Densitometría ósea (DEXA)
Una densitometría ósea es una técnica diagnóstica que permite medir el grado de mineralización de los huesos a través de la aplicación de radiación ionizante (rayos X) para obtener imágenes de las estructuras óseas del cuerpo.

Descripción General
La densitometría ósea, cuyo nombre técnico es absorciometría ósea dual de rayos X (DEXA), es un procedimiento que utiliza rayos X para determinar la densidad mineral ósea, es decir, el contenido de minerales como calcio y fósforo de los huesos, así como el riesgo de fractura.
Las cifras normales de la densidad mineral ósea se encuentran entre 0,97 g/cm² y 1,28 g/cm². La interpretación de los resultados de la densitometría se fundamenta en dos valores, que indican la densidad mineral en función de la variación del resultado con respecto al promedio:
- Puntuación Z: indica la desviación del valor de la densidad mineral de los valores considerados normales para la edad y sexo del paciente.
- Puntuación T: indica la desviación con respecto a la máxima densidad mineral ósea de una persona sana, que se alcanza teóricamente a los 30 años de edad, del mismo sexo. Se considera densidad ósea normal una desviación de -1.0 o superior. Si está entre -1.0 y -2.4 la densidad es baja (mayor riesgo de fractura). Es muy baja si la desviación es de -2.5 o inferior.
¿Cuándo está indicada?
La densitometría ósea es el estudio de referencia para el diagnóstico de la osteoporosis, así como para su seguimiento y para la valoración del riesgo de fractura. Asimismo, permite detectar la osteopenia, una condición que suele ser precursora de la osteoporosis. Por lo tanto, la densitometría se recomienda en los siguientes casos:
- Pacientes postmenopáusicas (la disminución de los niveles de estrógenos es un factor de riesgo para la osteoporosis).
- Pacientes con enfermedades asociadas a la pérdida ósea, como artritis reumatoide, enfermedad renal crónica o enfermedad hepática crónica.
- Pacientes con enfermedades metabólicas, como diabetes, hipertiroidismo e hiperparatiroidismo.
- Pacientes con trastornos alimentarios, como anorexia o bulimia.
- Pacientes que toman medicamentos que generan pérdida ósea, como hormona tiroidea, determinados corticoides, algunos antiepilépticos o ciertos inmunosupresores, entre otros.
- Antecedentes familiares de osteoporosis.
- Antecedentes personales de tabaquismo o consumo excesivo de alcohol.
- Antecedentes personales de fractura de cadera o de fracturas tras un traumatismo leve.
- Cantidad de colágeno muy elevada en un análisis de orina (señal de alto recambio óseo).
- Signos indicativos de osteoporosis en una radiografía.
¿Cómo se realiza?
La técnica estándar es la denominada densitometría ósea central, que mide la densidad ósea en huesos específicos, generalmente la columna y la cadera. El paciente se sitúa boca arriba sobre una camilla que incorpora un generador de rayos X debajo y un detector de radiación en forma de brazo por encima. El generador emite dos haces de rayos X que atraviesan el hueso mientras el brazo se desplaza lentamente sobre el paciente. En función de su densidad, el hueso absorbe más o menos cantidad de energía y, consecuentemente, la cantidad de energía que llega al detector es mayor o menor (a mayor densidad ósea, mayor cantidad de energía absorbida y menor cantidad de energía detectada).
El detector trasforma la energía recibida en imágenes que se visualizan en una computadora, cuyo software realiza las mediciones necesarias para calcular el valor de la densidad ósea.
También es posible realizar una densitometría ósea de cuerpo entero, un procedimiento que también mide el nivel de grasa corporal y su distribución. Asimismo, en ocasiones se realiza una densitometría ósea periférica, utilizandodispositivos portátiles disponibles en consulta, farmacias o unidades sanitarias móviles, que miden la densidad ósea en la muñeca, el talón o el dedo, aunque los resultados no son tan precisos y detallados como en una densitometría central.
Riesgos
Someterse a radiación puede implicar un aumento de las posibilidades de desarrollar un cáncer u otros problemas de salud. Sin embargo, la dosis de radiación aplicada en una densitometría ósea es muy pequeña, por lo que no supone un riesgo real para el paciente (es una dosis de 0,001 mSv, el equivalente aproximado a la radiación natural de fondo que se recibe en tres horas). No obstante, como cualquier prueba que implique radiación, está desaconsejada en embarazadas, ya que el feto es más sensible a ella.
Qué esperar de una densitometría ósea
La densitometría ósea central se realiza en una sala de radiología. Antes de comenzar, el paciente debe quitarse la ropa y los objetos metálicos y vestirse con una bata. Para evaluar la columna, se sitúa boca arriba sobre la camilla con las piernas dobladas y apoyadas sobre un cojín especial, para así mantener aplanadas la pelvis y la zona lumbar. Para evaluar la cadera, se estiran las piernas y uno de los pies se coloca en una abrazadera para rotar la cadera hacia dentro.
Durante el procedimiento, el paciente debe permanecer inmóvil para evitar que la imagen salga borrosa. Es probable que se le indique que contenga la respiración en ciertos momentos. La aplicación de rayos X es completamente indolora, por lo que el paciente no sentirá nada.
La prueba suele durar unos 30 minutos como máximo. Es un procedimiento ambulatorio y no invasivo tras el cual el paciente puede retomar su rutina con total normalidad, sin necesidad de reposo ni de cuidados posteriores.
Especialidades en las que se solicita la densitometría ósea
La densitometría ósea se solicita habitualmente en las especialidades de atención primaria, medicina interna, reumatología, endocrinología, ginecología y obstetricia o traumatología.
Cómo prepararse
No se necesita una preparación especial previa a la densitometría. Solo debe suprimirse la toma de suplementos de calcio durante las 24 horas anteriores a la prueba. Asimismo, es aconsejable acudir con ropa cómoda y sin objetos metálicos encima, ya que el metal es visible en la radiografía.