Tomografía axial computarizada lumbar
El TAC lumbar ofrece imágenes detalladas de la parte final de la columna vertebral, que se obtienen con el uso de rayos X desde distintos ángulos. Es una prueba diagnóstica que también sirve para planificar cirugías.

Descripción General
La tomografía axial computarizada (TAC) lumbar es una prueba que se hace para estudiar la parte inferior de la columna vertebral. Este procedimiento utiliza rayos X para obtener imágenes transversales de la zona inferior de la espalda. Normalmente, de las vértebras lumbares (L1-L5), pero es habitual observar también el hueso sacro en un TAC de la columna lumbosacra.
Las estructuras que se pueden ver mediante un TAC lumbar son:
- Tejido óseo: vértebras.
- Tejido nervioso: médula espinal e intervertebral y nervios del canal vertebral.
- Tejido fibrocartilaginoso: discos intervertebrales.
- Tejido blando: músculos y ligamentos.
El TAC lumbar es una prueba diagnóstica que permite identificar diversas patologías asociadas a la columna vertebral, pero también es útil en la planificación de intervenciones quirúrgicas. Por lo tanto, es frecuente utilizarla como parte de la preparación para una cirugía.
¿Cuándo está indicada?
El TAC lumbar o lumbosacro está indicado cuando los pacientes manifiestan síntomas de:
- Hernia discal.
- Lesiones medulares.
- Fracturas óseas.
- Defectos congénitos.
- Deformación de los huesos.
- Estenosis raquídea lumbar: estrechamiento del conducto raquídeo que comprime los nervios.
- Espondilolistesis: desplazamiento de una vértebra sobre otra.
- Espondilitis anquilosante: enfermedad inflamatoria crónica que afecta a las articulaciones de la columna, sobre todo en la zona lumbar.
- Espondilodiscitis: inflamación progresiva de los discos intervertebrales.
- Espondilosis: desgaste progresivo de los discos intervertebrales.
El uso de rayos X está contraindicado en embarazadas y mujeres en periodo de lactancia. Además, conviene estudiar cada caso particular y adaptar las dosis en el caso de los niños.
Se recomienda no utilizar material de contraste en pacientes con patologías renales, cardiacas o tiroideas.
¿Cómo se realiza?
El procedimiento para hacer un TAC lumbar es el siguiente:
- El paciente se tumba bocarriba en una camilla y, si es necesario, se inyecta el material de contraste en una vena periférica.
- La camilla se introduce en el interior de un dispositivo en forma de tubo que emite los rayos X.
- La máquina gira alrededor del paciente para obtener imágenes desde todos los ángulos. Mientras tanto, la camilla se mueve adelante y atrás.
- La radiación atraviesa los tejidos del organismo y la computadora traduce la cantidad que sale al exterior en imágenes. Aquellas células que han absorbido menos cantidad de rayos X, aparecen en un tono más oscuro, mientras que las que absorben más se representan en un color más claro.
- Cada placa por separado representa un corte bidimensional de entre uno y diez milímetros de grosor. Cuando se superponen todas las imágenes captadas, se consigue una representación tridimensional.
Se pueden realizar dos tipos distintos de TAC lumbar:
- TAC simple: se consigue una representación de la columna sin utilizar medicación complementaria.
- TAC con contraste: se introduce en el organismo un medio de contraste que algunos tejidos absorben en mayor medida y, por lo tanto, aparecen en un tono más brillante en las imágenes y son más identificables. Suele utilizarse para ver con claridad vasos sanguíneos, tumores cancerosos, inflamaciones o infecciones.
Riesgos
En un TAC lumbar se utiliza una cantidad mínima de radiación, por lo que no supone un riesgo para la salud del paciente. Lo más habitual es utilizar una dosis de 1,4 milisieverts, que es equivalente a la radiación natural de fondo (radiación presente en el entorno de forma natural, sin agentes contaminantes) para seis meses. Aun así, aquellos pacientes que se someten a este tipo de pruebas de forma recurrente tienen un riesgo mayor de tener cáncer en el futuro.
En muy raras ocasiones, el contraste puede producir una reacción alérgica que se manifiesta con picor, enrojecimiento y dolor de cabeza. En contadas ocasiones puede poner en riesgo la vida del paciente.
Qué esperar de un TAC lumbar
El paciente se viste con la bata hospitalaria y se quita los elementos metálicos que haya llevado al centro médico, incluyendo las gafas, los audífonos y la dentadura postiza.
Cuando se inyecta el material de contraste, una vez que está tumbado en la camilla, se siente un pinchazo leve y, después, taquicardia y calor repentino e intenso en el brazo, el pecho y los genitales. Es un efecto secundario habitual que se pasa en pocos minutos.
El paciente permanece solo en la sala, ya que el personal sanitario sale para evitar la exposición a la radiación, pero está constantemente vigilado y puede comunicarse a través de un micrófono.
El movimiento de la máquina para emitir los rayos X desde distintos ángulos produce ruidos que es normal escuchar durante el procedimiento, que dura entre diez y veinte minutos. En este tiempo, el paciente debe estar lo más quieto posible para que las imágenes sean nítidas.
Tras el procedimiento, el paciente puede volver a su rutina de inmediato sin necesidad de hacer reposo.
Especialidades en las que se solicita el TAC lumbar
El TAC lumbar se lleva a cabo en el servicio de radiología para informar del estado del paciente a los especialistas en cirugía ortopédica y traumatología, neurocirugía, neurología o neurología pediátricaNeurología PediátricaNeurología .
Cómo prepararse
Solamente es necesario hacer ayuno si se hace un TAC lumbar con contraste. En estos casos, se recomienda no ingerir líquidos ni alimentos en las cuatro o seis horas previas.
El día de la prueba, se recomienda acudir con ropa fácil de quitar y sin objetos metálicos, ya que no se puede acceder con ellos a la sala de radiología. Como algunos tipos de maquillaje contienen elementos metálicos, es aconsejable no utilizar este tipo de cosméticos.