Síndrome de apnea obstructiva del sueño
¿Qué es la apnea obstructiva del sueño? Información sobre sus síntomas, las pruebas más habituales para detectarla y los tratamientos más eficaces.
Síntomas y causas
El síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS) es una alteración muy común del sistema respiratorio que causa una oclusión del flujo de aire mientras se duerme. Los episodios reiterados de falta de respiración impiden que el descanso sea reparador y pueden provocar bajo rendimiento laboral o escolar, falta de concentración o accidentes cerebrovasculares. Además, se reduce la cantidad de oxígeno que llega a los órganos vitales, que pueden acumular un exceso de dióxido de carbono.
El diagnóstico de SAOS se produce cuando una persona tiene un mínimo de cinco pausas de respiración en una hora, aunque suelen ser muchas más. Por lo tanto, se trata de una afección grave que empeora la calidad de vida y puede provocar otras muchas enfermedades.
Síntomas
Los síntomas más representativos del síndrome de apnea obstructiva del sueño son:
- Ronquidos.
- Pausas en la respiración.
- Somniloquia (hablar dormido).
- Ahogos nocturnos.
- Movimientos excesivos durante el sueño.
- Somnolencia diurna.
- Cambios en el estado de ánimo.
- Dolor de cabeza.
Causas
La apnea del sueño se divide en dos tipos si tenemos en cuenta sus causas:
- Apnea obstructiva del sueño: las vías respiratorias superiores se bloquean por tener la lengua demasiado gruesa, el paladar muy grande, las anginas engrosadas, la mandíbula pequeña o una obstrucción nasal.
- Apnea central del sueño: aunque es poco frecuente, a veces la respiración se pausa porque el cerebro no envía las señales necesarias para inspirar y espirar.
Factores de riesgo
Algunos de los factores que aumentan el riesgo de tener apnea obstructiva del sueño son:
- Anomalías en la estructura de las vías aéreas superiores.
- Malformaciones en el sistema respiratorio o maxilofacial.
- Deformidades en la columna vertebral, especialmente la cifoescoliosis.
- Obesidad.
- Cambios hormonales.
- Tabaquismo.
- Problemas digestivos (reflujo gastroesofágico)
Complicaciones
La principal complicación de la apnea del sueño es el cansancio y la somnolencia, que impiden desarrollar las actividades diarias con normalidad. La fatiga provoca, además de problemas sociales, una falta de concentración que puede derivar en accidentes graves.
Además, el hecho de que el organismo reciba menos oxígeno del necesario causa problemas cardiovasculares y pulmonares.
Prevención
Actualmente no hay una forma infalible de prevenir el síndrome de apnea obstructiva del sueño. Aun así, se pueden adquirir algunos hábitos que minimizan los riesgos:
- Dejar de fumar.
- Mantener un peso adecuado.
- Dormir de lado.
- Cuidar la higiene del sueño manteniendo siempre los mismos horarios.
- Practicar deporte de forma regular.
¿Qué médico trata la apnea del sueño?
Los especialistas en Otorrinolaringología, Neumología, y de la unidad del sueño diagnostican y ponen tratamiento para la apnea del sueño. En el caso de la apnea infantil los pediatras juegan un papel fundamental.
Diagnóstico
Para diagnosticar la apnea del sueño se realizan varias pruebas:
- Polisomnografía: en el hospital, se monitoriza una noche de sueño del paciente. Se controla el funcionamiento del corazón, los pulmones y el cerebro, así como los episodios de apnea, las fases del sueño, los movimientos involuntarios, los patrones de respiración y los niveles de oxígeno en sangre.
- Espirometría: comprueba el funcionamiento y la capacidad pulmonar.
- Electrocardiograma: detecta si hay alteraciones en el funcionamiento del corazón.
- Gasometría arterial o pulsioximetría: mide el nivel de oxígeno y de dióxido de carbono en sangre.
- Análisis de sangre: muestra posibles alteraciones en la tiroides o los riñones.
Tratamiento
Existen diferentes tratamientos para el síndrome de apnea obstructiva del sueño. Los especialistas eligen el más adecuado después de estudiar todos los factores y las características de cada paciente:
- Recomendaciones generales: se ofrecen a todos los afectados por el SAOS y consisten en mantener un peso adecuado, evitar el tabaco, eliminar el consumo de alcohol por la noche y dormir de lado, entre otros consejos.
- Tratamiento de presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP o Continuous Positive Airway Pressure Therapy): consiste en dormir con un dispositivo que mantiene las vías aéreas abiertas para que el aire fluya sin obstrucciones.
- Terapia miofuncional (ejercicios para la musculatura de la cara y el cuello) y neuroestimulación
- Cirugía: en algunos casos se procede a extirpar la úvula, los adenoides y las amígdalas, a eliminar parte del tejido de la garganta o a recolocar el hueso maxilar o el tabique nasal. Existen nuevas técnicas quirúrgicas.