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Blog del servicio de Urología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz
¿Qué ocurre con los ancianos que viven institucionalizados?
Queremos recordar como una infección urinaria ocurre cuando las bacterias ingresan al tracto urinario (TU) y se multiplican, causando inflamación en la vejiga y como consecuencia síntomas como dolor al orinar, necesidad urgente de orinar, orina sanguinolenta, turbia o con mal olor, y en algunos casos, fiebre.
Las infecciones urinarias (ITU) son una de las afecciones más comunes en los ancianos. En éstos los síntomas pueden ser menos evidentes, lo que hace que las infecciones sean más difíciles de detectar, especialmente en aquellos que viven en instituciones como residencias de ancianos. Estas infecciones pueden afectar significativamente la calidad de vida y la salud general de los pacientes mayores. A continuación, te explicamos todo lo que necesitas saber sobre este importante tema.
La institucionalización de un anciano se refiere al proceso mediante el cual una persona mayor es admitida en una residencia o institución de atención a largo plazo. Este cambio implica mudarse del entorno familiar a un entorno institucional, donde recibirá cuidados y apoyo continuo. La institucionalización puede tener efectos significativos en la vida de los ancianos, tanto positivos como negativos. Por un lado, proporciona un entorno seguro y atención profesional; por otro, puede generar sentimientos de aislamiento y pérdida de independencia.
Entender el proceso de institucionalización y sus implicaciones es crucial para garantizar que los ancianos reciban el cuidado y apoyo que necesitan, mientras se minimizan los efectos negativos asociados con este cambio.
La institucionalización de las personas no se limita exclusivamente a razones de salud. Los ancianos pueden ser institucionalizados por diversas razones, entre las que se incluyen
• Dependencia física: Necesidad de asistencia constante para realizar actividades diarias.
• Reducción de la autonomía intelectual y mental: Condiciones como la demencia que dificultan la vida independiente.
• Problemas socioeconómicos: Falta de recursos para recibir cuidados adecuados en casa.
• Soledad y marginación: Falta de apoyo social y familiar.
• Problemas de conducta y enfermedades mentales graves: Situaciones que requieren supervisión y cuidados especializados
Existen diferentes tipos de centros (centros de día, residencias o centros de la tercera edad, pisos compartidos o centros especializados)
En este tipo de centros, las enfermedades infecciosas constituyen uno de los principales motivos de hospitalización y una de las principales causas de mortalidad en las residencias de ancianos. Concretamente, las infecciones urinarias son sumamente frecuentes en ancianos institucionalizados.
Los microorganismos aislados en la infección del tracto urinario en este tipo de pacientes presentan una mayor heterogeneidad en la etiología de la infección. Los microorganismos más frecuentemente asociados son las Enterobacteriaceae.
Aunque la mayoría de las infecciones urinarias son asintomáticas, los episodios de infección sintomática contribuyen a la morbilidad de esta población.
Factores de riesgo en ancianos institucionalizados
Los ancianos que viven en instituciones tienen un mayor riesgo de desarrollar infecciones urinarias debido a varios factores.
• Uso de sondas urinarias: Las sondas pueden introducir bacterias en el tracto urinario.
• Inmovilidad: La falta de movimiento puede causar retención urinaria, lo que favorece el crecimiento bacteriano.
• Comorbilidades: Enfermedades crónicas como la diabetes pueden aumentar el riesgo de infecciones, trastornos neurológicos que producen incontinencia o retención urinaria.
• Toma de fármacos por diversas enfermedades, como son aquellos con efecto anticolinérgico.
• La retención de orina o residuo post-miccional en muchos de ellos por el padecimiento de hiperplasia benigna de próstata (HBP).
• La sequedad vaginal propia del síndrome genitourinario de la menopausia y años posteriores.
• Deterioro cognitivo: Los pacientes con demencia pueden no comunicar sus síntomas adecuadamente.
¿Cuáles son los síntomas de una infección de orina en el anciano?
Clínicamente son similares a los ya mencionado al hablar del anciano en general.
La expresividad de la infección sintomática oscila desde síntomas limitados al tracto inferior que interfieren con las actividades de la vida diaria, hasta cuadros más severos que requieren la hospitalización del paciente.
Los síntomas más frecuentes de una infección de orina son los siguientes:
• Orinar con mayor frecuencia de lo habitual (polaquiuria)
• Sufrir dolor al orinar o micción ardiente.
• Picor al orinar.
• Presencia de sangre en la orina (orina rojiza).
• Mal olor en la orina
• Fiebre y/o dolor en la parte alta de la espalda y riñones. La aparición de fiebre en una persona mayor puede ser síntoma de una infección grave
También habíamos ya mencionado que hay que tener en cuenta que a medida que se envejece, la respuesta del sistema inmunitario cambia considerablemente. Por ello, lo más fiable es analizar un cambio repentino en el comportamiento del anciano, especialmente en los siguientes aspectos:
• Aparición repentina de incontinencia urinaria
• Confusión del paciente o incapacidad para realizar las tareas que solía hacer bien.
• Pérdida de apetito o pérdida de autonomía.
• Somnolencia inexplicable.
Hay que tener en cuenta que la infección de orina produce estrés en el anciano y que, por tanto, puede generar confusión y cambios abruptos en su comportamiento. Si el paciente, además, padece una enfermedad neurológica como Parkinson o Alzheimer, este estrés físico puede agravar aún más su estado de salud.
Prevención y tratamiento
La prevención es clave para reducir la incidencia de infecciones urinarias en ancianos institucionalizados
Algunas medidas preventivas incluyen:
• Higiene adecuada: Mantener una buena higiene personal y del entorno.
• Hidratación: Asegurarse de que los pacientes beban suficiente agua.
• Revisión de sondas: Cambiar y limpiar las sondas urinarias regularmente.
• Monitorización de síntomas: Estar atentos a cualquier cambio en el comportamiento o la salud del paciente que pueda indicar una infección.
¿Cómo se trata la infección de orina (ITU) en los ancianos institucionalizados?
El tratamiento de las infecciones urinarias generalmente incluye el uso de antibióticos. Es crucial seguir las indicaciones médicas y completar el tratamiento para evitar recurrencias y complicaciones como la sepsis. Los microorganismos aislados en las infecciones del tracto urinario en pacientes institucionalizados suelen presentar una mayor resistencia antimicrobiana en relación con los aislados en ancianos que viven en la comunidad, lo cual es el reflejo de la repetida exposición a antibióticos de individuos con infecciones recurrentes.
Ante una infección urinaria sintomática, en ancianos con síntomas leves o moderados, debería esperarse al resultado del cultivo de orina para iniciar el tratamiento. Cuando se deba iniciar el tratamiento sin conocer el microorganismo causal, la selección del antibiótico debe basarse en la sensibilidad observada en cultivos de orina previos que se hayan realizado, si los hubiera, así como en los patógenos endógenos de la institución.
La duración del tratamiento antibiótico en mujeres suele ser de 7 días para infecciones del tracto urinario inferior y de 10 a 14 días para infecciones con fiebre o síntomas del tracto urinario superior. En varones se aconseja un ciclo de 10 a 14 días.
En conclusión, señalar que la infección urinaria en el anciano institucionalizado es un problema de salud significativo que requiere atención y cuidado. Con medidas preventivas adecuadas y un tratamiento oportuno, es posible mejorar la calidad de vida de estos pacientes y reducir el riesgo de complicaciones graves.
Bibliografía:
Adela-Emilia Gómez Ayala. Infección urinaria en el anciano. Farmacia hospitalaria 23(4):40-45
Guía de buena práctica en Geriatría. INFECCIONES URINARIAS
Dra. Leticia López Martín
Médico Adjunto. Responsable de la Unidad de Hiperplasia Benigna de Próstata (HBP) e Infección Urinaria
Servicio de Urología
Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz (Madrid)
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