¿Qué es la unidad del dolor?
La unidad del dolor se centra en estudiar, prevenir y paliar el dolor, que puede ser crónico, agudo o manifestarse temporalmente tras una cirugía. Como cada persona lo percibe de manera muy dispar, los profesionales de esta área médica aplican diferentes técnicas para ofrecer un tratamiento lo más personalizado posible.
La investigación y el avance de las tecnologías son fundamentales para ofrecer tratamientos cada vez más específicos para cada tipo de dolor. El trabajo de laboratorio es, por lo tanto, un aspecto muy relevante en el día a día de estos especialistas.
¿Qué estudia la unidad del dolor?
Los profesionales que trabajan en esta unidad se centran en el estudio de las causas y en el origen del dolor, así como en las diversas formas de paliarlo para mejorar la calidad de vida de los pacientes. El abordaje se realiza desde dos puntos de vista diferenciados:
- Dolor crónico: se centra en aliviar el malestar y, si es posible, en eliminar el dolor por completo. Para ello, se suelen combinar los fármacos con tratamientos poco o mínimamente invasivos.
- Dolor oncológico: a menudo englobada en el área anterior, esta subespecialidad se encarga de tratar a pacientes que sufren debido a un cáncer o a las consecuencias de su tratamiento. En los casos terminales, se procura recurrir a aquellas técnicas que bloquean el dolor y permiten mantener la conciencia.
- Dolor agudo: se ocupa del dolor producido de forma puntual y en los efectos secundarios de una intervención quirúrgica. Su principal objetivo es reducir al mínimo la toma de analgésicos.
¿A qué pacientes está dirigida?
La unidad del dolor está enfocada en el tratamiento de aquellas personas que sufren dolor de forma constante en cualquier parte del cuerpo, que se encuentran en tratamiento oncológico, que sienten dolor agudo de forma puntual, que se han sometido recientemente a una operación o que se encuentran en sus últimos días de vida.
Técnicas, procedimientos y métodos diagnósticos
Para evitar abusar del tratamiento farmacológico, ya que en muchas ocasiones los pacientes ya toman distintas medicaciones, se utilizan diversas técnicas que ayuden a aliviar el dolor de forma poco invasiva. Algunos de los procedimientos que más se utilizan en esta unidad son:
- Infiltraciones: se inyecta un medicamento directamente en la zona en la que se siente el dolor para que se note su efecto de forma más rápida. Están especialmente indicadas en músculos y articulaciones.
- Anestesia epidural: es un procedimiento de bloqueo que, además de en partos y en intervenciones quirúrgicas, se utiliza para controlar el dolor crónico y agudo gracias a sus propiedades analgésicas y antiinflamatorias.
- Radiofrecuencia: consiste generar calor en los tejidos afectados para tratar el dolor de forma controlada. Actualmente se aplican tratamientos con radiofrecuencia convencional y con radiofrecuencia pulsada.
- Ozonoterapia: se utiliza una aguja fina para aplicar ozono en la región dañada. De este modo, se regulan las citoquinas, se regeneran los tejidos, se mejora la perfusión de oxígeno, se reduce la inflamación y se minimiza el dolor.
Enfermedades y síntomas
Principales patologías y enfermedades
En la unidad del dolor se trata a pacientes con diversas enfermedades, entre las que destacan:
- Fibromialgia
- Artrosis
- Ciática
- Lumbalgia
- Neuralgia del trigémino
- Contractura muscular
- Cervicalgia o dolor de cervicales
- Dolor neuropáticoDolor neuropáticoDolor
- Dorsalgia
- Radiculopatías
- Estenosis del canal
Síntomas relacionados
El principal síntoma que se trata en esta unidad es el dolor, que, como se ha comentado anteriormente, puede ser de diversa naturaleza:
Sobre la consulta en la unidad del dolor
Resolvemos tus dudas antes de acudir al especialista
Lo más habitual es que los pacientes que sufren dolor acudan esta unidad derivados por el especialista en la zona afectada.
¿Qué debes tener en cuenta?
Cada persona percibe el dolor de una forma diferente, por lo que el médico dedica la primera consulta a dialogar con el paciente y determinar tanto el origen de las molestias como el grado de malestar que soporta. Una vez realizada la historia clínica y familiar, realiza una exploración física, estudia los informes remitidos por otros especialistas y solicita pruebas complementarias para determinar cuál es el tratamiento más adecuado en cada caso.
¿Qué debo llevar a la consulta?
Para que el especialista tenga la máxima información posible, se recomienda acudir a la consulta con un listado detallado de la evolución del dolor y de las patologías o cirugías que lo desencadenaron. Además, los resultados de las pruebas realizadas por otros facultativos son de mucha ayuda.

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