Ecografía transvaginal
La ecografía transvaginal se utiliza para observar los órganos de la cavidad pélvica. Para obtener imágenes con mayor detalle, que se consiguen utilizando ultrasonidos, se introduce una sonda de pequeño tamaño a través de la vagina.

Descripción General
Una ecografía transvaginal es un procedimiento por el que se obtienen imágenes de los órganos de la cavidad pélvica utilizando un transductor de pequeño tamaño que se introduce a través de la vagina. Al igual que las ecografías convencionales, se utilizan ondas de ultrasonido que inciden en los tejidos y provocan un eco que se traduce en imágenes con el uso de un ordenador.
La ecografía vaginal se utiliza en aquellos casos en los que se necesita un mayor detalle que el que ofrece una ecografía abdominal. Con este procedimiento, las imágenes son más claras, pero se dispone de menor capacidad de movimiento, por lo que se obtienen desde menos ángulos.
Este procedimiento se utiliza para observar:
- Útero.
- Cérvix o cuello del útero.
- Vagina.
- Ovarios.
- Trompas de Falopio.
- Presencia de embarazo, especialmente en las primeras semanas.
- Localización de la placenta, en caso de gestación de riesgo.
¿Cuándo está indicada?
La ecografía transvaginal se utiliza en mujeres adultas y adolescentes sexualmente activas como parte de la exploración ginecológica rutinaria que controla el estado de los ovarios y el útero. También se utiliza durante el embarazo para determinar la edad embrionaria, comprobar la longitud del cuello del útero o determinar la posición de la placenta.
Este procedimiento está especialmente indicado cuando se manifiesta dolor pélvico o sangrado anormal y sirve para contribuir al diagnóstico de:
- Quistes.
- Miomas.
- Pólipos.
- Tumores benignos o cancerosos.
- Infecciones.
- Embarazo ectópico.
- Embarazo uterino.
- Obstrucciones o malformaciones anatómicas del útero o las trompas de Falopio que puedan causar infertilidad.
- Engrosamiento del endometrio.
¿Cómo se realiza?
Para hacer una ecografía transvaginal se utiliza un dispositivo de tamaño pequeño con una protección de látex que garantiza la higiene. Para facilitar su introducción a través de la vagina, se extiende gel acuoso en la superficie.
Una vez colocado el transductor, el especialista lo mueve ligeramente para obtener las imágenes necesarias, que se ven en la pantalla de un ordenador.
Riesgos
La ecografía vaginal no supone un riesgo para la salud, ni siquiera en casos de embarazo. No existe ninguna relación entre este tipo de procedimiento y la posibilidad de tener un aborto.
En muy raras ocasiones se puede experimentar un ligero sangrado después de la exploración.
Qué esperar de una ecografía transvaginal
Para hacer una ecografía transvaginal, la paciente se tumba en una camilla ginecológica sin ropa interior, por lo que se facilita una bata o una sábana para que pueda cubrirse.
Es posible notar alguna molestia cuando se introduce el transductor, al igual que cuando se mueve para obtener las imágenes, pero no llega a ser dolorosa.
La ecografía vaginal se realiza de forma ambulatoria, sin que sea necesaria la hospitalización ni antes ni después del procedimiento. Suele durar entre 15 y 30 minutos. Las imágenes se ven en tiempo real en el monitor, por lo que los resultados se obtienen durante el desarrollo de la prueba.
Especialidades en las que se solicita una ecografía transvaginal
Las ecografías transvaginales se realizan en la especialidad de ginecología y obstetricia.
Cómo prepararse
Para esta prueba no es necesaria ninguna preparación especial, ni siquiera acudir con la vejiga llena.