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Blog del Dr. Francois Peinado. Urología. Hospital Universitario Ruber Juan Bravo

  • Prevenir la disfunción eréctil

    La disfunción eréctil es una de las consultas más frecuentes en la consulta de urología y, sin embargo, sigue rodeada de silencio, dudas y, a veces, vergüenza. Es importante saber que no se trata solo de un problema sexual: puede ser también un indicador temprano de alteraciones cardiovasculares o metabólicas.

    Prevenir la DEPrevenir la DE

    Por eso, como médico urólogo y andrólogo especializado en salud masculina, siempre insisto en que la prevención es nuestra mejor aliada. Existen múltiples factores —muchos de ellos modificables— que influyen en la calidad de las erecciones y en el bienestar sexual del hombre.

    En este artículo comparto contigo 15 medidas clave, sencillas y eficaces, que pueden ayudarte a mantener una vida sexual plena y saludable a lo largo del tiempo.

    Cómo prevenir la disfunción eréctil: 15 claves respaldadas por la ciencia

    La disfunción eréctil es un problema más común de lo que se cree, pero también es una condición que, en muchos casos, se puede prevenir. Adoptar hábitos de vida saludables no solo mejora tu salud general, sino que también protege tu vida sexual. A continuación, te comparto 15 recomendaciones clave, basadas en evidencia científica, para reducir el riesgo de padecer disfunción eréctil.

    1. Cuida tu peso

    El exceso de peso, especialmente la obesidad abdominal, se asocia con un mayor riesgo de disfunción eréctil. Un perímetro de cintura superior a 102 cm puede ser un indicador de riesgo. El sobrepeso puede favorecer el colesterol alto, la diabetes y enfermedades cardiovasculares, todas ellas condiciones que afectan la calidad de las erecciones.

    2. Sigue una dieta mediterránea

    Comer bien también es cuidar tu vida sexual. Una alimentación rica en frutas, verduras, cereales integrales, pescado y grasas saludables favorece la salud cardiovascular, y por tanto, la salud eréctil. Evita los alimentos ultraprocesados, fritos, carnes rojas en exceso y lácteos grasos.

    3. Controla tu presión arterial

    La hipertensión puede dañar los vasos sanguíneos, disminuyendo el flujo de sangre al pene. Muchas personas tienen la tensión alta y no lo saben, por lo que es importante revisarla periódicamente y, si es necesario, tratarla.

    4. Mantén a raya el colesterol

    Un colesterol elevado puede obstruir las arterias y dificultar la circulación, lo cual repercute directamente en la función eréctil. Reducirlo con cambios en la dieta o tratamiento médico es clave para proteger tu salud sexual.

    5. Controla bien tu diabetes

    El mal control de la glucosa puede dañar tanto los nervios como los vasos sanguíneos del pene. Una diabetes mal controlada es una causa frecuente de disfunción eréctil. Trabajar con tu médico para mantener estables los niveles de azúcar en sangre es esencial.

    6. Si fumas, es hora de dejarlo

    Fumar daña los vasos sanguíneos y multiplica el riesgo de problemas de erección. Además, los tratamientos para la disfunción eréctil pueden ser menos eficaces en hombres fumadores. Abandonar el tabaco siempre es una decisión acertada.

    7. Alcohol, con moderación

    Un consumo elevado de alcohol puede disminuir el deseo sexual, afectar la erección y dificultar el orgasmo. Si crees que el alcohol está afectando tu vida sexual, reducir o eliminar su consumo puede marcar una gran diferencia.

    8. Evita las drogas recreativas

    Sustancias como la cocaína, anfetaminas, marihuana u opiáceos pueden dañar el sistema nervioso y los vasos sanguíneos, afectando negativamente a la función eréctil. Si tienes problemas con su consumo, buscar ayuda médica es el primer paso para mejorar tu salud integral.

    9. Haz ejercicio físico

    No hace falta correr una maratón. Incluso caminar 30 minutos al día puede mejorar el flujo sanguíneo, reducir el estrés y favorecer las erecciones. El ejercicio regular es uno de los pilares fundamentales para prevenir la disfunción eréctil.

    10. Revisa tus niveles de testosterona

    A partir de los 30 años, los niveles de testosterona comienzan a disminuir lentamente. Si notas falta de deseo sexual o dificultad para mantener la erección, puede ser útil hacer una analítica para valorar si existe un déficit hormonal y tratarlo si es necesario.

    11. Aléjate de los esteroides anabolizantes

    Aunque parezca contradictorio, el uso de testosterona sintética con fines estéticos puede dañar tu capacidad natural para producirla. Esto puede provocar problemas graves en la función eréctil, además de otros efectos secundarios como atrofia testicular o caída del cabello.

    12. Aprende a manejar el estrés

    La ansiedad y el estrés crónicos pueden afectar el deseo sexual y provocar disfunción eréctil. Es importante identificar las causas de estrés (laborales, personales o emocionales) y buscar estrategias para gestionarlas adecuadamente.

    13. Trata la apnea del sueño

    Este trastorno, que provoca interrupciones repetidas en la respiración durante el sueño, también puede influir en la salud sexual. Existen tratamientos eficaces que no solo mejoran la calidad del descanso, sino también la función eréctil.

    14. Revisa los efectos secundarios de tus medicamentos

    Varios fármacos, como algunos diuréticos, antidepresivos, analgésicos opiáceos o relajantes musculares, pueden causar disfunción eréctil. Nunca dejes la medicación por tu cuenta, pero consulta con tu médico si notas que tu vida sexual se ve afectada.

    15. Sé proactivo y consulta al especialista

    Tener una disfunción puntual no es motivo de alarma, pero si el problema persiste, no lo dejes pasar. Puede haber una causa subyacente que merece atención. Cuanto antes se diagnostique, más eficaz será el tratamiento.

    Recuerda: la disfunción eréctil no solo afecta a la vida sexual, también puede ser un marcador precoz de problemas cardiovasculares. Cuidarte hoy es proteger tu salud para el futuro.

  • Últimos avances en salud sexual

    Nuevos tratamientos salud sexualNuevos tratamientos salud sexual

    La salud sexual desempeña un papel crucial en el bienestar general, y los investigadores siguen explorando nuevos tratamientos para ayudar a las personas que sufren disfunciones sexuales. Los emocionantes avances de la tecnología médica ofrecen soluciones prometedoras, como la terapia con ondas de choque de baja intensidad (LiSWT), la terapia con células madre y la terapia con plasma rico en plaquetas (PRP). Aunque estos tratamientos tienen potencial, también presentan limitaciones que deben abordarse mediante nuevas investigaciones.

    Terapia de ondas de choque de baja intensidad (LISWT)

    La LiSWT es un tratamiento no invasivo que utiliza ondas sonoras para mejorar el flujo sanguíneo a los genitales. Desarrollada originalmente para tratar cálculos renales y lesiones musculoesqueléticas, los investigadores descubrieron que las ondas de choque también podían mejorar la función eréctil estimulando el crecimiento de los vasos sanguíneos. Este tratamiento se está investigando principalmente para la disfunción eréctil (DE) y la enfermedad de Peyronie en la fase dolorosa, una dolencia que provoca la curvatura del pene.

    Beneficios potenciales:

    • Aumenta la circulación sanguínea y favorece la formación de nuevos vasos sanguíneos.
    • Puede ser una alternativa a medicamentos como el Viagra para los hombres que no responden bien a ellos.
    • No es invasivo, es decir, no requiere cirugía ni inyecciones.

    Limitaciones actuales:

    • Este tratamiento aún no ha sido aprobado por la FDA para el tratamiento de la disfunción eréctil, ya que se necesitan más estudios para confirmar su eficacia a largo plazo.
    • Los protocolos de tratamiento varían, por lo que no está claro cuántas sesiones son necesarias para obtener resultados óptimos.
    • Es posible que no funcione en personas con daños vasculares graves o disfunción eréctil avanzada.

    Terapia con células madre

    La terapia con células madre es un enfoque innovador que pretende regenerar los tejidos dañados utilizando los propios mecanismos de curación del organismo. En el ámbito de la salud sexual, se está estudiando sobre todo para la disfunción eréctil y la atrofia vaginal (reducción de la elasticidad y adelgazamiento de los tejidos vaginales, a menudo relacionados con la menopausia). Las células madre, normalmente derivadas de la médula ósea o del tejido adiposo, pueden reparar vasos sanguíneos y terminaciones nerviosas dañados, mejorando su funcionamiento.

    Posibles beneficios:

    • Podría proporcionar resultados duraderos al regenerar los tejidos en lugar de limitarse a tratar los síntomas.
    • Podría ayudar a las personas que no han respondido a las terapias convencionales.
    • La investigación se está ampliando para explorar su uso en la disfunción sexual femenina.

    Limitaciones actuales:

    • Todavía en fase experimental; no está ampliamente disponible para uso clínico.
    • Preocupaciones éticas y normativas sobre el uso de células madre.
    • Los estudios son en su mayoría a pequeña escala, por lo que se requieren ensayos más amplios para demostrar su eficacia y seguridad.

    Terapia con plasma rico en plaquetas (PRP)

    La terapia PRP consiste en extraer una pequeña cantidad de sangre del paciente, procesarla para concentrar las plaquetas e inyectarla en zonas específicas para favorecer la cicatrización. En el ámbito de la salud sexual, el PRP se ha estudiado como tratamiento de la disfunción eréctil, el rejuvenecimiento vaginal e incluso afecciones como el liquen escleroso, un trastorno inflamatorio crónico de la piel que afecta a la zona genital.

    Posibles beneficios:

    • Utiliza las propiedades curativas del propio cuerpo para regenerar los tejidos.
    • Puede mejorar la sensibilidad, la excitación y la función sexual tanto en hombres como en mujeres.
    • Es mínimamente invasivo y tiene menos efectos secundarios en comparación con los tratamientos quirúrgicos.

    Limitaciones actuales:

    • La investigación se encuentra aún en sus primeras fases y los resultados varían según los individuos.
    • El procedimiento no está normalizado, por lo que su eficacia es desigual.
    • Suele ser costoso y no lo cubre el seguro.

    El futuro de los tratamientos de salud sexual

    Aunque estos avances ofrecen nuevas esperanzas, es esencial abordarlos con expectativas realistas. Muchos de estos tratamientos están aún en fase de investigación, y sus beneficios y riesgos a largo plazo siguen sin estar claros y tienen muy poca evidencia todavía. Si está considerando alguna de estas terapias, consulte con un profesional médico para determinar cuál es el mejor enfoque en función de sus necesidades y condiciones de salud específicas.

    Al mantenerse informado sobre las últimas investigaciones y avances, las personas que luchan con problemas de salud sexual pueden explorar nuevas opciones manteniendo expectativas realistas sobre su eficacia y disponibilidad.

    Referencias:

    • Albersen, M., Weyne, E., & Bivalacqua, T. J. (2013). Stem cell therapy for erectile dysfunction: progress and future directions. Sexual Medicine Reviews, 1(1), 50-64. https://doi.org/10.1002/smrj.5

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    • Clavijo, R. I., Kohn, T. P., Kohn, J. R., & Ramasamy, R. (2017). Effects of low-intensity extracorporeal shockwave therapy on erectile dysfunction: a systematic review and meta-analysis. The journal of sexual medicine, 14(1), 27-35. https://doi.org/10.1016/j.jsxm.2016.11.001

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    • Dankova, I., Pyrgidis, N., Tishukov, M., Georgiadou, E., Nigdelis, M. P., Solomayer, E.-F., Marcon, J., Stief, C. G., & Hatzichristou, D. (2023). Efficacy and safety of platelet-rich plasma injections for the treatment of female sexual dysfunction and stress urinary incontinence: A systematic review. Biomedicines, 11(11), 2919. https://doi.org/10.3390/biomedicines11112919

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    • Vardi, Y., Appel, B., Kilchevsky, A., & Gruenwald, I. (2012). Does low intensity extracorporeal shock wave therapy have a physiological effect on erectile function? Short-term results of a randomized, double-blind, sham controlled study. Journal of Urology, 187(5), 1769-1775. https://doi.org/10.1016/j.juro.2011.12.117Este enlace se abrirá en una ventana nueva

  • Ingeniería tisular del pene: ¿el futuro de la reconstrucción del cuerpo cavernoso y la túnica albugínea?

    La reconstrucción de estructuras peneanas como el cuerpo cavernoso y la túnica albugínea continúa siendo un reto importante en andrología y urología reconstructiva. Las técnicas actuales, como los injertos autólogos, las prótesis o los colgajos musculocutáneos, presentan limitaciones claras: desde complicaciones mecánicas e infecciones hasta una escasa recuperación funcional. En este contexto, la ingeniería tisular ha emergido como una alternativa prometedora que busca no solo reparar, sino regenerar estructuras anatómicas y funcionales del pene.

    En un artículo publicado recientemente en BMC Urology por Guo et al. (2024), se revisa de forma exhaustiva el estado actual de la investigación en bioingeniería del pene, abordando tanto la reconstrucción del cuerpo cavernoso como de la túnica albugínea. El trabajo destaca la importancia de los scaffolds o andamiajes —tanto sintéticos como derivados de matrices acelulares— que permiten sostener y guiar el crecimiento celular. Además, el uso de células madre mesenquimales, derivadas de tejido adiposo o muscular, ha mostrado una notable capacidad para diferenciarse en células musculares lisas y endoteliales, componentes fundamentales para la función eréctil.

    Ingeniería tisular del peneIngeniería tisular del pene

    Anatomía del pene

    Una de las líneas más innovadoras revisadas es el empleo de células madre modificadas genéticamente (como aquellas que sobreexpresan HIF-1α o VEGF) para mejorar la angiogénesis y la integración funcional del injerto. También se exploran métodos como la bioimpresión 3D, que permite diseñar estructuras personalizadas, y técnicas para modular la señalización celular mediante factores como TGF-β1, NO, SRF o GATA6. Los resultados preclínicos en modelos animales —principalmente conejos y ratas— son alentadores: se ha observado restauración parcial o completa de la erección, presencia de esperma tras el coito e incluso nacimientos, lo que demuestra recuperación eyaculatoria y fertilidad.

    En el caso de la túnica albugínea, los injertos celulares han logrado reducir la fibrosis y recuperar la elasticidad del tejido, dos aspectos críticos en patologías como la enfermedad de Peyronie. Los estudios también apuntan a una mejora en las propiedades mecánicas del injerto y una integración estructural más eficaz con el tejido nativo.

    No obstante, persisten desafíos importantes. La necesidad de validar estos resultados en modelos animales de mayor tamaño —anatómicamente comparables al pene humano—, el control de la degradabilidad del andamiaje, y la dirección específica de la diferenciación celular en el microambiente cavernoso son cuestiones aún por resolver. Además, la futura aplicación clínica requerirá superar importantes barreras regulatorias y garantizar la seguridad a largo plazo de estas terapias avanzadas.

    En conjunto, esta revisión posiciona la ingeniería tisular del pene como una de las áreas más prometedoras en la medicina regenerativa aplicada a la salud sexual masculina. Su potencial para ofrecer soluciones funcionales y duraderas en casos complejos de disfunción eréctil o reconstrucción peneana es indiscutible. Se trata, sin duda, de un campo que merece atención prioritaria y colaboración entre urólogos, biólogos celulares e ingenieros biomédicos.

  • Erecciones dolorosas

    Las erecciones dolorosas pueden causar angustia y afectar significativamente a la salud sexual y la calidad de vida del hombre. Aunque puede que no sea un tema frecuente de conversación, el problema es más común de lo que muchos podrían pensar. Comprender las causas más comunes de las erecciones dolorosas puede ayudar a los hombres a buscar el tratamiento adecuado y aliviar las molestias.

    Eyaculación dolorosaEyaculación dolorosa

    1. Priapismo

    El priapismo es una afección caracterizada por erecciones prolongadas y a menudo dolorosas que duran más de cuatro horas y se producen sin estimulación sexual. Existen dos tipos de priapismo: isquémico y no isquémico. El priapismo isquémico, también conocido como priapismo de bajo flujo, se produce cuando la sangre queda atrapada en el tejido eréctil del pene y no puede salir. Esta forma de priapismo suele ser dolorosa y se considera una urgencia médica porque la isquemia prolongada (falta de flujo sanguíneo) puede causar daños permanentes en el tejido.

    El priapismo no isquémico, o priapismo de alto flujo, es menos doloroso y se produce cuando hay un flujo incontrolado de sangre hacia el pene debido a una lesión o traumatismo en las arterias. Entre las afecciones que aumentan el riesgo de priapismo figuran la anemia falciforme, determinados medicamentos (especialmente para la disfunción eréctil) y el abuso de drogas o alcohol. Es necesaria una atención médica inmediata para tratar la causa subyacente y prevenir daños a largo plazo.

    2. Enfermedad de Peyronie

    Una de las principales causas de erecciones dolorosas es la enfermedad de Peyronie, una dolencia que afecta al tejido del pene. Se produce cuando se forma tejido cicatricial fibroso en el pene, lo que provoca una curvatura anormal durante las erecciones. Los hombres con enfermedad de Peyronie pueden experimentar dolor, dificultad para las erecciones y, en casos graves, una curvatura significativa que dificulta o imposibilita el coito. La acumulación de tejido cicatricial puede deberse a lesiones leves en el pene, como las que se producen durante las relaciones sexuales, los deportes o los accidentes. Sin embargo, en muchos casos se desconoce la causa exacta de la enfermedad de Peyronie.

    El dolor suele aparecer durante las primeras fases de la afección, y puede disminuir a medida que ésta se estabiliza. El tratamiento médico puede ir desde inyecciones hasta cirugía que resuelve la mayoría de los casos.

    3. Infecciones e inflamación

    Las infecciones y la inflamación también pueden causar erecciones dolorosas. Afecciones como la prostatitis, que es la inflamación de la glándula prostática, o la uretritis, inflamación de la uretra, pueden provocar molestias durante la erección. Las infecciones de la vejiga o del tracto urinario también pueden contribuir al dolor, especialmente durante la eyaculación.

    Las infecciones de transmisión sexual (ITS), como la gonorrea o la clamidia, pueden causar inflamación en los órganos reproductores y provocar erecciones dolorosas. Cuando la causa es una ITS, también pueden presentarse otros síntomas como secreción, ardor al orinar o inflamación de la zona genital. El tratamiento suele consistir en antibióticos o medicamentos antivirales, dependiendo de la naturaleza de la infección.

    4. Síndrome de dolor pélvico crónico (SDPC)

    El síndrome de dolor pélvico crónico (SDPC), también conocido como prostatitis crónica, es una enfermedad que afecta a hombres de todas las edades y puede causar dolor en la zona pélvica, incluso durante las erecciones. La causa exacta del SDPC no se conoce del todo, pero se cree que es una combinación de tensión muscular, inflamación nerviosa y factores psicológicos como el estrés o la ansiedad.

    Los hombres con SDPC pueden experimentar dolor persistente en el perineo (la zona entre el ano y el escroto), la parte inferior del abdomen e incluso el pene. Este dolor puede acentuarse durante las erecciones, la eyaculación o después de la actividad sexual. El tratamiento del SDPC suele incluir fisioterapia del suelo pélvico, medicamentos para reducir la inflamación y el dolor, y tratamiento del estrés o la ansiedad mediante asesoramiento o técnicas de control del estrés.

    5. Fimosis y parafimosis

    La fimosis es una afección en la que el prepucio está demasiado tenso para retraerse sobre la cabeza del pene. Esta tirantez puede causar molestias o dolor durante la erección, especialmente en los casos en que el prepucio no se ha estirado lo suficiente como para permitir una retracción completa. La fimosis es más frecuente en hombres no circuncidados y puede resolverse por sí sola en individuos jóvenes, pero en algunos casos puede ser necesaria la intervención médica.

    La parafimosis, por el contrario, se produce cuando el prepucio se atasca en una posición retraída y no puede retraerse sobre la cabeza del pene. Esto puede causar hinchazón y dolor, especialmente durante las erecciones, y requiere atención médica inmediata para evitar complicaciones. Los tratamientos para ambas afecciones incluyen cremas tópicas con corticoides, estiramientos manuales o, en casos más graves, la circuncisión.

    6. Traumatismos o lesiones

    Los traumatismos físicos en el pene o en la región pélvica pueden provocar erecciones dolorosas. Esto puede ocurrir debido a lesiones deportivas, accidentes o actividad sexual brusca. Una afección denominada fractura de pene, que se produce cuando se rompe la túnica albugínea (la capa protectora que rodea el tejido eréctil), puede causar un dolor intenso e inmediato durante la erección. Las fracturas de pene suelen requerir intervención quirúrgica para reparar el daño y prevenir complicaciones como la disfunción eréctil o el dolor crónico.

    Conclusión

    Las erecciones dolorosas pueden surgir por diversas causas, desde infecciones e inflamaciones hasta afecciones más graves como la enfermedad de Peyronie y el priapismo. Aunque estas afecciones pueden ser angustiosas, muchas son tratables con la intervención médica adecuada. Es esencial que los hombres que experimenten dolor durante la erección acudan rápidamente al médico para tratar cualquier problema subyacente y prevenir complicaciones.

    Referencias:

    Broderick, G. A., Kadioglu, A., Bivalacqua, T. J., Ghanem, H., Nehra, A., & Shamloul, R. (2010). Priapism: pathogenesis, epidemiology, and management. The journal of sexual medicine, 7(1 Pt 2), 476–500. https://doi.org/10.1111/j.1743-6109.2009.01625.xEste enlace se abrirá en una ventana nueva

    Flores, J. M., Salter, C. A., Nascimento, B., Terrier, J. E., Taniguchi, H., Bernie, H. L., Miranda, E., Jenkins, L., Schofield, E., & Mulhall, J. P. (2021). The Prevalence and Predictors of Penile Pain in Men with Peyronie’s Disease. Sexual medicine, 9(4), 100398. Este enlace se abrirá en una ventana nuevahttps://doi.org/10.1016/j.esxm.2021.100398Este enlace se abrirá en una ventana nueva

    Hayashi, Y., Kojima, Y., Mizuno, K., & Kohri, K. (2011). Prepuce: phimosis, paraphimosis, and circumcision. The Scientific World Journal, 11(1), 289-301. https://doi.org/10.1100/tsw.2011.31Este enlace se abrirá en una ventana nueva

    Koifman, L., Barros, R., Júnior, R. A., Cavalcanti, A. G., & Favorito, L. A. (2010). Penile fracture: diagnosis, treatment and outcomes of 150 patients. Urology, 76(6), 1488-1492. https://doi.org/10.1016/j.urology.2010.05.043Este enlace se abrirá en una ventana nueva

    Magistro, G., Wagenlehner, F. M., Grabe, M., Weidner, W., Stief, C. G., & Nickel, J. C. (2016). Contemporary Management of Chronic Prostatitis/Chronic Pelvic Pain Syndrome. European urology, 69(2), 286–297. Este enlace se abrirá en una ventana nuevahttps://doi.org/10.1016/j.eururo.2015.08.061Este enlace se abrirá en una ventana nueva

    Sadeghi-Nejad, H., Wasserman, M., Weidner, W., Richardson, D., & Goldmeier, D. (2010). Sexually transmitted diseases and sexual function. The journal of sexual medicine, 7(1 Pt 2), 389–413. https://doi.org/10.1111/j.1743-6109.2009.01622.xEste enlace se abrirá en una ventana nueva

  • Pene enterrado

    El pene enterrado (también denominado pene oculto o escondido) es una afección en la que el pene está parcial o totalmente cubierto por la piel del escroto, el abdomen o los muslos. Aunque un pene enterrado puede ser (y a menudo es) de tamaño normal, está oculto bajo la piel, por lo que no sobresale totalmente del cuerpo.

    Esta afección infrecuente puede presentarse al nacer o desarrollarse en etapas posteriores de la vida. Puede causar varias complicaciones, como dificultad o dolor en las relaciones sexuales, síntomas urinarios, problemas de higiene y problemas de autoestima. Afortunadamente, el pene enterrado puede tratarse mediante cirugía y puede mejorar con la pérdida de peso.

    Síntomas

    El síntoma principal del pene enterrado es que sólo es visible la punta (si la hay) del pene. Sin embargo, suele ir acompañado de varios problemas físicos y psicológicos. A continuación, se enumeran algunas de las complicaciones que pueden surgir como consecuencia de un pene enterrado:

    Imposibilidad de mantener relaciones sexuales con penetración si el pene queda atrapado bajo la piel.

    Dolor durante el coito.

    Erecciones y/o eyaculación dolorosa.

    Dificultad para orinar (por ejemplo, no poder orinar de pie).

    Goteo de orina.

    Infecciones urinarias frecuentes.

    Mala higiene.

    Infecciones cutáneas debidas a problemas de higiene.

    Piel del pene poco sana debido a inflamaciones y cicatrices.

    Depresión.

    Ansiedad.

    Baja autoestima o deterioro de la autoimagen sexual.

    Carcinoma de células escamosas del pene (cáncer de pene) que puede producirse debido a la inflamación crónica por el atrapamiento de orina.

    Una persona con pene enterrado puede experimentar alguna o todas estas complicaciones, dependiendo de la gravedad de su afección.

    Causas

    El pene enterrado puede estar causado por problemas en los ligamentos que unen el pene al cuerpo, exceso de grasa alrededor del abdomen, retención de líquidos en la zona genital o complicaciones tras la circuncisión. También puede deberse a enfermedades cutáneas poco frecuentes, como el liquen escleroso o la hidradenitis supurativa. A continuación, se ofrece una explicación más detallada de cada una de las posibles causas del pene enterrado:

    • Anomalías en la estructura del pene al nacer. Algunos individuos nacen con el pene enterrado. Esto ocurre cuando los ligamentos y tejidos conectivos que unen el pene al cuerpo son demasiado débiles o laxos para sostener adecuadamente el pene.
    • El exceso de grasa, sobre todo alrededor del abdomen y los genitales, puede cubrir el pene y hacer que parezca oculto. Esta es la causa más frecuente de pene enterrado adquirido en la edad adulta.
    • Linfedema genital. El líquido linfático puede acumularse alrededor del escroto, causando a veces una hinchazón suficiente para enterrar el pene.
    • Complicaciones tras la circuncisión. El pene enterrado puede aparecer tras la circuncisión si se extirpa demasiado (o no lo suficiente) del prepucio. Sin embargo, las investigaciones sugieren que el pene enterrado tras la circuncisión en recién nacidos no es permanente y suele resolverse por sí solo a medida que los bebés crecen.
    • Padecimientos crónicos de la piel que afectan a la ingle. El liquen escleroso provoca manchas blancas que pican en la piel, normalmente en las zonas genital o anal. La hidradenitis supurativa provoca bultos bajo la piel de las axilas o la ingle. Ambas afecciones pueden provocar inflamación y cambios en la piel que pueden afectar al pene. Por ejemplo, el liquen escleroso puede causar fimosis (afección en la que el prepucio tenso no puede retraerse), y una banda fimótica puede tirar del pene hacia atrás y enterrarlo. Por otro lado, la hidradenitis supurativa puede provocar linfedema y la consiguiente hinchazón que cubre el pene.

    Diagnóstico

    Normalmente, un médico puede diagnosticar el pene enterrado mediante una inspección visual y un examen físico. Un profesional capacitado puede ayudar a descartar otras posibles afecciones del pene, como el micropene, que es un pene pequeño. Por lo tanto, si cree que puede tener el pene enterrado, es importante que se lo confirme un médico de atención primaria o un urólogo.

    Tratamiento

    En bebés y niños muy pequeños, el pene enterrado puede desaparecer por sí solo a medida que el niño crece. Además, las personas con casos leves pueden notar que la pérdida de peso y/o las cremas tópicas con esteroides que aflojan el prepucio ayudan (en casos relacionados con la fimosis). No obstante, para tratar el pene enterrado suele ser necesaria la cirugía. Las siguientes opciones quirúrgicas se centran en eliminar grasa o reforzar la estructura de soporte del pene para tratar el pene enterrado:

    • Abdominoplastia, es un procedimiento para eliminar el exceso de grasa del abdomen.
    • Una paniculectomía se realiza para extirpar un panículo, que es un gran colgajo de piel que cuelga sobre los muslos y los genitales. Este exceso de piel puede ser el resultado de una importante pérdida de peso.
    • Lipectomía infraumbilical consiste en la extirpación de la almohadilla de grasa situada encima del pubis.
    • Escrotoplastia es una cirugía que corrige y remodela el escroto eliminando el exceso de piel de la zona. Esta piel también puede reordenarse quirúrgicamente para cubrir el cuerpo del pene si es necesario.
    • Lipectomía de succión elimina las células grasas mediante catéteres quirúrgicos que utilizan la succión.
    • Reparación de daños en la piel, que consiste en eliminar cualquier tejido cicatricial o piel dañada alrededor del pene, utiliza injertos de piel para cubrir las zonas del pene en las que la piel está comprometida o falta. Los injertos de piel pueden proceder de la almohadilla de grasa que se ha eliminado o del muslo.
    • La manipulación de ligamentos puede realizarse desprendiendo los ligamentos que conectan el pene al cuerpo y reforzando quirúrgicamente la estructura mediante la fijación interna de suturas a la base del pene.
    • Independientemente de la opción de tratamiento que se utilice, los pacientes con pene enterrado también pueden beneficiarse del asesoramiento psicológico. Las cuestiones relacionadas con la disfunción sexual y la autoestima son complejas, y un profesional de la salud mental puede ayudar a un individuo a navegar por estos desafíos.

    Fotografías antes y después de cirugía (fotos propiedad del Dr. Peinado)

    Referencias:

    • Buried or Hidden Penis: Treatment, Symptoms, Causes. (2020, December 18). Cleveland Clinic. https://my.clevelandclinic.org/health/diseases/16291-buried-penis
    • Cavayero, C.T., Cooper, M.A., & Harlin, S.L. (2015). Adult-Acquired Hidden Penis in Obese Patients: A Critical Survey of the Literature. The Journal of the American Osteopathic Association, 115(3), 150-156. https://jaoa.org/article.aspx?articleid=2211854
    • Eroğlu, E., Bastian, O.W., Ozkan, H.C., Yorukalp, O.E., & Goksel, A.K. (2009). Buried penis after newborn circumcision. The Journal of urology, 181(4), 1841–1843. DOI: https://doi.org/10.1016/j.juro.2008.12.006
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