Otoscopia
La otoscopia consiste en explorar visualmente el oído externo y la membrana timpánica a través de un otoscopio, un dispositivo que incorpora una luz y una lente de aumento.

Descripción General
Una otoscopia es una exploración física del oído que permite visualizar el oído externo (el pabellón y el conducto auditivos) y la membrana timpánica. Es una prueba diagnóstica básica dentro de un estudio de salud auditiva.
La otoscopia muestra diversos aspectos del funcionamiento del oído:
- Movilidad de la membrana timpánica en respuesta a las vibraciones.
- Posición de la membrana timpánica (normal, retraída o abombada).
- Color y apariencia: el conducto auditivo externo normal tiene un color rosado y no hay cerumen excesivo. Una membrana timpánica sana es traslúcida y tiene un tono blanquecino.
- Triángulo luminoso: brillo producido por el reflejo de la luz en la membrana timpánica
¿Cuándo está indicada?
La otoscopia puede formar parte de un chequeo médico rutinario o indicarse cuando el paciente presenta síntomas de algún problema en el oído, como dolor, secreción, sensación de presión o problemas de audición. Así, la otoscopia permite detectar:
- Infecciones en el oído externo o en el oído medio (otitis).
- Perforaciones timpánicas.
- Colesteatomas (quistes benignos).
- Presencia de cuerpos extraños.
- Tapones de cera.
- Otoesclerosis (crecimiento óseo anormal en el oído medio).
¿Cómo se realiza?
La otoscopia se realiza con un dispositivo denominado otoscopio, un instrumento alargado que cuenta con un cabezal formado por una fuente de iluminación y una lente de aumento. En la parte frontal del cabezal se incorpora un cono de plástico desechable, que se introduce en el orificio de la oreja para visualizar el interior del oído a través de la lente, la cual ofrece una imagen aumentada que permite observar cualquier anomalía. Generalmente, se realiza una otoscopia bilateral, esto es, se examinan los dos oídos.
Para evaluar la movilidad de la membrana timpánica, se realiza una otoscopia neumática: consiste en acoplar al otoscopio una pequeña pera de goma o caucho (pera de Siegel) para insuflar aire a la membrana y observar su vibración ante el cambio de presión.
También es posible realizar una videotoscopia, utilizando un tipo especial de otoscopio que incorpora una cámara de vídeo en el extremo del cabezal. La videotoscopia permite tomar imágenes en tiempo real de alta calidad y transmitirlas en el monitor asociado.
Riesgos
La otoscopia es un procedimiento sencillo que no suele implicar riesgos. Entre las posibles complicaciones se incluyen:
- Transmisión de la infección de un oído a otro por el uso del otoscopio.
- Perforación timpánica causada por el cabezal del otoscopio (muy infrecuente).
Qué esperar de una otoscopia
La otoscopia se realiza con el paciente sentado con la cabeza ligeramente inclinada hacia el oído que no está siendo explorado. Antes de comenzar, el especialista palpa y examina la parte externa de la oreja y los alrededores del conducto auditivo. Al introducir el otoscopio en el oído, tirará de la oreja suavemente hacia arriba y hacia atrás, para enderezar el conducto auditivo y facilitar la exploración. Finalizado el examen en un oído, se limpia el cabezal del otoscopio antes de repetir el procedimiento en el otro, para evitar la transmisión en caso de infección.
La otoscopia es un procedimiento generalmente indoloro, aunque es posible sentir dolor e irritación tras la exploración, especialmente en los casos de infección, así como notar una sensación de presión en el oído durante la otoscopia neumática. Se trata también de una prueba muy rápida, cuya duración no suele superar los 10 minutos.
Especialidades en las que se solicita la otoscopia
La otoscopia se solicita en las consultas de medicina general, medicina interna y otorrinolaringología.
Cómo prepararse
El paciente no necesita una preparación específica antes de la otoscopia.