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Blog del equipo de Cardiología del Hospital La Luz

  • Tengo pericarditis. ¿Qué debo saber?

    PericarditisImagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contextoPericarditis

    Desde el inicio de la pandemia del Covid 19, la existencia de la pericarditis y la miopericarditis se han hecho más conocidas entre la población. Por tanto, es interesante la difusión del conocimiento de conceptos básicos sobre dichas enfermedades para su reconocimiento precoz y tratamiento.

    ¿Qué es la pericarditis?

    La pericarditis es la inflamación de las capas del pericardio, un tejido delgado que envuelve el corazón. Esta inflamación tiene causas diversas, como:

    - Idiopática (sin causa específica diagnosticada).

    - Infecciones, principalmente de origen viral en nuestro entorno (como el Covid 19).

    - Inflamación reaccionaria a lesión del músculo cardiaco, (síndrome post infarto agudo de miocardio o post cirugía cardiaca).

    - Enfermedades inflamatorias como el Lupus o la Artritis Reumatoide.

    - Trauma en el corazón o en el tórax.

    - Enfermedades crónicas, como la enfermedad renal crónica o el cáncer.

    La etiología viral es más frecuente en países en desarrollo (pericarditis tuberculosa) y la pericarditis idiopática es la forma más común encontrada en el resto del mundo.

    El término miopericarditis incluye la inflamación del músculo cardiaco además del tejido pericárdico.

    ¿Cuáles son los síntomas de la pericarditis?

    El dolor en la zona torácica es el síntoma más común de la pericarditis. El dolor típico suele ser agudo o punzante, del lado izquierdo del pecho o por detrás del esternón. El dolor puede empeorar con la inspiración profunda, tos o con estar acostado y puede extenderse hasta el hombro izquierdo o al cuello. Sin embargo, también hay pacientes que presentan dolor torácico persistente, tipo presión.

    Otros síntomas que pueden estar asociados al dolor torácico en el diagnóstico de la pericarditis son:

    - Dolor de garganta o síntomas de constipado leve en los días que anteceden la aparición del dolor torácico (en el caso de las pericarditis por virus);

    - Fiebre o febrícula.

    - Palpitaciones.

    - Cansancio y debilidad general.

    - Fatiga o falta de aire a los esfuerzos.


    ¿Cómo es la evolución de una pericarditis?

    La mayoría de las pericarditis suele ser leve y desaparece sin tratamiento. Muchas veces el diagnóstico de una pericarditis o miopericarditis se da tardíamente en una prueba de imagen como es la resonancia cardiaca sin el paciente haberse dado cuenta de haber pasado la enfermedad.

    En los casos más severos, la pericarditis puede requerir la administración de medicamentos y el reposo físico. En una minoría de pacientes, requiere intervención quirúrgica en casos de complicaciones como es el derrame pericárdico severo.

    La duración de la sintomatología puede variar según el desarrollo de la enfermedad en cada paciente y agrupa los casos en:

    - Pericarditis aguda: duración inferior a tres semanas.

    - Pericarditis recurrente: retorno de los síntomas después de cuatro a seis semanas del fin del último episodio, sin síntomas intermedios.

    - Pericarditis incesante: duración mayor de cuatro a seis semanas e inferior a tres meses con síntomas continuos.

    - Pericarditis crónica: duración superior a tres meses.


    ¿Es posible prevenir la aparición de una pericarditis?

    No hay tratamiento específico para evitar una pericarditis. Sin embargo, hay medidas que puede disminuir el riesgo de su aparición, principalmente en relación a las pericarditis virales, que son:

    - Evitar el contagio directo con personas que tengan una enfermedad vírica o síntomas de la gripe.

    - Practicar buenos hábitos de higiene.

    - Recibir la vacunación recomendada por las entidades sanitarias.


    Por la doctora Dra. Ana Néves especialsita en Cardiología

  • Como evitar un segundo infarto

    Como evitar un segundo infarto.Imagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contextoComo evitar un segundo infarto.

    La enfermedad cardiovascular se mantiene como primera causa de muerte en España, ej. en 2021, la enfermedad cardiovascular representa el 26,4% del total (y una tasa de mortalidad de 251,8 fallecidos por cada 100.000 habitantes). Para quienes han experimentado un infarto, el riesgo de sufrir otro aumenta significativamente.

    A pesar de los avances en el tratamiento y la atención de los pacientes que sufren un infarto, el riesgo de que se repita sigue siendo alto. Se estima que aproximadamente un 20% de personas que han tenido un infarto tendrá otro en el plazo de un año. Por eso, es fundamental adoptar medidas preventivas para una adecuada recuperación del corazón infartado y evitar un nuevo insulto, que podría resultar fatal.

    Con la orientación y seguimiento apropiados, es posible reducir este riesgo y retomar las actividades habituales de la vida diaria

    - Conocer tu función cardíaca residual (es decir "como esta tu corazón tras el infarto")

    El primer paso es comprender en profundidad las secuelas de este evento (infarto) en el músculo cardíaco (¿la capacidad de contracción es normal o se ha deteriorado?). Además, debes consultar frecuentemente con tu cardiólogo para conocer y modificar los factores de riego que te llevaron a este evento. También es importante saber el estado (grado de obstrucción) del resto de las arterias (las NO responsables del infarto actual). Con todos estos datos es posible estimar el riesgo individual de cada paciente.

    - Adherencia al tratamiento

    Tras un infarto es habitual que se prescriban medicamentos para controlar la presión arterial, reducir el colesterol o prevenir la formación de trombos (esto puede incluir aspirina y otros anti agregantes plaquetarios, que no deben ser retirados bajo ningún concepto, sin previa valoración del cardiólogo), es fundamental tomarla de acuerdo con las indicaciones del cardiólogo. La medicación será fundamental para la recuperación del infarto y reducir el riesgo de un segundo infarto. Es importante recordar que los valores tanto de presión arterial, colesterol (LDL) "malo", y niveles de glucosa, deben ser mucho más bajos en los pacientes que ya han sufrido un infarto. Los valores q son considerados "normales" en la población general son inaceptables después de un infarto, si queremos evitar en nuevo evento.

    - Adopta una dieta cardiosaludable y mantén un peso normal

    Una dieta rica en frutas, verduras, granos enteros, pescado, nueces y aceite de oliva puede ayudar a mantener las arterias limpias y el corazón en buena forma. Evita los alimentos altos en grasas saturadas de origen animal, sal y azúcares añadidos.

    Si tienes sobrepeso u obesidad, perder incluso un poco de peso puede reducir significativamente el riesgo de un segundo infarto. El exceso de peso pone una carga adicional en el corazón y aumenta la probabilidad de desarrollar problemas cardiovasculares. En la actualidad existen fármacos que podrían ser de utilidad para controlar factores de riesgo como la diabetes, que además podrían ayudar ha perder peso.

    -Haz ejercicio regularmente/Rehabilitación cardíaca

    El ejercicio es esencial para fortalecer el corazón. Consulta a tu cardiólogo antes de comenzar un programa de ejercicios (es posible que precises un programa de rehabilitación cardíaca). Los programas de rehabilitación cardíaca (PRC) efectuados tras el infarto agudo de miocardio han demostrado su eficacia en cuanto al incremento en la capacidad funcional, el control de los factores de riesgo coronarios, la reducción de la sintomatología y la mejora del deterioro psicológico. Asimismo, hay evidencias de los beneficios en cuanto a su relación coste-eficacia.

    Deja de fumar

    Se ha demostrado que las personas que siguen fumando después de haber sufrido un infarto tienen hasta cinco veces más riesgo de mortalidad por causas cardiovasculares, que los pacientes que lo abandonan.

    El consumo de tabaco conduce a la aparición de lesión endotelial (daño a la pare de las arterias) que contribuye al desarrollo de aterosclerosis, también favorece el desarrollo de intolerancia a la glucosa, y en las personas ya diabéticas dificulta el control de la glucemia. El tabaco disminuye de los niveles de HDL y aumenta los de triglicéridos, y aunque no cause directamente hipertensión, sí que está relacionado con cifras tensionales más elevadas

    Fumar es uno de los factores de riesgo más significativos para los problemas cardiovasculares.

    -Control de la depresión

    La depresión es un trastorno mental que afecta al estado de ánimo, al pensamiento y al comportamiento. Puede tener diversas causas, entre ellas haber sufrido un infarto. La depresión no solo afecta a la calidad de vida y al bienestar emocional, sino también a la salud física. Se ha asociado con un mayor riesgo de sufrir un segundo infarto o morir por causas cardiovasculares.

    Es importante detectar y tratar este problema lo antes posible. Para ello, se puede recurrir a la ayuda de un profesional de la salud mental (psiquiatría). También se ha demostrado que realizar rehabilitación cardiaca reduce la depresión y la ansiedad tras un IAM.

    -Limita el consumo de alcohol

    El consumo excesivo de alcohol puede aumentar la presión arterial y contribuir a problemas cardíacos.

    Elevación de la presión arterial: El alcohol en exceso es una de las causas reconocidas de hipertensión arterial refractaria (o de difícil control). Esto aumenta la carga de trabajo del corazón. También produce un aumento de la frecuencia cardíaca. Y está asociado a la aparición de arritmias como la fibrilación auricular. Pero además puede causar daño directo (por toxicidad) al músculo cardíaco, lo que reduce su capacidad de bombear sangre.

    Seguimiento estrecho en consulta

    Debido al alto riesgo de nuevos eventos cardiovasculares en pacientes con un infarto de miocardio, y dado que como hemos detallado anteriormente, son muchas las causas que contribuyen a un segundo infarto. Es importante tener un seguimiento posterior en cardiología, no solo para valorar recuperación tras el infarto, si no también detectar y tratar los potenciales factores de riesgo.

    Conclusión

    Prevenir un segundo infarto de miocardio implica un enfoque integral, que habitualmente se realizara en coordinación desde la consulta de cardiología con endocrinología, rehabilitación cardiaca, psiquiatría etc... Es importante adoptar un estilo de vida saludable, seguir las recomendaciones médicas y detectar cuales son los problemas que han podido llevar al paciente al primer infarto. También es importante recordar siempre se debe consultar al cardiólogo antes de realizar cambios significativos en tu tratamiento

    Por el doctor Frank Sliwinski

    Especialista en Cardiología

  • Cierre de orejuela izquierda, cuando la anticoagulación oral supone un problema y no una solución

    Cierre de orejuela izquierdaImagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contextoCierre de orejuela izquierda

    La fibrilación auricular (FA) es la arritmia más frecuente en nuestro medio. Su incidencia guarda estrecha relación con la edad, con una prevalencia cercana al 25% en pacientes mayores de 80 años. Entre los problemas derivados de esta patología, cabe reseñar la necesidad de tratamiento anticoagulante oral para prevenir el ictus, siendo ésta la complicación más grave de la FA por su elevada tasa de discapacidad y mortalidad. Esta necesidad se acentúa a edades avanzadas, pues el riesgo de presentar un evento es incluso mayor; como mayor es también el riesgo de complicaciones asociadas al tratamiento anticoagulante y en especial el riesgo hemorrágico. Por ello, actualmente, el cierre percutáneo de la orejuela izquierda es una alternativa para pacientes con FA y contraindicación al tratamiento anticoagulante.

    Expliquemos en qué consiste.

    La orejuela izquierda es un remanente embriológico en forma de apéndice auricular con actividad contráctil, vaciando todo su contenido en cada latido cuando el paciente se encuentra en ritmo sinusal (ritmo normal del corazón). En la FA, la orejuela pierde esta capacidad contráctil y va dilatándose, lo que origina un enlentecimiento de la sangre a ese nivel, con el consecuente aumento del riesgo de trombosis. Se sabe que en torno al 80-90% de los trombos que se forman en el corazón de pacientes con FA lo hace dentro de la orejuela izquierda; de ahí que su cierre percutáneo se pueda utilizar como estrategia para prevención de eventos cardioembólicos. El cierre se lleva a cabo gracias a un dispositivo que se coloca en la entrada a la orejuela, excluyéndola así de la circulación. Este dispositivo llega al corazón a través de un catéter desde la ingle del paciente y se libera bajo control radiográfico y ecocardiográfico. Se trata de un procedimiento eficaz y seguro que requiere un equipo con experiencia en intervencionismo cardiaco estructural; en manos experimentadas resulta exitoso en más del 95% de los casos con baja tasa de complicaciones (las más graves: 1,9% de taponamientos pericárdicos, 0,4% de embolizaciones del dispositivo y 0,6% de muertes asociadas con el procedimiento).

    Describamos qué paciente sería el más beneficiado de esta terapia.

    El cierre percutáneo de la orejuela izquierda está todavía en su fase inicial. A pesar de que en un futuro podría constituir una alternativa real a los anticoagulantes orales para todos los pacientes con FA, actualmente su uso debería reservarse para los pacientes con contraindicación para la anticoagulación tal y como recogen las guías europeas. De hecho, la mayoría de los procedimientos se realizan en pacientes anticoagulados derivados del servicio de neurología tras un episodio de hemorragia intracraneal o del servicio de gastroenterología tras objetivar hemorragias digestivas recidivantes sin causa tratable. La ausencia de alternativas válidas a los anticoagulantes orales para prevenir el riesgo cardioembólico, que generalmente es alto por tratarse de pacientes añosos y pluripatológicos, convierte el cierre de la orejuela izquierda en una opción muy atractiva para estos pacientes.

    Por la doctora Ana Casado

    Especialsita en Cardiología de la UICAR

  • Me han puesto un marcapasos. ¿Qué debo saber?

    MarcapasosImagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contextoMarcapasos

    Tras el implante de un marcapasos o un desfibrilador cada actividad cotidiana a la que el paciente vuelve a exponerse suele generarle una gran cantidad de preguntas sobre su compatibilidad con su nuevo dispositivo implantado. La respuesta rápida es que puede realizarse una vida completamente normal, aunque conviene tener en mente algunas precauciones.

    Durante los primeros días tras el implante, las principales atenciones se dirigen al cuidado de la herida quirúrgica, que no difiere del de otras intervenciones. El equipo implantador le dará todo tipo de detalles y podrá resolver cualquier duda con ellos tanto durante el ingreso como en las visitas habituales de seguimiento.

    El hecho de ser portador de un dispositivo de estimulación cardiaca no requiere ninguna restricción específica en cuanto a la alimentación, medicación o actividad física, deportiva o sexual, más allá de las recomendadas por sus patologías de base. Una vez pasadas las primeras semanas, tras la cicatrización de la herida quirúrgica, el paciente podrá retomar por completo su actividad previa. Son comunes las dudas sobre la aptitud para la conducción de vehículos tras el implante, recomendándose en la mayoría de los casos una restricción temporal de 2 semanas tras la cirugía, aunque se recomienda consultar con su médico por la posibilidad de restricciones adicionales en cada caso particular.

    Otras cuestiones frecuentemente planteadas por nuestros pacientes es el potencial de interferencia con objetos electrónicos de uso cotidiano. Los electrodomésticos (incluyendo microondas y placas de cocina de inducción) y herramientas de uso doméstico pueden utilizarse con normalidad mientras se encuentren en buen estado y enchufados a una entrada con toma de tierra y se utilicen a la distancia normal de uso. Se recomienda evitar el contacto directo de dispositivos como teléfonos móviles sobre la zona de implante del generador de marcapasos o desfibrilador (por ejemplo, evitando colocarlos en el bolsillo de la camisa o chaqueta). Por otro lado, se permite el uso normal del teléfono móvil intentando colocarlo sobre la oreja contraria al lugar del implante. Los detectores antirrobo presentes en los comercios no afectan al funcionamiento de los dispositivos cardiacos implantables, recomendándose por precaución evitar detenerse al pasar por ellos. Los detectores de metal empleados en controles de seguridad generan un campo electromagnético de cierta intensidad por lo que se recomienda evitar el paso a su través e identificarse ante el personal de seguridad como portador de marcapasos.

    Por último, pueden surgir dudas sobre la posibilidad de someterse a distintos procedimientos médicos diagnósticos o terapéuticos. Para la realización de exploraciones de diagnóstico por imagen, debe prestarse especial atención a la resonancia magnética, aunque la mayoría de los dispositivos implantados en los últimos años son compatibles cuando se realiza una programación específica de los mismos. El bisturí eléctrico empleado en muchas intervenciones quirúrgicas puede interferir con el funcionamiento de un marcapasos o desfibrilador por lo que en algunos casos puede ser necesaria la programación del dispositivo previo a la cirugía.

    En definitiva, los marcapasos y desfibriladores permiten tratar una gran variedad de trastornos del ritmo cardiaco de tal forma que gran parte de los pacientes podrán hacer una vida normal prácticamente olvidando que los llevan implantados.

    Por el doctor Ángel Miracle especialista de la Unidad de Arritmias

  • ¿Qué debo preguntar a mi doctor después de un infarto de corazón?

    CardioBlogImagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contextoCardioBlog

    Tras un evento cardiovascular agudo como un infarto de corazón, los pacientes suelen tener muchas dudas de cómo va a ser su calidad de vida posteriormente (funcionalidad, estilo de vida, actividad física, etc…). Estos eventos traen varios cambios que intentaremos resumir en los más importantes para que el paciente pueda enfocarse en ellos

    - Rehabilitación cardiaca ¿la necesito?: Es una de las preguntas más frecuentes. Es recomendado en todos los pacientes tras un IM. Los componentes de la rehabilitación cardiaca deben incluir: valoración del paciente, manejo y control de factores de riesgo, asesoramiento de actividad física, prescripción de entrenamientos, educación del paciente, manejo psicosocial y soporte vocacional.

    - ¿Debo dejar el tabaco?: Dado que la dejar de fumar está asociado a una reducción de reinfarto (30–40%) y de muerte (35–45%) después de un IM, la respuesta es SI.

    - ¿Debo dejar el alcohol?: Esta probado científicamente que los que no consumen alcohol tienen menos riesgo de eventos cardiovasculares ya que cualquier cantidad de alcohol aumenta la tensión arterial y el índice de masa corporal. Las guías de la Sociedad Europea de Cardiología recomiendan un consumo máximo de 100g por semana (hombres y mujeres).

    - ¿Cómo debe ser mi dieta a partir de ahora?: Una dieta saludable también está asociada con disminución de eventos cardiovasculares. La recomendada es la dieta mediterránea.

    - ¿Puedo hacer ejercicio? ¿Cuánto y de qué tipo?: El sedentarismo es un factor de riesgo independiente para mortalidad en general. Por este motivo, en la población general y en pacientes con infartos previos lo recomendado es una combinación de actividad física aeróbica (caminar, corre, nadar, etc.) con ejercicios de resistencia moderada por lo menos 3-4 veces por semana.

    - La medicación que estoy tomando ¿es para siempre?: Al momento del alta tras un infarto muchos pacientes tienen muchas pastillas nuevas, de las cuales algunas se podrán retirar con el tiempo y otras se mantendrán de manera indefinida. Por este motivo es importante continuar un seguimiento cardiológico en la consulta para estos ajustes de tratamiento.

    - ¿Cuáles son los factores de riesgo que debo controlar?: Los más frecuentes suelen ser estilo de vida saludable, tabaquismo, alcoholismo, obesidad, la hipertensión arterial, la dislipemia (hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia o ambas) y la diabetes.

    CardioBlog 2Imagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contextoCardioBlog 2

    Por la doctora Ana Lucia Rivero. Unidad de Cardiología Clínica del Hospital Universitario La Luz

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