Quirónsalud
Blog del servicio de Urología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz
A lo largo de este blog, y con varios posts, te hemos familiarizado con la infección de orina (ITU). Te hemos contado qué es, cómo se produce y cuáles son los síntomas. También hemos comentado consejos para su prevención e incluso te hemos contado que existen vacunas frente a la infección urinaria.
Como de esto ya hace un tiempo, queremos hacer un breve resumen a modo de recordatorio.
Las infecciones de orina no suelen tener consecuencias graves para la salud, aunque constituyen una auténtica pesadilla para el bienestar de millones de mujeres. Son ellas las que lo sufre con más frecuencia, puesto que cualquier mujer en algún momento de su vida puede tener algún episodio.
Se estima que 1 de cada 4 mujeres tiene infecciones de orina de repetición, es decir aquella que aparece al poco tiempo de haber padecido una crisis. En las mujeres, son las relaciones sexuales, el elemento favorecedor de la infección urinaria, no por la propia actividad sexual en sí, sino porque el masaje uretral, favorecido en el coito, puede facilitar la ascensión de bacterias hasta la vejiga. Las mujeres sexualmente activas son mucho más proclives a padecerlas. El riesgo aumenta con la frecuencia y con los repetidos cambios de pareja.
Aunque como contábamos en nuestro post "lo que debo saber si la infección urinaria se repite", existen otras muchas otras razones por las que puedes padecer infecciones de orina.
Consúltalo o repásalo, te vendrá muy bien para poder entender y cuidarte. Mucho de lo que sucede depende de ti.
¿Por qué es frecuente la infección de orina en ancianos?
El desarrollo de la infección de orina en varones aumenta a partir de los 50 años, relacionada con cambios fisiológicos provocados por el envejecimiento, en la mayor parte de los casos a una patología prostática como es el agrandamiento de la próstata, el estrechamiento anormal de la uretra y los cálculos renales.
Con la edad, la actividad bactericida de las secreciones prostáticas está disminuida, de la misma manera que la actividad antibacteriana de la orina se reduce, mientras que, por otro lado, las bacterias responsables de la infección de orina (como Escherichia coli) puede tener una mayor capacidad de adherencia al urotelio.
Por otra parte, los ancianos apenas tienen sed y beben muy poco, causando una disminución en la producción de orina, del volumen urinario o ésta está muy concentrada.
Con la menopausia en la mujer se produce una disminución del nivel de estrógenos además de aumentar el pH vaginal debido a la ausencia de lactobacilos. Esto favorece la colonización de la vagina y el periné por Escherichia coli y otros enteropatógenos (bacterias venidas del tracto intestinal).
Además, en muchas mujeres se produce un vaciado incompleto de la vejiga después de cada micción, consecuencia de una mala dinámica miccional o la existencia de prolapso, lo que favorece la proliferación de gérmenes en esa orina residual después de cada micción.
Por otra parte, la comorbilidad es el principal factor predisponente para la bacteriuria (existencia de bacterias en orina) en el anciano. Las patologías más frecuentemente asociadas son enfermedades neurológicas (como la enfermedad de Parkinson o el Alzheimer) o enfermedades como la diabetes predisponen a la infección urinaria a través de la neuropatía diabética, la alteración de la función leucocitaria y la microangiopatía diabética, situaciones todas que debilitan las condiciones de defensa de estas personas frente a la existencia de bacterias en orina.
¿Cuáles son los síntomas de una infección de orina en el anciano?
Los síntomas más frecuentes de una infección de orina son los siguientes:
• Orinar con mayor frecuencia de lo habitual (polaquiuria)
• Sufrir dolor al orinar o micción ardiente
• Picor al orinar
• Presencia de sangre en la orina (orina rojiza)
• Mal olor en la orina
• Fiebre y/o dolor en la parte alta de la espalda y riñones
En ocasiones los síntomas de una infección urinaria en el anciano, puede no cursar con ninguno de ellos, pueden ser difíciles de identificar ya que tienen su sistema inmunitario debilitado, presentando síntomas como debilidad general, confusión, náuseas, mareos e incontinencia repentina, que pueden estar relacionados con otros problemas de salud o por lo tanto confundibles. En muchas ocasiones, ni siquiera produce molestias o dolor. Los síntomas pueden quedar enmascarados, especialmente en el caso de las personas mayores que toman con frecuencia anti-inflamatorios.
Hay que tener en cuenta que a medida que se envejece, la respuesta del sistema inmunitario cambia considerablemente. Por ello, lo más fiable es analizar un cambio repentino en el comportamiento del anciano, especialmente en los siguientes aspectos:
• Aparición repentina de incontinencia.
• Confusión del paciente o incapacidad para realizar las tareas que solía hacer bien.
• Pérdida de apetito o pérdida de autonomía
• Somnolencia inexplicable.
La aparición de fiebre en una persona mayor puede ser síntoma de una infección grave. Hay que tener en cuenta que la infección de orina produce estrés en el anciano y que, por tanto, puede generar confusión y cambios abruptos en su comportamiento. Si el paciente, además, padece una enfermedad neurológica como Parkinson o Alzheimer, este estrés físico puede agravar aún más su estado de salud.
¿Cómo se trata la infección de orina en los ancianos?
Ante la sospecha de una infección urinaria en el anciano, el diagnóstico debe confirmarse a través del laboratorio, puesto que, con el tratamiento basado únicamente en la sintomatología, la tasa de errores terapéuticos es muy alta.
El tratamiento básico de la infección de orina, tanto en mujeres como en hombres, consiste en la administración de antibióticos. Habitualmente el tratamiento para las mujeres es mucho más corto (entre 5 y 7 días), mientras que en el caso de los hombres puede prolongarse hasta dos o tres semanas. Ello se debe a la diferencia anatómica, más compleja en el hombre, así como a las complicaciones del agrandamiento de la próstata que pueden presentar algunos ancianos.
¿Qué podemos hacer para prevenir la infección de orina en los ancianos?
En este blog vamos a darte una serie de consejos básicos de higiene y alimentación, para prevenir la aparición de las infecciones de orina en ancianos:
• Asegúrate de que la persona mayor beba agua frecuentemente. Beber mucha agua durante todo el día de forma regular, esto facilita la hidratación e impide la proliferación de bacterias. En ocasiones hay que enmascarar esa agua "no apetecible" con cierto sabor a algo que le guste, como sabor a frutas por ejemplo… pero deben de beber.
• En la preparación de las comidas, te recomendamos que la persona mayor siga una dieta lo más saludable posible. Recordemos que la alimentación es especialmente importante en el envejecimiento.
• Preguntarles cada cierto tiempo si tienen ganas de ir al baño, para evitar que retengan/mantengan la orina demasiado tiempo en la vejiga, facilitándoles que vacíen la vejiga con frecuencia. No debemos dejar que la orina se estanque, si no se orina con frecuencia la orina se estanca en la vejiga a 37° y las bacterias permanecen en la uretra favoreciendo la aparición de una infección.
• Mantener siempre el área genital limpia e hidratada. En el caso de las mujeres limpiar la zona vaginal después de tener relaciones sexuales y. Se recomienda limpiarse de delante hacia atrás para evitar que la flora intestinal o posibles bacterias fecales pasen al área periuretral. Evitar lavar en exceso el área genital o usar jabones agresivos, situaciones que pueden provocar lesión o desaparición de los lactobacilos (bacterias buenas que deben de existir en la vagina ya que protegen la llegada o la acción de las enterobacterias).
• Secarse bien la piel después de lavarla o después de cambiar los productos de higiene, ya que las bacterias proliferan más rápidamente en las áreas húmedas.
• En caso de que usen pañal, recordar cambiarlo con frecuencia. Mantener una excelente higiene. Cuando se sufre incontinencia y se usan compresas se recomienda utilizar siempre productos transpirables y de calidad.
• Las personas con problemas de movilidad tienen dificultad para vaciar la vejiga por completo. Esto puede provocar que la orina restante se convierta en caldo de cultivo para las bacterias. Es necesario ayudar a los ancianos a mantener buenos hábitos de higiene, ya que con ello se reduce el riesgo de que sufran una infección.
• Los medicamentos antiinflamatorios pueden aliviar los síntomas típicos de la infección de orina, como el dolor, la fiebre y la inflamación.
El paciente anciano institucionalizado debe ser contemplado de manera especial por lo que continuamos en un próximo post.
Bibliografía:
Adela-Emilia Gómez Ayala. Infección urinaria en el anciano. Farmacia hospitalaria 23(4):40-45
Guía de buena práctica en Geriatría. INFECCIONES URINARIAS
Dra. Leticia López Martín
Médico Adjunto. Responsable de la Unidad de Hiperplasia Benigna de Próstata (HBP) e Infección Urinaria
Servicio de Urología
Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz (Madrid)
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