Quirónsalud
Blog de las Unidades de Obesidad de Quirónsalud Alicante, Murcia, Torrevieja y Valencia.
Con motivo del Día Mundial de la Diabetes el próximo 14 de noviembre, la Unidad de Obesidad de Quirónsalud Valencia contesta las dudas sobre la diabetes y preguntas frecuentes de los pacientes sobre la alimentación que deben llevar para alcanzar un estilo de vida saludable en el que puedan tener controlada la enfermedad, entre ellas están cómo controlar el azúcar de forma natural, qué estilo de alimentación y vida es recomendado llevar...
La diabetes es una enfermedad crónica que se presenta cuando el nivel de glucosa en la sangre, también conocido como azúcar en la sangre, es demasiado alto.
La glucosa en la sangre es la principal fuente de energía y proviene de los alimentos. La insulina, una hormona que produce el páncreas, ayuda a que la glucosa de los alimentos ingrese en las células para usarse como energía. Puede darse el caso de que el cuerpo no produce suficiente o nada de insulina, o no la usa adecuadamente y la glucosa se queda en la sangre y no llega a las células.
Con el tiempo, el exceso de glucosa en la sangre puede causar problemas de salud. La diabetes es una enfermedad que no tiene cura, sin embargo la persona que la padece puede tomar medidas para controlar su enfermedad y mantenerse sana, evitando complicaciones en esta.Una alimentación sana ayuda a mantener el azúcar de la sangre en un nivel adecuado. Es una parte fundamental del manejo de la diabetes, ya que controlando el azúcar en la sangre (glucemia) se pueden prevenir las complicaciones de la diabetes.
Un nutricionista puede ayudar a las personas diabéticas a cuidar su alimentación, diseñando un plan de comidas específico para el paciente. Para hacer este plan de alimentación se debe tener en cuenta el peso, medicinas que esté tomando, estilo de vida y otros problemas de salud que usted pueda tener el paciente.
La alimentación de la persona con diabetes no difiere mucho de una alimentación sana para cualquier persona. Sí es verdad, que en sus casos deben limitar el consumo de los hidratos de absorción rápida.
Algunas pautas que los diabéticos tienen que tener a la hora de seguir su dieta son:
Esta suele ser una de las principales preguntas que hacen los pacientes diagnosticados de diabetes a sus endocrinos y nutricionistas.
Los alimentos que debe evitar tomar una persona con diabetes son los hidratos de carbono de absorción rápida o con un índice glucémico alto. Es decir, aquellos alimentos que producen una mayor subida de glucosa tras su ingesta en el paciente.Desde el punto de vista práctico, alimentos dulces, azucarados, etc.
Debe hacer una alimentación equilibrada, el modelo más adecuado es el de la dieta mediterránea.
Este tipo de alimentación incluye una cocina sencilla, rica en vegetales, con la mayoría de las comidas compuestas por frutas y verduras, cereales integrales, judías y semillas, frutos secos y en la que es fundamental cocinar con aceite de oliva.
En esta alimentación, rara vez se usan el azúcar refinado y la harina. Las grasas saturadas sólo se consumen de vez en cuando, algo que es muy beneficioso para las personas con diabetes tipo 1 y diabetes tipo 2.
Hay frutas que presentan menos contenido en azúcar lo que es muy positivo y recomendable para aquellos pacientes con diabetes.
Entre ellas están, las fresas, sandía, melón. También hay que hablar de las que mayor contenido en azúcar tiene como son las uvas, el plátano, cerezas, frutas por tanto a las que tienen que prestar atención los diabéticos en caso de consumirlas. El resto de frutas tienen un contenido similar. Lo importante es controlar también la cantidad de fruta que se toma.
Se aconseja el consumo de cereales integrales por su contenido en fibra y menor índice glucémico.
Las personas que tienen diabetes deben elegir los granos enteros en lugar de otros alimentos ricos en almidón, ya que los granos integrales son ricos en vitaminas, minerales y fibra. Los pacientes con diabetes, deben evitar los alimentos procesados con harina blanca y azúcar agregada.
Los granos enteros son una fuente de carbohidratos complejos, que liberan energía lentamente a nuestro cuerpo. Esto ayuda a que los índices glucémicos (azúcar en sangre) sean más bajos y por tanto, permiten controlar mejor la glucosa. Finalmente, este tipo de granos son una opción más saludable debido a que los ingredientes que contienen ayudan a disminuir el riesgo de muchas enfermedades crónicas, entre ellas la diabetes.
Si entendemos como "natural" a no utilizar fármacos para reducir el azúcar, cuidar la alimentación y practicar ejercicio físico al menos unas tres horas semanales, siempre teniendo en cuenta las características del paciente, esto puede ayudar a reducirlo.
El ejercicio físico habitual se asocia a un mejor estado de salud general pero no siempre a una mejora de los niveles de glucosa en sangre. En aquellas personas con diabetes tipo 2, que habitualmente presentan sobrepeso, el ejercicio físico regular se ha demostrado beneficioso en el control metabólico, reduciendo los niveles de hemoglobina glucosilada. Este efecto del ejercicio es similar al que pueden llegar a conseguir algunos de los fármacos utilizados en el tratamiento de la diabetes.
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Texto elaborado por el doctor Vicente Campos, endocrino de la Unidad de Obesidad del Hospital Quirónsalud Valencia
Texto elaborado por Antonio Casellas jefe de la Unidad de Endoscopias Avanzadas de Quirónsalud Alicante.
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El SIBO, o sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado, es una afección médica producida por un aumento anormal de bacterias en el intestino delgado. Estas bacterias, que normalmente se encuentran en el colon, se multiplican en el intestino delgado, lo que puede llevar a una variedad de síntomas gastrointestinales, como hinchazón, diarrea, dolor abdominal y malabsorción de nutrientes.
En pacientes sanos el número de bacterias en intestino delgado es relativamente bajo debido a la acción del ácido gástrico además de las enzimas pancreáticas, la válvula ileocecal y el peristaltismo del intestino delgado.
Se trata de una situación clínica que viene dada por un incremento del número de bacterias presentes en el intestino delgado superior al normal. Se ha definido como patológico por encima de 103 UFC (Unidades formadoras de colonias)
El SIBO se asocia a problemas de malabsorción debido a que las bacterias del intestino delgado liberan toxinas que pueden dañar la mucosa.
-Malabsorción de grasas debido a la descomposición de las sales biliares por efecto de las bacterias pudiendo provocar heces grasas.
- Malabsorción de hidratos de carbono y proteínas debido al daño de la mucosa. Los hidratos de carbono no absorbidos son fermentados por las bacterias del colon con producción de gases.
- Malabsorción de vitamina B12 pudiendo provocar anemia y afectación del sistema nerviosos.
- Malabsorción de Ácido Fólico y Vitamina K lo que desencadena alteraciones neurológicas y problemas de coagulación.
- Malabsorción de Vitaminas liposolubles A,D,E,K
Los síntomas del SIBO pueden variar de una persona a otra, pero los más comunes incluyen:
Hinchazón abdominal y distensión.
Diarrea crónica.
Dolor o malestar abdominal.
Flatulencia excesiva.
Sensación de saciedad temprana al comer.
Malabsorción de nutrientes, lo que puede llevar a la pérdida de peso y deficiencias nutricionales.
Fatiga y debilidad.
Si presentas alguno de estos síntomas de forma contínua, desde Quirónsalud te recomendamos consultar con un médico especialista.
Como se mencionaba, la alimentación y el estilo de vida es clave para el tratamiento del SIBO.
Alimentos a Evitar:
Algunos alimentos pueden empeorar los síntomas del SIBO y, por lo tanto, se deben evitar o limitar. Estos pueden incluir:
- Azúcares fermentables (FODMAPs): Alimentos ricos en fructosa, lactosa y sorbitol.
- Almidones fermentables: Pan, pasta, arroz y otros carbohidratos de fácil fermentación.
- Lácteos no lácteos: Productos lácteos como la leche y el queso.
- Alimentos con alto contenido de fibra insoluble: Cereales integrales, legumbres y algunas verduras.
El tratamiento inicial del SIBO es la toma de antibióticos durante dos semanas. Con el fin de mantener la remisión es importante una dieta baja en FODMAP (iniciales en inglés de diversos carbohidratos fermentables)
Los principales FODMAP son cuatro grupos:
Los alimentos permitidos en el SIBO deben ser los de menor contenido en FODMAPs
Frutas: piña, plátano, clementina, kiwi, fresas, frambuesas
Vegetales y hortalizas: Tomate, calabacín, espinaca, berenjena, zanahoria
Legumbres: judías verdes
Frutos secos y aceites vegetales: Todos los aceites vegetales, margarina, mantequilla, semillas de chía, nueces
Carnes, pescados y huevos: Todo tipo de carnes sin procesar, todo tipo de pescados y huevo
Cereales y tubérculos: Trigo sarraceno, avena, mijo, quinoa, pasta sin gluten, harina de maíz, arroz, sorgo, patata,
Bebidas: Leche de coco, leche de almendra, té, agua, vino.
Otros: Sirope de arce o de arroz, estevia, dextrosa, sacarina
Comidas ligeras con los alimentos permitidos te ayudarán a mejorar la digestión. Por ello además de los probióticos, el estilo de vida puede ser de gran de ayuda.
Los probióticos
En algunos casos, los probióticos pueden ser beneficiosos para tratar el SIBO.
Se pueden restaurar las bacterias beneficiosas en el intestino, ayudando a equilibrar la microbiota y a reducir el crecimiento excesivo de bacterias no deseadas. Sin embargo, no todos los probióticos son apropiados para el SIBO, por lo que es importante obtener recomendaciones específicas de un profesional de la salud.
Estilo de vida
Intentar eliminar el estrés, dormir bien y realizar ejercicio físico son medidas que puede ayudar a mejorar los síntomas.
Los pacientes con SIBO no tratado presentarán los síntomas descritos de la enfermedad. Si no se ponen medidas puede llevar a la desnutrición por falta de absorción de distintos elementos.
Lo más importante ante la aparición de síntomas es solicitar ayuda a un profesional especializado que nos realicen un estudio para poder establecer un diagnóstico y un tratamiento adecuado.
Texto elaborado por la Unidad de Obesidad de Quirónsalud Valencia
La llegada del verano supone una relajación en nuestros hábitos y rutinas. Reuniones con amigos y familiares, viajes, chiringuitos, comidas y cenas fueras de casa, picoteo entre horas, cervezas, helados…
Los meses antes del verano son lo que conocemos como los meses de operación bikini. Nos esforzamos por mejorar nuestra alimentación y nos animamos en la práctica de algún deporte, sin embargo cuando llega el verano estas buenas prácticas desaparecen.
Todo esto tiene sus consecuencias y la báscula lo nota, durante las vacaciones de verano solemos engordar de 2 a 3 kilos. ¿Pero por qué suele pasar esto? Los especialistas de los centros de Quirónsalud te lo contamos, y tienes que saber que está muy relacionado con los hábitos de alimentación de cada uno.
Ganamos peso en verano porque salimos a comer fuera de casa con más frecuencia, tenemos vacaciones y no estamos sujetos a horarios y orden de comidas, se producen más encuentros familiares y con amigos, pero sobre todo, porque no entendemos los tratamientos dietéticos como un cambio de hábitos.
Algunas personas entienden las vacaciones como un momento de liberación frente a las obligaciones y rutinas aprendidas, de manera que durante el verano se comportan de otra manera, y el riesgo está en que las conductas repetidas pueden gestar nuevas costumbres.
Esta señal de liberación puede interpretarse como una forma de perjudicar nuestro bienestar personal porque descuidamos habilidades y estrategias que habitualmente seguimos para auto-cuidarnos, por ejemplo: en casa hemos conseguido hacer un desayuno saludable cada día, pero cuando estamos de vacaciones y en un hotel, no sabemos poner fin a una ingesta placentera y posponer la gratificación.
Sería útil poder disfrutar del tiempo de descanso desde la atención a nuestras necesidades, además de fomentar el bienestar emocional siendo conscientes del momento presente, estas acciones nos ayudan a no pecar en los eventos sociales, la comida deja de ser lo más importante, nos ayudan a manejar el autocontrol frente a las conductas impulsivas.
La mejor recomendación es pensar e idear lo que podemos hacer antes de que acabe el verano, para prevenir la ganancia de peso.
Lo menos indicado es autoconvencernos de que no pasa nada, y que "ya en septiembre empezaremos la dieta de nuevo", porque no estamos contribuyendo a mejorar nuestra conducta y patrón alimentario.
Pero los objetivos en este período tienen que ser pocos, realistas, claros y medibles, sencillamente porque estamos de vacaciones y descanso.
Para entenderlo, veamos un ejemplo: Es posible que en casa no bebamos alcohol, pero en un contexto social, es difícil evitarlo; podemos plantearnos lo siguiente: "beber solo una copa de vino en la cena del sábado". Registrar estos logros puede motivarnos en lugar de llenarnos de culpa y arrepentimiento.
Prepararnos mentalmente para determinadas situaciones puede ser una herramienta útil, podemos idear un plan de intervención para ser flexibles con nosotros mismos y resolutivos con el resto.
Lo importante es tratar de ser conscientes de lo que decidimos hacer y no tratar de realizar conductas compensatorias ante los momentos de malestar emocional, puesto que esto únicamente fomentará la sensación de pérdida de control, lo que conllevará una probable sensación de fracaso que agravará el problema con nuestra alimentación.
Las comidas que hacemos en casa durante el verano no deberían de cambiar demasiado. Podemos planificar el menú semanal en casa para asegurar la ingesta de legumbres, pescado, y verduras, e incluir algún extra durante la semana, por ejemplo "una pizza el viernes por la noche", además la pizza puede ser casera e incluir ingredientes saludables.
También es importante cambiar nuestro discurso interno y externo. En lugar de pensar y hablar de cometer "excesos" en verano, podemos permitirnos la posibilidad de "flexibilizar" la dieta, incorporar algún alimento o plato más calórico y quizás menos saludable, pero siempre siendo consciente del tamaño de la ración y la frecuencia de consumo.
Porque la solución no es ganar y perder peso cada año, es necesario conciliar lo que nos gusta para comer y lo que conviene a nuestra salud.
Esta es una de las consultas frecuentes al equipo de profesionales sanitarios en Quirónsalud, es importante tener en cuenta los hábitos de cada persona y su ritmo de vida, por ello:
Texto elaborado por Rocío Práxedes, dietista de la Unidad de Obesidad del hospital Quirónsalud Valencia
La glándula tiroidea es un órgano situado en la región anterior del cuello. Consta de dos lóbulos simétricos adosados a los lados de la tráquea y la laringe que están unidos entre sí por el istmo. La tiroides pesa unos 20 gramos en un adulto sano.
Esta glándula utiliza el yodo para elaborar determinadas hormonas que intervienen en el desarrollo y el metabolismo de nuestro cuerpo. Entre sus funciones está: controlar la frecuencia cardiaca, la temperatura corporal, los niveles de colesterol, glucógeno y glucosa y, además son fundamentales para la memoria. Estas influyen en el peso corporal y el nivel energético.
La clasificación es muy amplia, pero para simplificar se puede resumir en dos entidades principales.
Este tipo de tiroides se denomina cuando se da la situación clínica en la que existe una insuficiente producción de hormonas tiroideas
Esta situación puede estar producida por patología a nivel de la glándula tiroidea, siendo la causa más frecuente de hipotiroidismo. Este es el motivo por el que suelen darse casi el 99% de los casos, y de ellas la Tiroiditis de Hashimoto. La otra situación puede ser por insuficiente estimulación de un tiroides normal debido a enfermedad hipotálamo-hipofisaria, estas suele darse con una frecuencia inferior al 1% de los casos, o por resistencia de los tejidos a la acción de las hormonas tiroideas.
Este tipo de tiroides se denomina así debido a un aumento de la actividad tiroidea.
La enfermedad de Graves-Basedow es la causa más común, seguida del bocio multinodular y del adenoma tóxico.
Debido a que las hormonas tiroides actúan sobre múltiples órganos, las manifestaciones clínicas de la enfermedad son muy diversas.
La clínica depende principalmente de la severidad del déficit hormonal, del tiempo de evolución y de la repercusión sobre los diferentes tejidos. Éstos síntomas suelen instaurarse de forma progresiva, siendo uno de los síntomas de aparición más precoz la astenia y la ganancia de peso.
Los síntomas del hipotiroidismo varían según la gravedad de la deficiencia hormonal. Los problemas tienden a desarrollarse lentamente, a menudo durante varios años.
Al principio, los síntomas del hipotiroidismo son apenas perceptibles, como el cansancio o el aumento de peso. O simplemente puedes atribuírsele al día a día o a una mala alimentación. A medida que el metabolismo continúa ralentizando, es posible que los problemas sean más evidentes.
Los síntomas que puede presentar este tipo de tiroides es muy variado y depende de cada paciente, pero entre ellos podemos mencionar algunos generales.
Afecta a piel y anejos, produciendo una piel pálida y gris, de aspecto edematoso, piel reseca y áspera. Pieles con mayor frecuencia de hematomas por fragilidad capilar, disminución de vello, uñas más quebradizas y crecen más lentamente.
Al sistema cardiovascular, puede darse un gasto cardiaco disminuido, alteraciones en la la resistencia vascular periférica, puede producir cambios electrocardiográficos tales como bradicardia sinusal…
Al sistema nervioso central y periférico, se pueden ver afectadas todas las funciones intelectuales, como son el pensamiento, memoria, aprendizaje viéndose disminuidas.
Al sistema muscular y respiratorio, afectación mixedematosa de la musculatura, rigidez, dolores musculares…
Sistema esquelético, este puede verse afectado, y son esenciales para el normal crecimiento y maduración del esqueleto.
Función renal, hematopoyético, función hipofisaria y suprarrenal, metabolismo energético.
Aparato gastrointestinal, afectando en forma de estreñimiento, malabsorción…
Función reproductora, se puede producir una disminución de líbido, oligoespermia, disfunción eréctil, fertilidad reducida, abortos espontáneos…
Las causas del hipotiroidismo pueden ser numerosas, entre ellas, enfermedad autoinmunitaria, tratamientos para el hipertiroidismo, radioterapia, cirugía de tiroides y ciertos medicamentos.
El hipotiroidismo surge cuando la glándula tiroides no produce la suficiente cantidad de hormonas. El hipotiroidismo puede deberse a muchos factores, como puede ser:
Una enfermedad autoinmune, una de las causas más frecuentes de hipotiroidismo es un trastorno autoinmunitario conocido como tiroiditis de Hashimoto.
La respuesta al tratamiento para el hipertiroidismo. Las personas que producen demasiada hormona tiroidea suelen recibir tratamiento con yodo radioactivo o medicamentos antitiroideos. En ocasiones al corregir el hipertiroidismo puede acabar disminuyendo demasiado la producción de la hormona tiroidea, lo que ocasiona un hipotiroidismo permanente.
La cirugía de tiroides ya que al extirpar toda o gran parte de la glándula tiroides se puede disminuir o detener la producción de hormonas, lo que hará necesario consumir hormona tiroidea de por vida.
La radioterapia. Este tratamiento que se utiliza para tratar el cáncer de cabeza y cuello puede afectar la glándula tiroides y conducir al hipotiroidismo.
Algunos medicamentos. Hay un gran número de medicamentos que pueden contribuir al desarrollo del hipotiroidismo.
Existe susceptibilidad genética para desarrollar por ejemplo la tiroiditis de Hashimoto, siendo más prevalente en pacientes con historia familiar de esta y de otras enfermedades autoinmunes como la insuficiencia adrenal, diabetes mellitus tipo 1, anemia perniciosa, miastenia grave, celiaquía, artritis reumatoide, vitíligo, esclerosis múltiple o lupus, entre otras.
Además de la susceptibilidad genética, existen factores de riesgo no genéticos tales como la baja/muy alta ingesta de yodo, obesidad, gestación, irradiación local, tratamiento con citoquinas, o la propia edad.
El aumento de peso en general es debido a la retención de líquidos en los tejidos y no suele superar el 10% del peso corporal.
Una vez se confirme el hipotiroidismo mediante una analítica de sangre se procede al inicio del tratamiento y al cambio en las medidas higienico-dietéticas.
El tratamiento de elección del hipotiroidismo es la levotiroxina (T4). El objetivo del mismo es:
Resolver los síntomas y signos del hipotiroidismo.
Conseguir la normalización de los niveles de TSH
Evitar el sobretratamiento, sobre todo en personas mayores, por el riesgo de efectos adversos que ello conlleva.
Una vez iniciado el tratamiento con hormona tiroidea, se recomienda reevaluar a las 4-8 semanas de haber iniciado el mismo, y así sucesivamente hasta que se consiga el objetivo deseado de TSH. Una vez estable, se recomienda reevaluar cada 6 meses durante un año, y posteriormente, de forma anual.
Texto elaborado por el Dr. Jorge Cid, endocrino de la Unidad de Obesidad de Quirónsalud Alicante
"Cuando pasen las fiestas me pongo a dieta", "En enero me apunto al gimnasio", "Este año voy a comer más sano". Si te resultan familiares estas afirmaciones es porque son de las frases más repetidas durante la recta final de diciembre y es que uno de los propósitos más comunes de cada año es adelgazar y perder peso.
Sin embargo, partimos del planteamiento erróneo: no necesitamos perder algún kilo o empezar la dieta en enero, si estas frases las repites año tras año, tienes que cambiar de hábitos y mejorar tu alimentación para decir adiós a las dietas y sus efectos rebotes.
El cambio de hábitos requiere de un aprendizaje, adquirir nuevas rutinas está en nuestra mano y en caso de necesitar apoyo, consultar a un profesional de la alimentación reforzará este etapa de cambio. Además, todo eso debe ir acompañado de actividad física.
No es el mejor principio porque no debería de haber un final, tenemos que cuidar nuestro estilo de vida siempre.
Es cierto que las vacaciones nos permiten parar y pensar, quizás por eso en esta época hagamos algún propósito de enmienda. Si después de estas fechas nos sentimos motivados para empezar algo, sería importante que los objetivos fueran realistas, medibles y abordarlos de uno en uno.
Por ejemplo, "Voy a incluir una ración de fruta todas las mañanas en el almuerzo". Si necesitamos ayuda para establecer prioridades y planificar dichos objetivos podemos acudir a una Unidad de Obesidad multidisciplinar.
Eso es porque ya lo intentamos otra vez y acabamos abandonando nuestros propósitos.
Las obligaciones diarias y los horarios complicados no ayudan. Por eso es fundamental insistir en que los objetivos deben encajar perfectamente con los quehaceres.
Pide ayuda si necesitas identificar las causas que te han hecho fracasar anteriormente.
Comentábamos antes que cualquier cambio para mantenerlo en el tiempo tiene que ser realista, medible y progresivo.
Primero tendremos que identificar qué aspectos de nuestra dieta deben mejorar, después saber priorizar, y comenzar con no más de uno o dos objetivos al día registrando nuestros progresos.
Guarda tus registros, compara tus avances, establece las siguientes metas de acuerdo a los resultados.
Únete a personas que compartan y apoyen tu reto. Busca mejorar tus conocimientos dietéticos, la educación alimentaria es la base del cambio.
Busca una actividad que te guste, prueba algo nuevo, si tienes obesidad u otra enfermedad que limita tu actividad física, recurre a una persona formada para evitar lesiones y entrenar atendiendo a tus objetivos.
Es importante saber que caminar, aunque es una práctica que puede mejorar la salud, no destaca por consumir calorías.
Identificar hábitos o costumbres que necesitan cambiarse o instaurarse, ordenarlos para priorizar la intervención, abordarlos de uno en uno para poder integrarlos, medir resultados y corregir errores si fuera necesario. Los profesionales de la salud podemos ayudarte en este proceso.
Texto elaborado por Rocío Práxedes, Dietista-Nutricionista de la Unidad de Obesidad de Quirónsalud Valencia.
Blog realizado por especialistas de los Hospitales Quirónsalud Murcia, Torrevieja y Valencia donde encontrarás consejos de expertos profesionales de la nutrición, la psicología, la medicina deportiva y la cirugía para que tu camino hacia el objetivo de un peso saludable y una vida más plena sea más sencillo y alcanzable.
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