Displasia de cadera
Todo sobre las causas, los síntomas y los tratamientos más eficaces para reparar la mala inserción del fémur en la cadera.
Síntomas y causas
La displasia de cadera es una malformación por la que la cabeza del fémur no se inserta adecuadamente en la cavidad ósea (acetábulo), por lo que la articulación está dislocada total o parcialmente.
Dependiendo del grado de afectación que se presente, la displasia de cadera se divide en cuatro tipos tipos:
- Displasia acetabular: el acetábulo no se forma adecuadamente, por lo que la cabeza del hueso no se inserta correctamente.
- Subluxación de cadera: la cabeza del fémur está descentrada o parcialmente fuera de la cavidad ósea.
- Luxación de cadera: la cabeza del fémur está completamente fuera del acetábulo.
- Cadera luxable: a pesar de que la cabeza del hueso está dentro de la articulación, se sale con facilidad, por lo que se vuelve inestable.
En la mayoría de los casos, la displasia de cadera es una afección congénita con la que nacen los bebés. Si se detecta a tiempo, el tratamiento temprano la corrige con relativa facilidad. Cuando no es muy clara y se tarda en detectar (displasia de cadera del adulto) el abordaje es más complejo, ya que se suele necesitar una cirugía para solucionar el problema.
Síntomas
Los síntomas de la displasia de cadera varían dependiendo de la edad del paciente:
- En bebés:
- Una pierna más larga que la otra.
- Menor flexibilidad en un ladode la cadera que en otro. Normalmente, se percibe en el cambio de pañal.
- Asimetría de las ingles o los glúteos.
- Cojera al comenzar a caminar.
- En adultos:
- Dolor al caminar, practicar deporte o permanecer mucho tiempo sentado.
- Contracturas frecuentes.
- Sensación de inestabilidad de la cadera.
- Pérdida de fuerza.
Causas
La displasia de cadera puede producirse por diferentes causas:
- Poco espacio en las últimas semanas de embarazo.
- Posición del feto en forma de ranita, es decir, con las piernas abiertas y estiradas hacia arriba.
- Poco líquido amniótico en el útero.
- Presión excesiva durante el parto.
- Falta de actividad física.
- Obesidad.
Factores de riesgo
El riesgo de displasia de cadera es mayor en los siguientes casos:
- Primer embarazo.
- Bebé grande.
- Presentación de nalgas.
- Predisposición genética.
- Mala posición en la cuna.
- Uso excesivo de la silla del coche o la mochila portabebés.
Complicaciones
Las complicaciones más habituales de la displasia de cadera son:
- Dolor crónico.
- Inestabilidad de la cadera: movimiento excesivo de la cabeza del fémur en el acetábulo.
- Desgarro del rodete acetabular: daño en el cartílago que bordea el acetábulo que provoca dolor, rigidez o bloqueo de la articulación.
- Artrosis de cadera: el roce entre la cabeza del fémur y la cavidad articular desgasta el cartílago, por lo que el movimiento se ve limitado y se produce dolor.
Prevención
No siempre es posible prevenir la displasia de cadera, ya que la mayoría de las veces los bebés nacen con esta condición. Seguir algunas recomendaciones reduce el riesgo de que los niños o adultos la desarrollen:
- Cuidar la postura de los bebés: las piernas no deben estar ni demasiado juntas ni excesivamente separadas.
- Limitar el uso de la silla del coche o los portabebés.
- Elegir productos de transporte del bebé que respeten la posición natural de la cadera.
- Mantener un peso adecuado.
- Acudir a las revisiones neonatales para detectar los primeros síntomas lo antes posible.
¿Qué médico trata la displasia de cadera?
La displasia de cadera es una enfermedad que tratan los especialistas en traumatología y cirugía ortopédica.
Diagnóstico
Por norma general, la displasia de cadera en los bebés se diagnostica en los controles pediátricos mediante un examen físico. El especialista mueve las piernas del niño en distintas direcciones para comprobar que la articulación funciona adecuadamente.
En casos difíciles de detectar y en adultos, además de evaluar la marcha, se recurre a una ecografía o una radiografía para observar anomalías estructurales o malformaciones óseas.
Tratamiento
Existen distintos tratamientos de la displasia de cadera, que se eligen en función del tipo de patología y de la edad del paciente:
- Recién nacidos: se coloca un aparato ortopédico (arnés de Pavlik) que mantiene la cabeza del fémur en el sitio adecuado. Suele dar buenos resultados después de llevarlo durante varias semanas (de seis a doce).
- Bebés mayores de seis meses: si no responden adecuadamente al uso del arnés, se procede a una reducción cerrada en la que el especialista coloca manualmente el hueso en el lugar adecuado, para llevar a cabo este procedimiento se necesita anestesia general. Una vez que la cadera está bien posicionada, se pone una escayola para impedir el movimiento durante unos dos o cuatro meses.
- Mayores de 18 meses: se procede a una reducción abierta, que es una intervención quirúrgica en la que se coloca el hueso en la posición adecuada. En estos casos, también se debe llevar una escayola para garantizar que la articulación no se mueve antes de tiempo.
La fisioterapia es eficaz tanto en recién nacidos como en la recuperación después del uso de dispositivos ortopédicos o como parte del postoperatorio. Es un abordaje en el que se fortalecen los músculos, se mejora la movilidad y se favorece el desarrollo correcto de la articulación.






































































































