas de inteligencia de Kaufman: la evaluación breve de inteligencia (K-BIT) evalúa la comprensión verbal y el razonamiento no verbal en adultos, mientras que la escala KABC mide el procesamiento mental, los conocimientos académicos y el razonamiento no verbal en niños y adolescentes.
- Test de matrices progresivas de Raven: es un test de inteligencia no verbal donde se evalúan las capacidades de percepción, observación y razonamiento analógico para medir el CI. Las pruebas consisten en completar imágenes o matrices de imágenes.
¿Cuándo están indicados?
Los test de inteligencia se utilizan principalmente para detectar diferentes condiciones en niños y adultos, tanto en el ámbito clínico como en el educativo:
- Trastornos del aprendizaje, como dislexia, discalculia o trastornos del lenguaje.
- Trastornos del neurodesarrollo, como TEA (trastornos del espectro autista) o TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad).
- Discapacidades intelectuales.
- Trastornos cognitivos adquiridos, como demencia.
- Altas capacidades.
- Necesidades educativas especiales.
¿Cómo se realizan?
Generalmente, los test de inteligencia están formados por diversas pruebas o ejercicios de dificultad creciente. Son pruebas cerradas, con opción de respuesta múltiple, en la que solo una de las opciones es correcta.
Los test pueden administrarse de forma individual o colectiva (como ocurre en evaluaciones generales que suelen realizarse en el ámbito escolar). Actualmente, además, los test pueden administrarse tanto en papel como en formato digital.
Riesgos
Los test de inteligencia son una valiosa herramienta para evaluar las habilidades cognitivas, pero no deben considerarse como única medida de la inteligencia del individuo. La inteligencia es un concepto complejo con múltiples dimensiones, y algunas de ellas no son consideradas en estos test, como pueden ser la inteligencia social, la emocional o la creatividad. Asimismo, se ha señalado que los test de inteligencia pueden tener un sesgo cultural, ya que factores como el nivel educativo, el origen social o el lenguaje pueden tener un impacto importante sobre los resultados finales.
Qué esperar de un test de inteligencia
Antes de comenzar, es fundamental comprender completamente el funcionamiento del test. Por eso, el especialista encargado de dirigirlo explica las instrucciones, que también están indicadas en el propio test.
La dificultad de las pruebas suele ser creciente, por lo que es normal que el ritmo de respuesta decaiga a medida que se avanza. Es importante contestar solo cuando se está seguro de la respuesta y no elegir la respuesta al azar, ya que esto afecta a la fiabilidad del resultado.
La duración de un test de inteligencia es variable, ya que depende de cada test y del ritmo de respuesta individual. La Escala Wechsler, por ejemplo, tiene una duración estimada de 120 minutos (90 minutos en el caso de la escala para niños), mientras que la Evaluación breve de Kaufman puede completarse en un periodo de 15 a 30 minutos y el Test de Raven tiene una duración media de 40 minutos.
Finalizado el test, el especialista que lo corrige y evalúa los resultados recoge las conclusiones y las recomendaciones pertinentes en un informe que se entrega al paciente.
Especialidades en las que se solicita un test de inteligencia
Los test de inteligencia son administrados por especialistas en psicología clínica.
Cómo prepararse
El evaluado no necesita una preparación especial previa a la realización del test. Sin embargo, si forma parte de una evaluación clínica, es probable que antes de administrar un test de inteligencia se mantenga una entrevista personal con el psicólogo clínico, que decide qué test son los más indicados para cada caso concreto.