Angiografía por cateterismo
La angiografía es una técnica diagnóstica que combina la aplicación de rayos X con la inyección de un material de contraste a través de un catéter, una sonda fina y flexible, para obtener imágenes detalladas de los vasos sanguíneos del organismo.

Descripción General
La angiografía es una prueba diagnóstica que permite el estudio del sistema vascular mediante la obtención de una imagen detallada (angiograma) de los vasos sanguíneos. En función de cuál sea el objeto de estudio, se distinguen dos tipos de angiografías:
- Arteriografía: estudio de las arterias.
- Venografía: estudio de las venas.
La angiografía combina el uso de rayos X y la inyección de un material de contraste radiológico (generalmente, un compuesto yodado) que permite la visualización de los vasos sanguíneos ya que, al tener la sangre misma densidad que el resto de tejidos blandos circundantes, no son visibles en una radiografía convencional. En una angiografía por cateterismo, el contraste se inyecta a través de un catéter, que es una sonda muy fina y flexible, insertado en el vaso sanguíneo y las imágenes se obtienen mediante radiografía.
¿Cuándo está indicada?
Una angiografía permite visualizar con precisión los vasos sanguíneos y detectar cualquier anomalía o trastorno circulatorio, entre ellos:
- Coágulos sanguíneos.
- Malformaciones arteriovenosas.
- Estenosis arterial por acumulación de placa aterosclerótica.
- Aneurismas.
- Inflamación de los vasos sanguíneos (vasculitis).
- Disecciones o desgarros de la pared arterial.
La angiografía por cateterismo, además, se utiliza con fines terapéuticos, como por ejemplo:
- Dilatación de arterias estrechadas.
- Reparación de vasos sanguíneos, como la colocación de endoprótesis vasculares (stents) o de balones intraarteriales.
- Evaluación de las venas varicosas antes de la intervención quirúrgica.
- Extracción de coágulos.
- Bloqueo del flujo sanguíneo hacia un tumor o malformación arteriovenosa.
¿Cómo se realiza?
La angiografía por cateterismo se realiza en la sala de radiología. Para comenzar, se practica una pequeña incisión en la ingle, el cuello o el brazo para insertar una vaina plástica hueca a través de la que se introduce el catéter en el vaso sanguíneo. El médico desplaza este catéter hasta la arteria o la vena objeto de estudio, guiándose por imágenes radiográficas obtenidas en tiempo real. Una vez en la zona objeto de estudio, se inyecta el agente de contraste y se toman varias radiografías del sistema vascular.
Riesgos
La angiografía es una prueba invasiva que, aunque es segura y eficaz, no está exenta de riesgos. En ocasiones, el material de contraste puede provocar una reacción alérgica leve, con náuseas o erupción cutánea. De forma muy excepcional, la reacción puede ser más grave y llegar a la anafilaxis. Asimismo, si se padece diabetes o enfermedad renal, se corre el riesgo de dañar los riñones con el contraste.
La inserción del catéter puede llegar a perforar o diseccionar la arteria, aunque es algo muy infrecuente. De la misma forma, existe un riesgo leve de que se forme un coágulo sanguíneo alrededor de la punta del catéter o de que la incisión practicada se infecte.
Además, la radiografía implica una exposición a radiación, lo que se ha relacionado con el riesgo de desarrollar un cáncer. Aunque se trata de una exposición mayor que en el caso de una radiografía simple, los beneficios de obtener un diagnóstico preciso superan el riesgo asociado.
Qué esperar de una angiografía
Antes de proceder con la prueba, el paciente se debe quitar la ropa y los objetos metálicos, colocarse la bata que se le proporciona y tumbarse boca arriba sobre la camilla. Las constantes vitales son monitorizadas durante todo el procedimiento.
Antes de empezar, al paciente se le administra un sedante que lo mantendrá relajado pero consciente durante el procedimiento. Después de rasurar y desinfectar la zona donde se va a realizar la incisión para introducir el catéter, se inyecta un anestésico local. En el momento de hacer esta incisión, se percibe una ligera presión sobre la zona, aunque no sentirá nada mientras el catéter se desplaza por los vasos sanguíneos.
Cuando se inyecta el contraste, se suele notar una sensación de calor o quemazón y un sabor metálico durante unos segundos. Mientras se toman las imágenes, el paciente debe permanecer inmóvil para evitar que se vean borrosas. Es posible que se pida aguantar la respiración.
Una angiografía dura generalmente entre 30 y 90 minutos, según el estudio concreto. Una vez finalizada, se retira el catéter y se aplica presión sobre la incisión durante 10 o 20 minutos para detener el sangrado. Si se ha insertado el catéter por la ingle, el paciente debe permanecer entre seis y ocho horas en observación con la pierna inmóvil para favorecer la cicatrización (es posible que se quede ingresado durante la noche), revisar el estado de la incisión y controlar las constantes del paciente.
Se recomienda la ingesta de líquido en abundancia para facilitar la eliminación del contraste mediante la orina. Se debe evitar el ejercicio físico intenso durante los tres días siguientes al procedimiento.
Especialidades en las que se solicita la angiografía
La angiografía por cateterismo se solicita principalmente en las consultas de cardiología, neurología y angiología y cirugía vascular.
Cómo prepararse
Antes de realizar una angiografía por cateterismo, se requiere una analítica de sangre para comprobar el estado de coagulación y la función renal. Además, el paciente debe informar al médico si existen antecedentes de alergia al yodo u otros materiales de contraste, en cuyo caso se administrarán fármacos esteroideos o antihistamínicos antes de la prueba. Además, el médico debe saber si la paciente está embarazada, porque el feto es especialmente sensible a la radiación.
Durante las horas previas al estudio se debe guardar ayuno completo. Si se toman medicamentos anticoagulantes, es probable que se deba modificar o suspender el tratamiento unos días antes para reducir el riesgo de sangrado.
Además, es recomendable acudir al centro médico con ropa cómoda y sin objetos metálicos, ya que el metal interfiere en las imágenes.