Angiografía cerebral

La angiografía cerebral es un método diagnóstico que ofrece imágenes detalladas de los vasos sanguíneos del interior del cráneo, combinando el uso de rayos X con la inyección de un material de contraste a través de un catéter que se desplaza hasta el cerebro.

Diagnóstico por imagenDiagnóstico por imagen

Descripción General

Una angiografía cerebral es un procedimiento por el que se obtienen imágenes precisas y detalladas de los vasos sanguíneos intracraneales. Para ello, se inyecta material de contraste a través de un catéter (una sonda fina y flexible) y se toman imágenes mediante un aparato de rayos X.

Asimismo, la angiografía cerebral puede utilizarse para realizar ciertos tratamientos conjuntamente con la exploración, ya que el catéter puede incorporar el instrumental necesario para ello.

¿Cuándo está indicada?

Una arteriografía cerebral permite detectar y caracterizar cualquier anomalía en los vasos sanguíneos del cerebro, entre las que se incluyen:

  • Aneurismas.
  • Hemorragias cerebrales.
  • Estrechamiento arterial por acumulación de placa aterosclerótica.
  • Malformaciones arteriovenosas, como nudos de vasos sanguíneos dilatados.
  • Inflamación de los vasos sanguíneos (vasculitis).
  • Quistes o tumores.
  • Disecciones arteriales.
  • Coágulos sanguíneos.
  • Accidentes cerebrovasculares.

La angiografía cerebral, por tanto, puede indicarse si el paciente experimenta síntomas como:

  • Cefaleas severas.
  • Mareos.
  • Visión doble o borrosa.
  • Entumecimiento o debilidad.
  • Convulsiones.
  • Dificultades con el habla.
  • Pérdida de coordinación o equilibrio.

Además, durante la angiografía cerebral pueden llevarse a cabo procedimientos específicos para tratar determinados trastornos sin necesidad de cirugía, como por ejemplo:

  • Inserción de una endoprótesis (stent) para ensanchar arterias estrechadas.
  • Reparación de un aneurisma mediante embolización.
  • Administración de fármacos para disolver un coágulo.
  • Extracción de un coágulo por aspiración.

¿Cómo se realiza?

Para realizar la angiografía cerebral, se introduce un catéter en una arteria a través de una pequeña incisión, practicada generalmente en la ingle o el brazo. El catéter se desplaza hasta el cerebro, utilizando las imágenes radiográficas como guía. Una vez allí, se inyecta un material de contraste a base de yodo a través del catéter para poder visualizar los vasos sanguíneos que, al tener la misma densidad que los tejidos blandos circundantes, no son visibles en un examen radiológico convencional. Así, se toman varias radiografías del sistema vascular del cerebro (angiogramas cerebrales).

En ocasiones, las imágenes son manipuladas digitalmente para eliminar el hueso del cráneo, que aparece superpuesto e interfiere en la visión de los vasos. Este procedimiento se conoce como angiografía por sustracción digital intraarterial (IADSA).

Asimismo, existe la posibilidad de realizar una angiografía cerebral no invasiva, sin catéteres, mediante una resonancia magnética y la inyección intravenosa del material de contraste (en este caso, gadolinio). Sin embargo, las imágenes obtenidas con la angiografía cerebral por cateterismo suelen ser más precisas.

Riesgos

Si bien se trata de una prueba mínimamente invasiva, un cateterismo cerebral no está exento de riesgos, aunque las complicaciones solo se dan un número reducido de casos: reacción alérgica al material de contraste, daño renal debido este contraste (especialmente, en personas con diabetes o patologías renales), hemorragias en el lugar donde se inserta el catéter, infección de la incisión, formación de coágulos alrededor del extremo del catéter, lesiones arteriales causadas por el desplazamiento de la sonda, accidente cerebrovascular, si se bloquea el flujo sanguíneo por un coágulo o por placa de la pared arterial desprendida a causa del catéter.

Los rayos X, además, son una forma de radiación, asociada al riesgo de desarrollar cáncer u otros problemas de salud. Sin embargo, dada la dosis de radiación empleada, los beneficios de realizar la prueba superan el posible riesgo.

Qué esperar de una angiografía cerebral

Después de quitarse la ropa y los objetos metálicos, el paciente se viste con la bata que se le proporciona y se tumba sobre la mesa de examen de la sala de radiología, donde se le inmoviliza la cabeza mediante una correa o un soporte de espuma. Una vez situado, se le colocan electrodos (parches adhesivos) con los que se monitoriza la presión arterial y el ritmo cardiaco durante todo el procedimiento. Es posible que se administre un sedante para mantener al paciente relajado.

Se desinfecta y rasura, si es necesario, la zona de inserción del catéter. Antes de practicar la incisión, se inyecta un anestésico local para evitar dolores durante el procedimiento (en algunos pacientes es preciso administrar anestesia general). Durante la inserción del catéter se puede notar presión y, mientras el contraste se desplaza por el torrente sanguíneo, el paciente suele sentir una breve sensación de calor.

El procedimiento completo puede durar entre una y tres horas, en función de si se realizan otros tratamientos junto con la exploración. Una vez finalizada la prueba, se extrae el catéter y se aplica presión sobre la incisión durante unos minutos para impedir el sangrado y favorecer la cicatrización. Asimismo, si el catéter se introduce a través de la ingle, es necesario que el paciente permanezca en reposo y sin mover la pierna durante varias horas para que la incisión pueda cerrarse (es posible que deba pasar la noche en el hospital). También es conveniente ingerir mucho líquido, para acelerar la eliminación del contraste por la orina.

Especialidades en las que se solicita la angiografía cerebral

La angiografía cerebral se solicita en las consultas de neurología y angiología y cirugía vascular.

Cómo prepararse

Es habitual realizar una analítica de sangre para comprobar la función renal y la coagulación antes de practicar una angiografía cerebral. También se indica el ayuno completo durante las seis u ocho horas previas a la prueba. Asimismo, es recomendable acudir sin ningún objeto, ya que el metal es visible en las imágenes por rayos X y puede interferir en el diagnóstico.

Además, el paciente debe firmar un formulario de consentimiento e informar al especialista en los siguientes casos:

  • Tratamiento con anticoagulantes: debe suspenderse o modificarse unos días antes para minimizar el riesgo de sangrado.
  • Diabetes o problemas de función renal: en este caso, se reconsidera la opción de utilizar material de contraste.
  • Antecedentes de alergia al yodo: es probable que se le administren corticoides o antihistamínicos antes de realizar la prueba.
  • Embarazo: un feto es muy sensible a la radiación, por lo que debe utilizarse un delantal de plomo sobre el abdomen como protección.