Quirónsalud
Blog de la Dra. Irene Rubio Bollinger. Experta en Sueño. Hospital Quirónsalud Sur
Las parasomnias son episodios que pueden presentar los niños durante el sueño produciendo episodios de alertamiento físico y que pueden interrumpir el sueño del niño. Incluyen una alteración del comportamiento nocturno, con alteración del sistema nervioso autónomo y actividad muscular.
Comprenden diferentes tipos de eventos en relación a la fase del sueño en que nos encontremos. Encuadran el sonambulismo, despertar confusional, pesadillas, terrores nocturnos….
Los estudios científicos explican que se tratan de episodios en los cuales se entremezcla un estado de vigilia con fase de sueño, es un estado disociado donde se dan ambos procesos a la vez.
Todos estos fenómenos son considerados benignos durante la infancia.
Siempre conviene descartar en la consulta de sueño la asociación con otros trastornos del sueño como puedan ser apneas o síndrome de piernas inquietas o epilepsia nocturna. También suele darse con frecuencia una combinación de estos fenómenos en la misma persona.
Estos episodios tienden a disminuir a lo largo de la adolescencia.
Se sabe que los niños que están sujetos a privación de sueño y no están durmiendo suficientes horas presentan más episodios. También aumentan los episodios de sonambulismo en situaciones en las que el niño presente fiebre.
También los niños con apneas o síndrome de piernas inquietas pueden presentar con más frecuencia estos episodios debido a que las dos condiciones descritas producen fragmentación del sueño y esta fragmentación precipita la aparición de más episodios.
El tratamiento de estos episodios es preferiblemente no farmacológico: ajustar pautas de higiene del sueño, tener suficientes horas de descanso, horarios regulares. Incluso ejercicios de relajación antes de dormir.
Solo se aplicarán tratamientos farmacológicos en los casos en los que estos episodios produzcan una gran alteración posterior diurna del niño con aumento considerable del cansancio diurno.
Se recomienda consultar en una unidad de sueño sobre estos fenómenos para establecer de qué proceso se trata y cómo ajustar pautas para evitarlos o reducir su frecuencia de aparición.
No obstante, se consideran procesos benignos propios del desarrollo neurológico que no implican un proceso patológico ni dañino para el niño.
Uno de los problemas fundamentales del insomnio crónico es nuestra preocupación acerca de lo que el insomnio va a impactar en nuestra vida al día siguiente.
Hay que saber que los pensamientos negativos y estresantes sobre el sueño producen una respuesta emocional en nosotros aumentando el estrés y la frustración. Este estrés lo que provoca es que nuestro organismo aumente la alerta todavía mas y se debilite nuestro circuito para poder dormir de manera natural. Esto se convierte en un círculo vicioso sin fin.
¿Cómo conseguir romper este círculo vicioso?
Los pensamientos negativos mas habituales de las personas con insomnio son:
1- Tengo que dormir 8h.
2- No voy a poder funcionar mañana y me afectará en el trabajo.
3- No poder dormir va a provocarme un problema grave de salud.
4- La noche pasada he dormido fatal.
5- No puedo dormir sin pastillas.
En este post pretendo que identifiques estos pensamientos negativos que suelen ser poco adaptativos y distorsionados por otros más ajustados a la realidad y adaptativos.
Veamos cuanto de cierto tienen estas creencias populares.
1.Tengo que dormir 8h.
La realidad es que la mayoría de los adultos necesitamos 7h para sentirnos bien al día siguiente. Además, los estudios científicos nos demuestran que las personas que duermen mas de 9h tienen una esperanza de vida menor que los que duermen 7h.
En realidad, 5h de sueño son las horas fundamentales para que el organismo pueda funcionar.
2.No voy a poder funcionar mañana.
Hay una variabilidad individual en cuanto a la intensidad de afectación diurna.
Lo que si se ha demostrado es que los efectos negativos diurnos son mas bien debidos al estado de estrés persistente y alertamiento en personas con insomnio mas que al hecho de no haber dormido bien.
3.No poder dormir va a provocarme un problema serio de salud.
Sabemos que con 5h y media una persona puede funcionar bien al día siguiente. De hecho, estas 5h y media contienen el total de sueño profundo que una persona necesita y un 50% del sueño REM o el tiempo de sueño que nos ayuda a estar emocionalmente bien y afianzar la memoria. Nuestro cerebro esta preparado para conseguir todo esto, aunque sea de manera fraccionada durante la noche.
4.La noche pasada he dormido fatal.
Las personas con insomnio suelen dormir mas de lo que perciben: estar despierto por la noche nos hace percibir que tardamos mas en dormirnos o que los despertares son mas largos de lo que son en realidad. Los pensamientos negativos al levantarme acerca de la noche previa es lo que realmente impacta mas en como me siento durante el día que el tiempo real que he dormido mal.
5.No puedo dormir sin pastillas.
La medicación para dormir tiene muchos efectos secundarios, entre ellos síntomas de falta de concentración al día siguiente, memoria, aturdimiento, somnolencia, cefalea…
Con el tiempo pierde el efecto por lo que se necesita subir la dosis. Muchos despertares nocturnos y la imposibilidad de volver a dormir se pueden deber a la abstinencia que surge cuando se pasa el efecto.
Con una pauta adecuada descendente y progresiva de la medicación junto con pautas indicadas previamente me pueden permitir dormir sin pastillas.
Aproximadamente hace una década se descubrió un sistema de "depuración" de residuos tóxicos del cerebro llamado sistema glinfático.
Se ha visto que este sistema de limpieza esta mayoritariamente activo durante el sueño profundo. Este sistema juega un papel fundamental en retirar proteínas solubles y metabolitos tóxicos del cerebro. Este sistema debe funcionar correctamente y esto depende del proceso de envejecimiento, el sueño, la salud cardiovascular y la salud mental. El envejecimiento produce un deterioro de este sistema y esto a su vez va a promover el desarrollo de demencia por acúmulo de sustancias tóxicas. Este drenaje es fundamental para el funcionamiento correcto del cerebro y sus funciones cognitivas.
Este sistema es fundamental para eliminar sustancias como la beta amiloide y tau implicadas en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. En los casos de demencia se ha observado que hay una función disminuida del sistema glinfático.
También la diabetes, los ictus y la hipertensión están asociadas con alteración del sistema glinfático.
La ingesta de benzodiazepinas para el insomnio se ha visto que produce alteraciones en el sistema glinfático ya que disminuyen el porcentaje de sueño lento; a pesar de que suelen aumentar el tiempo de sueño suele ser un sueño superficial y poco reparador y normalmente producen efectos indeseables en la vigilia como una función cognitiva mermada. Las BZD están asociadas con atrofia de las regiones cerebrales del hipocampo y la amígdala que regulan nuestros estados de ánimo y la memoria.
Tambien las personas con apnea del sueño han mostrado disfunción del sistema glinfatico. Las apneas del sueño producen fragmentación del sueño e hipoxia y reducción de los niveles de sangre en el cerebro
En procesos depresivos asociados a insomnio también se han visto cambios. El uso de antidepresivos suele disminuir el sueño profundo y esto debería tenerse en cuenta de cara a las alteraciones que provocan en la arquitectura del sueño.
El ejercicio regular permite regular el ritmo cardiaco en vigilia y esto ayuda a que el sistema glinfático funcione mejor. También sabemos que el ejercicio físico aumenta el sueño profundo y esto contribuye positivamente a que el sistema glinfático pueda actuar correctamente.
Por lo tanto, un buen descanso es fundamental para cuidar de nuestro cerebro.
El síndrome de Piernas Inquietas (SPI) o enfermedad de Willis-Ekbom es una alteración de origen neurológico.
Se ha visto la influencia de factores genéticos, el sistema de neurotransmisores monoaminérgicos y el metabolismo del hierro intracerebral.
Los pacientes con síntomas presentes antes de los 45 años tienen un patrón de herencia familiar muy evidente. De los niños diagnosticados de SPI (menores de 12 años) entre un 40% y un 92% tienen otros miembros de su familia afectados también.
Además, estos niños con frecuencia muestran asociadas otras condiciones como un trastorno por déficit de atención o dolores del crecimiento. Actualmente hay algunos estudios que sugieren también la presencia de una alteración de la microvascularización de las piernas.
Los síntomas de un SPI suelen presentarse en piernas, pero también pueden afectar a brazos, el tronco e incluso la cara. Los síntomas claramente definitorios de que estamos en presencia de un SPI son:
Es importante distinguir esta entidad de otras que pueden acompañarse de síntomas muy similares como son los calambres en las piernas, edema, éstasis venoso y mialgias.
También se debe valorar si pueden esta producidos por alguna medicación o sustancia.
¿Cómo diagnosticar correctamente un SPI en niños?
Debemos tener en cuenta que presenta algunas particularidades.
Es importante una historia clínica detallada por el pediatra para remitir estos posibles casos a una unidad de sueño especializada para su diagnóstico y tratamiento.
El tratamiento irá dirigido a tomar medidas no farmacológicas y otras farmacológicas en casos necesarios.
En primer lugar, intentaremos sustituir fármacos que puedan estar produciendo los síntomas en estos niños como los antihistamínicos, antidepresivos, antieméticos y / o antipsicóticos.
Los masajes en piernas son muy efectivos para reducir los síntomas.
Evitar tiempos prolongados de estar sentado o inactivo y realizar ejercicio regularmente.
Dar suplementos de hierro si la ferritina es baja en las analíticas.
En el caso de tener que valorar tratamiento farmacológico se suele tratar con clonidina, gabapentina o clonazepam, aunque estos tratamientos son para casos concretos que no respondan a otras intervenciones más conservadoras.
Para dormir bien nuestra temperatura interna (la temperatura de nuestros órganos) debe disminuir. Este descenso es esencial para conciliar el sueño.
Cuando estamos despiertos nuestra temperatura corporal es más alta, pero durante el sueño disminuye para que nuestros órganos internos, los músculos y nuestro cerebro, puedan descansar y recuperarse.
La temperatura corporal depende del calor generado por los órganos internos y los músculos, y también depende de la disipación del calor a través de las manos y los pies, zonas con muchos capilares sanguíneos.
Por lo tanto, durante el día nuestra temperatura interna es alta y durmiendo baja, pero la temperatura de la piel de las manos y los pies sigue justo el patrón opuesto: es baja durante el día y alta durante la noche.
En todos nosotros, cuando empezamos a dormir, el calor se disipa a través de las manos y los pies y eso va seguido de cambios en la temperatura corporal. Por lo tanto, si ayudamos a iniciar este proceso nos resultará más fácil quedarnos dormidos. Para activar este interruptor de sueño debemos reducir la temperatura corporal interna y aumentar la cutánea. Detallo a continuación algunos métodos que se ha visto que tienen resultados.
Uno de los métodos efectivos para ello es ducharse o bañarse 60-90 min antes de irse a dormir. Igualmente, como alternativa, podemos simplemente meter los pies en agua caliente un rato antes de ir a dormir.
¿Y si me pongo calcetines para dormir? Mucha gente que siente frio en los pies se pone calcetines para dormir, pero lo que podremos observar es que llevando calcetines toda la noche nuestro sueño es de peor calidad.
Llevar calcetines y mantener los pies calientes tiene sentido para mejorar la circulación de la sangre, pero no debemos dormir con ellos puestos. Esto bloquea la disipación del calor corporal que necesitamos para conciliar el sueño. Si los pies permanecen calientes, será difícil reducir la temperatura interna y por tanto esto no favorecerá el sueño. Por tanto, una bolsa de agua caliente en la cama previa a dormir o llevar unos calcetines debe ser solo un rato antes de ir a dormir y quitarlos en el momento de ir a acostarse.
Otro factor importante para regular nuestra temperatura corporal es la temperatura ambiente de la habitación donde dormimos. Si la temperatura ambiental de la habitación es muy elevada, sudaremos más de lo necesario, de tal manera que se producirá una disipación del calor excesiva por transpiración y dormiremos peor e incluso podremos resfriarnos por el descenso considerable de la temperatura corporal. La temperatura elevada de la habitación también suele llevar aparejado un alto índice de humedad y eso evita la disipación del calor por los pies y las manos reteniendo el calor y produciendo un sueño de mala calidad. De la misma forma que si la temperatura de la habitación es demasiado baja puede que sufras de mala circulación de manos y pies y eso impedirá dormir por falta de disipación del calor.
Por tanto, para tener un sueño reparador es recomendable aplicar estas pautas que ayudan a regular la temperatura corporal y así mejorar nuestro descanso.
Blog acerca de buenos hábitos a la hora de ir a dormir, higiene del sueño, consejos para dormir mejor, tratamientos del insomnio y otras patologías relacionadas con el sueño.
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