Nódulo pulmonar

Información sobre las causas, los síntomas y el tratamiento para las tumoraciones localizadas en el pulmón.

Síntomas y causas

El nódulo pulmonar es una acumulación anormal de células que se forma en el pulmón. Por su definición, suele ser una lesión redondeada u ovalada, es de tamaño pequeño (no más de 3 centímetros) y, en la mayoría de los casos, se crean a partir de tejido cicatricial del revestimiento pulmonar derivado de una infección previa.

La mayoría de los nódulos pulmonares se descubren de manera casual o durante un programa de cribad, suelen ser lesiones benignas, sin carácter tumoral. Sin embargo, algunos nódulos pueden serlo.

Dependiendo de sus características radiológicas, existen dos tipos de nódulos pulmonares:

  • Nódulos sólidos: son una masa densa y uniforme.
  • Nódulos subsólidos: son menos densos y ligeramente traslúcidos. Pueden ser:
    • Nódulos no sólidos: se conocen como nódulos de vidrio esmerilado y se perciben en las imágenes como una neblina a través de la que se pueden ver los vasos sanguíneos del pulmón. En la mayoría de los casos, son transitorios y desaparecen cuando se cura la patología que los causa.
    • Nódulos semisólidos: están formados por una parte sólida y otra en forma de vidrio esmerilado.

El pronóstico de los nódulos pulmonares varía dependiendo de su naturaleza:

  • Nódulos pulmonares benignos: son los más frecuentes. Su pronóstico es muy bueno, ya que no suponen un riesgo para la salud.
  • Nódulos pulmonares malignos: están formados por células cancerosas, por lo que comprometen la vida del paciente. El pronóstico depende del estadio en el que se encuentre, aunque es habitual que se detecten en etapas tempranas y puedan tratarse con muchas garantías de curación.

La detección temprana de los nódulos pulmonares es fundamental, especialmente si son cancerosos. Por lo tanto, se recomienda a los pacientes de riesgo que acudan regularmente a la consulta para someterse a pruebas de cribado de cáncer de pulmón.

Síntomas

La mayoría de los nódulos pulmonares son asintomáticos. En algunas ocasiones aquellos de naturaleza benigna manifiestan alguno de estos síntomas:

  • Tos.
  • Fiebre.
  • Fatiga.
  • Dolor en el pecho.

Los nódulos malignos pueden ocasionar:

  • Tos persistente.
  • Tos con sangre.
  • Dolor en el pecho que se agrava al inspirar profundamente.
  • Sibilancias: sonido silbante al respirar.
  • Falta de aliento.
  • Cansancio.
  • Dificultad para respirar.
  • Pérdida de peso.

Causas

Las causas de un nódulo pulmonar son diferentes dependiendo de su naturaleza:

  • Nódulos benignos: suelen deberse a una enfermedad previa:
    • Infecciones por hongos, virus o bacterias que forman tejido cicatricial en el revestimiento del pulmón. Las más frecuentes son neumonía, tuberculosis, criptococosis, aspergilosis, embolia séptica o COVID.
    • Granulomas: las células se acumulan por el efecto del sistema inmunitario al combatir una infección o una inflamación.
    • Hamartomas: crecimiento anormal de grasa, cartílago o tejido conectivo.
    • Inflamación pulmonar.
    • Ganglios linfáticos agrandados.
    • Malformaciones de los vasos sanguíneos.
    • Nódulos cancerosos: pueden ser lesiones premalignas o tumores en sus primeros estadios. También puede tratarse de metástasis de otros tipos de cáncer que llegan al pulmón. Las causas se relacionan con los factores de riesgo de desarrollar cualquier tipo de cáncer.

Factores de riesgo

Los factores que aumentan el riesgo de tener nódulos pulmonares malignos son:

  • Tabaquismo.
  • Antecedentes familiares o personales de cáncer.
  • Exposición excesiva al radón, el amianto o ambientes contaminados.
  • Edad: la incidencia es mayor a partir de los 55 años.

Las probabilidades de que se formen nódulos benignos son mayores en personas que hayan padecido enfermedades pulmonares infecciosas o inflamatorias.

Complicaciones

No es habitual que un nódulo pulmonar, especialmente si es benigno, cause complicaciones. Cuando se producen, suelen ser:

  • Neumotórax: se acumula aire entre el pulmón y la pared torácica.
  • Fístula broncopleural: conexión anormal entre un bronquio y la cavidad pleural.
  • Insuficiencia respiratoria: los pulmones no suministran oxígeno suficiente a la sangre o son incapaces de eliminar el dióxido de carbono que llega hasta ellos.

Los nódulos pulmonares malignos pueden extenderse metastatizando a otras partes del cuerpo. Normalmente, el cáncer de pulmón se dispersa al cerebro, el hígado, los huesos, los ganglios linfáticos del tórax o las glándulas suprarrenales.

Prevención

La mejor forma de prevenir los nódulos pulmonares es seguir estas recomendaciones:

  • No fumar.
  • Evitar la exposición a agentes contaminantes.
  • Recibir tratamiento adecuado para las enfermedades pulmonares.
  • Acudir a programas de cribado de cáncer de pulmón. Normalmente, están dirigidos a mayores de 55 años que llevan más de 30 años fumando una cajetilla de tabaco diaria.

¿Qué médico trata el nódulo pulmonar?

El nódulo pulmonar se diagnostica y se trata en la especialidad de neumología.

Diagnóstico

En la mayoría de los casos, los nódulos pulmonares se detectan durante la realización de pruebas por otros motivos. Las características y la cantidad de tumoraciones se determinan con los siguientes procedimientos:

  • Radiografía de tóraxRadiografía de tóraxRadiografía : las imágenes que se obtienen permiten detectar nódulos de más de 9 milímetros de diámetro. Aunque se pueden identificar quistes de grasa o calcificados, no suele ser concluyente para conocer su naturaleza.
  • Tomografía computarizada (TC) de tórax: aunque también se utilizan rayos X, se obtienen desde distintos ángulos, por lo que se tiene una visión más detallada y tridimensional de los pulmones. Está recomendada para estudiar con detalle aquellos nódulos con más de 10 milímetros de tamaño y para detectar lesiones más pequeñas que no son perceptibles en una radiografía.
  • PET (tomografía por emisión de positrones): se utiliza una cantidad pequeña de sustancia radioactiva para observar la actividad celular, que es mayor en las células cancerosas.
  • Broncoscopia: se introduce un tubo flexible con una cámara en los bronquios para observar el interior de los pulmones. Se puede utilizar el procedimiento para tomar muestras del nódulo.
  • Biopsia de pulmón: se analizan las muestras extraídas para determinar si contienen células malignas.

La observación de los nódulos en las imágenes permite a los especialistas determinar la naturaleza de un nódulo:

  • Nódulo benigno: es pequeño y con el borde liso y bien definido. Aparece en cualquier parte del pulmón.
  • Nódulo maligno: cuanto mayor es el tamaño, más probabilidades hay de que sea canceroso. Si los bordes son lobulados, existe un riesgo medio de malignidad, mientras que los bordes espiculados indican un riesgo alto. Los tumores cancerosos aparecen mayoritariamente en el pulmón derecho, en concreto en los lóbulos superiores.

Tratamiento

El tratamiento de los nódulos pulmonares depende de cada caso. Por norma general, si no hay sospecha de malignidad, se recomienda esperar y acudir a revisiones periódicas para evaluar su evolución. Si tras varios años no hay cambios, no es necesario tratarlos.

Cuando los nódulos son cancerosos, es frecuente combinar la intervención quirúrgica con otros procedimientos para tratar de eliminar todas las células tumorales:

  • Cirugía: se extraen los nódulos mediante toracotomía (cirugía abierta) o toracoscopia (procedimiento endoscópico poco invasivo).
  • Radioterapia: se utilizan rayos X de alta energía para reducir el tamaño de los nódulos o destruir las células que no se han podido extirpar en la operación.
  • Quimioterapia: se administran fármacos químicos específicos para combatir el cáncer. Suele utilizarse en pacientes en los que se desaconseja la cirugía.
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