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  • ¿Qué es la medicina regenerativa en traumatología? El nuevo paradigma para sanar lesiones

    Células madreCélulas madre

    Descubre la medicina regenerativa en traumatología, un enfoque innovador que busca sanar y restaurar tejidos dañados en lugar de solo repararlos. Conoce cómo esta "jardinería corporal" usa células madre, factores de crecimiento y otros avances para curar lesiones.

    De "enderezar" a "regenerar" el cuerpo

    En 1741, la Ortopedia y Traumatología adoptó un símbolo icónico: el Árbol de Andry, que muestra un árbol torcido atado a un poste para enderezarlo. Este emblema ha definido el enfoque de la especialidad durante siglos: fijar, estabilizar y reemplazar las partes dañadas del cuerpo con placas, clavos, suturas y prótesis. La traumatología ha sido como una carpintería o una mecánica del cuerpo.

    Sin embargo, estamos en la cúspide de una revolución. La medicina regenerativa ha llegado para cambiar las reglas del juego. Su objetivo no es solo aliviar el dolor o estabilizar una fractura, sino restaurar o regenerar los tejidos lesionados, potenciando la capacidad de curación natural del cuerpo. Con este nuevo enfoque, el Árbol de Andry cobra un nuevo significado: la traumatología no solo "endereza" el cuerpo, sino que lo "planta, abona y riega", actuando como un jardinero que devuelve la vitalidad a los tejidos.

    Las técnicas de la traumatología regenerativa: semillas, abono y riego para tu cuerpo

    La medicina regenerativa en traumatología consiste en restaurar los tejidos músculo-esqueléticos (huesos, articulaciones, tendones, músculos, ligamentos, vasos y nervios) utilizando las propias herramientas del cuerpo. Las técnicas empleadas son como los métodos de la jardinería:

    • Las semillas: células mesenquimales (mal llamadas "Células Madre") Estas células, a menudo extraídas de la médula ósea o del tejido adiposo, son capaces de reproducirse y diferenciarse en los distintos tipos de células que componen nuestros tejidos, como el hueso, el cartílago o el tendón. En un cuerpo sano, estas células se movilizan para reparar un daño, pero en lesiones complejas o crónicas, es necesario "plantarlas" directamente en la zona afectada para que hagan su trabajo.
    • El abono: factores de crecimiento son una de las técnicas más conocidas en este ámbito. Se obtiene de la propia sangre del paciente, que se centrifuga para concentrar las plaquetas. Estas liberan una gran cantidad de factores de crecimiento que actúan como "abono" para las células, estimulando su trabajo y controlando la inflamación para que el tejido nuevo se forme de manera sana.
    • El riego: aumento del flujo sanguíneo. Algunas técnicas regenerativas buscan aumentar el flujo sanguíneo en la zona lesionada para llevar más oxígeno y nutrientes que faciliten la curación. Por ejemplo, en algunos tratamientos de tendones o ligamentos, se realizan procedimientos que estimulan la circulación local para acelerar el proceso de curación natural.
    • Los esquejes y el sustrato: biomateriales e ingeniería de tejidos La ingeniería de tejidos utiliza biomateriales (como ácido hialurónico o colágeno) para crear estructuras tridimensionales, conocidas como "andamios", que sirven como soporte para que las células se anclen y crezcan. Estas estructuras funcionan como "esquejes" sobre los que se puede regenerar el tejido.

    Aplicaciones y beneficios: curar en lugar de solo aliviar

    La medicina regenerativa está especialmente indicada en lesiones donde los mecanismos de curación del cuerpo no son suficientes, pero el daño aún no es irreversible. Se utiliza en:

    • Lesiones musculares y tendinosas crónicas (tendinitis).
    • Artrosis inicial y moderada para frenar el deterioro del cartílago.
    • Lesiones deportivas en atletas que necesitan una recuperación más rápida y completa.

    En casos de daño estructural más grave, se utiliza de manera conjunta con la cirugía, donde la parte regenerativa ayuda a que el cuerpo se cure mejor y más rápido después de un procedimiento para estabilizar la mecánica. El objetivo final es la restauración del tejido afectado, no solo su sustitución.

    El principal beneficio para el paciente es que se potencian los mecanismos de curación naturales de su propio cuerpo, lo que reduce el riesgo de rechazo y evita, en muchos casos, cirugías más invasivas y "mutilantes", como la colocación de prótesis. Sin embargo, es vital recordar que estas técnicas son más efectivas cuando el deterioro no es severo.

    El futuro es ahora: avances y desafíos

    Hay una gran cantidad de estudios científicos que avalan la eficacia de estos tratamientos para la artrosis y lesiones deportivas, con miles de publicaciones que demuestran su potencial. El avance de estas técnicas está en constante desarrollo, con investigaciones que se centran en la terapia celular, los factores de crecimiento y la ingeniería de tejidos.

    Sin embargo, todavía existen desafíos, como el alto costo, la variabilidad de los resultados y la necesidad de más estudios a largo plazo para evaluar su seguridad y eficacia. A pesar de esto, la medicina regenerativa representa un cambio de paradigma emocionante que nos acerca a la verdadera curación de las lesiones y nos aleja de la simple reparación mecánica.

    Si sufres una lesión que no termina de sanar o quieres explorar un tratamiento de vanguardia para la artrosis o una lesión deportiva, agenda una cita con nuestros especialistas en medicina regenerativa.

  • ¿Te duele la mano por usar el móvil? La tendinitis y otras lesiones que puedes sufrir

    El uso excesivo del móvil puede causar dolor, hormigueo e inflamación en manos y muñecas. Descubre qué es la tendinitis, el síndrome del túnel carpiano y cómo prevenir estas lesiones.

    Uso móvilUso móvil

    Tu móvil, un compañero inseparable que puede causarte dolor

    Hoy en día, el teléfono móvil es una extensión de nuestra mano. Lo usamos para trabajar, comunicarnos, informarnos y entretenernos. Sin embargo, este uso constante, a menudo con posturas inadecuadas y movimientos repetitivos, ha generado una serie de problemas de salud cada vez más comunes. Uno de los más notorios es el dolor en las manos, una señal de que los músculos, tendones y nervios están sufriendo por la sobrecarga.

    La relación entre la tendinitis de mano y el celular es cada vez más estrecha. Pero, ¿por qué ocurre? Y, lo más importante, ¿qué puedes hacer al respecto? En este artículo, exploraremos las lesiones más frecuentes y te daremos las claves para cuidar tus manos.

    Entendiendo la tendinitis: Qué es y por qué duele

    La tendinitis es la inflamación o irritación de un tendón, que son las estructuras fibrosas que unen los músculos a los huesos. Su función es transmitir la fuerza del músculo para generar movimiento. Cuando se sobrecargan, se inflaman y pueden causar un dolor intenso.

    El dolor de la tendinitis suele aparecer de forma repentina y, a diferencia del de la artritis, se siente más allá de la articulación. Aunque puede volverse crónico, es más común que sea una molestia a corto plazo, especialmente si se trata a tiempo.

    Causas de la tendinitis: Si bien una lesión intensa y repentina puede provocarla, la tendinitis en la mano por el uso del móvil es casi siempre el resultado de un uso excesivo del tendón.

    • Uso del dedo pulgar: El scroll, teclear y sostener el teléfono de forma prolongada pone una tensión tremenda sobre el dedo pulgar, que es el más activo.
    • Posturas forzadas: Mantener el cuello y la espalda encorvados o sostener el móvil con los brazos estirados mientras estás acostado, puede causar rigidez muscular y dolor que se extiende a la muñeca y la mano.

    Lesiones comunes causadas por el uso del móvil

    El uso prolongado y las posturas incorrectas pueden desencadenar diversas afecciones, algunas de las cuales tienen nombres tan coloquiales como "Whatsappitis".

    • Tendinopatía de Quervain: Es una inflamación del tendón en la base del pulgar, común entre quienes hacen scroll o teclean con este dedo de manera continuada.
    • Dedo en resorte: El sobreesfuerzo en los tendones flexores de los dedos puede hacer que se queden "enganchados" o que produzcan un chasquido al moverse. Es muy común en el pulgar.
    • Síndrome del túnel carpiano: Esta lesión ocurre cuando el nervio mediano, que pasa por el túnel carpiano en la muñeca, se comprime. Se manifiesta con una sensación de adormecimiento, hormigueo y pérdida de fuerza en los dedos, especialmente el pulgar, índice y medio.
    • Lesión del nervio cubital: Al apoyar los codos en una superficie dura por mucho tiempo (típico al estar tumbado en la cama), el nervio cubital puede ser presionado, causando entumecimiento en el cuarto y quinto dedo.
    • Rizartrosis o artrosis del pulgar: Si las lesiones por sobrecarga no se tratan, el uso continuado puede llevar a esta condición, que causa un dolor crónico y puede no tener cura.

    Cómo evitar las lesiones: La prevención es tu mejor herramienta

    La mejor estrategia es la prevención. Pequeños cambios en tus hábitos pueden evitar que el dolor se convierta en un problema crónico.

    1. Cambia de posición: Evita mantener la misma postura por mucho tiempo. Toma descansos cada 20-40 minutos, estira las manos, los dedos y las muñecas.
    2. Usa otros dedos: Alterna el uso del pulgar con el índice.
    3. Realiza estiramientos: Antes y después de usar el móvil, haz ejercicios suaves para estirar los dedos, las manos y las muñecas.
    4. Usa notas de voz: Si vas a escribir un mensaje largo, considera enviar una nota de voz.
    5. Descansa: Si sientes dolor, deja de hacer la actividad que lo provoca. El reposo es crucial para que los tendones y músculos se recuperen.
    6. Hidrátate: La buena hidratación es fundamental para la salud de músculos y tendones.

    Qué hacer si sientes dolor: Alivio y tratamiento

    Si ya tienes molestias, puedes seguir estas pautas para aliviar el dolor:

    • Reposo, hielo, compresión y elevación (RICE): Esta es la regla de oro para la tendinitis. Descansa la zona, aplica hielo por unos 10-15 minutos, usa una compresa (o una muñequera) y, si es posible, eleva la mano.
    • Antiinflamatorios: Los antiinflamatorios de venta libre pueden ayudar a reducir el dolor y la inflamación.
    • Fisioterapia: En casos más severos, un fisioterapeuta puede recomendar ejercicios específicos para fortalecer la zona y rehabilitar los tendones.

    Cuándo debes ver a un especialista

    Si el dolor persiste o se vuelve muy intenso, es vital buscar ayuda médica para obtener un diagnóstico preciso. Debes programar una cita si:

    • El dolor empeora rápidamente.
    • Experimentas un enrojecimiento o hinchazón en la zona.
    • Sufres una pérdida repentina de fuerza o incapacidad para mover una articulación.
    • El hormigueo y el adormecimiento son constantes y no mejoran con el reposo.

    Un diagnóstico temprano con un médico general o un ortopedista te ayudará a evitar que la lesión se vuelva crónica y a encontrar el tratamiento más adecuado para ti.

    Si experimentas un dolor persistente en manos o muñecas, no ignores los síntomas. Agenda una consulta con nuestros especialistas para un diagnóstico y tratamiento personalizado que te ayude a recuperar la salud de tus manos.

  • Lesión del ligamento cruzado anterior: mitos y realidades que debes conocer

    La rotura del ligamento cruzado anterior (LCA) está rodeada de mitos. Desmentimos las creencias más comunes, desde la imposibilidad de caminar hasta la recuperación rápida, para que tomes decisiones informadas sobre tu salud.

    Ligamento cruzado anteriorLigamento cruzado anterior

    Una lesión temida, pero con tratamiento efectivo

    La rotura del ligamento cruzado anterior (LCA) es una de las lesiones de rodilla más comunes, especialmente en el mundo del deporte. Se ha ganado una reputación casi legendaria, generando ansiedad y desinformación. A menudo, las personas que la sufren se enfrentan a un torbellino de opiniones, historias de terror y mitos que pueden dificultar una decisión informada sobre el tratamiento.

    El LCA es una estructura vital para la rodilla, responsable de restringir el 85% de su traslación anterior. Su ausencia puede aumentar el riesgo de lesiones en el menisco y el cartílago a largo plazo. Sin embargo, la medicina ha evolucionado enormemente y la cirugía moderna de reconstrucción del LCA ya no es una sentencia, sino una solución segura y altamente efectiva para recuperar la funcionalidad. En este artículo, desmentiremos los mitos más extendidos y te ofreceremos la información real que necesitas.

    Mito 1: "Si puedes caminar, el ligamento no está roto"

    Realidad: Este es uno de los mitos más peligrosos. Muchas personas pueden caminar, trotar y realizar movimientos básicos con el LCA desgarrado. La inflamación inicial puede disminuir con el tiempo y los músculos circundantes pueden compensar temporalmente la falta de estabilidad. Sin embargo, la rodilla seguirá siendo inestable, especialmente al realizar movimientos de pivotar, girar o moverse lateralmente. Ignorar esta inestabilidad puede provocar daños adicionales en el menisco o el cartílago, lo que empeorará la lesión.

    Mito 2: "La cirugía repara el ligamento dañado"

    Realidad: La cirugía del LCA no repara, sino que reconstruye el ligamento. El LCA tiene un suministro sanguíneo deficiente y está sometido a una tensión constante, por lo que no puede curarse por sí solo. Durante el procedimiento, el cirujano retira el tejido dañado y lo reemplaza con un injerto, que puede ser de tu propio cuerpo (autoinjerto) o de un donante (aloinjerto). Con el tiempo, este injerto se integra y se convierte en un nuevo ligamento funcional.

    Mito 3: "La cirugía del LCA es solo para atletas de élite"

    Realidad: Aunque los atletas profesionales suelen ser la cara más visible de esta lesión, la reconstrucción del LCA es beneficiosa para cualquier persona activa. Si experimentas inestabilidad en la rodilla o tienes la intención de volver a practicar deporte, ya sea esquí, tenis o simplemente correr, la cirugía puede ser la mejor opción. No se trata de ser un deportista de élite, sino de recuperar la estabilidad y mejorar tu calidad de vida. El tratamiento conservador (fisioterapia) es una opción para pacientes con un estilo de vida sedentario o con desgarros parciales, pero en muchos casos no es suficiente para evitar daños futuros.

    Mito 4: "La recuperación solo toma unas pocas semanas"

    Realidad: La recuperación es un proceso largo que dura varios meses. La verdadera curación no ocurre de la noche a la mañana. Tras la cirugía, que dura alrededor de 90 minutos, la rehabilitación es un compromiso que puede durar entre 6 y 12 meses. Esta incluye diferentes fases: desde el control de la hinchazón y el rango de movimiento inicial, hasta el fortalecimiento funcional, los ejercicios de equilibrio y, finalmente, el regreso controlado al deporte. Saltarse pasos o ignorar la fisioterapia puede resultar en una falla del injerto o una nueva lesión. La paciencia es clave para un resultado exitoso.

    Mito 5: "Todos los injertos son iguales"

    Realidad: La elección del injerto puede afectar significativamente tu recuperación y la fuerza de tu rodilla. Cada opción tiene sus propias ventajas y desventajas:

    • Autoinjerto del tendón rotuliano: Es muy fuerte y a menudo elegido por deportistas, pero puede causar dolor al arrodillarse.

    • Autoinjerto de los isquiotibiales: Generalmente provoca menos dolor posoperatorio.

    • Aloinjerto (tejido de donante): Reduce el dolor y el tiempo de cirugía, pero tiene un riesgo ligeramente mayor de que el injerto falle en pacientes jóvenes y muy activos.

    Un cirujano ortopédico con experiencia te recomendará la mejor opción según tu edad, estilo de vida y objetivos.

    Mito 6: "Después de la operación, nunca volverás a practicar deporte"

    Realidad: Todo lo contrario. El objetivo de la cirugía es ayudarte a regresar al deporte de forma segura y con confianza. Los estudios clínicos demuestran que:

    • Hasta el 90% de los pacientes tienen una excelente función a largo plazo.

    • Entre el 70% y el 85% de los deportistas logran volver a su nivel previo a la lesión. La clave está en seguir un programa de rehabilitación adecuado. Muchos incluso reportan un mejor rendimiento después de la cirugía, gracias a una musculatura más fuerte y una mejor mecánica de movimiento aprendida en la rehabilitación.

    Mito 7: "Es un procedimiento menor que cualquier cirujano puede realizar"

    Realidad: La reconstrucción del LCA es un procedimiento altamente especializado que requiere precisión anatómica y experiencia. Elegir a un cirujano ortopédico certificado, con especialización en medicina deportiva o reconstrucción de rodilla, es crucial para obtener los mejores resultados. Un especialista puede elegir el injerto adecuado, reproducir la anatomía natural de tu rodilla y guiarte de manera efectiva a través de la rehabilitación, minimizando el riesgo de complicaciones.

    Mito 8: "Puedes volver rápidamente al deporte si te sientes bien"

    Realidad: Sentirte bien no es lo mismo que estar médicamente listo. Muchos pacientes recuperan la fuerza y la confianza antes de que el injerto esté completamente curado e integrado. Volver al deporte demasiado pronto, sin haber recuperado el control muscular, aumenta el riesgo de volver a desgarrar el ligamento o de lesionar la otra rodilla. El regreso al deporte debe basarse en criterios objetivos (pruebas de fuerza, salto y evaluaciones clínicas), no solo en sensaciones.

    Conclusión: Los hechos por encima del miedo

    La rotura del ligamento cruzado anterior ya no es una condena. La cirugía de reconstrucción del LCA es segura, efectiva y personalizada para los objetivos de cada paciente. La clave para un tratamiento exitoso es la información precisa, no los mitos de internet o las historias de segunda mano.

    Al desmentir estos mitos, esperamos darte la claridad y la confianza necesarias para tomar el control de tu salud. Si tú o un ser querido sufren una lesión de rodilla, consulta a un especialista en ortopedia que pueda ofrecerte un plan de tratamiento basado en la evidencia, no en el miedo.

    Si has sufrido una lesión de rodilla y necesitas un diagnóstico profesional, contacta con nuestro equipo de especialistas en medicina deportiva. Te ofrecemos un plan de tratamiento personalizado para que recuperes la funcionalidad y vuelvas a tu vida activa.

  • Contractura de Dupuytren: cuando los dedos dejan de estirarse

    La contractura de Dupuytren es una enfermedad que afecta a la palma de la mano y que, con el tiempo, puede impedir que los dedos se estiren con normalidad. Aunque su evolución suele ser lenta y sin dolor, puede limitar de forma importante las actividades cotidianas, como escribir, lavarse las manos o simplemente apoyar la palma sobre una mesa.

    DupuytrenDupuytren

    ¿Qué es la contractura de Dupuytren?

    Es una enfermedad progresiva que provoca el engrosamiento de una capa de tejido justo bajo la piel de la palma de la mano. Ese tejido, al endurecerse, forma una especie de cuerda que tira de los dedos hacia dentro, causando que queden flexionados de forma involuntaria.

    Aunque puede afectar a cualquier dedo, suele empezar por el anular o el meñique, y generalmente en la mano dominante. Puede afectar una o ambas manos.

    ¿Cuáles son los síntomas?

    Los síntomas aparecen poco a poco y sin dolor. Las principales señales son:

    • Formación de nódulos (pequeños bultos) en la palma.
    • Aparición de cordones duros bajo la piel.
    • Dificultad para estirar los dedos.
    • Imposibilidad de apoyar la palma completamente sobre una superficie plana.

    ¿Cómo evoluciona la enfermedad?

    - Fase inicial: se notan bultos duros o nódulos en la palma. Puede haber una ligera molestia al tacto.

    - Fase media: aparecen cuerdas más marcadas bajo la piel que comienzan a retraer los dedos.

    - Fase avanzada: los dedos quedan doblados hacia la palma y ya no pueden estirarse, lo que limita el uso normal de la mano.

    ¿Por qué aparece?

    La causa exacta se desconoce, pero hay varios factores que aumentan el riesgo:

    • Edad: más frecuente a partir de los 50 años.
    • Antecedentes familiares.
    • Origen nórdico o europeo.
    • Diabetes.
    • Consumo de alcohol o tabaco.

    No se debe a golpes ni al uso excesivo de las manos.

    ¿Cómo se diagnostica?

    Un médico traumatólogo puede diagnosticarla con una exploración física. No suele ser necesario hacer pruebas de imagen, salvo que se sospeche de otras patologías asociadas.

    Una prueba sencilla es la "prueba de la mesa": si el paciente no puede apoyar completamente la palma sobre una superficie plana, puede haber una contractura significativa.

    ¿Qué tratamientos existen?

    Depende del grado de avance de la enfermedad. En fases tempranas puede que solo se necesite observación o fisioterapia. Cuando ya afecta la funcionalidad de la mano, existen varios tratamientos posibles:

    1. Tratamiento con agujas (fasciotomía percutánea). Se utiliza en fases leves. Consiste en insertar una aguja fina para romper el cordón que retrae los dedos. Es una técnica poco invasiva y permite una rápida recuperación.

    2. Cirugía abierta. Se recomienda en casos más avanzados. El objetivo es eliminar el tejido engrosado. La recuperación es algo más lenta que con el tratamiento con agujas.

    3. Cirugía mínimamente invasiva (artroscopia de mano). Es la técnica más moderna. A través de pequeñas incisiones, se actúa sobre el tejido afectado. Tiene muchas ventajas: menos dolor, cicatrices más pequeñas, menor riesgo de complicaciones y una recuperación más rápida.

    ¿Cuándo conviene operar?

    La cirugía suele recomendarse cuando la contractura interfiere en tareas básicas. El traumatólogo valorará cada caso y explicará si compensa intervenir o seguir con tratamiento conservador.

    ¿Qué papel tiene la fisioterapia?

    Los ejercicios dirigidos pueden ayudar a mantener la movilidad y prevenir que la contractura avance más rápido. Se utilizan estiramientos suaves, ejercicios con pelotas blandas y masajes para mejorar la flexibilidad. No sustituyen al tratamiento médico, pero son un complemento útil, sobre todo tras la cirugía.

  • Calambres musculares

    Calambres muscularesCalambres musculares

    ¿Por qué se producen los calambres musculares y cómo podemos evitarlos?

    Es probable que alguna vez hayas sentido un dolor repentino y fuerte en un músculo, como si este se contrajera sin razón aparente. Ese dolor tan intenso, aunque pasajero, se conoce como calambre muscular, y es algo bastante común.

    Aunque solemos restarle importancia -con un simple "es solo un calambre"-, lo cierto es que pueden interferir con nuestras actividades diarias o incluso despertar a alguien en mitad de la noche. Por eso, en este artículo vamos a explicar qué son, por qué ocurren y cómo podemos prevenirlos o tratarlos

    ¿Qué es un calambre muscular?

    Un calambre muscular es una contracción involuntaria y dolorosa de un músculo, que impide relajarlo de forma inmediata. Puede durar desde unos segundos hasta varios minutos y, aunque no suele tener consecuencias graves, sí deja una sensación molesta o de fatiga en el músculo afectado.

    Los calambres suelen aparecer en las piernas, especialmente en las pantorrillas y los muslos, aunque también pueden sentirse en pies, manos o brazos. Son más frecuentes después del ejercicio físico o por la noche, cuando estamos en reposo.

    Tipos de calambres más frecuentes

    Aunque todos los calambres tienen en común la contracción repentina de un músculo, pueden clasificarse según su causa o el momento en que aparecen:

    • Calambres nocturnos: ocurren mientras dormimos, sobre todo en las piernas. Están relacionados con la deshidratación, el déficit de minerales o problemas de circulación.
    • Calambres tras esfuerzo físico: se presentan después de hacer ejercicio o por fatiga muscular. Son comunes en personas activas o deportistas.
    • Calambres viscerales: afectan a los músculos involuntarios, como los del intestino o el útero, y pueden aparecer durante el ciclo menstrual o por problemas digestivos.

    ¿Qué puede provocar los calambres?

    Las causas de los calambres no siempre están claras, pero algunos factores comunes que pueden desencadenarlos son:

    • Esfuerzo físico excesivo: hacer deporte sin calentar, entrenar en exceso o estar muchas horas de pie puede sobrecargar los músculos.
    • Posturas mantenidas: estar sentado o de pie en una misma posición durante mucho tiempo también puede desencadenar calambres.
    • Falta de minerales: niveles bajos de potasio, magnesio o calcio, muchas veces por una alimentación inadecuada o por el uso de diuréticos.
    • Problemas circulatorios: una mala circulación puede reducir el flujo de oxígeno a los músculos, favoreciendo las contracciones.
    • Algunas enfermedades: como la estenosis lumbar, que afecta los nervios en la zona baja de la espalda, y puede causar calambres en las piernas.

    ¿Quiénes tienen más riesgo?

    Algunas personas son más propensas a sufrir calambres musculares, especialmente, las personas mayores de 60 años, ya que la pérdida de masa muscular con la edad hace que los músculos se fatiguen antes; los deportistas, pues al sudar, pierden líquidos y sales minerales, lo que puede facilitar los calambres, y las embarazadas, por los cambios hormonales, el aumento de peso y la presión sobre los nervios, especialmente durante el tercer trimestre.

    Consejos para prevenir los calambres musculares

    • La mejor manera de tratar los calambres es prevenirlos. Aquí tienes algunas recomendaciones sencillas que puedes aplicar en tu día a día:
    • Mantente bien hidratado: bebe agua de forma regular, no solo cuando tengas sed. Una orina muy oscura puede ser señal de deshidratación.
    • Estira antes y después de hacer ejercicio: la elongación ayuda a mantener los músculos flexibles y en buen estado.
    • Descansa adecuadamente: no sobrecargues tus músculos. Si haces ejercicio intenso, alterna los días o reduce la duración.
    • Cuida tu calzado: un zapato inadecuado puede generar tensión muscular sin que te des cuenta.
    • Come equilibradamente: incorpora alimentos ricos en potasio, magnesio y calcio como plátanos, frutos secos, espinacas, legumbres y lácteos.

    ¿Qué hacer si ya tienes un calambre?

    Cuando el calambre aparece, lo más efectivo es estirar suavemente el músculo afectado y masajear la zona con las manos o aplicar calor local. Si el dolor persiste, descansar unos minutos y evitar cargar peso sobre la zona.

    En casos más persistentes o si los calambres se repiten con frecuencia, es recomendable acudir al médico. A veces, puede ser necesario hacer un análisis para detectar desequilibrios minerales o revisar tratamientos en curso.

    ¿Cuándo consultar con un especialista?

    Si los calambres se vuelven muy frecuentes, aparecen sin razón aparente o interrumpen tu sueño o tus actividades diarias, no lo dejes pasar. Puede ser una señal de que algo más está afectando tus músculos.

    En Quironsalud, nuestros especialistas en medicina deportiva y traumatología pueden ayudarte a identificar la causa y recomendarte el tratamiento más adecuado, ya sea a través de fisioterapia, ajustes en la dieta o estudios más específicos.

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Sobre este blog

Blog de los expertos de la Unidad de Traumatología del Dr. Elgeadi, Jefe de Servicio de los Hospitales Quirónsalud San José y Quirónsalud Valle del Henares, con los mejores consejos para tratar y prevenir patologías y lesiones traumatológicas.

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