Quirónsalud
Blog de las Unidades de Obesidad de Quirónsalud Alicante, Murcia, Torrevieja y Valencia.
Texto elaborado por la doctora Catheline Lauwers jefa de cardiología de Quirónsalud Valencia.
La obesidad se produce por la acumulación excesiva en el organismo de energía en forma de grasa.
Hablamos de obesidad cuando el índice de masa corporal, que es un parámetro que relaciona el peso y la talla, supera 30 kg por metro cuadrado.
El IMC, índice de masa corporal, se mide dividiendo el peso en Kg. por la altura en metros cuadrados.
Por tanto, podemos diferenciar entre sobrepeso y obesidad por el índice de masa corporal:
-Sobrepeso: IMC entre 25 y 29,9
-Obesidad : IMC entre 30 y 50
Hay que tener en cuenta que el peso normal das personas es de un IMC entre 18,5 y 24.9 .
Existe un componente hereditario y otro que depende del estilo de vida que se lleve, condicionado por la alimentación y la práctica de actividad física.
Los hijos de padres obesos tienen, a su vez, mayor riesgo de que sus hijos padezcan obesidad, tanto por las tendencias metabólicas de la acumulación de grasa como por los hábitos culturales y alimenticios socialmente adquiridos en su entorno.
La alta proporción de gente con tendencia a la obesidad se debe a una ventaja evolutiva: las personas más propensas a la obesidad tenían más capacidad para almacenar grasa en las temporadas de abundancia y luego sobrevivir a las hambrunas.
La interacción de esos genes con la abundancia de alimentos da lugar a la obesidad.
En las últimas décadas del siglo XX se modificaron muchas costumbres.
La actividad física ha ido disminuyendo progresivamente y el individuo se ha vuelto mucho más sedentario. Además, los restaurantes de comida rápida son ahora muy populares. Estos dos factores han dado lugar a un preocupante incremento de la obesidad infantil.
Además de factores ambientales y genéticos, existen algunas enfermedades que causan obesidad, como alteraciones hormonales o endocrinas que en la mayoría de los casos se pueden tratar.
El consumo de algunos medicamentos y la existencia de enfermedad mental también pueden predisponer a la obesidad.
Los pacientes que tienen aumento de la grasa abdominal presentan un incremento importante del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Por ello, mantener el peso dentro de unos límites razonables es muy importante para el normal funcionamiento del corazón, los vasos sanguíneos, el metabolismo, los huesos y otros órganos de nuestro cuerpo.
Las personas con exceso de peso tienen que saber dónde se centra su problema de obesidad:
1. Obesidad periférica o ginoide. Grasa acumulada en glúteos, muslos y brazos.
2. Obesidad central, abdominal o androide. Grasa acumulada en el abdomen.
El perímetro abdominal es una medida antropométrica que permite determinar la grasa acumulada en el cuerpo.
En la mujer es de 88 centímetros y en el hombre, 102 centímetros.
Si en una persona con exceso de peso el perímetro abdominal es menor que los valores mencionados se habla de obesidad periférica, mientras que se habla de obesidad central cuando el perímetro abdominal es mayor.
La obesidad central tiene peores consecuencias para el metabolismo, ya que favorece el desarrollo de diabetes y gota. Además quienes la padecen tienen altas posibilidades de acumular grasa también en otros órganos vitales, lo que favorece la aparición de enfermedades cardiovasculares.
Las personas obesas suelen tener asociados otros factores de riesgo cardiovascular como la hipertensión arterial.
Se estima que la hipertensión es 2,5 veces más frecuente en los obesos que en las personas de peso normal.
Entre los obesos, es mayor la incidencia del tipo androide que del ginoide. A igualdad de peso, los primeros tienen mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.
Los estudios llevados a cabo en países occidentales han mostrado una relación entre obesidad y mortalidad.
La clave para mantener un peso ideal a la edad y estatura, ya sea hombre y mujer se basa en el estilo de vida, lo que podemos destacar es:
Practicar una dieta cardiosaludable.
Realizar ejercicio físico de forma regular.
La obesidad es una enfermedad crónica de carácter multifactorial, que ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel global, representando una compleja condición médica con serias consecuencias sociales y psicológicas.
El exceso de adiposidad visceral se encuentra asociado a múltiples disfunciones metabólicas:
Resistencia a la insulina,
Dislipemia, aumento de colesterol y de triglicéridos,
Aumento de colesterol en las paredes de las arterias (aterosclerosis),
Disminución de la fibrinólisis, y con ello aumento de la posibilidad de tener trombos en las venas y arterias-aumento de riesgo de trombosis,
Inflamación endotelial.
Los pacientes que presentan obesidad tienen mayor riesgo a tener:
Un infarto o una angina de pecho, por el acúmulo de grasas en las arteria.
Tener un ictus cerebral.
Tener una insuficiencia cardíaca, esto se da cuando el corazón se encuentra engrosado y ocasionalmente dilatado, y por tanto no expulsa la sangre que requiere el organismo.
Tener una arritmia, como es la fibrilación auricular , que obliga a estar anticoagulado.
Tener una trombosis en las venas, que asimismo obliga a la anticoagulación.
Tener una insuficiencia renal, y por tanto acabar con la necesidad de un tratamiento de hemodiálisis.
Solicita más información en el servicio de cardiología del hospital Quirónsalud Valencia
https://www.quironsalud.es/blogs/es/objetivo-peso-saludable/obesidad-sintomas-cuestion-salud-estetica
Texto elaborado por el doctor Carlos Sala, jefe de la Unidad de Nutrición de Quirónsalud Valencia.
Consulta también con nuestros especialistas de nutrición de Quirónsalud Alicante, Quirónsalud Murcia y Quirónsalud Torrevieja.
La obesidad es una enfermedad caracterizada por el acúmulo anormal de grasa en el organismo. Esto lo que provoca es el mal funcionamiento de diferentes órganos y es causa de enfermedades como: Diabetes tipo 2, Hipertensión arterial, cardiopatía isquémica, infartos cerebrales, dislipemia (colesterol y triglicéridos), apnea del sueño, osteoartritis, hiperuricemia, ovario poliquístico, infertilidad, colelitasis, hígado graso (esteatosis - esteatohepatitis - cirrosis)...
Todo esto aumenta el riesgo hasta 6 veces de padecer algunos tipos de cáncer como mama, esófago y estómago, colon, hígado y vesícula, etc. además de trastornos psicológicos en el ámbito de la depresión y autoestima.
Los pacientes obesos, además de vivir 10 años menos de media, viven peor, y si padecen diabetes se reduce la esperanza media de vida en 20 años.
La obesidad favorece la aparición de resistencia insulinica, por lo que el páncreas debe trabajar en exceso, desarrollando una Diabetes tipo 2.
Cuando se agota el páncreas es necesario el tratamiento con insulina. Este efecto es mucho más acelerado en los adolescente obesos, en los que el páncreas se agota con mayor rapidez que en el adulto.
La cirugía bariátrica y metabólica puede detener y revertir estos efectos perniciosos de la obesidad sobre el metabolismo glucídico remitiendo la diabetes y normalizando también el metabolismo de las grasas desapareciendo la dislipemia.
La obesidad también produce hipercolesterolemia e hipertriglicidemia, además del desarrollo de placas de ateroma en las arterias, lo que ocasiona infartos cardiacos y cerebrales.
La obesidad también es causa de hipertensión arterial e insuficiencia cardiaca, lo que complica todavía más el normal funcionamiento del Sistema Cardiovascular, acelerando su disfunción y colapso.
La obesidad facilita la aparición de reflujo gastroesofágico, que a su vez causa esofagitis, esófago de Barret y cáncer de esófago.
Alguna técnicas bariátricas como el bypass gástrico corrige el reflujo además de la obesidad.
Los pacientes obesos tienen alterada la microbiota intestinal (flora intestinal), lo que altera la disponibilidad de los alimentos absorbidos y complica el normal metabolismo haciéndolo disfuncional y patológico. Tras la cirugía bariátrica y metabólica incluso retorna la microbiota intestinal a proporciones fisiológicas normales.
La enfermedad por reflujo gastroesofágico característica de los pacientes obesos es causa de broncoaspiraciones nocturnas y neumonitis, incluso reducción de la dentina y gingivitis con retracción de las encías y pérdida de piezas dentales.
El normal funcionamiento mecánico de los pulmones se ve alterado por la obesidad, facilitando la restricción al flujo aéreo- EPOC, y empeorando los cuadros de Asma. Este hecho tuvo consecuencias catastróficas durante la pandemia COVID disparando la mortalidad de los pacientes obesos infectados en las UCI.
La obesidad también favorece la aparición de roncopatía y apnea del sueño - SAOS, que aumenta todavía más el riesgo cardiovascular. Los pacientes intervenidos de Cirugía Bariátrica consiguen abandonar el uso de los dispositivos CPAP y dejar de roncar, mejorando la función respiratoria.
El sobrepeso y la obesidad causan el desgaste de las articulaciones, sobre todo las rodillas, caderas y la columna vertebral, reduciendo el cartílago articular, lo que ocasiona osteoartritis y artrosis, que muchas veces requieren de tratamiento quirúrgico con prótesis de cadera y rodilla. Con frecuencia, los pacientes traumatológicos obesos requieren un procedimiento bariátrico previo, ya que, en los pacientes con exceso de peso, las prótesis suelen fracasar.
La obesidad y el exceso de peso condicionan un riesgo aumentado de hasta 6 veces de padecer algunos tipos de cáncer como el de boca, faringe y laringe, hígado, riñón, esófago y estómago, próstata, vesícula y páncreas, mama, colon, ovario, endometrio, etc.
El exceso de grasa en el organismo se comporta como un depósito de hormonas y, en el caso de los ovarios, se pierde el ritmo cíclico menstrual, siendo causa de amonorrea e infertilidad.
Los embarazos de pacientes con obesidad mórbida suelen considerarse con riesgo añadido, además de los problemas extra durante el parto.
Las pacientes intervenidas de cirugía bariátrica deben evitar el embarazo durante el primer año postoperatorio hasta asegurar un adecuado estado nutricional y requieren una más estrecha vigilancia.
La obesidad va más allá de la apariencia física; es una amenaza real para la salud. La buena noticia es que la mayoría de estas consecuencias son prevenibles y tratables a través de cambios en el estilo de vida, incluyendo una alimentación equilibrada y la incorporación de actividad física regular. Consulta con nuestros especialistas en nutrición para ayudarte a mantener unos hábitos saludables.
Texto elaborado por la Rocío Práxedes, Dietista-nutricionista de la Unidad de Obesidad y Nutrición de Quirónsalud Valencia.
La menopausia es una situación fisiológica en la vida de la mujer, en la que se pone fin a la etapa reproductiva.
En ella los ovarios dejan de producir óvulos, lo que significa el cese de la menstruación y conlleva la disminución de la producción de estrógenos y la aparición de una serie de síntomas, más o menos acusados en unas mujeres o en otras, que pueden paliarse y/o prevenirse con unos buenos hábitos de vida y, en caso necesario, con un tratamiento adecuado e individualizado.
Los síntomas más inmediatos suelen ser sofocos y sudores, nerviosismo, irritabilidad, trastornos del sueño, humor depresivo, ansiedad, dificultad de concentración, cansancio, dolores de cabeza o palpitaciones. También aparece una tendencia al aumento de peso y a la redistribución de la grasa corporal con una mayor acumulación en la zona abdominal.
La menopausia está causada por la disminución de estrógenos. Esta reducción puede causar cambios en la salud ósea, cardiovascular y el sistema urinario, así como modificaciones en los niveles de energía, incremento de peso y sofocos, afectación del estado de ánimo, y por tanto, de la calidad de vida.
Esta es una de las preguntas más frecuentes a los profesionales de la salud de Quirónsalud en consulta.
Primero, con absoluta aceptación y normalidad. Estamos hablando de una etapa fisiológica de la vida, no de una enfermedad. Y segundo, en este momento de la vida será más importante que antes atender a las necesidades nutricionales y realizar ejercicio físico, dedicando más tiempo al autocuidado. Trabajar la motivación y la autoestima pueden ser también aspectos clave.
En líneas generales, la dieta para las mujeres en la menopausia no dista demasiado de las recomendaciones que debería tener en cuenta el resto de la población, eso sí, las necesidades de energía, disminuye con los años.
Podemos precisar algunos consejos para las mujeres en esta etapa:
El aumento de peso predispone a que los sofocos y sudoraciones nocturnas se den con más frecuencia e intensidad.
El exceso de peso aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes mellitus tipo II, osteoartritis y algunos cánceres (endometrio, mama y colon).
A pesar de los cambios hormonales y metabólicos en esta etapa, hay que desterrar creencias como que el incremento de peso y la menopausia van siempre de la mano o como que no es posible adelgazar.
Algunas causas del incremento de peso durante esta etapa no tienen vínculo directo con la menopausia en sí, sino con la edad. Hay una relación entre cumplir años y aumentar de peso absolutamente fisiológica. Se estima en un 5% por década a partir de los 36 años y hasta los 65 años.
Por lo tanto, es importante ajustar expectativas, es decir, no es una meta realista pretender pesar lo mismo que 30 años atrás, nuestra edad y nuestra forma de vida deben ser tenidos en cuenta para que el objetivo de pérdida de peso sea alcanzable y el resultado duradero.
Según datos de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), la proporción de grasa corporal, que a los 20 años es del 26%, sube al 33% a los 40 años y al 42%, a los 50.
La menopausia modificará la distribución de la grasa corporal, acumulándose más en la zona del tronco, aunque existe una parte importante del aumento de peso relacionado con ingerir más energía de la que se gasta. Debemos repasar por tanto nuestros hábitos dietéticos.
La salud debe ser nuestra prioridad. La actividad física regular puede ayudar a reducir el peso corporal, a mejorar la presión sanguínea, los triglicéridos y el colesterol LDL. Además, reduce la resistencia a la insulina.
Cuando el ejercicio físico tiene como objetivo la pérdida de peso, para obtener los resultados esperados es fundamental acertar con el tipo de ejercicio, la intensidad, y el modo de ejecución, busca ayuda profesional.
En cuanto a la dieta, será fundamental reducir el consumo de grasas saturadas, azúcares y alcohol, así como el tamaño de las raciones de algunos grupos de alimentos.
En la Unidad de nutrición de Quirónsalud contamos con los profesionales cualificados que te acompañarán y orientarán en esta etapa y la alimentación que tu cuerpo necesita para mantener tu peso y vitalidad.
Hay estudios que evidencian el uso excesivo y no justificado de productos de fitoterapia y suplementos a partir de la menopausia. Éstos sólo estarían indicados cuando hay una necesidad aumentada de algún nutriente o sustancia beneficiosa para la salud contenida en los alimentos y no puedan ser cubiertos por la dieta. En cualquier caso, requiere evaluación, prescripción y seguimiento profesional.
Los medicamentos no están exentos de efectos secundarios e interacciones con los nutrientes. Su administración necesita un diagnóstico y un seguimiento.
Una dieta alta en fibra puede ayudarnos a prevenir la obesidad y controlar el apetito.
La base del cambio está en los hábitos de vida.
Lo que sí resulta claro es que estamos hablando de una etapa fisiológica de la vida, no de una patología, así que no debería tratarse esta etapa con fármacos, a menos que sea estrictamente necesario.
Si quieres controlar tu peso durante la menopausia consulta a nuestros especialistas en nutrición de Quirónsalud.
Texto elaborado por el doctor Jorge Cid, endocrino de Quirónsalud Alicante, Torrevieja y Murcia.
El colesterol HDL (lipoproteínas de alta intensidad) es conocido como el "colesterol bueno" porque circula a nivel del torrente sanguíneo, y ayuda a eliminar otras formas de colesterol, absorbiéndolo y transportándolo al hígado, dónde se procesa para usarlo o eliminarlo.
Los niveles más altos de colesterol HDL están asociados con un menor riesgo de desarrollar una enfermedad cardíaca.
El colesterol es una sustancia cerosa que se encuentra en todas las células y tiene varias funciones útiles, entre ellas construir las células del cuerpo. Se transporta a través del torrente sanguíneo unido a las proteínas.
Esta es una de las preguntas frecuentes a los profesionales de Quirónsalud.
Los alimentos que contienen colesterol bueno, son aquellos ricos en grasas buenas. Entre ellos podemos mencionar:
A pesar de las creencias el tener cifras muy elevadas de HDL tampoco es lo más recomendable.
Varios estudios han demostrado que los niveles altos de colesterol HDL pueden estar asociados con un mayor riesgo de aterosclerosis y eventos cardiovasculares. En estas situaciones, las partículas de HDL son disfuncionales en sus propiedades antiaterogénicas.
Las partículas grandes de HDL tienen un contenido reducido de proteínas antiinflamatorias y lípidos que pueden explicar sus propiedades disfuncionales.
Los niveles deseados de colesterol HDL están entre los 40 y los 60 mg/dL en los pacientes.
El colesterol LDL, también conocido como colesterol malo, es el que se deposita en la pared de las arterias y forma las placas de ateroma, obstruyéndolas.
Entre los alimentos que contienen colesterol malo, y por tanto hay que consumirlos con cuidado, son:
Todos aquellos enriquecidos con grasas saturadas y trans como los lácteos enteros, la carne roja, los embutidos, los ultraprocesados…
Está demostrado que aquellas personas con cifras de colesterol LDL elevadas tienen más riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares como el infarto de miocardio o el ictus.
El nivel deseado es tener un colesterol LDL menor a 100 mg/dl, aunque en algunos casos puede ser incluso mucho menor debido a enfermedad cardiovascular previa, diabetes...
Entre las recomendaciones que solemos dar en la Unidad de Nutrición de Quirónsalud a nuestros pacientes para controlar el colesterol malo se puede mencionar:
Entre las principales diferencias que encontramos entre el colesterol bueno y el malo, podemos decir que mientras el colesterol LDL aumenta el riesgo cardiovascular, el segundo tiene propiedades antitrombóticas y antinflamatorio.
Pues fundamentalmente para controlarlo hay que hacer ejercicio físico regular diario, y mejorar la dieta aumentando el consumo de frutas, verduras, pescado, cereales y legumbres, y así como el aceite de oliva, así como disminuir los procesados, grasas saturadas, y la ingesta de alcohol, la abstención del tabaco, entre otros.
El seguimiento es a largo plazo, en la mayoría de los pacientes de por vida, e incluye un análisis de sangre (colesterol total, LDL, HDL, Triglicéridos entre otros), la modificación del estilo de vida (evitar el sedentarismo), y el control de los factores de riesgo cardiovasculares como la obesidad, la presión arterial, la diabetes, y si fuera precisa la prescripción de fármacos para reducir la mortalidad debido al colesterol elevado.
Texto elaborado por el doctor Carlos Sala jefe de las Unidades de Obesidad de Quirónsalud Alicante y Valencia
La diabetes mellitus tipo 2 (DM2) es una enfermedad que actualmente afecta a 180 millones de personas en todo el mundo. Se espera que el número total de pacientes con DM2 ascienda a más de 300 millones en el año 2025 como consecuencia del crecimiento demográfico, el envejecimiento, la obesidad y el sedentarismo.
En los últimos años, se ha objetivado que los pacientes con Diabetes tipo 2 tienen un mayor riesgo de desarrollar demencia, tanto de origen vascular como enfermedad de Alzheimer.
La enfermedad de Alzheimer, es la causa más común de demencia y se caracteriza por un trastorno amnésico progresivo con aparición posterior de otros cambios cognitivos, conductuales y neuropsiquiátricos, que impiden la función social y las actividades de la vida diaria.
La enfermedad de Alzheimer se considera la nueva epidemia del siglo XXI. Se estima que para el año 2050 el número de personas con Alzheimer ascienda a 131.5 millones.
Todos los 21 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Alzheimer promovido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y auspiciado por Alzheimer's Disease International.
El Alzheimer es la principal causa de demencia en todo el planeta y en España afecta a unas 800.000 personas.
Múltiples estudios han puesto de manifiesto una clara relación entre la Obesidad y la Diabetes tipo 2-DM2 (característicamente asociada a la obesidad), y como consecuencia un deterioro cognitivo inicial y la evolución a demencia y enfermedad de Alzheimer.
Los altos niveles de glucemia, es decir de azúcar en sangre, propios de la Diabetes Mellitus tipo 2 incrementan los valores de beta-amiloide (proteína relacionada con la neuropatología del Alzheimer). Parece que se debe por una resistencia a la insulina a nivel cerebral; mecanismo parecido a la DM2 a nivel sistémico, que causa degeneración neuronal y trastorno cognitivo propio de la demencia. De hecho, se ha denominado Diabetes tipo 3.
Una dieta rica en grasas y carbohidratos, además de ser causa de obesidad, provoca acumulación y depósito de lípidos, también a nivel cerebral, alterando el funcionamiento de las sinapsis – conexiones entre las neuronas, que es la lesión inicial en la Enfermedad de Alzheimer.
En fases más avanzadas de la enfermedad, estas neuronas mueren, acelerando el deterioro cognitivo.
Entre las recomendaciones de los especialistas de Quirónsalud están:
Lógicamente, una alimentación saludable, con consumo limitado de grasas y carbohidratos, puede contribuir a retrasar la aparición de la enfermedad, además de favorecer la pérdida de peso que mejore el control de la glucemia y no catapulte el desarrollo de DM2 aumentando el riesgo de la DM3 o Enfermedad de Alzheimer.
Si tu dieta incluye todo lo necesario para el organismo no solo mejorará la salud sino que también ayudará a combatir el deterioro cognitivo y mejorará el estado de ánimo, la memoria y la rapidez de pensamiento.
Entre los alimentos que se recomiendan podemos encontrar:
El aceite de oliva virgen. Este reduce el edema cerebral y el estrés oxidativo, y protege las neuronas después de una isquemia.
Los arándanos y otros frutos rojos. Estos contienen propiedades antioxidantes y, además, unos pigmentos que protegen tu sistema nervioso. A día de hoy existen algunos estudios que demuestran que los arándanos pueden mejorar la memoria.
Los tomates. Tiene antioxidantes que protegen las neuronas de los radicales libres que pueden dañar las células.
Cuidar tu alimentación tendrá muchos beneficios para tu salud cardiovascular y cerebral, y te ayudará a prevenir algunas enfermedades de riesgo.
Blog realizado por especialistas de los Hospitales Quirónsalud Murcia, Torrevieja y Valencia donde encontrarás consejos de expertos profesionales de la nutrición, la psicología, la medicina deportiva y la cirugía para que tu camino hacia el objetivo de un peso saludable y una vida más plena sea más sencillo y alcanzable.
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