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Blog de la Dra. Irene Rubio Bollinger. Experta en Sueño. Hospital Quirónsalud Sur

  • Insomnio: cómo modificar creencias limitantes

    Tengo insomnioTengo insomnio

    Uno de los problemas fundamentales del insomnio crónico es nuestra preocupación acerca de lo que el insomnio va a impactar en nuestra vida al día siguiente.

    Hay que saber que los pensamientos negativos y estresantes sobre el sueño producen una respuesta emocional en nosotros aumentando el estrés y la frustración. Este estrés lo que provoca es que nuestro organismo aumente la alerta todavía mas y se debilite nuestro circuito para poder dormir de manera natural. Esto se convierte en un círculo vicioso sin fin.

    ¿Cómo conseguir romper este círculo vicioso?

    Los pensamientos negativos mas habituales de las personas con insomnio son:

    1- Tengo que dormir 8h.

    2- No voy a poder funcionar mañana y me afectará en el trabajo.

    3- No poder dormir va a provocarme un problema grave de salud.

    4- La noche pasada he dormido fatal.

    5- No puedo dormir sin pastillas.

    En este post pretendo que identifiques estos pensamientos negativos que suelen ser poco adaptativos y distorsionados por otros más ajustados a la realidad y adaptativos.

    Veamos cuanto de cierto tienen estas creencias populares.

    1.Tengo que dormir 8h.

    La realidad es que la mayoría de los adultos necesitamos 7h para sentirnos bien al día siguiente. Además, los estudios científicos nos demuestran que las personas que duermen mas de 9h tienen una esperanza de vida menor que los que duermen 7h.

    En realidad, 5h de sueño son las horas fundamentales para que el organismo pueda funcionar.

    2.No voy a poder funcionar mañana.

    Hay una variabilidad individual en cuanto a la intensidad de afectación diurna.

    Lo que si se ha demostrado es que los efectos negativos diurnos son mas bien debidos al estado de estrés persistente y alertamiento en personas con insomnio mas que al hecho de no haber dormido bien.

    3.No poder dormir va a provocarme un problema serio de salud.

    Sabemos que con 5h y media una persona puede funcionar bien al día siguiente. De hecho, estas 5h y media contienen el total de sueño profundo que una persona necesita y un 50% del sueño REM o el tiempo de sueño que nos ayuda a estar emocionalmente bien y afianzar la memoria. Nuestro cerebro esta preparado para conseguir todo esto, aunque sea de manera fraccionada durante la noche.

    4.La noche pasada he dormido fatal.

    Las personas con insomnio suelen dormir mas de lo que perciben: estar despierto por la noche nos hace percibir que tardamos mas en dormirnos o que los despertares son mas largos de lo que son en realidad. Los pensamientos negativos al levantarme acerca de la noche previa es lo que realmente impacta mas en como me siento durante el día que el tiempo real que he dormido mal.

    5.No puedo dormir sin pastillas.

    La medicación para dormir tiene muchos efectos secundarios, entre ellos síntomas de falta de concentración al día siguiente, memoria, aturdimiento, somnolencia, cefalea…

    Con el tiempo pierde el efecto por lo que se necesita subir la dosis. Muchos despertares nocturnos y la imposibilidad de volver a dormir se pueden deber a la abstinencia que surge cuando se pasa el efecto.

    Con una pauta adecuada descendente y progresiva de la medicación junto con pautas indicadas previamente me pueden permitir dormir sin pastillas.

  • El sueño ayuda a limpiar nuestro cerebro

    Aproximadamente hace una década se descubrió un sistema de "depuración" de residuos tóxicos del cerebro llamado sistema glinfático.

    Sueño y cerebroSueño y cerebro

    Se ha visto que este sistema de limpieza esta mayoritariamente activo durante el sueño profundo. Este sistema juega un papel fundamental en retirar proteínas solubles y metabolitos tóxicos del cerebro. Este sistema debe funcionar correctamente y esto depende del proceso de envejecimiento, el sueño, la salud cardiovascular y la salud mental. El envejecimiento produce un deterioro de este sistema y esto a su vez va a promover el desarrollo de demencia por acúmulo de sustancias tóxicas. Este drenaje es fundamental para el funcionamiento correcto del cerebro y sus funciones cognitivas.

    Este sistema es fundamental para eliminar sustancias como la beta amiloide y tau implicadas en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. En los casos de demencia se ha observado que hay una función disminuida del sistema glinfático.

    También la diabetes, los ictus y la hipertensión están asociadas con alteración del sistema glinfático.

    La ingesta de benzodiazepinas para el insomnio se ha visto que produce alteraciones en el sistema glinfático ya que disminuyen el porcentaje de sueño lento; a pesar de que suelen aumentar el tiempo de sueño suele ser un sueño superficial y poco reparador y normalmente producen efectos indeseables en la vigilia como una función cognitiva mermada. Las BZD están asociadas con atrofia de las regiones cerebrales del hipocampo y la amígdala que regulan nuestros estados de ánimo y la memoria.

    Tambien las personas con apnea del sueño han mostrado disfunción del sistema glinfatico. Las apneas del sueño producen fragmentación del sueño e hipoxia y reducción de los niveles de sangre en el cerebro

    En procesos depresivos asociados a insomnio también se han visto cambios. El uso de antidepresivos suele disminuir el sueño profundo y esto debería tenerse en cuenta de cara a las alteraciones que provocan en la arquitectura del sueño.

    El ejercicio regular permite regular el ritmo cardiaco en vigilia y esto ayuda a que el sistema glinfático funcione mejor. También sabemos que el ejercicio físico aumenta el sueño profundo y esto contribuye positivamente a que el sistema glinfático pueda actuar correctamente.

    Por lo tanto, un buen descanso es fundamental para cuidar de nuestro cerebro.

  • TDAH y sueño. ¿Qué interrelación existe entre ambos?

    Lo cierto es que el TDAH o trastorno por déficit de atención e hiperactividad afecta la regulación cerebral y con frecuencia afecta los patrones de sueño.

    Las personas con TDAH tienen más probabilidades de desarrollar problemas de sueño.

    TDAH y sueñoTDAH y sueño

    De manera general estas personas pueden presentar problemas para iniciar el sueño, un aumento de despertares nocturnos o alteraciones del ritmo circadiano, provocando esto una merma de la calidad y cantidad de sueño con empeoramiento de los síntomas del TADH.

    La medicación que suele prescribirse a estos pacientes suele mejorar su TDAH y si añadimos pautas de comportamiento y rutinas adecuadas podemos ayudar a mejorar su sueño.

    El TDAH está presente en un 5% de la población infantil y es más frecuentemente diagnosticado en varones. Es una condición crónica que persiste en la adultez. De estos pacientes un 25 a 50% presentan problemas para dormir. Es por ello importante que los pediatras y médicos de cabecera puedan reconocer estos síntomas, derivarlos a una unidad de sueño especializada para poder así mejorar el sueño de estos pacientes.

    En el caso de los niños suelen mostrar dificultades para quedarse dormidos o refieren muchos despertares, incluso muchos presentan con frecuencia pesadillas. Estos problemas tienden a acentuarse con el paso de los años durante la adolescencia e incluso en la adultez.

    Los pacientes TDAH con un predominio de síntomas de inatención suelen presentar dificultades para conciliar el sueño mientras que los que presentan síntomas de hiperactividad-impulsividad presentan más bien mucha fragmentación del sueño.

    Muchos de los síntomas que presentan las personas con TDAH se parecen a los que presentan personas con alteración y fragmentación del sueño por otros motivos. De hecho, los adultos con TDAH y problemas de sueño pueden tener síntomas de olvidos y alteración de la concentración durante el día. Todos estos síntomas en realidad pueden deberse tanto al TDAH y/o la alteración del sueño. Por eso es importante preguntar a pacientes con sospecha o diagnóstico de TDAH por la presencia de alteraciones del sueño y síntomas diurnos. Queremos evitar así que se establezca de manera precipitada un diagnóstico de TDAH y se medique un niño o adulto que podría presentar en realidad un problema de sueño subyacente o en todo caso concomitante.

    Hay pacientes que con la medicación estimulante prescrita en casos de TDAH duermen mejor, en cambio otros notan empeoramiento del sueño. Si además coexisten síntomas de ansiedad o depresión o mala higiene del sueño los problemas de sueño pueden agravarse.

    Los pacientes con TDAH pueden sentirse durante el día muy somnolientos o mostrar alteraciones del estado del ánimo con sensación de irritabilidad, fatiga, cansados con poca capacidad para prestar atención a sus tareas, los síntomas son diversos y parecidos a los que presentan personas con patologías del sueño.

    Los niños/ adultos con TDAH suelen presentar con frecuencia los siguientes problemas de sueño:

    1. Insomnio: algunos muestran más energía durante las horas cercanas al descanso que durante el día y eso puede conllevar un mal descanso y a alterar el ciclo sueño -vigilia. Pueden mostrar dificultad para levantarse por la mañana y excesiva somnolencia durante el día o simplemente un sueño no reparador.
    2. Alteraciones circadianas: los adolescentes con TDAH pueden mostrarse más alerta durante las horas previas a dormir y junto con una secreción retrasada de la melatonina típica de esta etapa hace que el momento de ir a dormir se retrase mucho.
    3. Apneas. Aproximadamente un tercio de las personas con TDAH tienen Apneas. ES necesario descartar esta patología que puede ser concomitante con un TDAH y mostrar síntomas diurnos parecidos en ambas entidades.
    4. Síndrome de piernas inquietas. Pueden darse hasta en un 50% de las personas con TDAH provocando alteración del sueño.
    5. Narcolepsia. Los adultos diagnosticados de narcolepsia refieren haber tenido en la infancia síntomas de TDAH.

    Por eso es importante identificar y tratar alteraciones del sueño concomitantes para que el tratamiento de estas condiciones permita una mejora del estado del paciente.

  • Estrés e insomnio, ¿qué puedo hacer?

    Estrés e insomnioEstrés e insomnio

    El insomnio es una alteración del sueño que en muchas ocasiones está relacionada con el estrés.

    Esta falta de descanso lleva a síntomas diurnos que alteran la calidad de vida de la persona ya que altera la realidad psicofísica de la persona que lo padece, así mismo muchos de los síntomas del propio estrés se añadirán al mal descanso.

    Una situación de estrés mantenida en el tiempo tiene una influencia negativa sobre la estructura del sueño provocando disminución del sueño profundo y REM, así como una fragmentación.

    Cuando los problemas de sueño se cronifican porque el estrés persiste, las consecuencias sobre nuestro organismo se perpetúan y provocan una alteración importante de nuestra salud.

    Las personas que padecen de base un trastorno de ansiedad son más propensas a desarrollar un trastorno de insomnio crónico. Cuando estas personas sienten que su sueño se altera y persiste esta alteración en el tiempo comienzan a tener preocupación importante y a sentirse más ansiosos con la situación que a su vez perpetúa el circulo vicioso al aumentar el estrés diurno. La propia falta de sueño aumenta la sensibilidad al estrés y disminuye la capacidad de lidiar adecuadamente con situaciones de estrés cotidianas.

    Todo esto tiene una base fisiológica: la reacción de estrés del organismo está regulada por el eje hipotálamo- pituitario-adrenal. El hipotálamo manda una señal a la glándula pituitaria para que segregue hormonas esteroideas; dos de ellas que son el cortisol y la adrenalina son las llamadas hormonas del estrés.

    El cortisol se produce por el organismo variando sus niveles a lo largo del día de tal manera que aumentan sus niveles nada más despertarnos y van bajando a lo largo del día. Los niveles elevados de cortisol mantenidos debidos al estrés al llegar la noche harán que nos sintamos hiperalerta impidiendo que podamos dormir adecuadamente.

    El estrés crónico produce diferentes alteraciones en nuestro organismo: produce aumento de la tensión arterial y ritmo cardiaco. También aumento de la tensión muscular provocando dolor en diferentes partes del cuerpo y cefaleas. Afecta al tracto gastrointestinal provocando alteraciones del ritmo intestinal y de la microbiota, así como un largo etcétera.

    Cuando no se ha descansado bien la persona reacciona peor ante un estímulo que considera negativo, aumenta la reactividad menos racional y adaptativa. La rumiación constante de problemas provoca la aparición de más emociones negativas y en consecuencia se empleen estrategias de regulación de estas situaciones menos adaptativas.

    Por tanto, los mecanismos desadaptativos como la catastrofización y rumiación nos llevan con más facilidad al insomnio. En cambio, la capacidad de enfocarse en una planificación, reevaluación positiva y resiliencia son estrategias que nos ayudan a combatirlo.

    Deberemos aplicar técnicas psicológicas que nos ayuden a gestionar mejor los factores estresantes: aumentar la capacidad de resolución de problemas disminuye los síntomas de ansiedad. Será importante trabajar las áreas de regulación emocional para gestionar la evitación y la rumiación.

    Un buen descanso nos ayuda a bajar los niveles de estrés. Para esto debemos practicar buenos hábitos durante el día y llevar una dieta sana y realizar ejercicio cada día. Además, realizar técnicas de relajación respiratoria u otras técnicas similares nos ayudan a controlar el estrés.

  • ¡No quiero tomar más pastillas para dormir!: cómo afrontar el síndrome de abstinencia.

    BenzodiacepinasBenzodiacepinas

    El síndrome de abstinencia de las BZD es el conjunto de síntomas que aparecen cuando una persona que tomó benzodiazepinas por un periodo prolongado (más de 4-6 semanas) y desarrolló dependencia, suspende su consumo, o aquellos que aparecen durante una reducción de la dosis para abandonar el consumo.

    El síndrome de abstinencia de las BZD es muy similar a los síntomas producidos por la abstinencia del alcohol.

    El consumo crónico de las BZD causa adaptaciones físicas en el cerebro que contrarrestan los efectos de esta droga. Es lo que se conoce como tolerancia y esto provoca la dependencia física.

    No solo aparecen síntomas de abstinencia debido a haber consumido dosis altas o que la ingesta haya sido de larga duración, sino que incluso pueden aparecer síntomas importantes durante la reducción gradual de la dosis o incluso después de haber tomado dosis bajas.

    De hecho, los síntomas de la abstinencia pueden persistir por semanas o meses después de la suspensión.

    Más aún, el uso prolongado de BZD puede llevar a síntomas parecidos a los de la abstinencia pese a mantener una dosis terapéutica constante.

    Los síntomas de la abstinencia pueden mostrarse como ansiedad, irritabilidad, insomnio, alteración del ánimo, sudoración, sueños desagradables, temblores, falta de apetito, vértigos, mareos, … Pero es que también el uso prolongado de BZD puede llevar a tener síntomas similares a los de la propia abstinencia, incluso aunque se mantengan dosis habituales terapéuticas. De hecho, su consumo puede producir falta de apetito, cefalea, visión borrosa, vértigo, náuseas y vómitos, malestar gástrico, incluso dolores articulares, dolor torácico, pesadillas, insomnio, hipertensión arterial, depresión, acúfenos y un largo etc.

    Suspender el consumo de BZD al igual que dejar el consumo crónico de alcohol puede causar serias complicaciones médicas por el síndrome de abstinencia. Esto se produce porque las BZD generan una dependencia física y psicológica muy semejante al alcohol. Por eso el uso de una BZD debe ser durante un periodo corto (máximo 2-3 semanas) seguido de una reducción gradual de la dosis.

    Como los síntomas de la abstinencia son idénticos a los síntomas por los que la BZD fue prescrita, será difícil diferenciar entre recaída de síntomas o síndrome de abstinencia.

    Los síntomas de abstinencia de dosis bajas usualmente duran entre 6 a 12 meses y van mejorando poco a poco durante ese tiempo. Es decir, los médicos deben dejar pasar 6 meses por lo menos antes de evaluar nuevamente los síntomas del paciente y actualizar el diagnóstico.

    Los síntomas de abstinencia pueden ocurrir aun estando en una dosis estable de BZD debido al fenómeno "abstinencia por tolerancia": el cuerpo experimenta los efectos de la abstinencia y demanda incrementar la dosis para poder sentirse bien. Este fenómeno es el mismo que presentan las personas con adicción al alcohol.

    Hay también la denominada "abstinencia entre dosis": la dependencia física de las BZD de corto efecto de duración hace que aparezcan síntomas de abstinencia entre la toma de dos dosis debido a que el efecto de la primera disminuye antes de la siguiente toma con sensación de ansiedad de rebote. Los síntomas de abstinencia de BZD de acción corta se presentan usualmente dentro de las 24 a 48 h. de la toma, mientras que la abstinencia de BZD de vida media prolongada puede demorarse hasta tres semanas. Las BZD hipnóticas para el sueño y de acción de duración corta son efectivas la primera mitad de la noche, pero los efectos disminuyen y empeoran en la segunda mitad del sueño debido a los síntomas de abstinencia.

    El periodo más agudo de abstinencia de BZD dura dos meses, pero podrían persistir síntomas por muchos meses o años, aunque más reducidos en intensidad.

    Como ya se sabe el consumo a largo plazo de BZD causa alteración cognitiva, neurológica e intelectual.

    El tratamiento del insomnio con BZD puede producir paradójicamente también un insomnio aumentado después de la toma seguida durante 7 días, siendo este insomnio incluso peor que el que originó el inicio del tratamiento. El uso intermitente de BZD también produce insomnio de rebote.

    ¡Los síndromes de abstinencia también se producen con hipnóticos no-benzodiazepínicos ¡

    Por lo tanto, la suspensión de un consumo de BZD debe ser gradual, usando dosis equivalentes de diazepam a la BZD que hemos tomado durante un periodo prolongado e ir realizando reducciones escalonadas de un 20% cada 2-4 semanas.

    Todas las investigaciones científicas acerca del tratamiento del insomnio con BZD han concluido que no son efectivas a largo plazo en el tratamiento del insomnio.

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