Quirónsalud
Blog del servicio de Urología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz
Cada vez hay más personas que padecen Insuficiencia Renal Crónica (IRC) debido fundamentalmente al gran numero de personas que sufren enfermedades crónicas que lo provocan como es la diabetes, la HTA, la arterioesclerosis,…. Para muchos pacientes que conviven a diario con la IRC, el trasplante de riñón se convierte en la única oportunidad para vivir como una persona sana, habiendo demostrado ser el mejor tratamiento frente a la dialisis en cuanto a supervivencia, calidad de vida, complicaciones, siendo mucho más coste-beneficio.
Es noticia frecuente de muchos telediarios que, España es lider mundial en donación y trasplante de órganos gracias a la solidaridad de todos los ciudadanos, y al excelente modelo del Sistema Nacional de Salud español, un sistema público, universal y de alta calidad.La ONT (Organización Nacional de Trasplantes) creó hace ya muchos años (1989) el denominado Modelo Español de Trasplantes, un modelo de gestión organizativo, que pivota en torno a la Coordinacion de Trasplantes hospitalaria, y al cual se debe el éxito del programa y del liderazgo español.
Conseguir órganos para trasplante es cada vez mas difícil. Por fortuna, los grandes avances de la Medicina en el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad cerebrovascular, y la buena noticia de la disminución de los accidentes de tráfico, han hecho que el paciente fallecido, que reúne criterios de donación, sea cada vez más escaso.
El trasplante de riñón es uno de los más populares por ser uno de los más frecuentes. Saca diariamente a muchas personas de la dependencia de la diálisis, sabiendo que ésta les está salvando la vida mediante un tratamiento sustitutivo ante la insuficiencia renal terminal. Desde la ONT se nos impulsa a trabajar o innovar nuevas estrategias para aumentar las donaciones. El programa de trasplante de "donante vivo" se produce cuando una persona dona uno de su riñones a un ser querido. El Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz fue pionero en el programa de donante cadáver y tambien en el de vivo, realizando sendos primeros trasplantes en 1965 y 1968 respectivamente, cuando el hospital se llamaba Clínica de la Concepción.
¡Deseamos que lo conozcas de cerca de través de dos protagonistas, por si tienes oportunidad de hacerlo, o de difundirlo!
Aquí van los testimonios de la última pareja que ha ejercido recientemente la donación de un riñón en la Fundación Jiménez Díaz. Gabriella una madre orgullosa de haber donado un riñón a su hijo Diego, que vive una nueva vida lleno de agradecimiento. Es la primera pareja del programa de donante vivo realizada en nuestro hospital despues de "meses de parón" por la pandemia COVID-19.
Gabriela (DONANTE): Provenimos de una familia de médicos venezolanos. Soy abogado con un Máster en Dirección y Gestión Sanitaria por la Universidad Internacional de La Rioja. Mi tesis doctoral la hice de diálisis y trasplante renal. Durante veinte años dirigí una gran clínica en el centro de Venezuela, donde a diario convivía con el tema renal. Trabajé mucho en pro de los enfermos de esta patología sin imaginar jamás que un día sería la madre de uno.
Estos casi cuatro años que han pasado desde que Diego tuvo el daño renal bilateral, he pasado por todos los sentimientos posibles. Una vez que llegamos a la etapa pre-trasplante, estábamos llenos de ansiedad, miedo e incertidumbre. Diego tenía la hemoglobina baja y eso me generaba terror. Ambos sabíamos que venían momentos de mucho dolor, para mi como donante, pero sobre todo para Diego.
Es oportuno hacer mención a que estos días nos ha recibido el mismo equipo de enfermeros de aquellos aciagos días de septiembre de 2017, y no solo nos recordaron inmediatamente, sino que con la mayor mística y devoción nos hicieron sentir en casa. Especial reconocimiento a todos ellos
Para hacerles el relato corto, yo estoy en mi casa desde ayer viernes 21 de mayo 2021 con muy poco dolor y Diego probablemente esté de alta hoy sábado 22. Estamos con poco dolor. Yo orino perfectamente, no hubo trauma ni dolor incontrolable, ni agonía. Diego ha estado en aislamiento unos días, por los cuales, no he podido verlo, pero está bien, lleno de esperanzas, planes y agradecimiento.
Especial reconocimiento y agradecimiento eterno al equipo médico y de Enfermería de Urología, Nefrología, Coordinación de Trasplante y resto de equipos intervinientes de Fundación Jiménez Díaz.
Diego (REEPTOR): Yo, Diego Perez, que luego de casi 4 años en diálisis por una nefropatía lúpica el pasado 18 de mayo fui trasplantado en la Fundación Jiménez Díaz, recibiendo un riñón de mi madre como donante, aquí les cuento mi experiencia:
Llegué el lunes al hospital con mi madre, realizamos el ingreso y yo subí a lo que espero será "mi última diálisis" por un largo tiempo. Luego subí a la planta, desde allí los nervios estaban presentes en la habitación que compartiría con mi madre esa noche, pero también serenidad y confianza en el proceso.
La mañana siguiente, muy temprano, nos bajaron a quirófano, donde nos explicaron todo y empezó el proceso (todo muy sereno y con un ambiente positivo). Después de varios pasos previos, empieza a hacer efecto la anestesia y lo siguiente fue despertarme y escuchar de parte del equipo médico que todo conmigo y mi madre había salido bien, instantáneamente se fueron los nervios y llegó la alegría, con muy poco dolor. Los días posteriores las analíticas y las pruebas arrojaban una evolución positiva y yo cada vez más feliz y más tranquilo, gracias a los médicos, enfermeros, auxiliares y demás. Mi estancia en el hospital fue mucho más positiva, tranquila y feliz que lo que esperaba. Ante todo, destacar su labor y lo bien que me he sentido tanto física (más enérgico, más vivo) cómo anímicamente. Todo se dio tan bien que a los 4 días me dieron el alta.
No me queda más que agradecer y destacar lo poco traumático que fue todo el proceso en mi caso, 10/10 tanto profesional como médicamente, un verdadero cambio de vida, esperemos que todo siga así. Gracias totales.
Es necesario que todo el mundo conozca que el trasplante renal de donante vivo es la mejor opción terapéutica para aquellos pacientes candidatos a trasplante que sufren una enfermedad renal terminal. Para que pueda llevarse a cabo es necesario que una persona, de forma voluntaria, generosa, sin coacción y habiendo pasado una estricta evaluación, se ofrezca para donar.
Solo se necesita un riñón donado para reemplazar dos riñones con insuficiencia, lo que hace que el trasplante de riñón de donante vivo sea una excelente alternativa. Se trata de extirpar un riñón de un donante vivo, y colocarlo a continuación en un receptor al que le faltan los riñones, o que los tiene pero que no le funcionan de manera adecuada.
Ventajas de la donación en un Programa de Donante Vivo
·Se realiza anticipándose a que el paciente necesite comenzar un programa de diálisis.
·El receptor no debe esperar la llegada de un donante cadáver en una lista de espera.
·La cirugía es programada y se efectúa cuando el donante y el receptor están en las mejores condiciones de salud para poderlo realizar.
·El riñón que procede de un donante vivo funciona precozmente, es decir, tiene un funcionamiento casi inmediato al terminar la cirugía.
·La funcionalidad a largo plazo (años) de los riñones de donante vivo es la mejor, lo que implica la mayor esperanza de vida del injerto.
·El receptor recibe un riñón de una persona sana.
Toma conciencia entre los tuyos si tienen esta necesidad o difúndelo. ¡Alguien necesita conocerlo porque alguien lo esta necesitando!
Dra. Carmen González Enguita
Jefa del Departamento de Urología de la Fundación Jiménez Díaz
Dr. Juan Vicente García Cardoso
Jefe asociado del Servicio de Urología de la Fundación Jiménez Díaz
Bibliografía:
- Pérez Albacete M. Evolución cronológica del trasplante renal en España. Actas Urol Esp 2006 , Vol30 N:8
-Vela Navarrete R. Organización Nacional de Trasplantes (ONT). Reflexiones en su 25 aniversario. Actas Urol Esp. 2015 Mar;39(2):67-9. 10.1016/j.acuro.2014.11.001. Epub 2015 Feb 7. PMID: 25670478
Cuando se desarrolla un tumor en la vejiga que no puede ser controlado con tratamientos que preserven el órgano se debe extirpar completamente la misma.
Esta cirugía se denomina cistectomía radical y conlleva la exéresis de la próstata y de las vesículas seminales en el hombre. En la mujer, en la mayoría de los casos, también se extirpan los órganos genitales internos (útero, trompas y ovarios). En ambos, se extraen los ganglios linfáticos pélvicos que están rodeando los grandes vasos (arterias y venas) que van de la pelvis a las extremidades inferiores (piernas). Estos ganglios son pequeñas formaciones nodulares (del tamaño de una judía pequeña) que pueden ser blanco de metástasis (de enfermedad tumoral llegada desde la vejiga).
La primera parte de la intervención; es decir, la extirpación de la vejiga continúa con la derivación urinaria, o sea, es preciso reconstruir la anatomía para que la orina producida en el riñón se elimine. Para ello hay que crear una estructura similar a la vejiga, un sistema que pueda almacenar y vaciar la orina. Cuando se construye una nueva vejiga ésta nueva estructura se denomina neovejiga. Esta sustitución vesical se realiza con intestino y rememora la forma de la vejiga. Existen diferentes configuraciones con el fin de conseguir una micción mas o menos similar a la fisiológica. El paciente mantiene una dinámica miccional muy similar a como tenía con su vejiga natural.
En ocasiones la neovejiga no puede realizarse por razones del tumor, o del paciente. En estos casos se realiza una derivación externa, es decir, se construye un conducto, también con intestino por donde pasara la orina venida de los riñones a través de los uréteres. El conducto intestinal desemboca en la piel del abdomen mediante un estoma. La orina se recogerá en una bolsa fabricada y adecuada para tal fin.
La elección del tipo de derivación urinaria es consensuada entre el urólogo y el paciente basándose en datos clínicos, anatómicos, físicos, sociales… y siempre ajustados a las expectativas individuales de cada caso.
Hoy esta cirugía se puede realizar mediante una técnica laparoscópica asistida por robot: Cirugía robótica
El robot es una herramienta que brinda al cirujano una visión aumentada del campo quirúrgico en tres dimensiones. Las pinzas robóticas que maneja el cirujano poseen un sistema articulado de muñecas (endo-muñecas) que facilitan y reproducen la libertad de movimientos de la mano del cirujano. De esta manera la cirugía robótica ofrece muchas posibilidades técnicas para hacer que la cirugía sea mas precisa.
Hoy en día ya existen equipos quirúrgicos que hacen todos los pasos de la cirugía asistidos por robot, incluida la parte de la derivación urinaria intestinal. Inicialmente solo era robótica la cistectomía. La derivación urinaria se realizaba extracorpórea, fuera de la cavidad abdominal, de manera manual, rememorando la cirugía convencional.
La técnica se ha ido desarrollando en todo el mundo y se han estandarizando las derivaciones urinarias completamente realizadas con el robot (intracorpóreas). Este tipo de cirugía aporta muchos beneficios que el paciente basado en la menor manipulación intestinal y las incisiones que son realmente pequeñas. El paciente tiene un mejor y mas favorable postoperatorio.
El robot es una excelente herramienta en manos de cirujanos experimentados.
El paciente va a tener un mejor curso clínico después de la intervención quirúrgica. La técnica posee un potencial beneficio en la reducción del sangrado durante la intervención, menor dolor postoperatorio y menos complicaciones en las heridas, asegurando y manteniendo los estándares de calidad oncológica1. Señalar sin embargo, que es crítica la experiencia del cirujano para obtener un beneficio en los resultados quirúrgicos de la cistectomía. Es decir, el robot es una excelente herramienta en manos experimentadas.
El Servicio de Urología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz ha desarrollado un programa de cistectomía robótica que ya se encuentra plenamente integrado a las prestaciones quirúrgicas de la institución. El respaldo de cirujanos, anestesistas altamente capacitados en el manejo de intervenciones complejas, enfermeras con formación específica en esta tecnología y una institución que acompaña científica, asistencial y humanamente cada caso ha sido fundamental para el éxito del programa.
Los objetivos trazados inicialmente has sido alcanzados.
Hoy es una realidad para muchos pacientes poder optar a un tratamiento quirúrgico de vanguardia.
Doctores E. Buendía González / L. Cuello Sánchez / J. Monzó Gardiner
Unidad de Urotelio. Servicio de Urología
Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz
1- Venkatramani V, Reis IM, Castle EP, Gonzalgo ML, Woods ME, Svatek RS, Weizer AZ, Konety BR, Tollefson M, Krupski TL, Smith ND, Shabsigh A, Barocas DA, Quek ML, Dash A, Kibel AS, Pruthi RS, Montgomery JS, Weight CJ, Sharp DS, Chang SS, Cookson MS, Gupta GN, Gorbonos A, Uchio EM, Skinner E, Soodana-Prakash N, Becerra MF, Swain S, Kendrick K, Smith JA Jr, Thompson IM, Parekh DJ. Predictors of Recurrence, and Progression-Free and Overall Survival following Open versus Robotic Radical Cystectomy: Analysis from the RAZOR Trial with a 3-Year Followup. J Urol. 2020 Mar;203(3):522-529.
Es preciso que sepas que el 76% de los pacientes tratados en Urología en la Fundación Jiménez Díaz con neoplasias vesicales (tumor de vejiga) de alto riesgo fuman o han fumado alguna vez en su vida.
El cáncer de vejiga es el noveno cáncer más común en todo el mundo y es la décimo tercera causa de muerte por cáncer al año. Su incidencia es mayor en los hombres, siendo en ellos la séptima causa de muerte. Es un tumor de los países desarrollados e industrializados. Su incidencia es tres veces mayor en países de altos recursos comparada con en aquellos que tiene escasos o bajos recursos. Donde más incidencia se observa es en América del Norte, Europa y el Oeste de Asia.
El riesgo de padecer esta enfermedad aumenta con la edad, más acentuadamente a partir de los 50 años.
El cáncer de vejiga más frecuente es aquel que surge de las células que tapizan la vejiga en su interior. Por afectar a este tipo de células se denomina el cáncer urotelial.
El 75% de estos tumores están confinados a las capas más superficiales (mucosa o submucosa de la vejiga). El tratamiento está basado en la resección o la extirpación local. El 25% restante son tumores que afectan en profundidad al músculo vesical. Requieren tratamientos radicales como la extirpación de la vejiga (cistectomía), y/o tratamientos en combinación con quimioterapia y radioterapia.
El factor de riesgo más importante es el tabaquismo, siendo responsable directo del 50% del total de casos.
Las personas fumadoras tienen un riesgo 3,47 mayor de padecer cáncer de vejiga (un poco más del triple) que el de las que nunca fumaron. Los exfumadores tienen un riesgo 2,04 veces mayor (el doble). La disminución del riesgo en exfumadores demuestra la importancia de abandonar el hábito para reducir las posibilidades de desarrollar esta neoplasia.
También la mortalidad específica por cáncer de vejiga es mayor en fumadores comparada con la de los exfumadores.
A pesar de estos datos científicos abrumadores, solo un 20% de los pacientes que sobreviven a un cáncer de vejiga reconocen algún factor de riesgo como posible causa de su enfermedad. Luego conocemos solo una pequeña parte de las causas que generan este tipo de cáncer.
El análisis de la base de datos de los pacientes tratados con tumores vesicales de alto riesgo en el Servicio de Urología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz durante el año 2019 demuestra que el 76% de los pacientes refiere ser fumador activo o exfumador, demostrando la estrecha asociación de este hábito con el cáncer de vejiga en la población que atendemos.
Desde el Servicio de Urología trabajamos constantemente en la resolución de estos tumores, pero también en su prevención.
El protagonismo del paciente y su esfuerzo individual para abandonar el tabaquismo es parte fundamental para el éxito en el tratamiento del cáncer de vejiga.
Dr. Juan Monzo Gardiner
Dr. Leslie Cuello Sánchez
Dra. Elena Buendía González
Unidad de Urotelio
Servicio de Urología
Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz (Madrid)
Durante el embarazo es normal sentir molestias en la zona lumbar, pero debemos estar atentas ya que un dolor fuerte del riñón puede ser indicativo de cólico renal
Formar piedras (litiasis o cálculos) en el riñón durante el embarazo es algo poco frecuente, apareciendo en 1 de cada 1500 embarazos, siendo algo más prevalente si la mujer gestante ya padecía este problema. Con cálculos o sin ellos, el dolor por cólico renal es el motivo de consulta no ginecológico más común durante el embarazo, en un Servicio de Urgencias de Hospital. No suele ser una patología grave y difícilmente afecta al curso del embarazo.
Te explicamos más acerca de ello.
¿Qué es un cólico renal?
El cólico renal es un intenso dolor en el riñón que se produce por la obstrucción aguda e inesperada de la vía urinaria, siendo la litiasis la causa más común de provocarla. Entre las funciones del riñón está la de eliminar productos de desecho a través de la orina. Si se dan determinadas condiciones físicas y bioquímicas necesarias en el ambiente urinario, ciertas de estas sustancias pueden llegar a acumularse en una zona concreta del riñón, cristalizar y formar un cálculo. Esta litiasis renal, ya formada en el riñón, puede quedarse alojada y silente en alguna de las cavidades renales o intentar salir al exterior por el fluir de la orina. En este proceso de migración a través del uréter (conducto que une el riñón con la vejiga), puede encontrarse con zonas más difíciles de atravesar y, por tanto, no poder progresar, pudiendo así quedarse allí atrapada e impactada suponiendo un obstáculo para el transcurrir de la orina desde el riñón hacia la vejiga.
Se dice que un cólico renal concluye cuando el cálculo responsable es eliminado. Luego lo esperado es la expulsión, y lo más frecuente es que sea de manera espontánea.
¿Qué síntomas aparecen?
Puede ocurrir que la migración del cálculo, desde el riñón a la vejiga y luego al exterior, no provoque una obstrucción de la vía urinaria y, por tanto, podrían oponerse de manifiesto el cólico renal; es decir en ocasiones se produce la expulsión de la litiasis sin ningún síntoma de dolor.
Sin embargo, lo más habitual es que en el transcurrir del cálculo por la vía urinaria éste se impacte en algún trayecto y produzca una obstrucción aguda a la salida de la orina, la cual comienza a almacenarse por encima de la zona del cálculo. El aumento de la presión en el riñón es lo que va a ocasionar este intenso dolor. El dolor se localiza en la región lumbar, de manera brusca, como un golpe fuerte. Se suele acompañar de náuseas y vómitos, mal estar general, escozor al orinar, ganas de ir constantemente al baño (urgencia), micciones frecuentes (polaquiuria) o incluso observar sangre en la orina (hematuria). En los casos más graves podría aparecer fiebre2. ¡¡Atención a esta última circunstancia!!
Si nunca he tenido cólicos renales ni piedras en el riñón, ¿por qué me aparecen ahora?
Durante el embarazo se producen cambios diversos en la anatomía de la vía urinaria (en ambos lados). Esto va a favorecer tanto las infecciones de orina como la formación de litiasis en el riñón. Es manifiesto un aumento en la actividad en la filtración del riñón con el consiguiente aumento de la cantidad de elementos de desecho, que una vez en la orina (solutos) pueden llegar a convertirse en cristales, y éstos en verdaderos cálculos. Esto, unido a la compresión que el útero hace sobre la vejiga y las vías urinarias, suponen un cierto obstáculo a la salida de la orina, y predispone a la mujer embarazada a la formación de litiasis en el riñón y a poder tener un cólico nefrítico cuando el riñón intenta expulsar el cálculo al exterior.
Pero debemos tener en cuenta que NO todos los cólicos en el embarazo son producidos por litiasis renales. Se puede presentar el dolor del cólico simplemente por la dilatación renal que se produce por esta compresión uterina, que es mayor en el segundo y tercer trimestre del embarazo; y más frecuente en el lado derecho por la dextrorrotación del útero, sin que haya una litiasis subyacente. Muchas veces no podemos saber si este dolor cólico es de causa litiásica o compresiva, pero el tratamiento realizado para ambos casos será el mismo, explicado más adelante.
Si la causa del cólico renal es una litiasis, será más frecuente que ocurra en aquellas mujeres que ya tenían cálculos antes del embarazo y/o que tienen una historia litiásica previa. Pero como hemos comentado, el embarazo en sí, por las condiciones anatómicas, físicas y bioquímicas que se producen en la vía urinaria, favorecerá que se desencadene el cuadro con más facilidad.
¿Afecta esto al bebé?
Tener piedras en el riñón no afecta directamente al feto ni a su desarrollo durante el embarazo. No produce malformaciones ni impide el crecimiento del bebé. Pero el dolor prolongado que produce el cólico renal sí puede suponer presentar un parto prematuro (que el bebé nazca antes de la fecha prevista). Por tanto, es fundamental que, junto al ginecólogo, el urólogo oriente el mejor diagnóstico y ofrezca los mejores tratamientos en cada caso.
¿Cómo se puede tratar?
Cuando el urólogo tiene la sospecha de que nos encontramos ante un cólico renal llevará a cabo una serie de estudios de diagnóstico, entre los que se incluyen una analítica completa y una ecografía abdominal. Ésta no supone ningún riesgo para el feto ni para la madre. Permite identificar la litiasis en el riñón y/o imágenes (hidronefrosis-dilatación renal) indirectas de que esta piedra se encuentra en algún lugar de la vía urinaria, habitualmente en el uréter.
El tratamiento principal del cólico renal es la medicación analgésica para el control del dolor. Los analgésicos son fármacos seguros durante el embarazo, pudiendo administrarse por vía intravenosa en caso de no ser resolutivos por vía oral. Sólo se administrará antibiótico si el cólico se asocia a una infección urinaria. En estos casos estamos ante una situación más grave, lo que denominamos el cólico renal complicado (séptico) que precisa un abordaje veloz y preciso. El calor local con una bolsa de agua caliente puede ayudar a aliviar este dolor. En caso de presentar náuseas y vómitos se puede administrar medicación para controlarlos. Tras la aplicación de estas medidas, lo esperado es la expulsión espontánea de estos cálculos y no requerir más tratamiento. La hidratación, bien mediante sueroterapia intravenosa o por vía oral será necesaria durante estos momentos, pero sobre todo es esencial, en el momento de favorecer la expulsión del cálculo, y básica, en evitar formar nuevos cálculos.
El cólico renal complicado, séptico, anúrico o rebelde al tratamiento analgésico convencional, es menos frecuente, pero no por ello raro. Cuando la litiasis obstruye completamente la vía urinaria, y la orina no puede salir (anuria), cuando el cólico cursa con fiebre provocando una sepsis, o cuando es imposible controlar el dolor con la analgesia convencional, es necesario realizar la derivación urinaria. Es una intervención quirúrgica realizada por el urólogo mediante la cual se resuelve la obstrucción y se facilita el paso de la orina acumulada en el riñón por encima de la obstrucción. Se coloca un catéter a lo largo del uréter, o desde el riñón directamente al exterior a través de la piel (nefrostomía) para permitir la salida de la orina. Se puede y se debe hacer si esta grave situación ocurre durante el embarazo. Rara vez hay que recurrir a tratamientos para destruir o extraer la litiasis responsable. Esta actuación se traslada hasta después del parto. La Litotricia Extracorpórea por Ondas de Choque (LEOC), ya comentada en un post previo, está contraindicada realizarla durante el embarazo4.
Dra. Blanca Gómez-Jordana Mañas
Médico Residente del Servicio de Urología
Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz (Madrid)
Bibliografía:
Scarpa RM, De Lisa A, Usai E. Diagnosis and treatment of ureteral calculi during pregnancy. J Urol 1996; 155 (3): 875-877.
¿Qué es el hidrocele?
Es un proceso benigno que se desarrolla en la bolsa escrotal entorno al testículo. Es la manifiesta acumulación de líquido entre dos de las capas que rodean al testiculo en el escroto, entre la capa parietal y visceral de la túnica vaginal del testículo, tal y como se muestra en la imagen del artículo "¿Qué es el hidrocele testicular? Causas, síntomas y tratamiento" de la revistra Reproducción Asistida. El origen o patogenia se basa en un desequilibrio entre la secreción y reabsorción de este líquido.
Imagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contextoEste enlace se abrirá en una ventana nueva
¿Es frecuente?
Son relativamente comunes en recién nacidos (10% de los recién nacidos a término), aunque se presentan más frecuentemente en adultos. En muchos casos de recién nacidos desaparecen a los pocos meses. En muchos casos de los adultos no se conoce causa. En otros, puede haber antecedentes de traumatismos, empleo de prensa abdominal, infecciones testiculares o cirugías previas.
¿Por qué aparece?
En el recién nacido el hidrocele se debe a la persistencia de una comunicación entre el escroto y el interior del abdomen, lo cual permite el paso de líquido peritoneal entre ambos espacios. En la mayoria de los casos no puede determinarse la causa en los adultos. Algunos procesos infecciosos o inflamatorios (epididimitis, torsión testicular, torsión de los apéndices testiculares), tumores de testículo o traumatismos que afectan al escroto, pueden causar la acumulación de líquido en el mismo. Tambien de manera secundaria a intervención quirúrgica por varicocele o como recidiva de una cirugía previa de hidrocele (Hidrocelectomía) previa.
¿Cómo se puede identificar?
No suele producir síntomas a no ser que sea de gran volumen. En este caso los síntomas incluyen:
·Hinchazón indolora de uno o ambos testículos.
·Molestias debidas al peso del escroto.
·Hinchazón o irritación de la piel del escroto. Escroto a tensión.
En ocasiones puede aumentar de tamaño a lo largo del día. A veces no se puede palpar el testículo debido al importante volumen del líquido que lo rodea, en ocasiones a tensión.
¿Puede confundirse con otro tipo de problema?
Sí, es posible confundirlo con otro tipo de patología testicular, de ahí la importancia de una buena anamnesis, exploración física exhaustiva y el uso correcto de pruebas diagnósticas, para realizar un diagnóstico diferencial con otras patologías: hernia inguinal, quiste de epidídimo, espermatocele, tumor testicular, edema escrotal, varicocele, etc.
¿Cómo se diagnostica?
Mediante una buena anamnesis y exploración física. Se objetiva el aumento de tamaño de la bolsa escrotal, la consistencia fluctuante y transluminiscencia a la exposición de luz directa. Como prueba de imagen se utiliza la ecografía escrotal que permite conocer características del líquido, cuantificar volumen y observar los testículos.
¿Qué hombres tienen más riesgo de tener este problema?
Puede afectar a cualquier tipo de hombres, desde recién nacidos a adultos. No hay ningún rasgo característico de varón que sea mas propicio a padecer este problema
¿Qué factores de riesgo pueden hacer que aparezca este problema?
Prematuridad al nacer en el caso del recién nacido. En adultos se puede señalar que hay mayor posibilidad de que aparezca en situaciones expuestas a traumatismos testiculares o con patología subyacente, alteración drenaje linfático o infecciones.
¿Se puede prevenir?
El hidrocele no se puede prevenir en el caso del recién nacido al tratarse de una alteración en el desarrollo anatómico. Es importante visitar al pediatra y al urólogo para seguir evolución. En adultos se puede prevenir o evitar de manera parcial, evitando actividades que favorezcan microtraumatismos testiculares.
¿Es un problema recurrente o esporádico?
En el caso de la mayoría de recién nacidos, se trata de un problema esporádico. En adultos puede llegar a ser un problema recurrente que requiere intervención de la patología subyacente.
¿Qué tratamiento tiene y cuánto suele durar el problema?
Un hidrocele no comunicante normalmente se resuelve espontáneamente antes de que el niño cumpla un año. La resolución ocurre cuando el líquido es reabsorbido desde la bolsa escrotal. Un hidrocele que persiste más allá de 12 y 18 meses suele ser un hidrocele comunicante que, en la mayoría de los casos, requiere una reparación quirúrgica para prevenir el desarrollo de una hernia inguinal. En el caso de hidroceles adquiridos, propios de la edad adulta, desaparecen cuando se resuelve la afección subyacente primaria.
La cirugía es el tratamiento de elección para el hidrocele, y se justifica cuando el hidrocele se vuelve complicado o sintomático.
Hay dos enfoques quirúrgicos comunes disponibles para la hidrocelectomía:
·Plicatura: esta técnica es adecuada para hidroceles de paredes delgadas.
Como hay una disección mínima, el riesgo de hematocele o infección se reduce significativamente.
·Escisión y eversión: esta técnica es adecuada para hidroceles grandes de paredes gruesas. Implica la escisión subtotal de la túnica vaginal y la eversión del saco detrás de los testículos.
La aspiración del contenido líquido podría ser otro método muy tentativo para tratar el hidrocele, particularmente en pacientes que no pueden tolerar la cirugía. Sin embargo, no es una solución definitiva ya que el líquido casi siempre se vuelve a acumular y el hidrocele vuelve a aparecer. Existe además un riesgo alto de provocar hematocele (sangre acumulada en la bolsa escrotal) o infección empeorando la situación inicial.
Siempre que observes y palpes un aumento de tamaño del testículo acude al Urólogo. La autoexploración es mandatoria para el hallazgo temprano de lesiones testiculares, sabiendo que alguna de ellas puede ser seria.
Josue Alonso Roman
Médico Interno Residente del Servicio de Urología
Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz (Madrid)
Desde nuestra formación, conocimientos y experiencia, queremos promover y promocionar la Salud, el bienestar urológico en toda la sociedad. Queremos crear un espacio atractivo, rico y útil donde los temas mas prevalentes, relevantes y de interés popular y poblacional puedan tener la mejor respuesta, una respuesta adecuada y avalada por un equipo de profesionales que vive la Medicina y la Urología con vocación de servicio a los demás
La finalidad de este blog es proporcionar información de salud que, en ningún caso sustituye la consulta con su médico. Este blog está sujeto a moderación, de manera que se excluyen de él los comentarios ofensivos, publicitarios, o que no se consideren oportunos en relación con el tema que trata cada uno de los artículos.
Quirónsalud no se hace responsable de los contenidos, opiniones e imágenes que aparezcan en los "blogs". En cualquier caso, si Quirónsalud es informado de que existe cualquier contenido inapropiado o ilícito, procederá a su eliminación de forma inmediata.
Los textos, artículos y contenidos de este BLOG están sujetos y protegidos por derechos de propiedad intelectual e industrial, disponiendo Quirónsalud de los permisos necesarios para la utilización de las imágenes, fotografías, textos, diseños, animaciones y demás contenido o elementos del blog. El acceso y utilización de este Blog no confiere al Visitante ningún tipo de licencia o derecho de uso o explotación alguno, por lo que el uso, reproducción, distribución, comunicación pública, transformación o cualquier otra actividad similar o análoga, queda totalmente prohibida salvo que medie expresa autorización por escrito de Quirónsalud.
Quirónsalud se reserva la facultad de retirar o suspender temporal o definitivamente, en cualquier momento y sin necesidad de aviso previo, el acceso al Blog y/o a los contenidos del mismo a aquellos Visitantes, internautas o usuarios de internet que incumplan lo establecido en el presente Aviso, todo ello sin perjuicio del ejercicio de las acciones contra los mismos que procedan conforme a la Ley y al Derecho.