Quistes dentales

¿Por qué salen quistes en las muelas? Toda la información sobre los quistes dentales: causas, tipos, síntomas y tratamiento.

Síntomas y causas

Los quistes dentales, o quistes odontogénicos, son protuberancias anómalas, formadas por tejido epitelial y conectivo y rellenas de material líquido o semilíquido, que se originan a en las estructuras de los dientes. Son tumoraciones generalmente benignas, caracterizadas por un crecimiento lento y una tendencia expansiva.

Según su origen, se clasifican los siguientes tipos de quistes dentales:

  • Quistes dentales del desarrollo: surgen en dientes retenidos o que no han erupcionado.
    • Quiste gingival: se origina en la encía y no afecta al hueso.
    • Queratoquiste: aparece en el maxilar, habitualmente en la zona del tercer molar inferior (muela del juicio) y en la rama ascendente de la mandíbula. Suele presentar recurrencia.
    • Quiste dentígero o folicular: se forma alrededor de la corona de dientes no erupcionados. Es muy común.
    • Quiste de erupción: se produce en la mucosa que recubre a un diente a punto de erupcionar. Afecta generalmente a niños y adolescentes.
    • Quiste periodontal lateral: aparece adherido a la raíz de un diente erupcionado y vital. Es muy infrecuente.
    • Quiste odontogénico glandular: se produce principalmente en la parte frontal de la mandíbula. Suele alcanzar un gran tamaño, y tiene una alta tasa de recurrencia.
    • Quiste odontogénico calcificante: se forma en el maxilar superior, habitualmente en la zona de los caninos. Es muy poco frecuente y puede malignizar.
    • Quistes dentales inflamatorios: se derivan de dolencias inflamatorias.
      • Quiste radicular o periapical: se desarrolla en la punta de la raíz de un diente dañado o infectado, usualmente en los incisivos. Es el más frecuente de los quistes dentales.
      • Quiste paradental: se forma alrededor de un diente que solo ha erupcionado parcialmente, a menudo en torno a las muelas del juicio.
      • Quiste residual: suele aparecer después de la extracción de una pieza dental con un quiste radicular extirpado de forma incompleta.

Síntomas

Los quistes dentales sueles ser asintomáticos, particularmente en las primeras etapas de formación, y pueden pasar desapercibidos. Sin embargo, si el quiste se infecta o se agranda demasiado, pueden presentarse varios síntomas:

  • Protuberancia definida.
  • Enrojecimiento o decoloración de la encía.
  • Sensibilidad o sensación de presión en la zona afectada.
  • Dolor en la pieza dental donde se ubica el quiste.
  • Sangrado en la encía.

Causas

Los quistes dentales de desarrollo surgen a partir de los restos de los tejidos y estructuras formados durante la odontogénesis, esto es, la etapa de desarrollo de la dentición. Esos restos epiteliales pueden estimularse y proliferar de forma espontánea, dando lugar al quiste. En el caso de los quistes dentales inflamatorios, es una infección o un proceso inflamatorio, como caries, necrosis pulpar o periodontitis, lo que induce la proliferación de los restos epiteliales y la consecuente formación de quistes.

Factores de riesgo

Entre los factores que aumentan el riesgo de desarrollar quistes dentales se encuentran los siguientes:

  • Presencia de infección o inflamación crónica en la boca.
  • Higiene oral deficiente: favorece la aparición de infecciones bucales.
  • Traumatismos dentales: pueden causar necrosis pulpar.
  • Anomalías en el desarrollo de los dientes.
  • Quistes dentales previos.
  • Enfermedades que alteran la respuesta inflamatoria, como la diabetes o los trastornos autoinmunes.
  • Genética: algunas condiciones hereditarias, como el síndrome de Gorlin, tienen mayor predisposición a desarrollar tumores.

Complicaciones

Aunque suele tratarse de tumoraciones benignas, dependiendo de su localización y su tamaño los quistes dentales pueden causar problemas si no son tratados. Si crecen demasiado pueden llegar a causar la resorción del hueso maxilar o mandibular, debilitando significativamente su estructura y, si se produce la reabsorción en una raíz, se puede perder la pieza dental. Los quistes dentales también pueden acarrear el desplazamiento de los dientes circundantes y, en niños, pueden interferir con el desarrollo y la erupción de la dentición permanente. Asimismo, su crecimiento excesivo puede llegar a comprimir los nervios cercanos, provocando dolor y hormigueo constante. Además, es posible que el quiste se infecte y se forme un absceso purulento.

Prevención

Se pueden tomar diferentes medias para prevenir los quistes dentales:

  • Mantener una higiene bucal adecuada.
  • Tratar los procesos inflamatorios e infecciosos de la boca.
  • Visitar regularmente la consulta odontológica para detectar y tratar lesiones o infecciones e identificar quistes precozmente.

¿Qué médico trata los quistes dentales?

Los quistes dentales son diagnosticados y tratados por los especialistas en odontología y cirugía oral y maxilofacial.

Diagnóstico

Generalmente, los quistes dentales se confirman con las siguientes pruebas:

  • Exploración física de la cavidad bucal, para apreciar la presencia de protuberancias y el nivel de dolor o sensibilidad.
  • Radiografía periapicalRadiografía periapicalRadiografía o panorámica de la cavidad bucal, para confirmar el tamaño y la ubicación del quiste en el hueso. Si se necesita una imagen más detallada del volumen de la lesión o de la afectación estructural, se puede recurrir a la tomografía computarizada.

Tratamiento

El tratamiento varía en función del tipo de quiste dental y de su gravedad:

  • Endodoncia: en quistes pequeños causados por infección pulpar, se puede realizar un tratamiento del conducto radicular para eliminar la infección y preservar el diente.
  • Enucleación o quistectomía: extirpación completa del quiste, despegándolo de la superficie ósea. Se puede realizar una biopsia del quiste extraído, para examinar sus células y confirmar su naturaleza benigna.
  • Marsupialización: consiste en drenar el quiste mediante una incisión y mantener la apertura abierta, con un taponamiento, para que se forme tejido nuevo y cicatrice.
  • Resección ósea: junto con el quiste, se extirpa la zona ósea circundante para eliminar todo el tejido epitelial periférico y evitar la recidiva. Si el área ósea extirpada es muy grande, puede ser necesario realizar una reconstrucción ósea posterior.
  • Administración de antibióticos y antisépticos, tanto en el caso de infección subyacente como para evitar la infección postquirúrgica y favorecer la cicatrización.
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