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Blog de la Unidad de la Mujer del Hospital Quirónsalud Zaragoza

  • Gestion de la incontinencia urinaria. Causas y tratamientos disponibles

    Artículo por la Dra. Elena Bescós, ginecóloga en la Unidad de la Mujer. Quirónsalud Zaragoza.


    La incontinencia urinaria se caracteriza por su elevada prevalencia. Aunque no es una enfermedad grave, repercute de forma significativa en la persona afectada, hasta tal punto que modifica su estilo de vida y condiciona sus relaciones sociales.

    La continencia urinaria depende básicamente de la integridad de la vejiga, el suelo pélvico y la uretra; la inervación de estas estructuras y el control a nivel superior son igualmente importantes para el correcto desarrollo de esta función. Una valoración completa, incluidos los antecedentes, es la clave para determinar el tipo de incontinencia urinaria y establecer el plan de tratamiento.

    Se entendía como incontinencia cualquier pérdida involuntaria de orina. Se trata de un problema más frecuente en la mujer que en el varón, y que la incidencia de esta disfunción aumenta con la edad. El carácter vergonzante que tiene este trastorno para las mujeres afectadas hace que aproximadamente sólo el 35% de las pacientes con incontinencia urinaria grave busque ayuda médica.

    Según sus síntomas, los tipos de incontinencia urinaria más frecuentes en la mujer son: incontinencia de esfuerzo, incontinencia de urgencia, incontinencia mixta e incontinencia por rebosamiento.


    Diagnóstico

    El proceso diagnóstico debe iniciarse con una historia clínica exhaustiva, que ayudará a realizar una presunción diagnóstica bastante certera. Es necesario realizar también una exploración física que debe incluir: examen general, exploración abdominal focalizada a nivel del hipogastrio, valoración de la sensibilidad perianal y de los reflejos lumbosacros y exploración ginecológica.

    Puede que sea preciso realizar pruebas complementarias para ayudar al diagnóstico. Estas pruebas deben incluir: urocultivo, laboratorio (glucemia, función renal e iones), ecografía, evaluación de la orina residual, flujometría, estudio urodinámico y cistoscopia.


    Incontinencia urinaria de esfuerzo

    Es la pérdida involuntaria de orina asociada a un esfuerzo físico que provoca un aumento de la presión intraabdominal (toser, reír, correr e incluso andar), teniendo poca relación con la actividad del detrusor.

    Este tipo de incontinencia puede deberse a uno de los siguientes mecanismos, o a una combinación de ambos:

    • Debilidad de las estructuras que conforman el suelo de la pelvis y que sostienen la uretra, lo que condiciona una hipermovilidad uretral.

    • Disfunción intrínseca del esfínter, producida por la debilidad del músculo uretral, lo que determina una insuficiente coaptación de las paredes de la uretra.

    Es el tipo de incontinencia urinaria más frecuente en las mujeres, y su prevalencia se sitúa en el 40-50%, según los estudios.

    La etiología de este tipo de incontinencia es multifactorial, aunque destacan los siguientes factores:

    • Procesos respiratorios crónicos: tos crónica, rinitis alérgica (estornudos).

    • Obesidad, que supone una agresión por la sobrecarga de la masa muscular del periné y puede originar hipotonía del suelo pélvico; también resultan perjudiciales los cambios bruscos de peso, ya que debilitan los tejidos colágenos pélvicos limitando la capacidad de recuperación.

    • Estreñimiento

    • Histerectomía previa

    • Lesiones adquiridas del cuello vesical y/o uretra proximal secundaria a iatrogenia, traumatismos vaginales, etc.

    • Embarazo y paridad, admitiéndose en la actualidad que el embarazo, el parto vaginal y la multiparidad desempeñan un papel negativo sobre el suelo pélvico y que el daño obstétrico puede conducir a este tipo de incontinencia; también se ha demostrado que la duración del período expulsivo del parto se relaciona directamente con la incontinencia urinaria de esfuerzo.

    • Alteraciones de la estática vertebral adquiridas o congénitas.

    • Fármacos tales como los bloqueadores beta y los inhibidores del enzima conversor de la angiotensina (IECA), cuya relación con la etiología de la incontinencia urinaria de esfuerzo es debida a la producción de tos.

    El papel de la menopausia en la etiología de la incontinencia urinaria de esfuerzo no está claro; se admite que no hay pruebas suficientes para afirmar que esta condición causa incontinencia.


    Tratamiento de la incontinencia urinaria de esfuerzo

    Tratamiento conservador:

    El tratamiento conservador comprende intervenciones en el estilo de vida de la paciente y terapias físicas.

    El tratamiento conservador ha de constituir la principal forma de manejo inicial de la IUE.


    1. Cambios en el estilo de vida

    Evitar la obesidad

    Evitar determinados tipos de esfuerzos físicos (deporte, trabajo).

    Evitar el tabaco

    Evitar el estreñimiento


    2. Terapias físicas

    Los ejercicios de contracción de los músculos del suelo pélvico son la primera opción de tratamiento en la IUE, sobre todo en los casos leves y moderados.

    Dentro de ellas se incluye la rehabilitación del suelo pélvico (RSP), entendiendo como tal la práctica regular de ejercicios de contracción activa de los músculos del suelo pelviano, con o sin ayuda de técnicas de biofeedback.

    La electroestimulación se considera otro método de RSP que se puede utilizar sola o en combinación con los ejercicios de contracción activa.


    3. Tratamiento quirúrgico

    Irá dirigido a estabilizar la uretra en casos de hipermovilidad o bien a conseguir su coaptación, en las pacientes con disfunción uretral intrínseca.

    1. Bandas suburetrales libres de tensión transobturadoras o retropúbicas
    2. Bandas retropúbicas regulables
    3. Inyecciones periuretrales (agente coaptante de la pared uretral)
    4. Esfínter artificial

    Incontinencia urinaria de urgencia

    Es la pérdida involuntaria de orina asociada a un fuerte deseo de orinar, que se denomina «urgencia» o «micción imperiosa». Se debe a una contractilidad aumentada de la vejiga urinaria, que en condiciones normales sólo se contrae cuando el sujeto decide orinar voluntariamente.

    Este tipo de incontinencia viene precedida por una sensación de urgencia, imposible de controlar. Suele asociarse a síntomas que afectan a la fase de llenado (micción frecuente, superior a ocho veces al día), nicturia y, ocasionalmente, micción incontrolada.

    La prevalencia se incrementa a partir de los 40 años, con un pico a partir de los 75; de hecho, es la forma más frecuente de incontinencia en ancianas con más de 75 años.

    La etiología de este tipo de incontinencia incluye:

    • Origen desconocido o idiopático, en cuyo caso no hay una causa subyacente; suele deberse a patrones de evacuación alterados.

    • Trastornos neurológicos (esclerosis múltiple, enfermedad de Alzheimer, accidente cerebral, enfermedad de Parkinson, diabetes y alteraciones medulares que dificulten la inhibición motora del reflejo miccional).

    • Secundaria a alteraciones del urotelio vesical: patologías inflamatorias o irritativas vesicales (infección urinaria, carcinoma urotelial in situ, litiasis, etc.)

    • Secundaria a fármacos y otros compuestos: diuréticos, sedantes, hipnóticos, alcohol, cafeína,...


    Tratamiento de la incontinencia urinaria de urgencia

    Tiene como objetivo aliviar los síntomas de aumento de frecuencia miccional, urgencia y de incontinencia de urgencia


    Tratamiento conservador

    Comprende cualquier forma de terapia, que no sea quirúrgica ni farmacológica: cambios del estilo de vida, fisioterapia y reeducación vesical.

    1. Cambio del estilo de vida

    2. Pérdida de peso

    3. Cambios en la dieta

    Cambios como la reducción de la ingesta excesiva de líquidos y excitantes (grado de recomendación).


    Reeducación vesical

    Incluye todas las pautas de control de la micción que tienen por objeto la educación de los hábitos miccionales y la recuperación del control.

    Fisioterapia

    Existe evidencia de la eficacia que aporta la reeducación de los músculos del suelo pélvico mediante la realización de ejercicios de contracción activa, tanto para la IUU, como para la IUM

    Tratamiento farmacológico

    El tratamiento farmacológico se considera indicado para mujeres con diagnóstico clínico de IUU/VH, en las que se ha descartado la infección urinaria y la enfermedad orgánica como causa de sus síntomas urinarios. Actualmente hay 2 grupos de fármacos con indicación para tratar a estas pacientes:

    1. Antagonistas de los receptores muscarínicos. Anticolinérgicos
    2. Agonistas de los receptores adrenérgicos

    Tratamientos de segunda línea

    Los tratamientos de segunda línea incluyen: la inyección de toxina botulínica y la neuromodulación sacra. La ICI recomienda estos 2 tipos de tratamiento para las mujeres con VH idiopática que no han respondido al tratamiento inicial y en los que se ha descartado cualquier enfermedad orgánica.


    Incontinencia urinaria mixta

    Es la que se presenta con urgencia y también al realizar ejercicios, esfuerzos, estornudos o toser. La pérdida se produce por un doble mecanismo: hiperactividad del detrusor e incompetencia esfinteriana.

    Es el tipo más frecuente en la mujer después de la incontinencia de esfuerzo, siendo su prevalencia del 35%. Su etiología es la misma que ha sido descrita para los dos tipos anteriores de incontinencia.


    Incontinencia urinaria por rebosamiento

    Es la pérdida involuntaria de orina producida cuando el volumen de ésta en la vejiga supera su capacidad. La incontinencia se produce por goteo, gota a gota, o en chorro fino sin fuerza.

    Clínicamente puede manifestarse por síntomas irritativos, obstructivos, dificultad al orinar, goteo postmiccional, o con pérdida de orina más o menos continuada por goteo o en pequeños chorritos; no es raro que asemeje una incontinencia de esfuerzo, por lo que es fundamental establecer un diagnóstico diferencial.

  • ¿Por qué es beneficioso realizar una preparación pelviperineal para el parto?

    Artículo de Inés Bitrián Ambrós, fisioterapeuta de la Unidad de la Mujer de Quirónsalud Zaragoza

    Preparación pelviperineal 1Preparación pelviperineal 1Es posible que tras el embarazo algunas mujeres sufran pérdidas de orina, incontinencia fecal o de gases, dolor o dificultad a la hora de retomar las relaciones sexuales o dolor lumbar, entre otras. En algunos casos, esto suele deberse a que la musculatura del suelo pélvico se debilita o lesiona, y es necesario trabajar sobre ella para que vuelva a tener un correcto funcionamiento. Por ello, durante el periodo gestacional se recomienda realizar una serie de ejercicios y técnicas enfocados a intentar prevenir estos problemas. En este caso, se llama preparación pelviperineal para el parto, un proceso en el que a través de la aplicación de diversas técnicas, el fisioterapeuta acompaña a la mujer durante estos meses en los que su cuerpo sufrirá múltiples cambios.

    ¿Qué es el suelo pélvico?

    El suelo pélvico es el conjunto de músculos y aponeurosis que cierran la parte inferior del abdomen, comportándose como una hamaca flexible de apoyo para la vejiga, el aparato genital interno –vagina y útero– y el recto. Su función principal es de sostén, ya que sujeta estos órganos que se encuentran en su interior, de ahí la importancia de que esté firme.

    Por qué debo fortalecer el suelo pélvico

    La fisioterapia obstétrica tiene como objetivo prevenir y tratar las diferentes disfunciones que pueden darse en el embarazo. En este sentido, ayuda a mejorar el estado físico y mental y minimizar las patologías que, en ocasiones, aparecen en el pre-parto y post-parto, así como proporciona algunas herramientas para disminuir el dolor en el momento de dar a luz.

    Uno de los tratamientos que se realizan en la Unidad de la Mujer de Quirónsalud Zaragoza es el masaje perineal en la musculatura del suelo pélvico. Reduce la probabilidad de traumatismos durante el parto, además de que disminuye el dolor perineal en el postparto. Asimismo, también se llevan a cabo otras técnicas para disminuir o eliminar las tensiones en la zona abdominal y fascia toraco-lumbar, adherencias en el diafragma y mejorar la movilidad de la pelvis.

    Algunas de ellas son la electroterapia, biofeedback, ejercicios de movilidad enfocados al momento de la dilatación o trabajo de los pujos (respiración y posiciones que se pueden adoptar para que sea más fluido el parto), entre otras.

    Todos estos tratamientos se realizan con una fisioterapeuta especializada en obstetricia y con la colaboración directa o indirectamente de las matronas y los ginecólogos del grupo hospitalario.

    Cuándo y quién puede realizar la preparación pelviperineal

    Lo recomendable sería realizar una valoración inicial en las semanas 12-15 de embarazo, ya que durante este período, nos interesaría trabajar la fuerza del suelo pélvico y de la faja abdominal, además de mantener una correcta postura. La segunda valoración estaría más orientada hacia el trabajo de parto y se realizaría durante la semana 30 de embarazo.

    También es importante consultar con antelación al ginecólogo cualquier tratamiento fisioterapéutico. Y, si no existe ningún tipo de factor de riesgo o contraindicación, la preparación puede realizarla cualquier mujer. Igualmente, es importante tener en cuenta algunas cuestiones, como por ejemplo si el parto será vía vaginal o por cesárea, ya que el tratamiento se adapta a las necesidades de cada paciente al ser diferente en cada caso.

  • Incontinencia urinaria femenina

    Artículo del Dr. Alberto Lanzón, médico especialista en Ginecología y Obstetricia del Hospital Quirónsalud Zaragoza

    La incontinencia urinaria es un problema muy común en la mujer sobre todo a partir de la etapa postmenopáusica.

    En muchas ocasiones se trata de una situación embarazosa para las pacientes que sienten cierta vergüenza a la hora de admitir el problema. En otras, se considera como algo fisiológico y dentro de la normalidad en la transición a la etapa menopáusica. Por tanto se trata de una patología, infradiagnosticada, infravalorada e infratratada y que puede alterar de forma muy importante la calidad de vida de la persona afecta.

    Se define como la manifestación por parte de la paciente de la pérdida involuntaria de orina.

    Los tipos de IU más frecuentes en la consulta ginecológica son:

    • Incontinencia urinaria de esfuerzo: pérdida involuntaria de orina que coincide con el aumento de la presión abdominal desencadenado por la actividad física
    • Incontinencia urinaria de urgencia-vejiga hiperactiva: pérdida involuntaria de orina asociada con un fuerte deseo de orinar (urgencia). Suele acompañase de aumento en la frecuencia diurna y nocturna
    • Incontinencia urinaria mixta: asociación de los síntomas de esfuerzo y de urgencia miccional

    La prevalencia de esta patología, en muchas ocasiones infradiagnosticada, es del 30-40 % entre los 50 y los 70 años. Por debajo de los 50 años es mucho menos frecuente, en torno al 10%.

    Existen una serie de factores de riesgo bien establecidos para la IU:

    • Parto vaginal. Número de partos. Duración de los mismos. Peso de los recién nacidos
    • La edad, por desgaste de los tejidos.
    • La obesidad o sobrepeso
    • Factores ocupacionales (trabajos que supongan grades esfuerzos físicos, deportes de impacto)
    • Enfermedades respiratorias crónicas
    • Toma de ciertos medicamentos: antihipertensivos, diuréticos, antidepresivos
    • Prolapso de órganos pélvicos
    • Historia familiar, factores genéticos

    El diagnostico se basa en la anamnesis o historia cínica y una detallada exploración física. Con estas dos herramientas deberemos lograr los siguientes objetivos:

    • Objetivar y cuantificar la pérdida de orina
    • Comprobar si existen factores predisponentes
    • Evaluar el impacto sobre la calidad de vida
    • Descartar patología ginecológica o urológica asociada
    • Decidir estudios complementarios
    • Considerar el tratamiento más oportuno

    Las medidas o tratamientos para minimizar o corregir la sintomatología son las siguientes:

    • Favorecer las dietas equilibradas ya que se ha demostrado que el sobrepeso es un factor de riesgo independiente para la incontinencia.
    • Evitar el consumo de bebidas y alimentos irritantes vesicales que contengan gas, cafeína, teína, el chocolate y comidas con mucho picante
    • Hay alimentos que aumentan la producción de orina como la sandía, el melón, las ensaladas, los espárragos….De igual manera el alcohol también tiene efecto diurético
    • Reeducación o entrenamiento vesical. Evitar malos hábitos miccionales
    • Fisioterapia. Los ejercicios del suelo pélvico, ejercicios de Kegel, pueden mejorar hasta en un 60 % la IU.
    • Tratamiento farmacológico para la IU de urgencia. Son tratamientos crónicos, normalmente un comprimido al día, con una eficacia entre el 40-60%.
    • Tratamiento de al atrofia urogenital con geles vaginales con estrógenos.
    • Tratamiento quirúrgico de la IU de esfuerzo con mallas suburetrales libres de tensión con uno índices de mejoría de la calidad de vida y de curación muy altos, 85-90%.

    La conclusión final es que se trata de una patología muy frecuente y que aunque pueda resultar incomoda de exponer debemos consultar con nuestro ginecólogo ante la aparición de los síntomas ya que en un porcentaje elevado de pacientes podremos mejorar de manera significativa la calidad de vida.

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Un blog del servicio de ginecología de Quirónsalud Zaragoza en el que se abordan las patologías más habituales de las diferentes etapas de la vida de una mujer.

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