Artrosis de cadera
Todo sobre las causas, los síntomas, los tratamientos y el pronóstico de la degeneración progresiva de la articulación de la pelvis y el fémur
Síntomas y causas
La artrosis de cadera es una enfermedad degenerativa que afecta a la articulación que une el fémur con la pelvis. Cuando se produce, el cartílago se desgasta progresivamente, por lo que el movimiento se ve afectado y los huesos comienzan a rozar entre sí. Cuando la enfermedad está muy avanzada, puede producirse rigidez o anquilosamiento, es decir, falta de movilidad.
Existen cuatro grados de artrosis de cadera que determinan su gravedad:
- Artrosis de grado I: la articulación funciona con normalidad, pero hay un ligero estrechamiento del espacio articular.
- Artrosis de grado II: el cartílago presenta un desgaste evidente, por lo que la capacidad de movimiento se ve afectada.
- Artrosis de grado III: el cartílago está muy dañado, por lo que se percibe inestabilidad en la articulación y pérdida de movilidad.
- Artrosis de grado IV: el cartílago desaparece casi por completo, el espacio articular es mínimo y los huesos friccionan entre sí, por lo que el movimiento es casi inexistente y el dolor intenso.
La artrosis no tiene cura, por lo que los tratamientos se encaminan a mejorar la calidad de vida de los pacientes y reducir su grado de dependencia en las fases más avanzadas de la enfermedad.
Síntomas
Los síntomas característicos de la artrosis de rodilla son:
- Dolor que se manifiesta principalmente en la ingle y puede irradiarse hacia la pierna.
- Rigidez, sobre todo por la mañana.
- Inflamación.
- Dificultad para caminar.
- Formación de osteofitos, que son pequeñas deformidades óseas que aparecen alrededor de la articulación.
- Reducción de la amplitud de movimiento.
- Cojera.
- Pérdida de movilidad.
Causas
La artrosis de cadera puede ser de dos tipos dependiendo de los motivos que la causen:
- Artrosis primaria: existe una predisposición genética que contribuye al desgaste de la articulación.
- Artrosis secundaria: es la consecuencia de un traumatismo, una lesión, el uso constante de la articulación, daños vasculares, una dismetría de las piernas o la desalineación de las piernas (rodillas giradas hacia el interior o piernas arqueadas).
Factores de riesgo
Las probabilidades de padecer artrosis de cadera aumentan en los siguientes casos:
- Edad: es más frecuente en personas mayores, ya que la articulación se desgasta con el paso de los años.
- Sexo: la artrosis es más habitual en las mujeres.
- Traumatismos, lesiones o cirugías de cadera previas.
- Uso repetitivo de la articulación.
- Antecedentes familiares.
- Diabetes no controlada, ya que la hiperglucemia puede provocar daños en los cartílagos.
- Obesidad, debido a que la cadera soporta más peso del debido.
- Enfermedades reumáticas que afectan negativamente a las estructuras cartilaginosas.
Complicaciones
Las complicaciones más habituales de la artrosis de cadera son:
- Dolor crónico.
- Limitación del movimiento.
- Dificultad para llevar a cabo las tareas cotidianas.
- Alto grado de dependencia.
- Depresión.
Prevención
Aunque la artrosis de cadera no se puede prevenir, es posible ralentizar su evolución y reducir los síntomas siguiendo estos consejos:
- Mantener un peso adecuado.
- Caminar todos los días haciendo descansos cada cierto tiempo.
- Practicar deportes que no dañen la cadera, como nadar, montar en bicicleta en zonas llanas, pilates.
- Evitar permanecer de pie durante periodos prolongados.
- No cargar peso.
¿Qué médico trata la artrosis de cadera?
La artrosis de cadera se diagnostica y trata fundamentalmente en la especialidad de traumatología y cirugía ortopédica. Dada la naturaleza de la enfermedad, también pueden intervenir especialistas en reumatología, geriatría o unidad del dolor.
Diagnóstico
En la mayoría de los casos, el diagnóstico de la artrosis de cadera es clínico:
- Historia clínica: se estudian los antecedentes médicos y familiares del paciente junto con los síntomas que presenta.
- Exploración física: se observa y palpa la articulación, además de comprobar la respuesta a la presión y el rango de movimiento.
Las pruebas de imagen ayudan a confirmar el diagnóstico y, sobre todo, a determinar el grado de afectación. Normalmente, se hace una radiografía para comprobar el estado de los tejidos que conforman la cadera. Si se necesita mayor nitidez, puede recurrirse a una resonancia magnética o una tomografía computarizada.
Tratamiento
El tratamiento de la artrosis de cadera varía dependiendo de las necesidades de cada paciente y del avance de la enfermedad. Los más eficaces suelen ser:
- Analgésicos para calmar el dolor.
- Antiinflamatorios para reducir la hinchazón.
- Acupuntura para controlar el dolor y la inflamación si no se responde adecuadamente al tratamiento farmacológico.
- Infiltraciones de ácido hialurónico para favorecer la lubricación y proteger los huesos.
- Osteotomía: intervención quirúrgica en la que se corta el hueso para recolocarlo y redistribuir las cargas.
- Artroscopia: se introduce el instrumental a través de dos o tres incisiones de tamaño pequeño para extraer las partes dañadas del cartílago o extirpar los osteofitos.
- Artroplastia: es una cirugía que se lleva a cabo cuando el dolor y la falta de movilidad impiden al paciente llevar una vida normal. Se retira la cabeza del fémur y el cartílago dañado para sustituirlos por una prótesis. Puede ser total o parcial.






































































































