Quirónsalud
Blog del Sº de Cirugía Oral y Maxilofacial & Unidad de Odontología y Periodoncia Hospitalaria. Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo
Dr. Javier Arias Gallo
Esta entrada la he rehecho cincuenta veces. Cada vez que la tenía casi terminada, la releía y no me convencía. Y la volvía a cambiar. La perspectiva, los argumentos, la moraleja… todo iba cambiando de una versión a otra.
Y es que me había olvidado del sesgo de selección. Para centrarnos: el sesgo de selección es el que se comete cuando consideramos que los datos que tenemos son representativos de la realidad. Por ejemplo, si hacemos una encuesta sobre hábitos dietéticos, cometeremos un sesgo de selección si sólo entrevistamos a las personas en la cola de la charcutería. El muestreo adecuado es una de las cosas más complicadas en estadística en general, y en biología y medicina en particular.
Y yo de lo que quería hablar es de las dudas en una consulta de estética. El asunto es el siguiente: yo participo esporádicamente en una plataforma online de estética, que se llama Multiestética. Tengo mi perfil como médico (en estos tiempos la publicidad es un mal necesario), y, como parte de mi tarea de promoción, contesto preguntas de los pacientes. Las preguntas se clasifican por temas, así que yo sólo contesto las dudas sobre la rinoplastia, que es el procedimiento estético en el que estoy especializado.
Pues bien, lo que ocurre es que las preguntas son casi siempre de pacientes que ya han sido atendidos por sus cirujanos o médicos estéticos, o que incluso ya han sido intervenidos. Y eso me tenía entre fascinado, intrigado, molesto e inquieto. Porque, ¿quién en su sano juicio, después de que un profesional médico le ha informado adecuadamente en persona, o le ha intervenido quirúrgicamente, se lanza a hacer una pregunta online como un náufrago lanza la proverbial botella al mar? ¿realmente le va a sacar de dudas? ¿Se ha perdido la confianza médico-paciente, así, de sopetón, y la mayoría de los pacientes están más reconfortados con unas palabras de un desconocido en una web? ¿Va a confiar más en la respuesta que uno de nosotros damos en unos minutos, a una pregunta normalmente formulada de un modo casi siempre algo confuso? Lógicamente, los pacientes no son profesionales de la estética ni de la cirugía, y nosotros no somos adivinos ni tenemos el don de la elocuencia. La verdad es que, a veces, todo el asunto tiene cierto aire de juego del teléfono escacharrado, no sé si se me entiende.
Así que ahí estaba yo, acongojado y desazonado, puliendo aquí y allá el texto final, hasta que de repente pensé en el sesgo de selección. Borré todos los borradores, valga la redundancia. Me di cuenta de que las personas que escriben en estos foros son siempre una pequeña minoría. Casi siempre personas que no han establecido un vínculo de confianza con su médico. Y el vínculo siempre tiene dos direcciones, no vayamos ahora a pensar que los médicos somos perfectos, que muchos tienen (tenemos) nuestras cositas…… Unos pocos pacientes habían sido poco o mal informados, o tenían expectativas poco realistas. Los menos, probablemente, tienen alguna complicación o secuela achacable a la intervención quirúrgica, a las manos del cirujano. Pero nada de esto podía generalizarse en modo alguno. No había ninguna manera de terminar una frase del tipo: "Los pacientes cada vez más…", o "Muchos pacientes quieren…", o incluso "Los pacientes…". Sin embargo, a poco que uno lo piense, el idioma español es tan rico en matices y sutilezas que, si eliminamos el artículo "Los", y lo sustituimos por "Hay", y decimos: "Hay pacientes que…" entonces, ahí sí podemos explayarnos. Pero será literatura, no ciencia ni atención médica, ni un blog decente.
Así que la moraleja se me escapó de las manos, mi teoría unificadora del devenir de la humanidad se fue por los suelos. Solo me quedó el alivio por haber borrado sin remedio todos los disparates que juraré que nunca hube escrito. Porque, como un compañero neurólogo me recordó hace poco: Bienaventurados los que, no teniendo nada que decir, se abstienen de demostrarlo con palabras.
Las enfermedades de la cara y al cuello son extraordinariamente importantes por afectar a zonas del cuerpo críticas en el día a día de todo ser humano. Comer, masticar, respirar sin dificultad, dormir y descansar, e incluso sonreír son actividades que damos por supuestas pero que pueden verse afectadas gravemente tras traumatismos, tumores, infecciones o por enfermedades congénitas. El cirujano maxilofacial es el especialista central en estas enfermedades. Tanto el punto de vista médico, como el quirúrgico, como la repercusión social y personal de la patología de la cabeza y cuello son importantes para atender y cuidar apropiadamente a nuestros pacientes. Sin olvidar, claro está, a los odontoestomatólogos, periodoncistas, ortodoncistas y odontopediatras con los que trabajamos en estas tareas. En este blog describimos situaciones clínicas, informamos sobre tratamientos, y reflexionamos sobre lo que significa ser médico y cirujano maxilofacial en estos tiempos de cambio y avance continuo. Todo el equipo del Servicio de Cirugía Maxilofacial estaremos encantados de atenderte.
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