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Blog del servicio de Traumatología de los Hospitales Quirónsalud Alicante, Torrevieja, Murcia, Valencia, Tenerife, Costa Adeje y Vida

  • ¿Hay que operar el menisco cuando se rompe? Los traumatólogos de Murcia responden

    La práctica frecuente de deporte o un simple gesto del día a día pueden provocarnos la rotura de menisco. Una de las dudas más frecuentes es si hay que pasar por quirófano cuando esto pasa.

    Los traumatólogos de la Unidad Traumatología de Quirónsalud Murcia responden esta duda a diario, en este post os contamos más sobre esta lesión y sus posibles soluciones.

    ¿Qué es el menisco y dónde se encuentra?

    Cada una de tus rodillas tiene dos piezas de cartílago en forma de C que actúan como un amortiguador entre la tibia y el fémur, conocidas como meniscos.

    La función de los meniscos es mejorar la congruencia articular (que adaptan mejor la forma de la tibia y el fémur), facilitando el deslizamiento óseo. También sirven para repartir las cargas y el peso al movernos, caminar, correr o saltar.

    Un menisco desgarrado causa dolor, hinchazón y rigidez. También puede sentir un bloqueo en el movimiento de la rodilla y tener problemas para extender la rodilla por completo.


    Causas comunes de lesión de menisco

    La lesión de menisco suele ser una de las principales lesiones de las personas que practican deporte, te contamos cómo puede ocurrir.

    El impacto en el lateral o en la parte frontal de la rodilla, que hace que la articulación de la rodilla se mueva hacia un lado, puede producir un desgarro de cualquiera de los meniscos y ocasionalmente también del ligamento cruzado anterior (LCA).

    Un atleta puede experimentar esto cuando se lanza a una cancha de baloncesto en busca de un balón suelto o es abordado en un partido de fútbol.

    La rotación excesiva de la rodilla debido fijar la pierna de manera demasiado agresiva puede causar un desgarro en cualquiera de los meniscos. Este tipo de pivote es común en deportes como fútbol, ​​baloncesto y fútbol.

    Pisar rápidamente o ponerse en cuclillas sobre una superficie irregular puede causar una fuerza desproporcionada en las rodillas, lo que lleva a desgarros o roturas del menisco. Este movimiento puede ocurrir mientras se corre a campo través o se realizan ejercicios de fútbol.

    Una fuerza rápida e inesperada puede hacer que la articulación de la rodilla se flexione demasiado hacia atrás y desgarre el menisco. Por ejemplo, chocar con la pierna de otro jugador de baloncesto mientras cae de un rebote podría causar esto.

    Diferentes soluciones para la rotura de menisco

    Los desgarros de menisco se pueden tratar mediante la extirpación de menisco (meniscectomía), reparación de menisco (sutura meniscal) o, en circunstancias inusuales, reemplazo de menisco. Dado que el objetivo de la cirugía es preservar un menisco sano, se intenta reparar el menisco cuando el desgarro es reparable.

    La meniscectomía, la extirpación del tejido menisco dañado, tiene buenos resultados a corto plazo, pero conduce al desarrollo de artritis diez a veinte años después.

    La reparación del menisco también tiene buenos resultados, pero tiene un tiempo de recuperación más prolongado que la meniscectomía y se limita a los desgarros susceptibles de reparación, es decir, aquellos desgarros que se producen en la parte más periférica del menisco.

    El reemplazo de menisco se considera para pacientes jóvenes y activos a los que previamente se les ha extirpado la mayor parte del menisco y desarrollan dolor en el área sin tener cambios degenerativos avanzados en el cartílago articular (superficie de deslizamiento). Cómo es la operación.

    La mayor parte de estas técnicas se pueden realizar mediante una artroscopia de rodilla como las que se realizan en Quirónsalud en la que a través de unas pequeñas incisiones que llamamos portales se introduce un sistema de visión, que permite identificar las lesiones y también su reparación.


    ¿Cuánto tiempo se tarda en recuperarse de una operación de menisco?

    El tiempo dependerá de la técnica empleada, como hemos dicho si se ha realizado una meniscectomía parcial la reparación será de 2-3 semanas. En cambio, si hemos hecho una sutura meniscal el tiempo de recuperación puede ser superior a 3 meses.

    ¿Cómo es la recuperación de la artroscopia de rodilla?

    La artroscopia de rodilla en Quirónsalud Murcia se realiza con anestesia raquídea, es decir, de cintura para abajo. En este caso, el paciente puede ser dado de alta a las pocas horas de la cirugía y en la mayor parte de los casos podrá caminar con ayuda de andador y mover activamente la rodilla.

    En algunos casos el paciente necesitará sesiones de fisioterapia para recuperarse de esta cirugía y conseguir una vuelta al trabajo y deporte más rápida.


    ¿Qué esperar después de una cirugía de menisco?

    Todo va a depender del tipo de rotura, posibilidades o no de reparación, cantidad de menisco extirpado (si se ha realizado una meniscectomía), edad del paciente, existencia de cambios degenerativos previos en la articulación y actividad que quiera seguir desarrollando el paciente.

    En la mayoría de casos en los que hacemos una meniscectomía parcial dejando la mayor parte del menisco intacto en pacientes jóvenes la recuperación va a ser completa, el paciente volverá en unas pocas semanas a sus actividades laborales, de ocio y deportivas habituales.

    Solo en caso de que la rotura meniscal sea muy grande y sin posibilidades de reparación podemos esperar secuelas a largo plazo del tipo de artrosis de rodilla precoz. De todas formas en estos casos el mantener ese menisco roto sin cirugía tampoco evitaría esa secuela y produciría muchos síntomas al paciente que decidiera no operarse, es por ello que el traumatólogo debe de explicar bien los pros y los contras para ayudar al paciente a tomar la mejor decisión sobre su rodilla.

    En Quirónsalud contamos con un equipo de traumatólogos especialistas en lesiones de menisco que podrán resolver todas tus dudas y buscarán la mejor solución para tu caso.


    Texto elaborado por el doctor Diego GiménezEste enlace se abrirá en una ventana nueva, jefe del servicio de traumatología de Quirónsalud MurciaEste enlace se abrirá en una ventana nueva

  • Dolor punzante en la espalda, puede ser una hernia discal. Descubre los síntomas y cómo aliviarlos

    Una hernia es la protrusión de cualquier órgano o tejido fuera del lugar donde se hallan alojados habitualmente. En el caso de la hernia de disco lumbar, se produce cuando un disco intervertebral degenerado se rompe y su contenido se sale de sus límites.

    Síntomas de una hernia discal

    Uno de los síntomas más comunes de las hernias de disco lumbar son el dolor en los glúteos, las piernas o el pie. Este tipo de dolencia suele producirse al realizar determinados movimientos o colocarse en algunas posturas y se calma al estar estirados en reposo.

    Otro síntoma frecuente es la debilidad, ya que los músculos cercanos a la hernia lumbar suelen debilitarse, provocando problemas de movilidad.

    El hormigueo también puede ser un signo de una hernia en el disco lumbar. La hernia se comprime, provocando entumecimiento u hormigueo que se irradia desde los nervios afectados hasta los músculos que sirven.

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    Causas de las hernias de disco

    La hernia de disco se produce como resultado de un desgaste natural gradual y relacionado con el envejecimiento llamado degeneración discal. A medida que envejeces, tus discos se vuelven menos flexibles y más propensos a desgarrarse o romperse, incluso con una tensión o torsión menor.

    Algunas veces, se pueden producir por un mal gesto cotidiano como puede ser al usar los músculos de la espalda en lugar de los de las piernas y los muslos para levantar objetos pesados puede llevar a una hernia de disco, al igual que torcerse y girar mientras te levantas. En raras ocasiones, un evento traumático como una caída o un golpe en la espalda es la causa.

    Tratamiento de la hernia discal

    Los tratamientos para las hernias de disco lumbar se dividen en tres grupos: tratamientos no quirúrgicos, tratamientos intermedios y tratamiento quirúrgico.

    En cuanto a los tratamientos convencionales, los más comunes para tratar este tipo de afección son la contención y la rehabilitación. La contención consiste en el uso de fármacos para aliviar el dolor. Para mejorar su efectividad es necesario combinarlos con fisioterapia y ejercicio.

    Por su parte, la rehabilitación muscular y nerviosaEste enlace se abrirá en una ventana nueva, así como reeducación postural, es un tratamiento único o complementario. ,Los fisioterapeutas y osteópatas expertos en manejo de problemas de columna le ofrecerán un tratamiento personalizado, huyendo de los tratamientos estándar pasivos para mejorar la situación de los pacientes.

    Entre los tratamientos intermedios, se hallan los tratamientos de tipo bloqueo o infiltración a nivel de la columna lumbar. Cuando el dolor se limita a la zona lumbar, es posible optar por tratamientos como infiltraciones o la rizólisis facetaria por radiofrecuencia pulsada o térmica.

    En aquellos casos en los que no haya mejoras con los tratamientos conservadores, se propondrá la cirugía de hernia lumbar. Siempre que sea posible, se intentará resolver la compresión nerviosa de la forma menos invasiva, por lo que en la mayoría de los casos optamos por la microdiscectomía lumbar simple.

    Sin embargo, en casos de que se reproduzca la hernia, se planteará una cirugía instrumentada. Dicha cirugía podría ser una artroplastia discal (ADR) o, en casos con elementos adicionales de la anatomía dañados, de artrodesis o fusión.

    Factores de riesgo de sufrir una hernia

    Entre los principales factores que pueden aumentar el riesgo de sufrir una hernia de disco podemos mencionar:

    El peso. El exceso de peso corporal puede causar estrés adicional en los discos de la espalda lumbar.

    Los trabajos físicamente exigentes tienen un mayor riesgo de provocar problemas de espalda.

    Los movimientos como levantar, tirar, empujar, doblar hacia los lados y torcer repetidamente también pueden aumentar el riesgo de una hernia de disco.

    La genética. Algunas personas heredan una predisposición a tener una hernia de disco.

    El tabaquismo, ya que disminuye el suministro de oxígeno al disco, causando que se deteriore más rápidamente.

    En los centros de Quirónsalud contamos con un equipo de traumatólogos y neurocirujanos especialistas en el diagnóstico y tratamiento de hernias.

    Texto elaborado por el doctor Marcelo Galarza, jefe de la Unidad de Neurocirugía de Quirónsalud Torrevieja











  • El dolor de cuello y cómo aliviar la tensión cervical

    Muchas personas padecen dolor o molestias en la zona de las cervicales. En la mayoría de los casos, el dolor de cuello o cervical está relacionado con las tensiones musculares.

    Si no se actúa, aparecen molestias más severas y dolores en el cuello o en el trapecio que podrían, a medio y largo plazo, irradiarse a la cabeza, a la espalda o por los brazos. Incluso, en el peor de los casos, podrían llegar también a transformarse en migrañas.

    Cuando los músculos de nuestro cuerpo responsables de la estabilidad están sujetos a un mayor estrés, se cansan más rápido. Las cervicales constituyen una de las secciones más móviles de la columna vertebral, implicadas cuando realizamos múltiples movimientos como doblarnos, inclinarse, girar la cabeza... y deben soportar el peso de la cabeza, que de media pesa unos 4 kilos.

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    Tensión cervical

    La tensión cervical corresponde a un cuadro clínico doloroso producido por una contractura muscular incontrolable y persistente en la región cervical posterior, que afecta a un músculo o a un grupo muscular. La contractura comprime los pequeños vasos que aportan sangre al músculo, dificultando así la irrigación sanguínea y favoreciendo aún más la contractura, e impidiendo su recuperación.

    Los músculos que con mayor frecuencia se ven afectados por la contractura son los músculos del trapecio (el más superficial en la zona posterior del cuello) y el elevador de la escápula.

    Síntomas de la tensión en cervicales

    En un primer momento puede aparecer dolor en la zona, contracturas, sensación de fatiga muscular y disminución de la movilidad, obligando a mantener una posición fija del cuello para evitar el dolor.

    En algunos casos resulta difícil y doloroso mover la cabeza y generalmente estos movimientos se compensan con movimientos del tronco.

    Cuando se palpa la zona de la musculatura posterior del cuello se produce y/o incrementa el dolor. En ocasiones la contractura puede producir dolores de cabeza intensos, que generalmente se manifiestan en la región de la nuca. Otras veces el dolor puede extenderse hacia el hombro siguiendo el recorrido del músculo del trapecio.

    En general, todos estos síntomas y signos tienden a disminuir o desaparecer con el reposo, aunque pueden mantenerse por semanas o meses siendo completamente reversibles. En las etapas crónicas los síntomas pueden mantenerse aún durante el reposo.

    Causas de la tensión en cervicales

    Cada caso es distinto y por tanto el origen del dolor de cuello es difícil de determinar con precisión.

    Entre las causas que se puedan dar están: las malas posturas y la tensión debida al estrés excesivo son los protagonistas de la rigidez muscular que afecta a la mayoría de las personas.

    Los problemas cervicales se pueden provocar si se pasan largos periodos de tiempo sentados, una mala posición y la falta de movimiento, lo que desencadena en bloqueos de las vértebras cervicales. Para compensar, los músculos se tensan, se comprimen y se apoyan en los nervios: lo que da comienzo a molestias y dolor en la zona.

    Peligros de los problemas en cervicales

    Los dolores en la nuca se manifiestan generalmente en adultos o en personas mayores. Sin embargo, los jóvenes también pueden sufrirlos, especialmente si pasan largas horas con la cabeza inclinada hacia el ordenador o el teléfono móvil.

    En la mayoría de los casos, el dolor de cuello no es peligroso y, a menudo se resuelve en solamente unos días, aunque debemos tener en cuenta que puede evolucionar a dolores agudos (máximo 30 días) y subagudos (entre 4 y 12 semanas).

    En Quirónsalud contamos con un equipo de traumatólogos y neurocirujanos que pueden ayudarte a tratar este tipo de molestias y evitar cualquier problema mayor.

    Texto elaborado por el doctor Marcelo Galarza, jefe de la Unidad de Neurocirugía del Hospital Quirónsalud Torrevieja

  • La natación y sus beneficios para la recuperación de tus lesiones

    La natación puede ser muy efectiva para aliviar dolores en diferentes partes del cuerpo, tanto es así que los especialistas la recomiendan como terapia para superar lesiones. La actividad en el medio acuático presenta múltiples beneficios.

    A nivel traumatológico, permite realizar movimientos repetidos contra resistencia, mientras que la flotación disminuye los problemas derivados del impacto repetitivo al que le condiciona nuestro propio peso, por efecto de la gravedad.

    A su vez todo ejercicio en el agua requiere un esfuerzo añadido de equilibrio que contribuye a generar un estímulo mantenido de propiocepción, es decir, la comunicación, a nivel inconsciente de la posición, inercia, velocidad, etc. de nuestras articulaciones, músculos, tendones, etc.

    Además, acelera el arco reflejo medular, la médula es como un segundo cerebro, inconsciente en gran medida, que recibe información instantánea y responde a la misma de forma inmediata generando contracción o relajación de los músculos, de forma coordinada, con lo cual se consigue el objetivo establecido por nuestro cerebro consciente.

    NataciónNatación

    La natación como tratamiento de recuperación

    Se puede tratar cualquier dolencia que afecte al sistema músculo-esquelético, en la medida que se puede realizar en el agua prácticamente cualquier ejercicio que de forma habitual se realiza para la recuperación de las lesiones.

    Si bien la natación se ha denominado jocosamente el "paracetamol de los traumatólogos", en la actualidad se observa un intenso incremento de su práctica, junto a todo tipo de ejercicio en el agua y deportes relacionados con la misma.

    Típicamente las lesiones de columna han sido objeto de la recomendación de la natación como tratamiento o como ayuda a su tratamiento. Pero cualquier lesión es susceptible de beneficiarse de las condiciones tan especiales que conlleva el hacer ejercicio en el agua.

    Estilo de natación según la lesión que tengas

    Cada lesión presenta matices que requieren una adaptación de la natación o el ejercicio en el agua a su circunstancia.

    Podemos mencionar por ejemplo la recuperación del hombro, este se beneficia de ejercicios con los brazos por debajo de la horizontal, o la natación a braza con una brazada baja.

    Recomendación de ejercicios en el agua para la recuperación de lesiones.

    Los traumatólogos especialistas de Quirónsalud recomendamos:

    Nadar en todas sus variedades, ya sea braza, estilo libre, espalda o mariposa, que ejercitan en cada caso distintos grupos musculares.

    En el agua se pueden practicar deportes como: aquagym , acuafit, acuagac, acuabalance, acuacardio, acuawater, acuaextrem, Acuazumba, Hidrospinning.

    Las posibilidades son enormes teniendo en cuenta que los beneficios de cualquier actividad física pueden trasladarse y multiplicarse dentro del agua por el efecto falta de gravedad, que disminuye el impacto de las circulaciones y el hecho de que el agua ofrece una resistencia constante al movimiento que se puede aumentar o reducir dependiendo de los materiales y la profundidad a la que se realiza.

    Es por esto, que hacer spinning en el agua es una buena opción si se pretende reducir esa presión de los discos intervetebrales al sentarse y hacer ejercicio. El mero andar, si se hace descalzo permite estimular los receptores sensoriales de los pies al caminar por la arena. El acuarunning, consiste en correr en el agua, y en función de donde llegue el agua, esta ofrecerá más o menos resistencia, lo que disminuye el impacto articular en la carrera y mejora el equilibrio.

    ¿Qué es la terapia acuática?

    El concepto de terapia acuática (Hidroterapia) incluye múltiples aspectos de nuestra fisiología y psicología. No sólo los relacionados con el aparato músculo-esquelético de forma directa, sino también los dirigidos a favorecer sus efectos relajantes, tonificantes, incluso químicos si se realiza en el mar, los cuales suponen un inmenso arsenal terapéutico, que adecuadamente usado y dirigido puede contribuir de forma muy significativa, no sólo al tratamiento, sino a la prevención de muy diversas patologías y a la mejoría de nuestra salud.

    Beneficios de la terapia acuática

    Entre los beneficios de la terapia acuática encontramos

    La capacidad para producir una disminución de las contracturas musculares.

    Alivio de lumbalgias y tendinitis, entre otros.

    Acción sedante y analgésica.

    Relajación física y psíquica, que puede ayudar a reducir el estrés y los estados de ansiedad.

    De forma muy general se puede decir que la hidroterapia puede estar contraindicada en caso de inflamación aguda, infecciones activas, fiebre, insuficiencia renal y cardíaca y patologías oculares, cutáneas….

    En cualquier caso, lo más seguro y eficaz es realizar, cuándo menos al inicio, estos ejercicios de forma supervisada y dirigida por un monitor/monitora especializados.

    En Quirónsalud nuestros especialistas te recomendarán el mejor tratamiento para tu lesión y te acompañarán en el proceso de recuperación.

    Texto elaborado por el doctor Luís Sánchez Navas, jefe de Traumatología de Quirónsalud Alicante

  • Solución y tratamiento a la rotura de ligamentos

    Lesiones de ligamentos más frecuentes

    Cualquier articulación del aparato locomotor posee unos ligamentos que le confieren estabilidad en las diversas posiciones del espacio.

    Cuando fracasan estas estructuras estabilizadoras, se produce evidentemente una inestabilidad articular, en mayor o menor grado, que puede oscilar desde un simple dolor o sensación de fallo a una dislocación o luxación total de la articulación.

    Sin duda la lesión ligamentosa por excelencia, al ser la más frecuente es el esguince de tobillo. Pero también son frecuentes la lesión del ligamento cruzado anterior en la rodilla, lesiones ligamentosas en el hombro, muñeca, etc. que se asocian a traumatismos previos más o menos evidentes.

    LigamentosLigamentos

    ¿Qué tipo de lesiones puede sufrir un ligamento y un tendón?

    No hay que confundir ambas estructuras, aunque ambas pueden contribuir a la estabilización de forma más o menos directa de una articulación.

    El tendón es la estructura que une el vientre muscular a su inserción distal en el hueso, un ejemplo es el tendón de Aquiles, el más grueso y poderoso de todo el aparato locomotor, y que une los vientres musculares del sóleo y gemelos a su inserción en el calcáneo.

    Por otro lado, los ligamentos son estructuras anatómicas en forma de bandas o "tiras" que se extienden a ambos lados de una articulación.

    En el tobillo, el ligamento más importante es el peroneo-astragalino anterior, que se lesiona en el 80% de los esguinces de tobillo, seguido del ligamento peroneo-calcáneo en el 20% de los casos; ambos forman parte del complejo lateral.

    Cómo curar una lesión de ligamentos

    Generalmente una lesión ligamentosa va a ser tratada inicialmente de forma conservadora, es decir, mediante inmovilización, fisioterapia, etc.

    Se sabe que aquellos ligamentos intraarticulares (como el ligamento cruzado anterior de la rodilla), tienen menos potencial de curación espontánea que aquellos extraarticulares (como los ligamentos del tobillo).

    Sin embargo, un tratamiento inadecuado, o la ausencia de tratamiento pueden aumentar el riesgo de padecer complicaciones a largo plazo, especialmente en el tobillo; es lo que comúnmente se conoce como "esguince mal curado".

    ¿Cómo saber si tengo un ligamento roto en la rodilla o en el tobillo?

    Existen muchos grados de rotura, por lo que muchas lesiones más leves pueden pasar desapercibidas.

    Generalmente el paciente sufre una torcedura, caída, luxación que se reduce de manera espontánea o no, asociado a veces a un crujido audible, deformidad, hinchazón, incapacidad para continuar la actividad que estaba realizando

    En caso de que esto suceda, es imperativo acudir a un servicio de urgencias para una valoración inicial, descartar lesiones óseas e iniciar el tratamiento clásico, conocido con las siglas en inglés de PRICE (Protección, Reposo, Hielo -Ice-, Compresión, Elevación) y de ahí ser remitido al traumatólogo especialista.

    ¿Cómo se detecta una rotura de ligamentos?

    Para diagnosticar una rotura de ligamentos es muy importante para el médico conocer datos sobre el traumatismo inicial:

    La posición del pie o rodilla en el momento del traumatismo,

    El tiempo que tardó en aparecer la hinchazón,

    La presencia o no de hematoma,

    Si el paciente fue capaz de continuar la actividad deportiva o caminar o por el contrario no pudo levantarse ya, etc.

    La segunda cosa fundamental es la exploración física, en el caso agudo poco se puede hacer aparte de palpar la zona afectada, pero en lesiones crónicas existen maniobras exploratorias que pueden detectar con bastante precisión los ligamentos afectados.

    Respecto a las pruebas de imagen, inicialmente una simple radiografía puede bastar para descartar fracturas, pero en casos más graves podría ser necesario realizar una ecografía o más adelante una resonancia magnética nuclear, cuando la lesión haya "enfriado".

    ¿Cuánto tiempo tarda en sanar un ligamento?

    En el proceso de curación, el ligamento pasa por tres fases de cicatrización: la inicial o inflamatoria, que dura de 24 a 72 horas tras el traumatismo, en el que se forma un hematoma y una respuesta inflamatoria que creará base sobre la cual se inicia la fase de reparación que dura unas 2 semanas y en las que el hematoma se sustituye por tejido conectivo que permite resistir a las dos semanas fuerzas de bajo nivel.

    La última fase, la de remodelación, dura hasta 3 meses que es cuando el ligamento recupera las propiedades físicas previas a la lesión.

    Cirugía de ligamentos

    En los últimos años ha habido grandes avances en la cirugía artroscópica de tobillo que permiten el tratamiento de multitud de lesiones de forma mínimamente invasiva, con menor daño de las partes blandas, menor riesgo de infección, recuperaciones más tempranas, menores problemas de cicatrización…

    Lo que planteamos, una vez que el tratamiento conservador ha fallado, es reparar el o los ligamentos afectados mediante una cirugía artroscópica (esto es con mínimas incisiones y asistidos por una cámara). Además, podremos diagnosticar y tratar las lesiones asociadas que frecuentemente aparecen en el contexto de la inestabilidad crónica y que antes pasaban desapercibidas.

    Recuperación cirugía de ligamentos

    La cirugía requiere de un periodo de inmovilización y de un protocolo de fisioterapia para asegurar una recuperación completa. Generalmente a los 3 meses se puede realizar una vida normal y a los 6 meses practicar cualquier tipo de deporte, si bien se recomienda en aquellos deportes más demandantes para el tobillo, el uso de vendajes funcionales.

    La Unidad de Pie y Tobillo del Hospital Quironsalud de Valencia, está especializada en el diagnóstico y tratamiento de las inestabilidades por las técnicas más avanzadas disponibles actualmente.

    Texto elaborado por el doctor Rodrigo Díaz, jefe de la Unidad de Pie y Tobillo de Quirónsalud Valencia

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