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  • Dolor por malas posturas al sentarse o dormir: consejos para evitar lesiones y Mejorar tu Postura

    Texto elaborado por Dr. Juan Carlos Gómez Castilla responsable servicio de Traumatología Quirónsalud Costa Adeje y Quirónsalud Vida

    ¿Cómo afectan las malas posturas al sentarse a la salud?

    Las malas posturas al sentarse pueden generar una serie de problemas que afectan tanto a la salud musculoesquelética como a la circulación sanguínea. Pasar largas horas sentados sin adoptar una postura correcta puede incrementar la presión sobre los discos intervertebrales, lo que provoca la aparición de dolor lumbar, contracturas musculares y tensión en la columna vertebral. Además, las malas posturas al estar sentados afectan la alineación natural de la columna, lo que puede derivar en lesiones crónicas, como las hernias discales.


    El dolor cervical también es común en quienes pasan mucho tiempo sentados con la cabeza inclinada hacia adelante o en una postura forzada. La musculatura de los hombros y cuello se ve sobrecargada, lo que provoca fatiga muscular y puede desencadenar dolores persistentes. Esta sobrecarga en la columna no solo afecta a las personas que tienen trabajos sedentarios, sino también a quienes pasan mucho tiempo frente a un ordenador o realizando actividades que requieren concentración.


    Es importante destacar que el estrés y la ansiedad también pueden tener un impacto directo en la postura. Las tensiones emocionales a menudo llevan a las personas a adoptar posturas encorvadas o rígidas, lo que empeora aún más la disfunción postural.


    Una forma de prevenir los efectos negativos de las malas posturas al sentarse es realizar ajustes ergonómicos en el espacio de trabajo. Usar una silla ergonómica que brinde soporte adecuado a la zona lumbar y mantener los pies planos en el suelo con las rodillas a la altura de las caderas son pasos básicos para evitar que la columna se sobrecargue. Además, se recomienda realizar pausas activas cada 30 a 60 minutos, levantándose, estirándose y caminando un poco.

    En resumen, las malas posturas al sentarse afectan la alineación de la columna vertebral, generan sobrecarga muscular, tensiones y fatiga, lo que puede derivar en dolores crónicos y afectar la circulación sanguínea. Para prevenir estos problemas, es esencial adoptar hábitos posturales saludables, realizar ajustes ergonómicos en el entorno de trabajo y practicar ejercicios de estiramiento y fortalecimiento muscular.


    ¿Qué consecuencias tiene dormir en una mala postura?

    Dormir en una mala postura puede generar una variedad de problemas en el sistema musculoesquelético, especialmente en la columna vertebral y el cuello. Al dormir, la columna debe mantenerse en una posición neutral, es decir, en alineación natural, sin forzarla hacia posiciones incómodas que puedan generar presión o tensión en los discos intervertebrales. Dormir boca abajo es una de las posturas más perjudiciales, ya que obliga al cuello a girarse de manera antinatural durante toda la noche, lo que provoca dolores cervicales y rigidez en la columna.

    La postura al dormir también puede afectar la calidad del sueño. Malas posturas como dormir con las piernas flexionadas de manera excesiva o en posiciones incómodas pueden interferir con la circulación sanguínea, lo que a su vez contribuye a la fatiga y los despertares frecuentes durante la noche. Las personas que duermen en estas posiciones pueden experimentar molestias al despertar, como dolores musculares o la sensación de que no han descansado lo suficiente.

    Una de las principales consecuencias de una mala postura al dormir es el desarrollo de trastornos posturales crónicos, como la hipercifosis (curvatura excesiva de la espalda), y desviaciones vertebrales que, con el tiempo, pueden convertirse en problemas más graves, como hernias discales o incluso en dolores crónicos en la parte superior de la espalda.

    La almohada juega un papel crucial en mantener la postura correcta durante el sueño. Una almohada demasiado alta o demasiado baja puede forzar al cuello a adoptar una posición inapropiada, lo que causa dolor cervical y tensión muscular. Por tanto, es fundamental elegir una almohada adecuada que se ajuste a la posición de descanso y a las necesidades individuales de cada persona.

    En cuanto al colchón, debe ser firme pero adaptable para proporcionar soporte a la columna vertebral. Un colchón demasiado blando no brindará el soporte necesario para mantener una alineación adecuada de la columna, mientras que un colchón demasiado duro puede generar presión en puntos de contacto como los hombros y las caderas.

    En conclusión, dormir en una mala postura puede generar dolores musculares, problemas de alineación en la columna vertebral y afectar la calidad del sueño, lo que repercute directamente en la salud general. Para prevenir estos problemas, se recomienda adoptar posturas de descanso lateral o boca arriba, utilizar almohadas y colchones adecuados, y realizar ejercicios de estiramiento para mejorar la flexibilidad y reducir las tensiones musculares.


    dolor de espalda, tratamiento del dolor de espaldaImagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contexto

    ¿Cuál es la postura correcta al sentarse?

    Adoptar una postura correcta al sentarse es esencial para prevenir problemas musculoesqueléticos y mejorar la salud postural a largo plazo. La forma en que nos sentamos tiene un impacto directo en nuestra columna vertebral, músculos y articulaciones. La postura adecuada minimiza la presión sobre los discos intervertebrales y distribuye el peso corporal de manera equitativa, evitando tensiones innecesarias en la espalda, cuello y hombros.

    La clave de una postura correcta comienza con una silla ergonómica que proporcione un adecuado soporte lumbar. La parte baja de la espalda debe estar respaldada por el asiento para evitar que la pelvis se incline hacia adelante y provoque una curvatura excesiva de la zona lumbar. Los pies deben estar planos en el suelo, con las rodillas a la altura de las caderas o ligeramente por debajo de ellas. Si la altura del asiento no es ajustable, un reposapiés puede ser útil para mantener esta alineación.

    La espalda debe mantenerse recta y los hombros relajados, sin estar forzados hacia atrás ni encorvados hacia adelante. Además, el monitor o la pantalla del ordenador debe estar a la altura de los ojos para evitar forzar el cuello hacia abajo o hacia arriba, lo que puede provocar dolores cervicales. Los brazos deben estar a un ángulo de aproximadamente 90 grados en los codos, con las muñecas en una posición neutral para evitar el dolor de muñeca o el síndrome del túnel carpiano.

    El teletrabajo ha hecho que muchas personas pasen largas horas frente a un ordenador sin una correcta organización ergonómica de su espacio de trabajo. Es recomendable ajustar la altura del teclado y la pantalla, utilizar una silla con soporte lumbar y realizar pausas activas cada hora para evitar que la postura se deteriore y se generen molestias en el cuerpo.

    Es importante recordar que la postura no solo depende de la posición estática en la que nos encontramos sentados, sino también de cómo mantenemos esa postura a lo largo del tiempo. Evitar permanecer mucho tiempo en una misma posición y realizar estiramientos periódicos ayudará a mantener una buena postura y a prevenir lesiones.

    En resumen, una postura correcta al sentarse es fundamental para mantener la salud de la columna vertebral, prevenir dolores musculares y mejorar la circulación. La clave está en adoptar una postura erguida, con los pies en el suelo, el respaldo adecuado, el ángulo de los codos a 90 grados y realizando pausas activas para evitar la sobrecarga de los músculos y articulaciones.



    ¿Cómo debe ser la postura al dormir?

    La postura al dormir es uno de los factores clave para mantener la salud de la columna vertebral y prevenir dolores musculares. Dormir en una posición incorrecta puede generar una serie de problemas a largo plazo, desde dolores cervicales hasta trastornos más serios como hernias discales. La postura correcta al dormir debe mantener la alineación natural de la columna, sin forzarla hacia posiciones incómodas que aumenten la presión en los discos intervertebrales.

    La mejor postura para dormir es de lado o boca arriba, ya que estas posiciones permiten que la columna mantenga su curvatura natural. Dormir boca abajo es especialmente perjudicial, ya que obliga al cuello a girarse en una posición forzada, lo que provoca tensiones musculares y dolor cervical. Cuando se duerme de lado, es importante utilizar una almohada adecuada para mantener el cuello alineado con la columna. La almohada no debe ser ni demasiado alta ni demasiado baja, ya que si es demasiado gruesa, puede forzar la flexión del cuello, mientras que si es demasiado delgada, no brindará suficiente soporte.

    Además, es recomendable colocar una almohada entre las piernas

    si se duerme de lado, ya que esto ayuda a mantener las caderas alineadas y previene tensiones en la parte baja de la espalda. Si se duerme boca arriba, una almohada baja es la mejor opción, ya que permite que el cuello se mantenga alineado sin forzar su posición. También se pueden utilizar almohadas ortopédicas o cuñas si es necesario corregir alguna postura particular o aliviar molestias específicas.

    El colchón también juega un papel crucial en la postura al dormir. Debe ser firme pero adaptable, de modo que brinde el soporte necesario para la columna sin generar puntos de presión excesivos en las caderas, los hombros o la espalda. Un colchón demasiado blando no mantiene la alineación adecuada de la columna, mientras que uno demasiado duro puede resultar incómodo y provocar tensiones.

    En resumen, la postura al dormir debe ser cuidadosamente seleccionada para garantizar una alineación adecuada de la columna vertebral. Dormir de lado o boca arriba, con una almohada adecuada y un colchón que proporcione soporte firme pero adaptable, son las claves para prevenir dolores crónicos y mejorar la calidad del sueño.

    Claro, continuaré desarrollando las respuestas a las siguientes preguntas.

    ¿Qué tipo de colchón y almohada se deben utilizar?

    El colchón y la almohada son elementos clave para mantener una postura adecuada mientras dormimos. La elección de estos productos tiene un impacto directo en la alineación de la columna vertebral y en la reducción de tensiones musculares durante el descanso. Usar un colchón o una almohada inadecuados puede generar dolores musculares, rigidez y afectar la calidad del sueño, lo que a largo plazo puede causar problemas en la columna vertebral.

    Colchón adecuado: Un colchón debe ser firme pero flexible para proporcionar el soporte necesario, sin resultar incómodo. Un colchón demasiado blando no ofrece soporte suficiente para la columna vertebral, provocando una postura incorrecta y generando dolores en la espalda baja y contracturas musculares. Por otro lado, un colchón excesivamente duro puede generar puntos de presión en las caderas, los hombros y la columna, lo que puede resultar igualmente incómodo.

    La firmeza del colchón debe adaptarse al peso y la posición de sueño de cada persona. Las personas que duermen de lado, por ejemplo, pueden beneficiarse de un colchón de firmeza media que ofrezca el soporte adecuado mientras permite un ligero hundimiento para acomodar los hombros y las caderas. Para quienes duermen boca arriba, un colchón de firmeza media a alta será más adecuado para mantener la alineación de la columna sin que se hunda demasiado.

    Además, la materialidad del colchón es crucial. Los colchones de espuma viscoelástica o latex suelen ser buenos para aquellos que buscan una superficie más adaptable que se amolde a las curvas naturales del cuerpo, distribuyendo el peso de manera equitativa y evitando puntos de presión.

    Almohada adecuada: La almohada también debe ser elegida cuidadosamente para mantener la postura correcta mientras dormimos. Una almohada demasiado alta puede forzar al cuello a doblarse hacia arriba, lo que genera dolor cervical y rigidez. Por otro lado, una almohada demasiado baja no brinda soporte suficiente, lo que puede causar que el cuello se incline hacia adelante, resultando en incomodidad y dolor.

    Si se duerme de lado, se debe optar por una almohada más gruesa que rellene el espacio entre la cabeza y el colchón, manteniendo la columna vertebral alineada. Para quienes duermen boca arriba, es recomendable una almohada de altura media, lo que asegura que el cuello no se incline hacia arriba o hacia abajo. Si se duerme boca abajo, la recomendación es evitar las almohadas tradicionales y, si es necesario, optar por una almohada muy fina o incluso prescindir de ella, ya que esta postura es la menos recomendable para la columna.

    Es importante mencionar que las almohadas ortopédicas o de memoria también pueden ser útiles, ya que se adaptan a la forma de la cabeza y el cuello, proporcionando un soporte más preciso y ayudando a mantener la alineación natural de la columna cervical durante el descanso.

    En conclusión, tanto el colchón como la almohada son fundamentales para garantizar una postura saludable al dormir. La elección de un colchón de firmeza adecuada y una almohada que ofrezca soporte sin forzar el cuello son esenciales para prevenir dolores crónicos y asegurar una buena calidad del sueño.

    ¿Con qué frecuencia se deben cambiar de postura al sentarse?

    Mantener una postura estática durante largos períodos de tiempo puede ser perjudicial para la salud musculoesquelética. En especial, si estamos sentados en la misma posición durante horas, se generan tensiones musculares, rigidez y una sobrecarga en los músculos de la espalda y el cuello. Es por eso que se recomienda cambiar de postura al sentarse con regularidad para evitar que estos problemas se agraven.

    El cuerpo humano no está diseñado para estar en una sola posición durante mucho tiempo, por lo que es esencial adoptar el hábito de realizar pausas activas cada 30 o 60 minutos. Levántate de la silla, camina un poco, estira las piernas y los brazos. Esto no solo ayudará a evitar la rigidez, sino que también mejorará la circulación sanguínea, evitando problemas como la hinchazón de piernas o la fatiga muscular.

    Cuando estamos sentados durante períodos largos, especialmente al trabajar frente a un ordenador, la postura tiende a deteriorarse. Adoptar una postura incorrecta al estar sentado puede causar dolores de espalda, contracturas en el cuello y los hombros, y fatiga ocular. Es por esto que se recomienda no solo cambiar la postura, sino también incorporar ejercicios de estiramiento y fortalecimiento de la musculatura que soporta la columna vertebral. Esto fortalecerá los músculos de la espalda y reducirá el riesgo de desarrollar problemas posturales a largo plazo.

    Si trabajas en un entorno de oficina, es recomendable configurar tu espacio de trabajo para fomentar la ergonomía. Asegúrate de que tu silla proporcione el soporte lumbar adecuado, que el monitor esté a la altura de tus ojos y que el teclado esté a la altura correcta para evitar que tus muñecas se sobrecarguen.

    La clave no solo está en cambiar de postura, sino en hacerlo de manera consciente y con una buena alineación postural. Asegúrate de que, al sentarte, mantengas la espalda recta, los pies apoyados en el suelo y los hombros relajados. Alternar posiciones también puede incluir la práctica de cambiar de un asiento a otro o incluso utilizar una silla de balanceo o una pelota de ejercicio para activar la musculatura.

    En resumen, cambiar de postura al sentarse es una parte esencial de la salud postural. Si trabajas de manera sedentaria, asegúrate de hacer pausas activas y estiramientos cada cierto tiempo para prevenir el desarrollo de dolores musculares y lesiones a largo plazo.

    ¿Qué ejercicios ayudan a corregir malas posturas?

    Existen varios ejercicios que pueden ayudarte a corregir malas posturas y a fortalecer los músculos que sostienen la columna vertebral. Realizar estos ejercicios con regularidad no solo mejora la alineación postural, sino que también alivia los dolores y la rigidez causados por una postura inadecuada. A continuación, se detallan algunos de los ejercicios más efectivos para corregir malas posturas:

    1. Estiramiento de gato-vaca: Este ejercicio ayuda a mejorar la flexibilidad de la columna vertebral. Comienza en una posición de cuadrupedia, con las manos alineadas con los hombros y las rodillas con las caderas. Al inhalar, arquea la espalda hacia abajo y mira hacia el techo (postura de vaca), y al exhalar, redondea la espalda hacia arriba y baja la cabeza (postura de gato). Realiza 10 repeticiones para mejorar la movilidad de la columna.

    2. Puente: El ejercicio del puente fortalece los músculos de los glúteos, las caderas y la parte baja de la espalda, lo que ayuda a mantener una buena postura. Acuéstate boca arriba, con las rodillas dobladas y los pies apoyados en el suelo. Eleva las caderas hacia el techo, apretando los glúteos y manteniendo la espalda recta. Baja lentamente y repite 10 a 15 veces.

    3. Rotaciones de cuello: Las malas posturas al estar sentados pueden generar tensión en el cuello. Para aliviar la rigidez, realiza rotaciones suaves de cuello hacia un lado y luego hacia el otro, manteniendo el movimiento lento y controlado. Realiza 10 repeticiones en cada dirección.

    4. Plancha: La plancha es excelente para fortalecer el core (abdominales, espalda baja, glúteos) y mantener la estabilidad de la columna. Comienza en posición de plancha, apoyando los antebrazos y los dedos de los pies en el suelo. Mantén la postura durante 20 a 30 segundos, asegurándote de que tu cuerpo forme una línea recta desde la cabeza hasta los talones.

    5. Estiramiento de la parte superior de la espalda: Si sufres de tensión en los hombros y la parte superior de la espalda debido a malas posturas, los estiramientos específicos de esta área son clave. Para ello, entrelaza las manos y estira los brazos hacia adelante, mientras empujas las manos hacia el suelo. Mantén la postura durante 20 segundos y repite 3 veces.

    Incorporar estos ejercicios en tu rutina diaria no solo mejora la postura a corto plazo, sino que también previene la aparición de dolores crónicos y ayuda a mantener una columna vertebral saludable.

    Nuestros expertos en traumatología de Quirónsalud te darán información más detallada si lo necesitas.

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  • Como recuperarte de un esguince de forma rápida, consejos para tratarlo

    El esguince de tobillo es una de las lesiones más comunes que afectan a personas de todas las edades, desde deportistas hasta aquellos que simplemente caminamos a diario. Esta lesión ocurre cuando los ligamentos que estabilizan el tobillo se estiran o se desgarran debido a un movimiento brusco o una torsión. Aunque es una lesión frecuente, el tratamiento adecuado y la prevención pueden marcar la diferencia en la rapidez de la recuperación y en evitar complicaciones a largo plazo.

    Si te has lesionado el tobillo o simplemente quieres saber cómo prevenir este tipo de lesiones, en Quirónsalud tenemos toda la información que necesitas.

    ¿Qué es un esguince de tobillo?

    Un esguince de tobillo ocurre cuando los ligamentos que rodean el tobillo se estiran más allá de su capacidad normal, lo que puede generar un daño parcial o total de estas estructuras. Los ligamentos son bandas de tejido que conectan los huesos entre sí, y en el caso del tobillo, estos ligamentos tienen el papel crucial de mantener el tobillo estable durante el movimiento.

    El esguince puede variar en intensidad dependiendo de la magnitud del daño a los ligamentos. Los esguinces suelen clasificarse en tres grados:

    • Grado 1 (leve): El ligamento se estira, pero no se rompe. Hay dolor y algo de hinchazón, pero el tobillo sigue siendo funcional.

    • Grado 2 (moderado): El ligamento se estira más allá de su límite, con algunos desgarros parciales. El dolor, la hinchazón y la incapacidad para mover el tobillo son más evidentes.

    • Grado 3 (grave): El ligamento se rompe o desgarrado completamente. El dolor y la hinchazón son severos, y se pierde la función del tobillo.

    ¿Cuáles son las causas más comunes de un esguince de tobillo?

    Un esguince de tobillo generalmente ocurre cuando el pie gira o se tuerce de manera no natural, lo que provoca que los ligamentos se estiren o desgasten. Las causas más comunes de esta lesión incluyen:

    1. Deportes de alto impacto: Correr, saltar, baloncesto, fútbol o cualquier deporte en el que haya movimientos rápidos o cambios de dirección pueden provocar un esguince.

    2. Terrenos irregulares: Caminar sobre superficies irregulares o resbaladizas, como caminos de tierra o pisos mojados, aumenta el riesgo de lesión.

    3. Calzado inadecuado: Zapatos con poco soporte o tacones altos pueden desestabilizar el tobillo y hacerlo más susceptible a un esguince.

    4. Fatiga muscular: Los músculos que rodean el tobillo no siempre son capaces de soportar el peso del cuerpo correctamente si están fatigados, lo que puede hacer que se produzca una lesión.

    5. Despreocupación o distracción: A veces, un esguince puede producirse por una caída repentina al no prestar atención a los movimientos.

    Síntomas comunes de un esguince de tobillo

    Los síntomas del esguince de tobillo pueden variar según la gravedad de la lesión, pero generalmente incluyen:

    • Dolor agudo en el tobillo: Especialmente al caminar o moverse.

    • Hinchazón e inflamación: El tobillo puede volverse visiblemente hinchado debido a la acumulación de líquido en la zona.

    • Moretones: Los hematomas o moretones pueden aparecer en el área lesionada.

    • Dificultad para mover el tobillo: El tobillo afectado puede volverse rígido, lo que dificulta caminar o moverlo de manera natural.

    • Sensibilidad al tacto: La zona alrededor del tobillo se vuelve sensible al contacto, debido a la inflamación y el daño de los ligamentos.

    ¿Cómo se diagnostica un esguince de tobillo?

    El diagnóstico de un esguince de tobillo se realiza principalmente mediante una evaluación clínica. Un médico especializado en traumatología examinará el tobillo para determinar la gravedad de la lesión y si los ligamentos están comprometidos. En algunos casos, pueden ser necesarias pruebas adicionales, como:

    • Radiografía: Para asegurarse de que no haya fracturas óseas, ya que a menudo el dolor de un esguince de tobillo puede confundirse con una fractura.

    • Resonancia magnética (RMN): En casos más graves o cuando se sospecha que hay un daño a los ligamentos internos, una RMN puede proporcionar una imagen detallada de los tejidos blandos.

    En Quirónsalud contamos con los especialistas en traumatología que detectarán tu esguince lo antes posible y te darán las indicaciones para su cuidado.

    Tratamiento para el esguince de tobillo

    El tratamiento del esguince de tobillo depende de su gravedad. A continuación se describen los enfoques más comunes para tratar un esguince de tobillo:

    1. Tratamiento conservador (para esguinces leves a moderados)

    En la mayoría de los casos, los esguinces leves y moderados se tratan con reposo, hielo, compresión y elevación, conocido como el protocolo R.I.C.E. (Reposo, Hielo, Compresión, Elevación). Esto ayuda a reducir la inflamación y aliviar el dolor en los primeros días de la lesión. Además:

    • Medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINEs): Ayudan a controlar el dolor y la inflamación.

    • Fisioterapia: Un fisioterapeuta puede recomendar ejercicios específicos para fortalecer los músculos alrededor del tobillo y mejorar la flexibilidad.

    2. Tratamiento quirúrgico (para esguinces graves)

    En casos de esguinces graves, donde los ligamentos están completamente desgarrados, puede ser necesario realizar una cirugía para reparar los ligamentos. La cirugía de tobillo suele reservarse para aquellos pacientes en los que el tratamiento conservador no ha tenido éxito o si la lesión es muy severa.

    3. Rehabilitación postquirúrgica

    La rehabilitación es crucial después de una cirugía de tobillo para restaurar el rango de movimiento, la fuerza y la estabilidad. Esta incluye ejercicios progresivos que van desde movimientos suaves hasta ejercicios de mayor intensidad.

    Prevención del esguince de tobillo

    La prevención de un esguince de tobillo es posible mediante una serie de medidas que ayudan a reducir el riesgo de sufrir esta lesión:

    1. Usa el calzado adecuado: Asegúrate de que tus zapatos tengan un buen soporte para el tobillo y sean apropiados para la actividad que vayas a realizar.

    2. Fortalece tus tobillos: Ejercicios de fortalecimiento y estiramientos específicos para los tobillos pueden mejorar la estabilidad y reducir el riesgo de lesiones.

    3. Realiza calentamientos adecuados: Antes de hacer ejercicio, asegúrate de realizar estiramientos y calentamientos para preparar los músculos y ligamentos.

    4. Evita superficies irregulares: Si estás caminando o corriendo, trata de evitar suelos resbaladizos o irregulares que puedan poner en riesgo la estabilidad del tobillo.

    5. No sobrecargues los tobillos: Si practicas deportes de alto impacto, asegúrate de descansar adecuadamente entre sesiones para evitar la fatiga y sobrecarga.

    ¿Cuándo acudir al médico por un esguince de tobillo?

    Aunque la mayoría de los esguinces de tobillo se pueden tratar en casa, hay casos en los que es necesario consultar a un médico especializado. Si experimentas lo siguiente, busca atención médica de inmediato:

    • Dolor intenso que no mejora con el reposo.

    • Hinchazón severa o hematomas extensos.

    • Incapacidad para mover el tobillo.

    • Dificultad para caminar.

    • Sospecha de una fractura o lesión grave.

    Si tienes estos síntomas te recomendamos que acudas a un especialista en traumatología de Quirónsalud.

    ¿Qué hacer si sufro un esguince de tobillo?

    Si sufres un esguince de tobillo, sigue estos pasos inmediatos para reducir el dolor y la hinchazón:

    1. Reposo: Evita poner peso sobre el tobillo afectado. Descansa y eleva el pie.

    2. Hielo: Aplica hielo en la zona afectada durante 15-20 minutos cada 2-3 horas durante las primeras 48 horas para reducir la inflamación.

    3. Compresión: Usa una venda elástica para comprimir el tobillo y evitar que la hinchazón aumente.

    4. Elevación: Mantén el tobillo elevado por encima del nivel del corazón para ayudar a reducir la hinchazón.

    Evita mover el tobillo de forma forzada o caminar sin protección, ya que esto puede agravar la lesión.

    ¿Cuánto tiempo tarda en recuperarse un esguince de tobillo?

    El tiempo de recuperación de un esguince de tobillo varía dependiendo de la gravedad de la lesión:

    • Grado 1 (leve): Generalmente, se recupera en 1-2 semanas con reposo, hielo y fisioterapia.

    • Grado 2 (moderado): La recuperación puede durar entre 3-6 semanas, y puede ser necesario realizar ejercicios de rehabilitación para recuperar la movilidad.

    • Grado 3 (grave): Un esguince grave, con ruptura de los ligamentos, puede requerir de cirugía y un período de recuperación de entre 6-12 semanas, dependiendo de la gravedad.

    Recuerda que una rehabilitación adecuada puede acelerar la recuperación y ayudar a evitar recaídas.

    ¿Puedo caminar con un esguince de tobillo?

    Depende de la gravedad del esguince. En esguinces leves (grado 1), es posible caminar con cierta incomodidad, pero en esguinces moderados o graves (grados 2 y 3), caminar puede ser muy doloroso y puede agravar la lesión. En estos casos, es fundamental usar un bastón o muletas para evitar poner peso sobre el tobillo afectado durante las primeras fases de la recuperación.

    Siempre es importante consultar con un médico sobre cuándo es seguro reanudar las actividades normales.

    ¿Cuáles son los factores de riesgo para sufrir un esguince de tobillo?

    Los principales factores de riesgo para sufrir un esguince de tobillo son:

    • Deportes de contacto o de alto impacto: Fútbol, baloncesto, voleibol, entre otros, donde hay cambios rápidos de dirección.

    • Uso de calzado inapropiado: Zapatos con poco soporte o tacones altos pueden aumentar la probabilidad de torcerse el tobillo.

    • Terrenos irregulares: Caminar sobre superficies resbaladizas o irregulares puede aumentar el riesgo de lesión.

    • Historial previo de lesiones: Si ya has sufrido un esguince en el pasado, es más probable que lo vuelvas a padecer.

    • Debilidad muscular o falta de flexibilidad: Los músculos débiles y la falta de flexibilidad aumentan la probabilidad de sufrir un esguince.

    ¿Se puede prevenir un esguince de tobillo?

    Sí, la prevención es posible mediante varias estrategias:

    • Ejercicios de fortalecimiento: Mantener los músculos de los tobillos fuertes y flexibles es clave para evitar esguinces.

    • Uso de calzado adecuado: Elige zapatos que ofrezcan buen soporte y que sean adecuados para la actividad que realices.

    • Técnicas deportivas adecuadas: Aprender y practicar técnicas adecuadas en deportes puede reducir la probabilidad de lesiones.

    • Evitar superficies irregulares: Ten cuidado al caminar o correr sobre terrenos difíciles.

    La prevención activa mediante ejercicios y buenos hábitos puede reducir significativamente el riesgo de esguinces.

    El esguince de tobillo es una lesión común, pero tratable, que no debe ser subestimada. Con el enfoque adecuado, la mayoría de las personas pueden recuperarse por completo y volver a sus actividades diarias sin problemas. Si has sufrido un esguince de tobillo o deseas prevenir futuras lesiones, no dudes en consultar con nuestros especialistas en Quirónsalud. Nuestro equipo de traumatólogos y fisioterapeutas te proporcionará el tratamiento y la rehabilitación que necesitas para recuperar tu movilidad y evitar complicaciones.

  • Neuroma de Morton, ¿qué es, causas, tratamientos y cómo aliviar el dolor en los pies?

    Texto elaborado por Diego Giménez, jefe del Servicio de Traumatología de Quirónsalud Murcia


    El neuroma de Morton es una afección que afecta la parte anterior del pie y puede causar dolor intenso, sensación de ardor, y hormigueo. Aunque es una condición común, muchas personas no son conscientes de lo que implica y cómo tratarla adecuadamente. Si has experimentado dolor en la planta del pie o tienes la sensación de caminar sobre una piedra en tu zapato, podrías estar sufriendo de un neuroma de Morton.

    En este post, abordamos todo lo que necesitas saber sobre el neuroma de Morton: sus causas, síntomas, diagnóstico y opciones de tratamiento disponibles. Si experimentas dolor en los pies o una sensación de quemazón que interfiere con tus actividades diarias, es importante que busques ayuda médica especializada. En Quirónsalud, contamos con un equipo de traumatólogos altamente cualificados para evaluar tu condición y ofrecerte las mejores soluciones.


    ¿Qué es el Neuroma de Morton?

    El neuroma de Morton es un engrosamiento del tejido alrededor de uno de los nervios que se encuentran entre los dedos del pie, generalmente entre el tercer y cuarto dedo. Este engrosamiento provoca dolor y molestias, y en ocasiones una sensación de ardor o picazón. A pesar de ser una condición benigna, el neuroma de Morton puede generar molestias que dificultan el caminar y realizar actividades cotidianas.

    El término "neuroma" puede ser confuso, ya que el término "tumor" sugiere que existe un crecimiento anormal de células, pero en este caso, el neuroma es simplemente un engrosamiento de las fibras nerviosas, no un tumor maligno.


    Causas del Neuroma de Morton: ¿por qué sucede?

    El neuroma de Morton suele ser provocado por una combinación de factores mecánicos y de sobrecarga en los pies. Las principales causas incluyen:

    1. El uso de calzado inadecuado: Zapatos demasiado ajustados, con tacones altos o punteras estrechas pueden ejercer presión sobre los nervios, favoreciendo el desarrollo del neuroma.
    2. Deformidades en los pies: Condiciones como el pie plano o el pie cavo pueden alterar la forma natural del pie y aumentar la presión en los nervios.
    3. Lesiones repetitivas: La sobrecarga repetida de los pies debido a actividades de alto impacto, como correr o deportes que implican saltos, puede dañar los nervios.
    4. Factores biomecánicos: El caminar o correr con una mala técnica puede afectar la distribución del peso en los pies, provocando una presión excesiva en el área del neuroma.

    Síntomas del Neuroma de Morton: ¿cómo reconocerlo?

    El principal síntoma del neuroma de Morton es un dolor localizado en la parte anterior del pie, entre el tercer y cuarto dedo. Este dolor puede irradiar hacia los dedos o la planta del pie. Los síntomas más comunes incluyen:

    Dolor punzante o ardor: El dolor suele sentirse como si caminaras sobre una piedra o una bola en el zapato.

    Hormigueo o entumecimiento: A menudo se acompaña de sensaciones de adormecimiento o cosquilleo en los dedos afectados.

    Dolor al caminar o correr: Las personas con neuroma de Morton a menudo experimentan más dolor al caminar o al realizar actividades que impliquen presión sobre el pie.

    Alivio al quitarse el zapato: Muchos pacientes informan que el dolor mejora al quitarse el calzado, especialmente si este es estrecho o de tacón alto.


    Diagnóstico del Neuroma de Morton

    El diagnóstico del neuroma de Morton generalmente comienza con un examen físico realizado por un especialista en traumatología. El médico realizará un examen para identificar puntos de presión en el pie, realizando pruebas de compresión para evaluar la sensibilidad en el área del nervio afectado.

    Las pruebas más comunes para confirmar el diagnóstico incluyen:

    Resonancia magnética (RMN): Una RMN puede proporcionar una imagen detallada de los tejidos blandos del pie y ayudar a identificar la ubicación y el tamaño del neuroma.

    Ultrasonido: Esta prueba de imagen permite al médico observar el área afectada en tiempo real y detectar la presencia de engrosamientos o anomalías en los nervios.

    Electromiografía (EMG): Diagnostica la compresión del nervio interdigital afectado

    Radiografías: Aunque no pueden mostrar el neuroma directamente, las radiografías pueden descartar otras causas de dolor en el pie, como fracturas o artritis.


    El neuroma de Morton es una afección tratable, pero requiere un diagnóstico temprano y un enfoque adecuado para aliviar el dolor y prevenir complicaciones. Si experimentas dolor en la parte anterior de tu pie o tienes la sensación de caminar sobre una piedra, no dudes en consultar con un especialista de Quirónsalud. Nuestros expertos en traumatología están a tu disposición para ofrecerte un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento personalizado, adaptado a tus necesidades.

    Si estás listo para mejorar tu calidad de vida y decir adiós al dolor de pie, consulta con nuestros especialistas.

    Más información Quirónsalud Valencia: https://www.quironsalud.com/valencia/es/cartera-servicios/cirugia-ortopedica-traumatologia

    Más información Quirónsalud Alicante: https://www.quironsalud.com/alicante/es/cartera-servicios/unidad-integral-traumatologia


    Más información Quirónsalud Torrevieja: https://www.quironsalud.com/torrevieja/es/cartera-servicios/cirugia-ortopedica-traumatologia


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  • Los abordajes innovadores en medicina del dolor para recuperar tu calidad de vida ante el dolor crónico

    Texto elaborado por el doctor Jorge Orduña y Dr De Santiago , director de las Unidades del Dolor de Quirónsalud Valencia, Quirónsalud Torrevieja y Quirónsalud Tenerife

    El dolor crónico afecta a millones de personas, impactando su calidad de vida. La medicina del dolor se enfoca en desde diversas especialidades médicas (la anestesiología, rehabilitación, traumatología, neurología y neurocirugía entre otras) encontrar los mecanismos para alivio de esos cuadros de dolor, mejorar la vida de los pacientes e incidir en los factores que provocan el desarrollo de esos cuadros de dolor . En este post, los especialistas en anestesiología y tratamiento del dolor de Quirónsalud te cuentan sobre cómo los novedosos abordajes en intervencionismo pueden ayudar a los pacientes que sufren de dolor crónico.

    El dolor crónico es una enfermedad que afecta la calidad de vida de millones de pacientes de todo el mundo, en España, según el Barómetro del Dolor Crónico en España 2022 publicado por la Fundación Grünenthal y el Observatorio del Dolor de la Universidad de Cádiz afecta a 9 millones de personas que equivalen al 25,9 de la población. Este dolor persistente suele originarse por lesiones mal curadas, enfermedades degenerativas como la artrosis, o complicaciones postoperatorias.

    El tratamiento del dolor crónico puede incluir tanto abordajes no quirúrgicos como fisioterapia, terapias manuales y medicación, así como procedimientos quirúrgicos, intervencionistas, así como nuevas terapias como la estimulación eléctrica nerviosa transcutánea (TENS), la terapia magnética transcraneal, la radiofrecuencia de nervio periférico, las terapias intradiscales, las terapias regenerativas y la neuroestimulación.

    ¿Qué es el dolor crónico?

    El dolor crónico se define como aquel que persiste durante más de tres meses. En el ámbito de la medicina del dolor y la traumatología, se asocia comúnmente con lesiones en los huesos, músculos o articulaciones, o con enfermedades crónicas que no responden adecuadamente al tratamiento inicial.

    Los mas frecuentes son las alteraciones que originan disfunciones en la región de la columna como son el síndrome facetario lumbar y cervical (causa frecuente de dolor lumbar y en región cervical), la ciática o dolor radicular, la artrosis de rodilla o de cadera o lesiones diversas que provocan dolor de hombro como son la patología del manguito rotador (tendinitis, tendinosas, roturas), las bursitis y el hombro congelado.


    Principales abordajes no quirúrgicos

    Fisioterapia y Terapias Manuales: Estas son herramientas esenciales para reducir el dolor, mejorar la movilidad y reforzar la musculatura

    Medicación: Incluye analgésicos, antiinflamatorios, neuromoduladores específicos para el tratamiento del dolor neuropático y, en algunos casos, opioides.

    Infiltraciones con corticoides: Uso de corticosteroides en el punto exacto de la lesión para disminuir la inflamación desde su fuente de origen

    Infiltraciones con terapias regenerativas: Tratamientos como el plasma rico en plaquetas (PRP) o los sueros ricos en citoquinas que infiltrados con ecografía y avanzados métodos de rayos X en el lugar de la lesión no solo permiten disminuir la inflamación, sino que desarrollan un efecto pro regenerador de la estructura lesionada


    Tratamientos quirúrgicos realizados por los servicios de traumatología

    Artroscopia: Procedimiento mínimamente invasivo para reparar lesiones.

    Cirugía de Reemplazo Articular: Indicada en casos avanzados de artrosis.

    Discectomias. Tratamientos de reparación y resección de material del disco intervertebral que es causa de dolor tipo ciática.

    Artrodesis- Técnicas de fusión articular que disminuyen el dolor de múltiples localizaciones como columna, muñeca , tobillo.


    traumatología, cómo tratar el dolor crónico

    Innovaciones en el tratamiento del dolor crónico

    Estimulación Nerviosa Transcutánea (TENS): Impulsos eléctricos que bloquean las señales de dolor desde comodas pegatinas colocadas en la piel. Tratamiento muy útil en contracturas musculares persistentes (síndromes miofasciales) en región cervical y lumbar.

    Radiofrecuencia: Técnica inovadora que gracias a específicos impulsos eléctricos permite interrumpir la transmisión del dolor desde su origen hasta el cerebro. Conocida comúnmente como rizolisis es muy útil para tratar el dolor de lumbares, cervicales, cadera, rodilla, hombro, entre otros muchos.

    Neuroestimulación. Avanzados sistemas de estimulación, similares a los marcapasos que colocados junto a la medula, permiten modular la trasmisión de la información nerviosa y así reducir de forma sustancial el dolor en pacientes con cuadros de dolor muy importantes. Muy útiles en pacientes con síndrome de dolor regional complejo—síndrome de sudeck – y en pacientes operados de columna que mantienen el dolor

    Tratamientos intradiscales. Avanzados sistemas que mediante métodos percutáneos (sin cirugía) permiten eliminar la hernia de disco que es la fuente de origen del dolor tipo ciática.

    Terapia magnética transcraneal. Impulsos eléctricos que aplicados mediante avanzados sistemas en el cráneo permiten modular y así disminuir el dolor de mucha clase de pacientes.


    Causas del dolor crónico más frecuentes

    Cada paciente puede presentar causas distintas; sin embargo, estas son algunas de las causas más comunes del dolor crónico:

    Síndrome de dolor regional complejo o síndrome de sudeck

    Neuralgia postherpetica

    Artrosis de grandes articulaciones como cadera rodilla u hombro

    Tendinitis ( sindrome de manguito rotador), epicondilitis entre muchas otras …

    Fracturas complicadas

    Hernias discales

    Ciatica o dolor radicular.

    Síndromes miofasciales o contracturas persistentes

    Lumbalgia por síndrome facetario

    Cervicalgia por síndrome facetario

    Problemas postoperatorios.

    Neuralgias faciales como la neuralgia del trigémino


    El papel de la rehabilitación en el manejo del dolor crónico


    La rehabilitación es fundamental para recuperar la funcionalidad y reducir la dependencia de medicamentos. Los especialistas en Quirónsalud personalizan el tratamiento para cada paciente, enfocándose en sus necesidades específicas.


    El abordaje del dolor crónico requiere la colaboración de anestesiólogos especializados en tratamiento del dolor traumatólogos, fisioterapeutas, psicólogos y otros especialistas para ofrecer una atención integral.


    Evitar el dolor crónico es posible con un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado de las lesiones. La prevención es clave para evitar complicaciones a largo plazo.


    Es esencial acudir a la unidad del dolor cuando el dolor persiste más allá de los tres meses, limita la actividad diaria o no mejora con tratamientos convencionales.


    Innovaciones en el tratamiento del dolor crónico

    Las innovaciones tecnológicas han mejorado las opciones de tratamiento del dolor crónico. La radiofrecuencia, por ejemplo, permite desactivar nervios específicos responsables del dolor, ofreciendo alivio prolongado. En la última década, la investigación anatómica ha permitido detectar nuevas dianas terapéuticas que permiten aliviar el dolor de muchos pacientes.

    Las terapias intradiscales permiten gracias a avanzados sistemas eliminar la hernia que es responsable del dolor tipo ciática de muchas personas.


    Consejos para pacientes con dolor crónico

    Vivir con dolor crónico es un desafío, pero adoptar un enfoque proactivo en el tratamiento, que incluya la colaboración estrecha con especialistas, puede hacer una gran diferencia. La combinación de abordajes médicos y cambios en el estilo de vida suele ofrecer los mejores resultados.


    El dolor crónico no tiene que ser una sentencia de vida. Con los avances en medicina del dolor y un enfoque personalizado, puedes recuperar tu calidad de vida. Si sufres de dolor crónico, consulta con los especialistas de la unidad del dolor de Quirónsalud para un diagnóstico y tratamiento adecuado.


    Más información:

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  • Vivir sin dolor de espalda, conoce las causas y tratamientos para una vida sin limitaciones

    El dolor de espalda es una de las dolencias más comunes que afectan a millones de personas en todo el mundo, y España no es la excepción. Este tipo de dolor puede variar desde una molestia ocasional hasta un dolor crónico debilitante que impacta la calidad de vida. En muchos casos, el dolor de espalda no solo afecta la postura y la movilidad, sino que también puede interferir con las actividades cotidianas. ¿Sabías que, según la Organización Mundial de la Salud, más del 80% de las personas experimentarán dolor de espalda en algún momento de sus vidas?

    En este post, te contamos sobre causas del dolor de espalda, sus síntomas, y las opciones de tratamiento disponibles para mejorar tu bienestar y calidad de vida. Si sufres de dolor lumbar, cervical o en cualquier parte de tu espalda, es fundamental entender qué lo causa y qué soluciones existen para aliviarlo. Te ofrecemos información confiable y médica para ayudarte a tomar decisiones informadas sobre tu salud. Además, nuestros expertos en traumatología en Quirónsalud están para ayudarte en cada paso del proceso de recuperación.

    Causas del dolor de espalda, ¿por qué aparece?

    El dolor de espalda puede ser ocasionado por diversas razones. Algunas de las causas más comunes incluyen:

    • Lesiones musculares o ligamentarias: Realizar un esfuerzo físico inadecuado, cargar peso excesivo o tener una mala postura puede provocar distensiones o esguinces.

    • Hernia discal: Los discos intervertebrales actúan como amortiguadores entre las vértebras. Cuando uno de estos discos se desgasta o se desplaza, puede presionar los nervios cercanos, causando dolor intenso.

    • Estenosis espinal: Esta condición ocurre cuando el canal espinal se estrecha, comprimiendo la médula espinal o los nervios que se ramifican desde ella.

    • Espondilitis anquilosante: Es una forma de artritis inflamatoria que afecta a las vértebras, causando rigidez y dolor en la columna vertebral.

    • Causas degenerativas: Con la edad, los discos intervertebrales y las articulaciones de la columna vertebral pueden desgastarse, lo que puede provocar dolor crónico.

    El dolor de espalda también puede estar relacionado con problemas fuera de la columna, como los problemas renales o los trastornos ginecológicos. Sin embargo, es importante consultar con un especialista para determinar la causa exacta del dolor y cómo tratarla de manera adecuada.

    ¿Cuáles son las principales causas del dolor de espalda?

    El dolor de espalda puede ser causado por diversas condiciones. Las causas más comunes incluyen lesiones musculares, hernias discales, artritis, y problemas posturales. La hernia discal es una de las causas más frecuentes, que ocurre cuando el material interno de un disco intervertebral se desplaza y presiona un nervio, causando dolor intenso en la zona afectada. La estenosis espinal, que implica el estrechamiento de los canales espinales, también es una causa común, especialmente en personas mayores.


    ¿El dolor de espalda puede ser signo de una enfermedad grave?

    En la mayoría de los casos, el dolor de espalda es benigno y responde a problemas musculares o esqueléticos. Sin embargo, en algunas situaciones, el dolor de espalda puede ser un síntoma de enfermedades graves, como infecciones óseas (osteomielitis), fracturas, tumores o enfermedades inflamatorias como la espondilitis anquilosante.

    Si el dolor es persistente, intenso o acompañado de otros síntomas como fiebre, pérdida de peso inexplicada o debilidad en las piernas, es importante acudir a un especialista para una evaluación más detallada.


    ¿Cómo saber si tengo una hernia discal?

    Una hernia discal se produce cuando el núcleo gelatinoso del disco intervertebral se desplaza y presiona sobre los nervios cercanos. Los síntomas comunes incluyen dolor en la espalda baja, especialmente al mover o torcer el torso, dolor que se irradia hacia las piernas (ciática), y adormecimiento o debilidad en las extremidades. El diagnóstico se realiza a través de una historia clínica detallada, exploración física y pruebas de imagen como resonancia magnética (RMN).


    ¿El estrés puede causar dolor de espalda?

    Sí, el estrés emocional puede contribuir al dolor de espalda. El estrés puede causar tensión muscular en la zona lumbar y cervical, lo que genera dolor y rigidez. Además, las malas posturas adoptadas en momentos de estrés (como encorvarse) pueden aumentar la presión sobre la columna vertebral, lo que agrava el dolor. La gestión del estrés a través de la relajación, ejercicios de respiración y el manejo emocional puede ayudar a aliviar este tipo de dolor.

    ¿Qué ejercicios ayudan a aliviar el dolor de espalda?

    El ejercicio regular es clave para fortalecer los músculos que soportan la columna vertebral y mejorar la postura. Ejercicios de estiramiento y fortalecimiento como el yoga, pilates, o los ejercicios de estiramiento de la espalda baja pueden ser muy beneficiosos. Los ejercicios de bajo impacto, como caminar, nadar o andar en bicicleta, también pueden ayudar a mantener la movilidad sin poner demasiada presión sobre la espalda.

    ¿El dolor de espalda mejora con reposo?

    El reposo excesivo no es siempre la mejor solución para el dolor de espalda. Aunque descansar puede ser útil en las primeras 24-48 horas después de una lesión, el reposo prolongado puede empeorar la rigidez y la debilidad muscular. El movimiento gradual y controlado, junto con ejercicios de estiramiento y fortalecimiento, es más efectivo para la recuperación a largo plazo.


    ¿Cuándo debo consultar a un médico por el dolor de espalda?


    Es recomendable consultar a un médico si el dolor de espalda es persistente, intenso, o empeora con el tiempo. También debes buscar atención médica si el dolor va acompañado de otros síntomas como fiebre, pérdida de peso inexplicada, debilidad en las piernas o dificultad para controlar la vejiga o los intestinos. Estas señales pueden indicar una afección más grave que necesita tratamiento inmediato.


    ¿Existen tratamientos no quirúrgicos para el dolor de espalda?

    Sí, existen múltiples tratamientos no quirúrgicos que pueden aliviar el dolor de espalda. La fisioterapia, los analgésicos, los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), las infiltraciones de corticosteroides, y los dispositivos ortopédicos como los corsés son opciones de tratamiento eficaces.

    La terapia física, en particular, juega un papel crucial en la recuperación y en el fortalecimiento de los músculos de la espalda.


    Impacto del sobrepeso en el dolor de espalda

    El sobrepeso puede aumentar la presión sobre la columna vertebral, contribuyendo al dolor de espalda, especialmente en la zona lumbar. El exceso de peso puede causar un desajuste postural y una mayor tensión en los músculos y articulaciones, lo que a menudo resulta en dolor crónico. Perder peso de manera saludable puede reducir significativamente el dolor de espalda y mejorar la función general de la columna.


    Tratamiento quirúrgico para el dolor de espalda

    Cuando los tratamientos no quirúrgicos no son efectivos, o cuando el dolor de espalda es causado por condiciones graves como una hernia discal severa o estenosis espinal, la cirugía puede ser necesaria. La cirugía de columna, como una discectomía (eliminación de parte del disco), una fusión espinal o una laminectomía (eliminación de parte de la vértebra) puede ser recomendada dependiendo de la causa del dolor.

    El dolor de espalda es una condición común que puede afectar seriamente tu calidad de vida, pero con el tratamiento adecuado y la orientación de profesionales especializados en Quirónsalud, puedes recuperarte y prevenir futuros episodios. Si experimentas dolor persistente o limitante, no dudes en consultar con nuestros traumatólogos y fisioterapeutas para recibir un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento personalizado.

    En Quirónsalud te ayudamos a cuidar de tu espalda para que puedas volver a disfrutar de tu vida sin dolor.

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