Tomografía axial computarizada de pelvis

El TAC de pelvis permite observar las estructuras del interior de la pelvis en imágenes tridimensionales tomadas con rayos X. Es un procedimiento no invasivo que no pone en riesgo la salud del paciente.

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Descripción General

La tomografía axial computarizada (TAC) de pelvis es un procedimiento médico que utiliza rayos X para tomar imágenes desde diversos ángulos de las estructuras de la zona pélvica, es decir, ubicadas debajo del abdomen y entre los huesos de la cadera. Es una técnica no invasiva en la que se utiliza una cantidad mínima de radiación, por lo que es segura para los pacientes.

En un TAC pélvico, se pueden ver los siguientes tejidos:

  • Huesos: sacro, ilion, isquion, pubis y coxis.
  • Órganos:
    • TAC pélvico general: vejiga, parte del intestino grueso (colon y recto).
    • TAC pélvico en hombre: próstata.
    • TAC pélvico en mujer: útero y ovarios.
  • Vasos sanguíneos: arteria ilíaca (interna y externa), vena ilíaca (interna y externa), vena cava inferior, vena epigástrica inferior.
  • Tejidos blandos: músculos, grasa y tejido conectivo.

Además de utilizarse para diagnosticar enfermedades, el TAC de pelvis sirve para planificar cirugías y comprobar la eficacia de los tratamientos. En muchos casos, se combina con el TAC de abdomen para tener una visión más extensa de la anatomía del paciente.

¿Cuándo está indicada?

El TAC de pelvis está indicado en pacientes que muestran síntomas de alguna de las siguientes patologías:

  • Infección.
  • Abscesos (inflamación y acumulación de pus como consecuencia de una infección).
  • Tumores cancerosos.
  • Quistes benignos.
  • Malformaciones congénitas.
  • Enfermedad de Crohn.
  • Colitis ulcerosa.
  • Fracturas óseas.

La tomografía axial computarizada de pelvis está contraindicada en embarazadas y mujeres en periodo de lactancia. Además, se desaconseja el uso de contraste en pacientes con enfermedad renal, cardiaca o tiroidea.

¿Cómo se realiza?

El TAC de pelvis se hace con el paciente tumbado bocarriba en la camilla, alrededor de la que gira el aparato que emite los rayos X y, a su vez, los recoge en una placa después de haber atravesado el cuerpo. Una computadora transforma en imágenes la radiación expulsada, que se representa en tonos más claros o más oscuros dependiendo de su cantidad.

Como se toman imágenes desde ángulos distintos, cortes de entre uno y diez milímetros de grosor, se puede ver una representación tridimensional de la pelvis cuando se superponen.

El uso de contraste permite distinguir mejor algunos tejidos, ya que aquellos que lo absorben en mayor medida se ven de color más brillante en las imágenes. Normalmente, son los vasos sanguíneos y los tumores cancerosos.

Riesgos

La exposición a la radiación es muy baja en un TAC de pelvis, por lo que no supone un riesgo para el paciente. Normalmente, se necesita una dosis de unos 10 milisievert que equivale a la radiación natural de fondo (la presente en el entorno de forma natural) para 3 años aproximadamente. No obstante, pueden aumentar las posibilidades de padecer un cáncer en el futuro si se somete a múltiples pruebas de este tipo.

En raras ocasiones, el contraste produce una reacción alérgica que se manifiesta en forma de erupción, picor y dolor de cabeza.


Qué esperar de un TAC de pelvis

El paciente se viste con la bata hospitalaria y se quita los objetos metálicos que haya llevado puestos (gafas, dentadura postiza, audífonos). Después, entra en la sala de radiodiagnóstico y se tumba en la camilla.

Es normal sentir un ligero pinchazo cuando se inyecta el contraste, en una vena periférica, así como taquicardia y una sensación inmediata y transitoria de calor intenso en el brazo, el pecho y los genitales.

El paciente debe permanecer completamente quieto durante los 20 minutos que dura la prueba para que las imágenes se vean nítidas. Una vez finalizado el TAC pélvico, puede volver a la rutina sin necesidad de hacer reposo.

Especialidades en las que se solicita el TAC de pelvis

El TAC de pelvis se lleva a cabo por los radiólogos a petición de los especialistas en medicina interna, medicina intensiva, cirugía ortopédica y traumatología, oncología, ginecología, urología o cirugía general y aparato digestivo.

Cómo prepararse

Es necesario hacer ayuno de seis horas antes de someterse a un TAC de pelvis, independientemente de si se utiliza contraste o no.

Para facilitar el desarrollo de la prueba, se recomienda acudir a la cita con ropa fácil de quitar y sin objetos metálicos ni maquillaje.