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Blog del Dr. Francois Peinado. Urología. Complejo hospitalario Ruber Juan Bravo

  • Frecuencia de eyaculación y riesgo de cáncer de próstata (I parte)

    Eyaculación y prevenciónEyaculación y prevención

    En un artículo publicado en el Clinical Genitourinary Cancer de este mes realizan una revisión sobre la frecuencia de la eyaculación y la posibilidad de tener cáncer de próstata.

    RESUMEN

    El cáncer de próstata, que constituye una parte sustancial de la incidencia y la mortalidad mundial por cáncer, suscita un examen crítico de los posibles factores modificadores, en particular la frecuencia de eyaculación. Esta revisión narrativa explora la compleja relación entre la frecuencia de eyaculación y el riesgo de cáncer de próstata, abordando la escasez de consenso y la intrincada interacción de factores. Las pruebas extraídas de once estudios con metodologías diversas revelan una comprensión compleja de esta asociación. Mientras que algunos estudios sugieren una correlación inversa entre la frecuencia de eyaculación y el riesgo de cáncer de próstata, lo que significa un posible efecto protector, otros presentan resultados contradictorios, que requieren una exploración exhaustiva. La síntesis de las pruebas subraya la importancia de tener en cuenta la edad, la salud urinaria y los factores relacionados con el estilo de vida a la hora de dilucidar la relación entre la frecuencia de eyaculación y el cáncer de próstata. En particular, los avances tecnológicos, incluidos los modelos de aprendizaje automático y los marcadores genéticos, mejoran la precisión del asesoramiento al paciente y la atención individualizada. En un contexto clínico, los hallazgos enfatizan la relevancia clínica de incorporar el comportamiento sexual a las estrategias preventivas.

    Las campañas de salud pública surgen como herramientas influyentes, rompiendo tabúes, concienciando y empoderando a los hombres para priorizar su bienestar. El cambio de paradigma en la comprensión del cáncer de próstata, impulsado por la tecnología y la medicina personalizada, promete evaluaciones de riesgo más precisas. Las biopsias líquidas, la resonancia magnética multiparamétrica y las consideraciones del microbioma intestinal abren vías para estrategias preventivas a medida. Sin embargo, las dificultades metodológicas y las variaciones de los estudios exigen nuevas investigaciones que hagan hincapié en la coherencia, la exploración de los mecanismos subyacentes y una perspectiva que abarque toda la vida.

    ESTUDIOS PREVIOS

    La relación entre la frecuencia de la eyaculación y el riesgo de cáncer de próstata ha sido objeto de diversos estudios, con algunos sugiriendo una posible relación protectora. Un estudio de caso-control en Australia encontró una asociación inversa débil entre la frecuencia de la eyaculación durante la cuarta década de vida y el cáncer de próstata agresivo, pero no en otras décadas. Otro estudio revisó sistemáticamente la literatura disponible y concluyó que la asociación entre la frecuencia de la eyaculación y el riesgo de cáncer de próstata no es clara, debido a las limitaciones metodológicas de los estudios disponibles. Un estudio más reciente en España observó que una menor frecuencia de eyaculación un año antes del diagnóstico estaba asociada con un mayor riesgo de cáncer de próstata, especialmente en casos con tumores más avanzados. Sin embargo, otro estudio no encontró ningún efecto significativo de la frecuencia de la eyaculación en los niveles de antígeno prostático específico (PSA), que es un marcador del cáncer de próstata. Finalmente, una revisión general indicó que la eyaculación frecuente parece ser protectora contra el desarrollo de cáncer de próstata, aunque los resultados varían según el tipo de actividad sexual.

    Introducción

    En los últimos años, el cáncer de próstata ha atraído una amplia atención debido a su prevalencia global y a su importante impacto en las poblaciones masculinas de todo el mundo. En 2020, el cáncer de próstata representó el 7,3% de la incidencia mundial de cáncer y el 3,8% de las muertes relacionadas con el cáncer, manifestándose como el segundo cáncer más prevalente y la quinta causa principal de mortalidad relacionada con el cáncer entre los hombres. Esta carga, sin embargo, muestra disparidades sorprendentes entre las regiones, con notables variaciones tanto en la prevalencia como en los resultados.

    Por ejemplo, la tasa de incidencia en África Occidental fue de 33,1 por 100.000, acompañada de una tasa de mortalidad de 20,2 por 100.000. Estas cifras subrayan el panorama epidemiológico único del cáncer de próstata en esta región. En marcado contraste, se calcula que en Estados Unidos se producirán 288.300 nuevos casos y 34.300 muertes en 2023, con unas tasas de incidencia y mortalidad de 109,9 y 18,8 por 100.000, respectivamente. Esta notable variación de las tasas entre África Occidental y Estados Unidos pone de relieve la necesidad de comprender el impacto de la enfermedad en poblaciones diversas. Además, la alarmante observación de que las tasas de mortalidad por cáncer de próstata entre los hombres negros en EE. UU. son de dos a cuatro veces superiores a las de otros grupos raciales y étnicos subraya aún más la importancia de explorar la interacción de los factores genéticos, socioeconómicos y de acceso a la atención sanitaria en la configuración de estas disparidades.

    Tradicionalmente, el diagnóstico del cáncer de próstata se realizaba mediante una combinación de tacto rectal, análisis del antígeno prostático específico y biopsias de próstata. Sin embargo, los recientes avances tecnológicos han transformado significativamente el panorama del tratamiento del cáncer de próstata, dando paso a una nueva era marcada por una mayor precisión diagnóstica y mejores resultados terapéuticos. La integración de nuevos marcadores moleculares y modalidades de imagen de vanguardia, como la resonancia magnética multiparamétrica (RMP) y la tomografía por emisión de positrones con antígeno prostático específico de membrana (PSMA-PET), ha revolucionado el enfoque diagnóstico, permitiendo una evaluación más individualizada. En particular, la RMP se ha convertido en una herramienta fundamental que guía a los médicos en la identificación y caracterización de lesiones sospechosas, reduciendo así las biopsias innecesarias y minimizando las molestias asociadas al paciente.

    Además, la aparición de marcadores genéticos, incluido el gen BRCA, no sólo ha reforzado nuestra comprensión de la enfermedad, sino que también ha desempeñado un papel crucial en la adaptación de las opciones terapéuticas a individuos con perfiles genéticos específicos. La incorporación de estos conocimientos genéticos en la toma de decisiones clínicas representa un avance significativo hacia estrategias de tratamiento más personalizadas y eficaces. Directrices recientes abogan por la adopción de un enfoque proactivo, recomendando una RM de próstata para los hombres con riesgo de cáncer de próstata antes de recurrir a una biopsia. Este cambio en el protocolo subraya el papel fundamental de la imagen avanzada en la optimización de la vía de diagnóstico. Si bien los métodos convencionales como la TC y las gammagrafías óseas siguen siendo integrales, la tomografía por emisión de positrones (PET), en particular mediante el antígeno prostático específico de membrana (PSMA)/PET, destaca por su excepcional sensibilidad para detectar metástasis. Esta mayor sensibilidad contribuye a una estadificación precoz y precisa, lo que permite una intervención oportuna y un enfoque terapéutico más adaptado. La integración de técnicas de imagen avanzadas y marcadores genéticos no sólo perfecciona el proceso de diagnóstico, sino que también allana el camino para una estrategia más personalizada y eficaz en el diagnóstico y el tratamiento del cáncer de próstata. Estos avances tecnológicos representan un cambio de paradigma hacia la medicina de precisión, con mejoras tangibles en los resultados para los pacientes y una mayor comprensión de la heterogeneidad de la enfermedad.

  • Sustitutos de la viagra (II parte)

    Los pacientes con cardiopatías pueden tomar los fármacos para la disfunción eréctil a excepción de los pacientes que estén en tratamiento con fármacos o parches cardíacos cuya acción es disminuir la presión arterial.

    En términos generales, si un paciente puede subir más de 2 pisos andando, son fármacos seguros. En casos dudosos, una visita al cardiólogo asegurará el tratamiento.

    Sustitutos viagraSustitutos viagraTambién hay otros formatos de medicación para el tratamiento de la disfunción eréctil, como las grageas bucodispensables que se absorben en la boca. Acaba de aparecer un spray oral de sildenafilo (Viagra) que permite ajustar las dosis de administración de forma más eficaz. La dosis de 25 mg que corresponde a la dosis mínima del sildenafilo corresponde a 2 pulsaciones mientras que la dosis máxima del sildenafilo, 100 mg, son 8 pulsaciones en la boca. De esta forma, el paciente puede regular a demanda la dosis que considera que precisa. El fármaco se llama Bandol.

    Una desventaja del tratamiento con fármacos y que comentan muchos pacientes es que con el tiempo van perdiendo eficacia en muchos pacientes, por lo que necesitan más dosis y cambiar de productos.

    En los pacientes operados de cáncer de próstata (en los que suelen lesionar los nervios erectores) o en los pacientes diabéticos de larga evolución, muchas veces, estos fármacos no dan los resultados deseados por lo que se tiene que evaluar el siguiente escalón de tratamiento.

    A lo largo de estos años, muchos pacientes no tomaban estos fármacos condicionados por el precio de la "pastilla azul", pero toda esta situación ha cambiado radicalmente con la aparición de los genéricos. En Inglaterra, ya se distribuyen sin necesidad de receta médica.

    La queja más frecuente de los pacientes que siguen el tratamiento es la falta de espontaneidad para tener relaciones sexuales. Desean fármacos con menos efectos secundarios que les permita tener relaciones sexuales sin condicionar la toma de la pastilla a la relación.

    El primer escalón del tratamiento de la disfunción eréctil son las pastillas y, si no funcionan, se pasa al segundo: las inyecciones dentro de los cuerpos cavernosos de una sustancia llamada Prostaglandina, o una crema que se introduce por vía uretral. Se produce una erección sin necesidad de estímulo sexual. En la mayoría de los casos, las inyecciones no gustan por la incomodidad de pincharse y las cremas no suelen ofrecer los resultados esperados.

    El último escalón del tratamiento es la colocación de una prótesis de pene que permite tener todas las relaciones sexuales que se deseen. El índice de satisfacción por parte de los pacientes es muy elevado.

    En estos momentos, hay un gran interés en investigar en nuevos fármacos para la disfunción eréctil. El último fármaco que se está desarrollando es un gel que podría provocar la erección en 5-10 minutos. Está siendo desarrollado por una compañía llamada Futura Medical. Todavía habrá que esperar al menos 3-5 años para ver los resultados de los estudios.

  • Tratamiento de la falta de testosterona (3ª parte)

    TestosteronaTestosterona

    Muchos hombres no son tratados de este déficit porque no son diagnosticados. Si el médico o urólogo no piensa en este síndrome será difícil que solicite un análisis de testosterona. Hasta 9 de cada 10 hombres con síntomas de bajos niveles de testosterona no son tratados. Los hombres suelen atribuir sus síntomas a otras condiciones clínicas y piensan que es proceso normal de la edad (baja energía, depresión, ausencia de deseo sexual, etc…).

    El tratamiento de los hombres con bajos niveles de esta hormona (hipogonadismo) se basa en suplementar la hormona con sustancias específicas como como geles transdérmicos o inyecciones intramusculares. El objetivo es aumentar los niveles de testosterona a rangos medios-normales de 400-700 ng/dL.

    El tratamiento con testosterona no solo producirá un cambio en el deseo sexual. También mejorará la capacidad de pensamiento o la energía por lo que mejorará el humor. También se evidenciarán mejoras en la masa muscular y la osteoporosis. Incluso les hará estar más alerta.

    La testosterona por sí sola no cura la disfunción eréctil puesto que es una patología mucho más compleja en los que los factores cardiovasculares y neurológicos están implicados estrechamente, pero si los niveles son bajos y se tratan correctamente, se puede mejorar la capacidad de erección.

    El tratamiento con testosterona exige siempre un control médico con repetición de análisis de sangre para ver cómo evoluciona el PSA (Antígeno Prostático Específico), las cifras de hemoglobina, etc…

    Los geles o sprays de testosterona se deben aplicar diariamente en la zona de los hombros-brazos o pecho y se debe mantener el tratamiento durante muchas semanas hasta valorar si los niveles se han normalizado.

    El tratamiento con inyecciones de testosterona tiene la ventaja en la periodicidad de su administración; hay formulaciones que permiten inyectarse cada 3 semanas y algunas cada 10 semanas. Estas inyecciones producen un pico de la hormona en el organismo y con el transcurso de los días, sus niveles bajan progresivamente.

    En relación con el tratamiento sustitutivo de testosterona, siempre existe la polémica del miedo en relación con el cáncer de próstata. Se da el hecho paradójico que el pico de incidencia de cáncer de próstata se produce cuando los niveles de esta hormona son los más bajos en el hombre. No hay evidencias que justifiquen su no utilización en los pacientes que lo necesiten. Lo que hay que hacer es controlar al paciente mediante tacto rectal, análisis sanguíneos de PSA y de sangre para ver evolución de las cifras de hemoglobina, hematocrito y ver la evolución de las cifras de testosterona.

    Los hombres que están buscando tener hijos no pueden ser sometidos a tratamientos con testosterona puesto que puede afectar a su fertilidad.

    Los esteroides anabólicos frecuentemente utilizados por los atletas y los levantadores de peso mimetizan los efectos de la testosterona natural con el resultado de aumento de masa muscular, pero a la larga producen una bajada de los niveles de testosterona. Un exceso de esteroides anabólicos puede aumentar los niveles de agresividad, causar acné severo, temblores, encoger los testículos, reducir el número de espermatozoides y producir calvicie.

    Hay medicaciones que pueden aumentar los niveles de la testosterona como son el finasteride que es un fármaco utilizado para reducir el agrandamiento de próstata en la hiperplasia. Hay otros fármacos que pueden reducir los niveles de testosterona como son los corticoides como la prednisona o los narcóticos como la morfina. Los tratamientos para el cáncer de próstata avanzado producen una castración química anulando la producción de testosterona.

    El tratamiento sustitutivo con testosterona puede empeorar algunas enfermedades como la apnea obstructiva del sueño por lo que en estos hombres hay que tener especial precaución. En los hombres con hiperplasia benigna de próstata, cáncer de próstata o insuficiencia cardiaca congestiva se debe tener especial precaución.

    La ingesta de alcohol afecta a los testículos, el lugar de producción de la testosterona y parece que también afecta a la producción de las hormonas relacionadas con la función sexual y la fertilidad. La atrofia testicular es característica de bajos niveles de testosterona en hombres alcohólicos con afectación hepática. El aumento de mamas o ginecomastia es típico de grandes bebedores porque el alcohol puede intervenir en la conversión de la testosterona en estrógenos que son las hormonas femeninas.

    El ejercicio puede ayudar a subir los niveles de testosterona. Después del ejercicio, los niveles de testosterona suben durante un breve período de tiempo (unos minutos hasta una hora). Los niveles de testosterona son más altos por la mañana y van disminuyendo a lo largo del día para ser más bajos a última hora de la tarde. Algunos investigadores aconsejan que la realización de ejercicio de fuerza por la tarde tiene un mayor efecto en la testosterona aunque con el entrenamiento, el cuerpo se adapta y la respuesta al ejercicio disminuye.

    Los expertos aconsejan para aumentar los niveles de testosterona utilizar la mayor cantidad de músculos posibles frente a hacer solo un ejercicio específico. También es mejor levantar pesos pesados frente a múltiples repeticiones de pesos ligeros y tener períodos cortos de descanso durante el entrenamiento físico.

    La paradoja es que los atletas de élite o los amateurs sobreentrenados pueden experimentar una bajada significativa de los niveles de testosterona. En estos casos, además tienen altos niveles de cortisol, la hormona del "estrés". Los signos del sobreentrenamiento son: dolores musculares generalizados, el tiempo de recuperación tras el ejercicio es prolongado, dificultades en dormir-insomnio, pérdida en la consecución de objetivos y fuerza.

  • Chequeo para todo hombre mayor de 50 años - 1ª parte

    Chequeos mayores de 50 añosChequeos mayores de 50 años

    Los hombres, por lo general, tienden a cuidarse menos que las mujeres y a hacerse menos pruebas preventivas para el cuidado de su salud. Vamos a enumerar algunas:

    El cáncer de próstata es el cáncer más frecuentemente diagnosticado en los hombres y el número de casos está creciendo anualmente. Los motivos de este incremento son el aumento de la longevidad y a la aparición de nuevas pruebas diagnósticas que permiten detectar el cáncer de forma mucho más temprana, como la resonancia magnética multiparamétrica de próstata, la biopsia de fusión o nuevas pruebas genéticas. No obstante, la prueba "reina" sigue siendo el antígeno prostático específico (PSA), un marcador en sangre cuyos valores elevados "obligan" a hacer un estudio en profundidad de la próstata. No es un marcador específico del cáncer puesto que, a medida que la próstata va creciendo se produce un aumento de la producción de PSA, y hay próstatas benignas que tienen PSA por encima de los límites normales y sin cáncer. Sigue siendo objeto de polémica su solicitud en todos los pacientes mayores de 50 años puesto que detectamos muchos cánceres "indolentes", es decir, que no afectarán a la salud de estos pacientes y, al ser detectados, los enfermos se someten a tratamientos que muchas veces tienen efectos secundarios. Su urólogo le comentará los pros y contras de esta prueba tan habitual.

    Cáncer testicular: este cáncer infrecuente se suele producir en los hombres entre 20 y 54 años. La sociedad americana del cáncer recomienda que todos los hombres se evalúen cuando acudan a una consulta médica rutinaria. Ante la más mínima sospecha o la presencia de una masa o bultoma en la zona hay que acudir al urólogo para la realización de una ecografía testicular y análisis de sangre específicos. La autoinspección es importante por parte de los pacientes.

    El cáncer de colon es la segunda causa más frecuente de muerte por cáncer. Los hombres tienen un pequeño riesgo más elevado en comparación a las mujeres. La mayoría de los cánceres de colon se desarrollan lentamente. La mejor forma de prevenirlo es la realización de una colonoscopia a partir de los 50 años. Esta prueba detecta también los pólipos que pueden ser extirpados durante el procedimiento.

    El cáncer de piel y su forma más maligna, el melanoma, aumenta de forma significativa cuando los hombres envejecen. Los hombres mayores tienen el doble de probabilidad de desarrollar un melanoma y 2-3 veces más riesgo de cánceres de piel de células basales o escamosas. El riesgo se incrementa según la exposición solar que haya tenido el paciente a lo largo de su vida. Es importante un chequeo por un dermatólogo.

  • Hemospermia o sangre en el semen

    HemospermiaHemospermia

    La aparición de sangre en el semen es un motivo frecuente de consulta urológica causando gran alarma en los pacientes que, en muchas ocasiones, acuden a Urgencias. En general, la aparición de sangre en el eyaculado suele aparecer como un episodio único y autolimitado. Hay que tranquilizar al paciente porque se trata de un síntoma benigno, pasajero y de fácil tratamiento. No es necesario acudir a Urgencias.

    En la mayoría de pacientes por debajo de los 40 años, no hay ninguna causa pero siempre se debe descartar una infección de la vía seminal o prostatitis. En estos casos, el paciente suele referir dolor en el periné o al eyacular acompañado de molestias infrapúbicas (la zona de la vejiga). También se debe descartar una uretritis o inflamación de la uretra que pueden estar relacionada con una infección o actividad sexual intensa o prolongada. Otro motivo pueden ser las masturbaciones prolongadas o la abstinencia sexual prolongada que se acompañan de eyaculación.

    En un porcentaje muy bajo de casos y en pacientes mayores de 45 años se debe descartar un cáncer de próstata.

    En algunos casos, ocurre que el paciente no sabe si viene de él mismo o de su pareja por lo que se aconseja que tenga actividad sexual con preservativo.

    Se debe realizar una exploración del pene, meato uretral y/o tacto rectal. Se solicitará según la edad y tipo de prácticas sexuales, estudio de enfermedades de transmisión sexual, analítica completa para verificar que la coagulación está correcta y cultivo de semen.

    En los pacientes de edad, las pruebas de imagen como la ecografía, el estudio de la sintomatología prostática, los niveles de PSA (Antígeno Prostático Específico) ayudarán a orientar el diagnóstico.

    Después de una biopsia de próstata, es muy característica que ocurra en los días posteriores al procedimiento o en pacientes con tratamiento anticoagulantes.

    Si no se encuentra la causa y persiste la hemospermia, se puede realizar una resonancia de próstata y/o una cistoscopia para evaluar el trayecto uretral y descartar anomalías como varices en el lecho prostático.

    En un 60%-70% de los casos, el episodio se resuelve espontáneamente en el período de un mes y no se encuentran causas específicas. El tratamiento general se basa en antiinflamatorios, antibióticos específicos para la próstata y fármacos descongestivos prostáticos.

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Blog especializado en el tratamiento de los problemas de próstata y salud sexual del varón.

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