Tomografía axial computarizada de cráneo

El TAC craneal ofrece imágenes nítidas del interior de la cabeza para diagnosticar patologías o preparar cirugías. Es una prueba no invasiva e indolora que utiliza una cantidad muy baja de radiación.

Tomografía axial computarizada de cráneoTomografía axial computarizada de cráneo

Descripción General

La tomografía axial computarizada (TAC) de cráneo, también llamada TAC de cabeza, es una prueba de imagen que se utiliza para observar el estado de las estructuras y los tejidos que se encuentran en la cabeza. Es un procedimiento no invasivo en el que se utiliza una cantidad muy pequeña de radiación, por lo que no supone un riesgo para la salud.

En un TAC craneal se obtienen imágenes detalladas de los siguientes tejidos:

  • Los ocho huesos que forman el cráneo (frontal, parietales, temporales, occipital, esfenoides y etmoides).
  • El cerebro.
  • Los vasos sanguíneos.

Además de ser una herramienta útil para diagnosticar enfermedades, el TAC de cabeza se utiliza para preparar cirugías o evaluar la eficacia de un tratamiento.

¿Cuándo está indicada?

El TAC de cráneo se utiliza en pacientes que han sufrido traumatismos en la cabeza o que presentan síntomas como dolor de cabeza, convulsiones, desmayos, adormecimiento de una parte del cuerpo, pérdida de audición o dificultades para hablar.

Con un TAC de cabeza se pueden diagnosticar distintas alteraciones o enfermedades. Por ejemplo:

  • Fracturas craneales.
  • Malformaciones.
  • Infección.
  • Derrames.
  • Aneurisma.
  • Lesiones cerebrales.
  • Tumores cancerosos.
  • Hidrocefalia.
  • Apoplejía.
  • Accidente cerebrovascular.
  • Parálisis cerebral.

El TAC craneal está contraindicado en embarazadas y mujeres en periodo de lactancia, así como en pacientes pediátricos, ya que la radiación afecta a los niños en mayor medida. En estos casos, se evalúa cada situación concreta y se busca una prueba alternativa. Si es necesario utilizar contraste, se desaconseja en pacientes con enfermedades cardiacas, renales o tiroideas.

¿Cómo se realiza?

En un TAC de cráneo se utiliza un escáner con forma de tubo para captar las imágenes. Para hacerlo, se emiten haces de rayos X desde distintos ángulos para que la radiación atraviese los tejidos y, cuando sale del cuerpo, quede reflejada en una placa en forma de imágenes. Dependiendo de la cantidad de radiación que absorbe cada tejido, en función de sus características, se manifiesta en un tono de gris más o menos claro.

Cada imagen representa un corte bidimensional de entre uno y diez milímetros de grosor. Cuando estas placas se superponen, se consigue una visión tridimensional del interior del cráneo.

El uso de contraste permite que aquellas células que captan mayor cantidad de sustancia (vasos sanguíneos, tumores cancerosos, tejidos inflamados, infecciones) se vean con un tono brillante que hace más fácil su identificación.

Riesgos

La exposición prolongada a la radiación puede aumentar el riesgo de padecer un cáncer en el futuro. Pero, cuando se hace una tomografía axial computarizada de cabeza de forma puntual, este riesgo es mínimo. Un TAC craneal con y sin contraste tiene una dosis aproximada de 3,2 milisievert, que es el equivalente a la radiación natural de fondo (radiación presente en la naturaleza sin elementos contaminantes) para 13 meses.

En muy pocos casos, se produce alergia al material de contraste que se muestra con síntomas como picor, enrojecimiento o dolor de cabeza.

Qué esperar de un TAC craneal

El paciente se pone la bata hospitalaria para entrar en la sala de radiología. Además, debe firmar un consentimiento informado y dejar en una habitación contigua los objetos metálicos que haya llevado. Por ejemplo, gafas, audífonos o dentadura postiza.

Para someterse a la prueba, el paciente se tumba bocarriba en una camilla que se desliza hacia el interior del tubo. Mientras el procedimiento, se oyen ruidos leves que no llegan a ser molestos y se percibe el movimiento de la camilla hacia delante y hacia atrás. Cuando se han tomado las imágenes desde todos los ángulos, se inyecta en una vena del brazo la sustancia de contraste. En este momento, además del pinchazo de la aguja, es normal que se produzcan taquicardias y una sensación intensa de calor en el pecho, el brazo y los genitales. Esta reacción es normal ante el contraste y se pasa en pocos minutos. Finalmente, se vuelven a tomar las imágenes.

Mientras se emite la radiación, el personal sanitario sale de la sala. En este tiempo, el paciente está constantemente vigilado a través de una ventana, además de contar con un micrófono que permite comunicarse con los especialistas si es necesario.

Es necesario que el paciente esté lo más quieto posible mientras se hace el TAC de cabeza, que dura entre diez y treinta minutos, para que las imágenes sean nítidas.

Especialidades en las que se solicita el TAC craneal

Los radiólogos son los especialistas que llevan a cabo el procedimiento de un TAC de cráneo. Esta prueba se solicita en las especialidades de oncología, neurología y neurocirugía.

Cómo prepararse

Solamente se necesita hacer ayuno antes de un TAC de cráneo con contraste. Si se trata de una prueba simple no se requiere una preparación especial.

El día de la prueba, es conveniente vestir ropa cómoda que sea fácil de quitar y dejar los objetos metálicos en casa. Se recomienda acudir a la cita sin maquillaje porque algunos cosméticos contienen metal en su composición.