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Blog del servicio de Traumatología de los Hospitales Quirónsalud Alicante, Torrevieja, Murcia, Valencia, Tenerife, Costa Adeje y Vida

  • Todo lo que necesitas saber sobre la cirugía de reparación del cartílago de la rodilla para recuperarte sin dolor

    Texto elaborado por el doctor Diego Giménez, jefe del Servicio de Traumatología del Hospital Quirónsalud Murcia


    La cirugía de cartílago de rodilla es un procedimiento cada vez más común, especialmente en un mundo donde la actividad física y el deporte son parte integral de nuestras vidas.

    Con el envejecimiento de la población y el aumento de lesiones deportivas, muchos se enfrentan a problemas relacionados con el cartílago en esta articulación fundamental.


    Daño en el cartílago de la rodilla

    El cartílago es un tejido conectivo que recubre las superficies articulares de los huesos en la rodilla, lo que permite un movimiento suave y sin fricción. Existen diferentes tipos de cartílago, pero el cartílago hialino es el más relevante en la articulación de la rodilla. Su función es crucial, ya que absorbe impactos, proporciona estabilidad y facilita la movilidad. Cuando este cartílago se daña, puede provocar dolor, inflamación y limitaciones en la función de la rodilla. Por lo tanto, entender la importancia del cartílago es el primer paso para abordar cualquier problema relacionado con esta articulación.

    Causas del daño en el cartílago de la rodilla

    El daño al cartílago puede resultar de diversas causas. Las lesiones agudas, como esguinces o fracturas, pueden dañar el cartílago directamente. El uso excesivo, especialmente en deportistas o personas activas, también puede desgastar el cartílago con el tiempo. Además, el envejecimiento juega un papel significativo, ya que el cartílago se vuelve menos flexible y más propenso a lesiones con la edad.

    Algunas enfermedades, como la artritis o condiciones genéticas que afectan el cartílago, también pueden contribuir a su deterioro.


    Diagnóstico del daño en el cartílago

    El diagnóstico de daño en el cartílago generalmente comienza con una revisión de la historia clínica del paciente, donde el médico evalúa los síntomas y actividades que pueden haber llevado a la lesión.

    Un examen físico es esencial para evaluar el rango de movimiento de la rodilla y la presencia de dolor.

    Las imágenes médicas, como radiografías y resonancias magnéticas, son herramientas clave en este proceso, ya que permiten visualizar el estado del cartílago y otros tejidos alrededor de la articulación.

    Este enfoque integral asegura que se realice un diagnóstico preciso, fundamental para el tratamiento adecuado.

    Puedes consultar con los especialistas en traumatología para un diagnóstico exacto de tu caso.


    Tratamientos no quirúrgicos para lesiones de cartílago

    Antes de considerar la cirugía, existen varias opciones de tratamiento conservador que pueden ser efectivas. La fisioterapia es una de las primeras líneas de tratamiento, enfocándose en mejorar la movilidad y fortalecer los músculos que rodean la rodilla. Esto puede ayudar a aliviar el dolor y mejorar la función. Los medicamentos, como los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), también son comunes para reducir el dolor y la inflamación. En algunos casos, se pueden administrar inyecciones de ácido hialurónico que actúan como lubricantes en la articulación y pueden proporcionar alivio temporal. Además, modificar el estilo de vida, como perder peso y ajustar las actividades físicas, puede ser fundamental para evitar un mayor daño.


    ¿Cuándo es buena opción la cirugía para la recuperación?

    La cirugía de cartílago se recomienda cuando los tratamientos conservadores no proporcionan el alivio necesario. Los pacientes que experimentan una pérdida significativa de función en la rodilla, junto con dolor persistente que interfiere con las actividades diarias, son candidatos potenciales para este tipo de intervención. La decisión de optar por la cirugía debe ser tomada en conjunto con un especialista en traumatología, que evalúe las condiciones individuales y las expectativas del paciente.


    cirugía de cartilago de rodilla

    Tipos de cirugía de cartílago de rodilla

    Existen diferentes tipos de procedimientos quirúrgicos diseñados para reparar el cartílago de la rodilla. La artroscopia es una de las técnicas más comunes; se trata de una cirugía mínimamente invasiva en la que se utilizan instrumentos pequeños y una cámara para visualizar y reparar el cartílago dañado. Durante la artroscopia podemos realizar microfracturas, que consiste en crear pequeños orificios de aproximadamente 2 mm de diámetro en el hueso subyacente para estimular la regeneración del cartílago. En casos más severos, se puede recurrir al trasplante de cartílago, que implica la obtención de cartílago sano de otra parte del cuerpo o de un donante para reemplazar el cartílago dañado. Finalmente, la osteotomía es un procedimiento que puede realinear la pierna para aliviar la presión sobre el cartílago afectado.

    Recuperación de la cirugía de cartílago de rodilla

    La recuperación después de la cirugía de cartílago de rodilla varía según el tipo de procedimiento realizado, pero en general, implica un periodo de reposo inicial seguido de un programa de fisioterapia. Durante las primeras semanas, es esencial permitir que la rodilla se recupere. La fisioterapia jugará un papel crucial en este proceso, ayudando a recuperar fuerza y movilidad. Es importante que los pacientes sigan las indicaciones de sus médicos para asegurar una recuperación exitosa.

    Riesgos y complicaciones de la cirugía de cartílago

    Como en cualquier procedimiento quirúrgico, la cirugía de cartílago de rodilla conlleva ciertos riesgos. Las complicaciones pueden incluir infecciones, sangrado excesivo, rigidez en la rodilla y, en algunos casos, el fallo en la recuperación, donde el cartílago no sana como se esperaba. Aunque estos riesgos son relativamente raros, es vital que los pacientes estén informados y discutan cualquier preocupación con su médico antes de la cirugía.

    Es importante seguir las instrucciones y recomendaciones del especialista en traumatología.

    Tiempo de recuperación

    El tiempo de recuperación tras la cirugía de cartílago de rodilla depende de varios factores, incluyendo el tipo de cirugía realizada y la salud general del paciente. Por lo general, se puede esperar que la recuperación completa lleve de 3 a 6 meses, aunque el programa de rehabilitación puede extenderse hasta un año. Durante este tiempo, es esencial mantener un seguimiento constante con el médico para monitorear el progreso y ajustar el tratamiento según sea necesario.

    Seguimiento después de la cirugía

    El seguimiento es un aspecto crucial de la recuperación. Las citas regulares con el médico permiten evaluar el progreso y asegurarse de que el cartílago esté sanando adecuadamente. También se recomienda continuar con la fisioterapia para fortalecer la rodilla y mejorar la movilidad. En algunos casos, se realizarán imágenes de control para verificar el estado del cartílago y otros tejidos alrededor de la articulación.

    Si sufres de dolor en la rodilla o has sido diagnosticado con daño en el cartílago, no dudes en buscar ayuda profesional. En Quirónsalud, contamos con un equipo de especialistas en traumatología que pueden evaluar tu caso y ofrecerte el tratamiento más adecuado.


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  • Operación para el reemplazo de rodilla

    Intervención de rodillaIntervención de rodilla

    La artrosis es una enfermedad crónica que se caracteriza por el deterioro del cartílago de las articulaciones. Este deterioro conduce a la aparición de dolor con la actividad física, incapacidad variable para caminar y permanecer de pie, así como a deformidad progresiva de la rodilla.

    Causas de la artrosis

    Puede que aparezca artrosis sin conocerse la causa, a esta se le conoce como artrosis de rodilla primaria.

    En ocasiones se produce como resultado de una lesión o anomalía previa de la articulación, lo que se conoce como artrosis de rodilla secundaria.

    Este tipo de artrosis se observa tras lesiones de meniscos, lesiones del hueso articular, fracturas óseas intraarticulares, lesiones de ligamentos. También pueden darse en las articulaciones que están siendo sometidas a un sobreesfuerzo importante como es el caso de rodillas de deportistas, de obesos importantes o de personas con alteraciones en la longitud de los miembros inferiores o del alineamiento de la rodilla.

    ¿Cuándo se debe operar la rodilla?

    La operación está recomendada cuando se presente una lesión de rodilla o una artrosis en la misma, teniendo en cuenta que esta intervención puede beneficiar la calidad de vida del paciente.

    A día de hoy las lesiones que son candidatas a la cirugía son:

    • Lesiones de menisco
    • Lesiones de ligamentos de la rodilla
    • Fracturas de rodilla
    • Lesiones de los cartílagos de rodilla
    • Artrosis de rodilla

    ¿Qué es una artroplastia de rodilla?

    La artroplastia de rodilla es el remplazo de las superficies dañadas de la rodilla por unos componentes artificiales hechos de metal y plástico (polietilenos de alta densidad) que son fijados al hueso.

    Hay diferentes formas de hacer una artroplastia de rodilla:

    Total: Se reemplaza la tibia, el fémur y habitualmente la rótula.

    Unicompartimental: Se reemplaza solo una parte de la rodilla. Esta puede ser la articulación femorotibial interna o externa.

    Femoropatelar: Se sustituye solo dicha articulación. La superficie del fémur se reemplaza con un componente metálico redondeado que asemeja mucho la curvatura natural del hueso. La superficie de la tibia se reemplaza con un componente metálico plano que contiene una fina parte de plástico hecha en polietileno de ultra alta densidad que hace de cartílago. La superficie interna de la rótula también se puede reemplazar con un implante hecho de plástico.

    ¿Cómo se realiza una artroplastia de rodilla?

    Una vez el paciente se ha puesto en manos del traumatólogo, se ha tomado la decisión de someterse a la operación y se han hecho las pruebas médicas pertinentes llega el momento de la intervención.

    El paciente es llevado al quirófano y allí se le anestesia. Cuando ha hecho efecto la anestesia, se lava a conciencia la piel alrededor de la rodilla con líquido antiséptico. Se doblará la rodilla a 90 grados y se colocará un torniquete alrededor del muslo para minimizar la hemorragia durante la cirugía. A continuación se realiza el primer corte en la piel.

    Posteriormente, el cirujano corta y retira las superficies de hueso y cartílago dañadas. Se usan instrumentos y guías de precisión para asegurarse que los cortes se hacen con los ángulos correctos de modo que los huesos queden alineados de forma correcta después de que se introduzcan los implantes.

    Se retiran pequeños trozos de hueso de la parte delantera, trasera y final del fémur. Así se da forma al hueso para que los implantes encajen adecuadamente. La cantidad de hueso que se retira depende de la cantidad de hueso dañado por la artrosis. También se corta hueso de la parte superior de la tibia, quedando esta parte plana. La superficie trasera de la rótula también se corta.

    Un implante se encaja en cada uno de los tres huesos. Estos implantes han sido diseñados para que la articulación de la rodilla se mueva de forma similar a como se movía cuando estaba sana. Los implantes se encajan utilizando un tipo especial de cemento específico para huesos.

    El implante que encaja al final del fémur está hecho de metal. Su superficie es redondeada y muy lisa, cubriendo desde delante hacia atrás toda la superficie cortada de hueso. El implante que encaja en lo alto de la tibia normalmente consta de dos partes. Un platillo metálico que ajusta sobre el corte plano del hueso tibial. A continuación, sobre el platillo metálico se acopla una superficie articular de plástico que actúa separando el platillo tibial metálico y el implante femoral. El implante que cubre la parte trasera de la rótula está fabricado también en plástico.

    Si es necesario, el cirujano puede hacer ajustes en los ligamentos que envuelven la rodilla para conseguir una mejor función de la rodilla. Cuando los implantes están colocados y los ligamentos ajustados, el cirujano cose las distintas capas de tejido en su posición original. Se introduce un tubo de plástico en la herida que permite salir y drenar el líquido de la articulación durante las primeras horas después de la cirugía. Los bordes de la herida se suturan y la rodilla se envuelve con un vendaje estéril. El paciente se traslada finalmente a la sala de reanimación.

    ¿Qué técnicas son las empleadas en la intervención de la rodilla?

    • Se utiliza una incisión estándar anterior en la línea media.
    • Se pueden utilizar o incorporar las incisiones previas para reducir el riesgo de desprendimiento cutáneo.
    • Se entra en la cápsula articular a través de un abordaje pararrotuliano medial.

    ¿Quién debe someterse a una artroscopia de rodilla?

    Las personas que se benefician de la cirugía de reemplazo total de rodilla a menudo tienen:

    • Dolor severo o rigidez de la rodilla con limitación de las actividades cotidianas, incluyendo caminar, subir escaleras, sentarse y levantarse de una silla.
    • Dificultad para caminar unas pocas calles sin dolor significativo y podría necesitar usar un bastón o andador.
    • Dolor de rodilla moderado o severo mientras descansa, tanto de día como de noche.
    • Inflamación e hinchazón crónicas de la rodilla que no mejoran con el reposo ni con medicamentos
    • Deformidad de la rodilla, es decir, presentan una curvatura de la rodilla hacia afuera o hacia adentro.
    • No experimentan una mejoría sustancial con otros tratamientos como medicamentos antiinflamatorios, inyecciones de ácido hialurónico, fisioterapia u otras cirugías.

    ¿Cómo es la recuperación de la cirugía de rodilla?

    La recuperación depende del tipo de cirugía que se realice y cada caso.

    En cirugía artroscópica por roturas de menisco simples que no estén acompañadas de lesiones de cartílago articular lo habitual es una recuperación entre 4 y 6 semanas.

    En cirugía artroscópica de reconstrucción del ligamento cruzado anterior la recuperación para actividades deportivas de giro y contacto es de 6 a 9 meses.

    En cirugía protésica para la realización de una actividad normal varía entre 1 y 3 meses.

    Rehabilitación después de la operación de rodilla

    Para mí la rehabilitación es lo más importante tras una cirugía y de ella depende el éxito de las intervenciones.

    Nosotros iniciamos el tratamiento rehabilitador tras la salida de quirófano en contacto con el servicio de rehabilitación del hospital y le entregamos al paciente los ejercicios que tiene que realizar tras la cirugía.

    El tiempo que dura la rehabilitación es muy variable dependiendo del tipo de cirugía realizada, de las características del paciente y de su colaboración en la recuperación.

    Texto elaborado por el Fernando JordáEste enlace se abrirá en una ventana nueva, especialista de cirugía de rodilla de la Unidad de Traumatología del Hospital Quirónsalud TorreviejaEste enlace se abrirá en una ventana nueva

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