Sábado, 7 de junio de 2025

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Blog del Dr. Francois Peinado. Urología. Hospital Universitario Ruber Juan Bravo

  • Últimos avances en salud sexual

    Nuevos tratamientos salud sexualNuevos tratamientos salud sexual

    La salud sexual desempeña un papel crucial en el bienestar general, y los investigadores siguen explorando nuevos tratamientos para ayudar a las personas que sufren disfunciones sexuales. Los emocionantes avances de la tecnología médica ofrecen soluciones prometedoras, como la terapia con ondas de choque de baja intensidad (LiSWT), la terapia con células madre y la terapia con plasma rico en plaquetas (PRP). Aunque estos tratamientos tienen potencial, también presentan limitaciones que deben abordarse mediante nuevas investigaciones.

    Terapia de ondas de choque de baja intensidad (LISWT)

    La LiSWT es un tratamiento no invasivo que utiliza ondas sonoras para mejorar el flujo sanguíneo a los genitales. Desarrollada originalmente para tratar cálculos renales y lesiones musculoesqueléticas, los investigadores descubrieron que las ondas de choque también podían mejorar la función eréctil estimulando el crecimiento de los vasos sanguíneos. Este tratamiento se está investigando principalmente para la disfunción eréctil (DE) y la enfermedad de Peyronie en la fase dolorosa, una dolencia que provoca la curvatura del pene.

    Beneficios potenciales:

    • Aumenta la circulación sanguínea y favorece la formación de nuevos vasos sanguíneos.
    • Puede ser una alternativa a medicamentos como el Viagra para los hombres que no responden bien a ellos.
    • No es invasivo, es decir, no requiere cirugía ni inyecciones.

    Limitaciones actuales:

    • Este tratamiento aún no ha sido aprobado por la FDA para el tratamiento de la disfunción eréctil, ya que se necesitan más estudios para confirmar su eficacia a largo plazo.
    • Los protocolos de tratamiento varían, por lo que no está claro cuántas sesiones son necesarias para obtener resultados óptimos.
    • Es posible que no funcione en personas con daños vasculares graves o disfunción eréctil avanzada.

    Terapia con células madre

    La terapia con células madre es un enfoque innovador que pretende regenerar los tejidos dañados utilizando los propios mecanismos de curación del organismo. En el ámbito de la salud sexual, se está estudiando sobre todo para la disfunción eréctil y la atrofia vaginal (reducción de la elasticidad y adelgazamiento de los tejidos vaginales, a menudo relacionados con la menopausia). Las células madre, normalmente derivadas de la médula ósea o del tejido adiposo, pueden reparar vasos sanguíneos y terminaciones nerviosas dañados, mejorando su funcionamiento.

    Posibles beneficios:

    • Podría proporcionar resultados duraderos al regenerar los tejidos en lugar de limitarse a tratar los síntomas.
    • Podría ayudar a las personas que no han respondido a las terapias convencionales.
    • La investigación se está ampliando para explorar su uso en la disfunción sexual femenina.

    Limitaciones actuales:

    • Todavía en fase experimental; no está ampliamente disponible para uso clínico.
    • Preocupaciones éticas y normativas sobre el uso de células madre.
    • Los estudios son en su mayoría a pequeña escala, por lo que se requieren ensayos más amplios para demostrar su eficacia y seguridad.

    Terapia con plasma rico en plaquetas (PRP)

    La terapia PRP consiste en extraer una pequeña cantidad de sangre del paciente, procesarla para concentrar las plaquetas e inyectarla en zonas específicas para favorecer la cicatrización. En el ámbito de la salud sexual, el PRP se ha estudiado como tratamiento de la disfunción eréctil, el rejuvenecimiento vaginal e incluso afecciones como el liquen escleroso, un trastorno inflamatorio crónico de la piel que afecta a la zona genital.

    Posibles beneficios:

    • Utiliza las propiedades curativas del propio cuerpo para regenerar los tejidos.
    • Puede mejorar la sensibilidad, la excitación y la función sexual tanto en hombres como en mujeres.
    • Es mínimamente invasivo y tiene menos efectos secundarios en comparación con los tratamientos quirúrgicos.

    Limitaciones actuales:

    • La investigación se encuentra aún en sus primeras fases y los resultados varían según los individuos.
    • El procedimiento no está normalizado, por lo que su eficacia es desigual.
    • Suele ser costoso y no lo cubre el seguro.

    El futuro de los tratamientos de salud sexual

    Aunque estos avances ofrecen nuevas esperanzas, es esencial abordarlos con expectativas realistas. Muchos de estos tratamientos están aún en fase de investigación, y sus beneficios y riesgos a largo plazo siguen sin estar claros y tienen muy poca evidencia todavía. Si está considerando alguna de estas terapias, consulte con un profesional médico para determinar cuál es el mejor enfoque en función de sus necesidades y condiciones de salud específicas.

    Al mantenerse informado sobre las últimas investigaciones y avances, las personas que luchan con problemas de salud sexual pueden explorar nuevas opciones manteniendo expectativas realistas sobre su eficacia y disponibilidad.

    Referencias:

    • Albersen, M., Weyne, E., & Bivalacqua, T. J. (2013). Stem cell therapy for erectile dysfunction: progress and future directions. Sexual Medicine Reviews, 1(1), 50-64. https://doi.org/10.1002/smrj.5

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    • Clavijo, R. I., Kohn, T. P., Kohn, J. R., & Ramasamy, R. (2017). Effects of low-intensity extracorporeal shockwave therapy on erectile dysfunction: a systematic review and meta-analysis. The journal of sexual medicine, 14(1), 27-35. https://doi.org/10.1016/j.jsxm.2016.11.001

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    • Dankova, I., Pyrgidis, N., Tishukov, M., Georgiadou, E., Nigdelis, M. P., Solomayer, E.-F., Marcon, J., Stief, C. G., & Hatzichristou, D. (2023). Efficacy and safety of platelet-rich plasma injections for the treatment of female sexual dysfunction and stress urinary incontinence: A systematic review. Biomedicines, 11(11), 2919. https://doi.org/10.3390/biomedicines11112919

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    • Vardi, Y., Appel, B., Kilchevsky, A., & Gruenwald, I. (2012). Does low intensity extracorporeal shock wave therapy have a physiological effect on erectile function? Short-term results of a randomized, double-blind, sham controlled study. Journal of Urology, 187(5), 1769-1775. https://doi.org/10.1016/j.juro.2011.12.117Este enlace se abrirá en una ventana nueva

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  • Ingeniería tisular del pene: ¿el futuro de la reconstrucción del cuerpo cavernoso y la túnica albugínea?

    La reconstrucción de estructuras peneanas como el cuerpo cavernoso y la túnica albugínea continúa siendo un reto importante en andrología y urología reconstructiva. Las técnicas actuales, como los injertos autólogos, las prótesis o los colgajos musculocutáneos, presentan limitaciones claras: desde complicaciones mecánicas e infecciones hasta una escasa recuperación funcional. En este contexto, la ingeniería tisular ha emergido como una alternativa prometedora que busca no solo reparar, sino regenerar estructuras anatómicas y funcionales del pene.

    En un artículo publicado recientemente en BMC Urology por Guo et al. (2024), se revisa de forma exhaustiva el estado actual de la investigación en bioingeniería del pene, abordando tanto la reconstrucción del cuerpo cavernoso como de la túnica albugínea. El trabajo destaca la importancia de los scaffolds o andamiajes —tanto sintéticos como derivados de matrices acelulares— que permiten sostener y guiar el crecimiento celular. Además, el uso de células madre mesenquimales, derivadas de tejido adiposo o muscular, ha mostrado una notable capacidad para diferenciarse en células musculares lisas y endoteliales, componentes fundamentales para la función eréctil.

    Ingeniería tisular del peneIngeniería tisular del pene

    Anatomía del pene

    Una de las líneas más innovadoras revisadas es el empleo de células madre modificadas genéticamente (como aquellas que sobreexpresan HIF-1α o VEGF) para mejorar la angiogénesis y la integración funcional del injerto. También se exploran métodos como la bioimpresión 3D, que permite diseñar estructuras personalizadas, y técnicas para modular la señalización celular mediante factores como TGF-β1, NO, SRF o GATA6. Los resultados preclínicos en modelos animales —principalmente conejos y ratas— son alentadores: se ha observado restauración parcial o completa de la erección, presencia de esperma tras el coito e incluso nacimientos, lo que demuestra recuperación eyaculatoria y fertilidad.

    En el caso de la túnica albugínea, los injertos celulares han logrado reducir la fibrosis y recuperar la elasticidad del tejido, dos aspectos críticos en patologías como la enfermedad de Peyronie. Los estudios también apuntan a una mejora en las propiedades mecánicas del injerto y una integración estructural más eficaz con el tejido nativo.

    No obstante, persisten desafíos importantes. La necesidad de validar estos resultados en modelos animales de mayor tamaño —anatómicamente comparables al pene humano—, el control de la degradabilidad del andamiaje, y la dirección específica de la diferenciación celular en el microambiente cavernoso son cuestiones aún por resolver. Además, la futura aplicación clínica requerirá superar importantes barreras regulatorias y garantizar la seguridad a largo plazo de estas terapias avanzadas.

    En conjunto, esta revisión posiciona la ingeniería tisular del pene como una de las áreas más prometedoras en la medicina regenerativa aplicada a la salud sexual masculina. Su potencial para ofrecer soluciones funcionales y duraderas en casos complejos de disfunción eréctil o reconstrucción peneana es indiscutible. Se trata, sin duda, de un campo que merece atención prioritaria y colaboración entre urólogos, biólogos celulares e ingenieros biomédicos.

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  • Erecciones dolorosas

    Las erecciones dolorosas pueden causar angustia y afectar significativamente a la salud sexual y la calidad de vida del hombre. Aunque puede que no sea un tema frecuente de conversación, el problema es más común de lo que muchos podrían pensar. Comprender las causas más comunes de las erecciones dolorosas puede ayudar a los hombres a buscar el tratamiento adecuado y aliviar las molestias.

    Eyaculación dolorosaEyaculación dolorosa

    1. Priapismo

    El priapismo es una afección caracterizada por erecciones prolongadas y a menudo dolorosas que duran más de cuatro horas y se producen sin estimulación sexual. Existen dos tipos de priapismo: isquémico y no isquémico. El priapismo isquémico, también conocido como priapismo de bajo flujo, se produce cuando la sangre queda atrapada en el tejido eréctil del pene y no puede salir. Esta forma de priapismo suele ser dolorosa y se considera una urgencia médica porque la isquemia prolongada (falta de flujo sanguíneo) puede causar daños permanentes en el tejido.

    El priapismo no isquémico, o priapismo de alto flujo, es menos doloroso y se produce cuando hay un flujo incontrolado de sangre hacia el pene debido a una lesión o traumatismo en las arterias. Entre las afecciones que aumentan el riesgo de priapismo figuran la anemia falciforme, determinados medicamentos (especialmente para la disfunción eréctil) y el abuso de drogas o alcohol. Es necesaria una atención médica inmediata para tratar la causa subyacente y prevenir daños a largo plazo.

    2. Enfermedad de Peyronie

    Una de las principales causas de erecciones dolorosas es la enfermedad de Peyronie, una dolencia que afecta al tejido del pene. Se produce cuando se forma tejido cicatricial fibroso en el pene, lo que provoca una curvatura anormal durante las erecciones. Los hombres con enfermedad de Peyronie pueden experimentar dolor, dificultad para las erecciones y, en casos graves, una curvatura significativa que dificulta o imposibilita el coito. La acumulación de tejido cicatricial puede deberse a lesiones leves en el pene, como las que se producen durante las relaciones sexuales, los deportes o los accidentes. Sin embargo, en muchos casos se desconoce la causa exacta de la enfermedad de Peyronie.

    El dolor suele aparecer durante las primeras fases de la afección, y puede disminuir a medida que ésta se estabiliza. El tratamiento médico puede ir desde inyecciones hasta cirugía que resuelve la mayoría de los casos.

    3. Infecciones e inflamación

    Las infecciones y la inflamación también pueden causar erecciones dolorosas. Afecciones como la prostatitis, que es la inflamación de la glándula prostática, o la uretritis, inflamación de la uretra, pueden provocar molestias durante la erección. Las infecciones de la vejiga o del tracto urinario también pueden contribuir al dolor, especialmente durante la eyaculación.

    Las infecciones de transmisión sexual (ITS), como la gonorrea o la clamidia, pueden causar inflamación en los órganos reproductores y provocar erecciones dolorosas. Cuando la causa es una ITS, también pueden presentarse otros síntomas como secreción, ardor al orinar o inflamación de la zona genital. El tratamiento suele consistir en antibióticos o medicamentos antivirales, dependiendo de la naturaleza de la infección.

    4. Síndrome de dolor pélvico crónico (SDPC)

    El síndrome de dolor pélvico crónico (SDPC), también conocido como prostatitis crónica, es una enfermedad que afecta a hombres de todas las edades y puede causar dolor en la zona pélvica, incluso durante las erecciones. La causa exacta del SDPC no se conoce del todo, pero se cree que es una combinación de tensión muscular, inflamación nerviosa y factores psicológicos como el estrés o la ansiedad.

    Los hombres con SDPC pueden experimentar dolor persistente en el perineo (la zona entre el ano y el escroto), la parte inferior del abdomen e incluso el pene. Este dolor puede acentuarse durante las erecciones, la eyaculación o después de la actividad sexual. El tratamiento del SDPC suele incluir fisioterapia del suelo pélvico, medicamentos para reducir la inflamación y el dolor, y tratamiento del estrés o la ansiedad mediante asesoramiento o técnicas de control del estrés.

    5. Fimosis y parafimosis

    La fimosis es una afección en la que el prepucio está demasiado tenso para retraerse sobre la cabeza del pene. Esta tirantez puede causar molestias o dolor durante la erección, especialmente en los casos en que el prepucio no se ha estirado lo suficiente como para permitir una retracción completa. La fimosis es más frecuente en hombres no circuncidados y puede resolverse por sí sola en individuos jóvenes, pero en algunos casos puede ser necesaria la intervención médica.

    La parafimosis, por el contrario, se produce cuando el prepucio se atasca en una posición retraída y no puede retraerse sobre la cabeza del pene. Esto puede causar hinchazón y dolor, especialmente durante las erecciones, y requiere atención médica inmediata para evitar complicaciones. Los tratamientos para ambas afecciones incluyen cremas tópicas con corticoides, estiramientos manuales o, en casos más graves, la circuncisión.

    6. Traumatismos o lesiones

    Los traumatismos físicos en el pene o en la región pélvica pueden provocar erecciones dolorosas. Esto puede ocurrir debido a lesiones deportivas, accidentes o actividad sexual brusca. Una afección denominada fractura de pene, que se produce cuando se rompe la túnica albugínea (la capa protectora que rodea el tejido eréctil), puede causar un dolor intenso e inmediato durante la erección. Las fracturas de pene suelen requerir intervención quirúrgica para reparar el daño y prevenir complicaciones como la disfunción eréctil o el dolor crónico.

    Conclusión

    Las erecciones dolorosas pueden surgir por diversas causas, desde infecciones e inflamaciones hasta afecciones más graves como la enfermedad de Peyronie y el priapismo. Aunque estas afecciones pueden ser angustiosas, muchas son tratables con la intervención médica adecuada. Es esencial que los hombres que experimenten dolor durante la erección acudan rápidamente al médico para tratar cualquier problema subyacente y prevenir complicaciones.

    Referencias:

    Broderick, G. A., Kadioglu, A., Bivalacqua, T. J., Ghanem, H., Nehra, A., & Shamloul, R. (2010). Priapism: pathogenesis, epidemiology, and management. The journal of sexual medicine, 7(1 Pt 2), 476–500. https://doi.org/10.1111/j.1743-6109.2009.01625.xEste enlace se abrirá en una ventana nueva

    Flores, J. M., Salter, C. A., Nascimento, B., Terrier, J. E., Taniguchi, H., Bernie, H. L., Miranda, E., Jenkins, L., Schofield, E., & Mulhall, J. P. (2021). The Prevalence and Predictors of Penile Pain in Men with Peyronie’s Disease. Sexual medicine, 9(4), 100398. Este enlace se abrirá en una ventana nuevahttps://doi.org/10.1016/j.esxm.2021.100398Este enlace se abrirá en una ventana nueva

    Hayashi, Y., Kojima, Y., Mizuno, K., & Kohri, K. (2011). Prepuce: phimosis, paraphimosis, and circumcision. The Scientific World Journal, 11(1), 289-301. https://doi.org/10.1100/tsw.2011.31Este enlace se abrirá en una ventana nueva

    Koifman, L., Barros, R., Júnior, R. A., Cavalcanti, A. G., & Favorito, L. A. (2010). Penile fracture: diagnosis, treatment and outcomes of 150 patients. Urology, 76(6), 1488-1492. https://doi.org/10.1016/j.urology.2010.05.043Este enlace se abrirá en una ventana nueva

    Magistro, G., Wagenlehner, F. M., Grabe, M., Weidner, W., Stief, C. G., & Nickel, J. C. (2016). Contemporary Management of Chronic Prostatitis/Chronic Pelvic Pain Syndrome. European urology, 69(2), 286–297. Este enlace se abrirá en una ventana nuevahttps://doi.org/10.1016/j.eururo.2015.08.061Este enlace se abrirá en una ventana nueva

    Sadeghi-Nejad, H., Wasserman, M., Weidner, W., Richardson, D., & Goldmeier, D. (2010). Sexually transmitted diseases and sexual function. The journal of sexual medicine, 7(1 Pt 2), 389–413. https://doi.org/10.1111/j.1743-6109.2009.01622.xEste enlace se abrirá en una ventana nueva

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  • Pene enterrado

    El pene enterrado (también denominado pene oculto o escondido) es una afección en la que el pene está parcial o totalmente cubierto por la piel del escroto, el abdomen o los muslos. Aunque un pene enterrado puede ser (y a menudo es) de tamaño normal, está oculto bajo la piel, por lo que no sobresale totalmente del cuerpo.

    Esta afección infrecuente puede presentarse al nacer o desarrollarse en etapas posteriores de la vida. Puede causar varias complicaciones, como dificultad o dolor en las relaciones sexuales, síntomas urinarios, problemas de higiene y problemas de autoestima. Afortunadamente, el pene enterrado puede tratarse mediante cirugía y puede mejorar con la pérdida de peso.

    Síntomas

    El síntoma principal del pene enterrado es que sólo es visible la punta (si la hay) del pene. Sin embargo, suele ir acompañado de varios problemas físicos y psicológicos. A continuación, se enumeran algunas de las complicaciones que pueden surgir como consecuencia de un pene enterrado:

    Imposibilidad de mantener relaciones sexuales con penetración si el pene queda atrapado bajo la piel.

    Dolor durante el coito.

    Erecciones y/o eyaculación dolorosa.

    Dificultad para orinar (por ejemplo, no poder orinar de pie).

    Goteo de orina.

    Infecciones urinarias frecuentes.

    Mala higiene.

    Infecciones cutáneas debidas a problemas de higiene.

    Piel del pene poco sana debido a inflamaciones y cicatrices.

    Depresión.

    Ansiedad.

    Baja autoestima o deterioro de la autoimagen sexual.

    Carcinoma de células escamosas del pene (cáncer de pene) que puede producirse debido a la inflamación crónica por el atrapamiento de orina.

    Una persona con pene enterrado puede experimentar alguna o todas estas complicaciones, dependiendo de la gravedad de su afección.

    Causas

    El pene enterrado puede estar causado por problemas en los ligamentos que unen el pene al cuerpo, exceso de grasa alrededor del abdomen, retención de líquidos en la zona genital o complicaciones tras la circuncisión. También puede deberse a enfermedades cutáneas poco frecuentes, como el liquen escleroso o la hidradenitis supurativa. A continuación, se ofrece una explicación más detallada de cada una de las posibles causas del pene enterrado:

    • Anomalías en la estructura del pene al nacer. Algunos individuos nacen con el pene enterrado. Esto ocurre cuando los ligamentos y tejidos conectivos que unen el pene al cuerpo son demasiado débiles o laxos para sostener adecuadamente el pene.
    • El exceso de grasa, sobre todo alrededor del abdomen y los genitales, puede cubrir el pene y hacer que parezca oculto. Esta es la causa más frecuente de pene enterrado adquirido en la edad adulta.
    • Linfedema genital. El líquido linfático puede acumularse alrededor del escroto, causando a veces una hinchazón suficiente para enterrar el pene.
    • Complicaciones tras la circuncisión. El pene enterrado puede aparecer tras la circuncisión si se extirpa demasiado (o no lo suficiente) del prepucio. Sin embargo, las investigaciones sugieren que el pene enterrado tras la circuncisión en recién nacidos no es permanente y suele resolverse por sí solo a medida que los bebés crecen.
    • Padecimientos crónicos de la piel que afectan a la ingle. El liquen escleroso provoca manchas blancas que pican en la piel, normalmente en las zonas genital o anal. La hidradenitis supurativa provoca bultos bajo la piel de las axilas o la ingle. Ambas afecciones pueden provocar inflamación y cambios en la piel que pueden afectar al pene. Por ejemplo, el liquen escleroso puede causar fimosis (afección en la que el prepucio tenso no puede retraerse), y una banda fimótica puede tirar del pene hacia atrás y enterrarlo. Por otro lado, la hidradenitis supurativa puede provocar linfedema y la consiguiente hinchazón que cubre el pene.

    Diagnóstico

    Normalmente, un médico puede diagnosticar el pene enterrado mediante una inspección visual y un examen físico. Un profesional capacitado puede ayudar a descartar otras posibles afecciones del pene, como el micropene, que es un pene pequeño. Por lo tanto, si cree que puede tener el pene enterrado, es importante que se lo confirme un médico de atención primaria o un urólogo.

    Tratamiento

    En bebés y niños muy pequeños, el pene enterrado puede desaparecer por sí solo a medida que el niño crece. Además, las personas con casos leves pueden notar que la pérdida de peso y/o las cremas tópicas con esteroides que aflojan el prepucio ayudan (en casos relacionados con la fimosis). No obstante, para tratar el pene enterrado suele ser necesaria la cirugía. Las siguientes opciones quirúrgicas se centran en eliminar grasa o reforzar la estructura de soporte del pene para tratar el pene enterrado:

    • Abdominoplastia, es un procedimiento para eliminar el exceso de grasa del abdomen.
    • Una paniculectomía se realiza para extirpar un panículo, que es un gran colgajo de piel que cuelga sobre los muslos y los genitales. Este exceso de piel puede ser el resultado de una importante pérdida de peso.
    • Lipectomía infraumbilical consiste en la extirpación de la almohadilla de grasa situada encima del pubis.
    • Escrotoplastia es una cirugía que corrige y remodela el escroto eliminando el exceso de piel de la zona. Esta piel también puede reordenarse quirúrgicamente para cubrir el cuerpo del pene si es necesario.
    • Lipectomía de succión elimina las células grasas mediante catéteres quirúrgicos que utilizan la succión.
    • Reparación de daños en la piel, que consiste en eliminar cualquier tejido cicatricial o piel dañada alrededor del pene, utiliza injertos de piel para cubrir las zonas del pene en las que la piel está comprometida o falta. Los injertos de piel pueden proceder de la almohadilla de grasa que se ha eliminado o del muslo.
    • La manipulación de ligamentos puede realizarse desprendiendo los ligamentos que conectan el pene al cuerpo y reforzando quirúrgicamente la estructura mediante la fijación interna de suturas a la base del pene.
    • Independientemente de la opción de tratamiento que se utilice, los pacientes con pene enterrado también pueden beneficiarse del asesoramiento psicológico. Las cuestiones relacionadas con la disfunción sexual y la autoestima son complejas, y un profesional de la salud mental puede ayudar a un individuo a navegar por estos desafíos.

    Fotografías antes y después de cirugía (fotos propiedad del Dr. Peinado)

    Referencias:

    • Buried or Hidden Penis: Treatment, Symptoms, Causes. (2020, December 18). Cleveland Clinic. https://my.clevelandclinic.org/health/diseases/16291-buried-penis
    • Cavayero, C.T., Cooper, M.A., & Harlin, S.L. (2015). Adult-Acquired Hidden Penis in Obese Patients: A Critical Survey of the Literature. The Journal of the American Osteopathic Association, 115(3), 150-156. https://jaoa.org/article.aspx?articleid=2211854
    • Eroğlu, E., Bastian, O.W., Ozkan, H.C., Yorukalp, O.E., & Goksel, A.K. (2009). Buried penis after newborn circumcision. The Journal of urology, 181(4), 1841–1843. DOI: https://doi.org/10.1016/j.juro.2008.12.006
    • Ho, T.S., & Gelman, J. (2018). Evaluation and management of adult acquired buried penis. Translational andrology and urology, 7(4), 618–627. DOI: https://doi.org/10.21037/tau.2018.05.06
    • Monn, M.F., Chua, M., Aubé, M., DeLong, J.M., McCammon, K.A., Gilbert, D., Jordan, G.H., & Virasoro, R. (2020). Surgical management and outcomes of adult acquired buried penis with and without lichen sclerosus: a comparative analysis. International Urology and Nephrology, 52(10), 1893-1898. https://link.springer.com/article/10.1007/s11255-020-02486-y
    • Pestana, I. A., Greenfield, J. M., Walsh, M., Donatucci, C. F., & Erdmann, D. (2009). Management of "buried" penis in adulthood: an overview. Plastic and Reconstructive Surgery, 124(4), 1186-1195. DOI: 10.1097/PRS.0b013e3181b5a37f
    • Rybak, J., Larsen, S., Yu, M., & Levine, L.A. (2014). Single Center Outcomes after Reconstructive Surgical Correction of Adult Acquired Buried Penis: Measurements of Erectile Function, Depression, and Quality of Life. The Journal of Sexual Medicine, 11(4), 1086-1091. https://www.jsm.jsexmed.org/article/S1743-6095(15)30731-1/fulltext
    • Shaeer, O., & Shaeer, K. (2009). Revealing the Buried Penis in Adults. The Journal of Sexual Medicine, 6(3), 876-885. https://www.jsm.jsexmed.org/article/S1743-6095(15)32410-3/fulltext
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  • Frecuencia de eyaculación y riesgo de cáncer de próstata (II parte)

    Eyaculación y prevenciónEyaculación y prevención

    Eyaculación y cáncer de próstata

    El líquido seminal se origina en las glándulas sexuales accesorias masculinas, incluidas las glándulas de la vesícula seminal, la próstata, el epidídimo y la glándula bulbouretral (de Cowper). Este líquido rico en proteínas facilita el transporte de los espermatozoides a través de los tractos urogenital masculino y reproductor femenino, manteniendo la viabilidad de los espermatozoides.

    Las eyaculaciones frecuentes disminuyen la concentración intraprostática de compuestos xenobióticos y carcinógenos químicos, que se acumulan fácilmente en el líquido prostático. Las eyaculaciones frecuentes también reducen el desarrollo de cristaloides prostáticos intraluminales, que se han asociado con el cáncer de próstata en algunos estudios patológicos, pero no en todos. Dado que el plasma seminal reduce localmente la capacidad de respuesta del huésped (posiblemente por factores producidos por la glándula prostática), el líquido prostático retenido puede disminuir la vigilancia inmunitaria intraprostática contra las células tumorales. Otra teoría es que el aumento de la frecuencia de eyaculación reduce el riesgo de cáncer de próstata por la liberación de tensión psicológica durante la emisión, lo que potencialmente disminuye la actividad nerviosa simpática. La división de las células epiteliales prostáticas es estimulada por factores de crecimiento de las células estromales adyacentes, fuertemente inervadas con receptores adrenérgicos. Alrededor de los 50 años, el crecimiento gradual de la próstata empieza a acelerarse. Por el contrario, varios estudios indican una disminución de la inervación de la próstata con el avance de la edad y, simultáneamente, se observa un aumento de la expresión del ARNm del adrenoceptor α1A en la próstata humana envejecida durante este período.

    A pesar del creciente interés por la relación entre la frecuencia de eyaculación y el riesgo de cáncer de próstata, existe un vacío notable en la bibliografía que requiere una mayor exploración. El conjunto actual de pruebas se caracteriza por la heterogeneidad de los diseños de los estudios, las poblaciones y las metodologías, lo que da lugar a resultados contradictorios y no concluyentes. Además, es necesario un mayor consenso sobre los mecanismos biológicos subyacentes que explican cualquier asociación observada. Estas lagunas dificultan la capacidad de extraer conclusiones definitivas y elaborar recomendaciones basadas en la evidencia. La investigación de la relación entre la frecuencia de eyaculación y el riesgo de cáncer de próstata reviste una importancia significativa debido a sus posibles implicaciones para la salud pública y las estrategias preventivas.

    Conclusión

    Esta revisión narrativa explora la relación entre la frecuencia de eyaculación y el riesgo de cáncer de próstata, tratando de desentrañar las complejidades e implicaciones que esta asociación tiene para la salud del hombre. El impacto global del cáncer de próstata es innegable, lo que requiere una comprensión de los modificadores potenciales, como el comportamiento sexual. Los datos procedentes de diversos estudios ofrecen una imagen polifacética de la relación entre la frecuencia de eyaculación y el cáncer de próstata. Aunque la mayoría de los estudios apuntan a una relación inversa todavía no se tienen datos concluyentes al respecto.

    REFERENCIAS:

    • Ejaculatory frequency and the risk of aggressive prostate cancer (Papa et al., 2017)
    • Ejaculation Frequency and Prostate Cancer: CAPLIFE Study (Lozano-Lorca et al., 2023) -
    • The Effect of Ejaculation Frequency on Serum Prostate-Specific Antigen Level (Karabakan et al., 2015)
    • Sexual activity and the risk of prostate cancer (Kotb et al., 2015)
    • Ejaculation Frequency and Prostate Cancer Risk: A Narrative Review of Current Evidence (Clinical Genitourinary CancerEste enlace se abrirá en una ventana nueva, kokori et al. , 2024)
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