Quirónsalud
Blog de las Unidades de Obesidad de Quirónsalud Alicante, Murcia, Torrevieja y Valencia.
"No entiendo nada. Desde hace unos años estoy ganando peso poco a poco y ya no sé qué hacer".
Es una de las razones habituales por las que algunas personas acuden a nuestra Unidad de Obesidad y Nutrición en Quirónsalud Valencia, sobre todo a partir de determinada edad.
¿Cuál o cuáles son los motivos que nos hacen subir de peso cuando vamos cumpliendo años?
El gasto energético basal (GEB) se reduce alrededor del 5% por década a partir de los 30 años. El GEB son las calorías consumidas por una persona en reposo, en ayunas y a temperatura ambiental agradable. La disminución de esta tasa metabólica está relacionada con la pérdida de masa muscular asociada a cumplir años, y significa que si tengo más de 30 primaveras, aunque mi ingesta de comida sea igual, y no mayor que hace diez años, ganaré algo de peso.
¿Podemos evitar esta pérdida de músculo y la consecuente caída de la tasa metabólica basal? La respuesta está en la práctica de ejercicio físico habitual, porque la actividad física puede incrementar este gasto entre el diez y el cincuenta por cien, dependiendo de la frecuencia, la intensidad y fuerza aplicada. El ejercicio físico no sólo consume calorías mientras es ejecutado, parece que aumenta el gasto de calorías en nuestro cuerpo, durante un tiempo muy variable después de terminarlo.
El tiempo que nos pasamos sentados o realizando actividades asociadas a un gasto energético bajo también influye. A veces pensamos que acudir al gimnasio dos veces por semana es suficiente, que nos dará licencia para "liarnos la manta a la cabeza" durante el fin de semana; pero si hacemos el cálculo de las horas semanales que estamos activos, frente a las horas que pasamos sentados, ya sea en el trabajo o en casa, advertiríamos que el ingreso de comida, y por ende, de calorías, puede seguir siendo superior al gasto calórico. Así que resulta imprescindible que además del gimnasio, utilicemos poco el coche y evitemos los ascensores, en definitiva, que nos mantenernos activas/os el mayor tiempo posible.
Comemos por apetito no por hambre. El apetito está más relacionado con el deseo y la apetencia de comer algo en concreto, con o sin manifestaciones de hambre; y el hambre, responde a la necesidad de comer, de cubrir nuestros requerimientos energéticos y nutricionales, de manera que cuando la sentimos, nos podemos comer cualquier cosa, ya sea un plato suculento, o las sobras que guardamos en la nevera el día anterior. Pensémoslo antes: ¿lo que sentimos es hambre o gula?
Tenemos acceso a más variedad de alimentos y menos comida de verdad. Estamos rodeados de múltiples estímulos para comer más. La oferta de comidas en la calle y en restaurantes es infinita, ni digamos los anuncios publicitarios de alimentos y bebidas superfluas, los expositores de comidas para llevar son tentadores, y las propuestas de los restaurantes suculentas; sin embargo, el tiempo que dedicamos a cocinar e ir a casa para comer, es cada vez menor, y en la cesta de la compra no siempre abundan los alimentos básicos y frescos. Si tenemos que comer fuera de casa, es importante planificar el táper el día anterior, o incluso cocinar unas horas para toda la semana (lo que ahora llamamos batch-cooking). Si elegimos un restaurante, el plato único o el medio menú, dando prioridad a los alimentos de origen vegetal, sería una opción acertada.
Cuando nos reunimos con familiares, amigos o clientes, comer poco o decir "no quiero más", parece no estar socialmente aceptado. Cuando los pacientes comparten conmigo esta situación en la consulta, les hablo de lo importante que es diseñar, antes del evento, estrategias que nos empoderen (por ejemplo, decidir no pedir postre dulce ese día, o pedir de primero una ensalada, o sentarse al lado de la persona que más cuida su salud), y que la aceptación del grupo, llegará con el tiempo (es normal que si antes bebíamos cerveza, incluso el camarero/a se adelante a sacarnos una caña antes de pedirla).
Horarios laborales indeterminados o a turnos, favorecen que pasemos largos períodos de tiempo sin ingerir comida, de manera que llegamos a casa con demasiada hambre, y poca capacidad de controlar la ingesta, así que no es extraño que después de seis horas de trabajo sin comer nada, cortemos un poco de queso y piquemos unas patatas fritas mientras hacemos la cena. Llevarnos al trabajo tentempiés saludables, fáciles y rápidos sería una solución (p.ej. fruta cortada, yogur líquido bajo en azúcar, frutos secos tostados).
Otro factor relevante es el estrés. Liberamos la hormona cortisol cuando estamos en condiciones de estrés, esta situación estimula la secreción de insulina para mantener la glucosa en sangre en modo "alerta", y como consecuencia, se produce un aumento del apetito. El estrés crónico con niveles de cortisol a menudo altos, también puede producir cambios no favorables en el apetito.
Por si fuera poco, el hábito de comer dulces ante el estrés puede ser fisiológicamente satisfactorio, parece estar relacionado con un mayor movimiento de triptófano al interior del encéfalo, que afecta a los niveles de serotonina, y que provoca un efecto "calmante", con el resultado de que aprendemos a buscar azúcar en momentos de estrés.
Aprende a desconectar, prueba a poner tu propio nombre en la agenda, haz un hueco para ti, practica yoga, realiza un curso de mindfulness…
Como podemos ver, hay muchos factores relacionados con la ganancia de peso, de ahí la conveniencia de tratar este problema en equipo multidisciplinar, consúltanos.
Texto elaborado por Rocío Práxedes, dietista-nutricionista de la Unidad de Obesidad de Quirónsalud Valencia
Parece que llega enero y lo que más nos preocupa es bajar los excesos navideños. Las reuniones, este año algo atípicas, alrededor de la mesa han pasado factura y hay que buscar la forma de bajar esos kilos de más que se han ido quedando en nuestro cuerpo.
Tras la Navidad y con el comienzo del nuevo año, todos nos proponemos objetivos y nuevas metas en las que siempre tienen especial protagonismo la pérdida de peso.
Parece que la entrada del nuevo año nos llena de fuerza e interés por conseguir nuestros objetivos propuestos y debemos de aprovechar ese impulso para adoptar hábitos saludables de alimentación junto con un programa de actividad física adaptada a nuestra situación.
Me gustaría a continuación proporcionar cierta información de utilidad y desmitificar ciertas ideas o desinformación que suele ser habitual escuchar.
Porque realmente el propósito de la gente no es perder peso, es perder peso de ya para ya y mi consejo sería el siguiente.
Adelgazar rápido no es saludable. Adelgazar rápido significa que estamos comiendo muy por debajo de las necesidades de nuestro cuerpo, con lo que haremos que nuestro cuerpo aprenda a funcionar con menos energía. Cuando dicha restricción de alimentos se convierta en misión imposible y volvamos a comer como lo hacíamos de normal, tendremos el tan famoso efecto yo-yo. El cuerpo mientras lo hemos tenido castigado con una ingesta mucho más baja de lo necesario ha aprendido a funcionar con muy poquita energía.
Mi propuesta consistiría en comenzar por depurar el organismo.
Una vez pasada la Navidad, debemos de hacer limpieza y eliminar de casa todos los alimentos calóricos y no necesarios para llevar a cabo una alimentación saludable.
Una buena alimentación empieza en el supermercado, siempre digo a mis pacientes que si compramos sano comeremos sano y si compramos comida basura acabaremos comiéndonosla.
Se trataría de acertar en la elección a la hora de comprar y que nuestra despensa y nevera esté preparada con alimentos saludables intentando que haya variedad y de todos los grupos de alimentos (carne, pescado, huevos, lácteos, fruta, verduras...), bebiendo agua 1,5 l/2 l al día, apostando por formas de cocinar que no requieran del uso de mucho aceite, rebozados, mejor cocinar los alimentos al vapor, plancha, guisados. Intentar no consumir alimentos precocinados, salsas, bollería industrial, bebidas azucaradas.
De esta manera conseguiremos que nuestro cuerpo poco a poco vuelva a estar como estaba previo a las fechas navideñas.
Una vez depurado nuestro organismo deberíamos plantearnos el objetivo de perder peso con la dieta más adecuada a cada persona, es aquí cuando recomiendo siempre dejarse ayudar por un profesional y no seguir las propuestas de un amigo o familiar. Recuerda que lo que para una persona funciona, puede que a ti no te funcione, depende de muchos factores.
Después de Navidad debemos de aprovechar la iniciativa que seguro que durante las fiestas en algún momento nos hemos propuesto iniciar en acabar estas y adoptar hábitos saludables más que una dieta.
Os doy algunos consejos para que podáis conseguir organizaros unas vez pasadas las navidades:
• Organizar la nevera, llenarla de alimentos saludables bajos en grasas saturadas y azúcares.
• Apostar por cocciones tipo plancha, vapor, guisados.
• Planning de comidas, organizando que vamos a tomar como desayuno, media mañana, comida, merienda y cena. Si el desayuno ha sido completo la media mañana será suficiente con una pieza de fruta y un puñado de frutos secos, por la tarde pasa lo mismo, si la comida ha sido completa a media tarde con 1 yogur y 1 pieza de fruta será suficiente.
• Buena hidratación 1,5 l/2 l día.
• No más de ½ barra de pan al día e intentar que ese pan sea consumido hasta medio día.
• No abusar de los hidratos de carbono (pan, pasta, arroz, patata...) si no se está practicando algún deporte. No más de tres veces a la semana.
• Por las noches apostar por un plato en el que haya proteína (carne, pescado, huevos...) acompañado de verduras.
• Cuidado con los zumos que tienen mucho azúcar, mejor fruta entera que en zumo, además nos aportará fibra que nos viene bien para regular el tránsito intestinal.
Una cuestión que se nos plantea cuando tenemos cierta edad o madurez es, ¿qué va a pasar ahora?
Conforme pasa el tiempo nos damos cuenta que engordamos con más facilidad de lo que lo hacíamos antes.
Recomiendo adoptar hábitos saludables de alimentación junto la práctica de algún deporte que nos ayude a mantenernos activos y a quemar calorías y eso nos pueda dar mayor margen a la hora de ingerir alimentos y estos no se nos transformen en grasa.
Espero haberos ayudado, aportado ideas que podáis poner en marcha de forma fácil y sencilla sin grandes castigos y aprendiendo día a día conforme lo pongáis en práctica y vayáis viendo que vuestro cuerpo va mejorando poco a poco.
No dudéis en poneros en contacto con un/a Dietista-Nutricionista de vuestra Unidad de Obesidad de Quirónsalud si tenéis cualquier duda o inquietud que os podamos solucionar.
Texto elaborado por Mª Carmen Díaz, nutricionista de Quirónsalud Alicante
Las dietas muy bajas en calorías parecen funcionar muy bien al principio, pero la pérdida de peso se irá ralentizando. A más largo plazo, las dietas con una restricción de calorías más moderada, logran el mismo resultado.
Nuestro cuerpo está diseñado para disminuir el gasto cuando comemos menos, así que es mejor acompañar la dieta de ejercicio fuerza, porque influye más y mejor sobre el metabolismo que otras actividades.
No hay que fijarse solo en las calorías, los nutrientes son fundamentales en los mecanismos que controlan el metabolismo.
La dieta más efectiva es la que permite resultados más duraderos y ayuda a adquirir hábitos y conductas más saludables.
El tratamiento del sobrepeso y la obesidad requiere tiempo, hay que profundizar en las causas que han llevado al exceso de peso, y diseñar un plan de actuación a partir de una evaluación clínica completa.
Los factores desencadenantes del exceso de peso pueden ser dietéticos, pero también médicos, psicológicos y/o relacionados con la falta de actividad física.
Tiene poco sentido hablar de kilos perdidos por semana.
Hay muchos aspectos que condicionarán el resultado, algunos ajenos al esfuerzo que pueda realizar el paciente. Estos factores son, el sexo, la edad, la altura, el peso corporal actual, el peso corporal histórico, las dietas realizadas anteriormente, la actividad física y/o la masa muscular…
El peso baja bruscamente los primeros días porque se vacían reservas que tenemos en hígado y músculo (glucógeno), inicialmente se moviliza poca grasa del tejido adiposo. Para perder un kilo de grasa necesitamos generar un déficit de 7.000 kcal.
Hay muchas respuestas, así que hay que estudiar cada caso.
Es posible que la dieta no se haya entendido como parte de un cambio, puede que no sepamos prestar atención a las señales de hambre y saciedad internas, es fácil que nadie nos haya enseñado a elegir alimentos de más calidad nutricional, o que hayamos alterado los ritmos naturales de actividad y descanso, que pasemos gran parte del día sentados...
Hay que buscar las causas, pueden ser muchas y estar relacionadas.
Como se ha mencionado, cada cuerpo es distinto, por ello, para poder elegir una dieta efectiva que ayude a la pérdida de peso, es necesario realizar un diagnóstico individualizado.
En un abordaje integral intervienen médico, dietista-nutricionista, psicólogo, y entrenador personal. Los menús, las recetas, solo son una herramienta dentro del conjunto de medidas destinadas a ayudar al paciente a lograr sus metas.
Texto elaborado por Rocío Práxedes, dietista-nutricionista, Unidad de Obesidad Quirónsalud Valencia
El Balón intragástrico, es un balón, lleno de solución salina, que se implanta en estómago con el fin de ocupar buena parte de su espacio y producir sensación de saciedad.
La finalidad es ayudar al paciente a bajar de peso, por tanto, una vez colocado se requiere un compromiso con un estilo de vida más saludable. Cambios en la dieta y el ejercicio físico regular, ayudará a garantizar el éxito a largo plazo del procedimiento.
Entre sus beneficios al adelgazar, es posible reducir el riesgo de que se presenten problemas de salud potencialmente graves relacionados con el peso como son las enfermedades cardíacas.
El uso del balón gástrico como método para bajar de peso, se realiza únicamente después de haber intentado bajar de peso con mejores hábitos alimenticios y ejercicio, sin los resultados esperados.
Según los resultados de diversos estudios publicados, la pérdida de peso medio se sitúa entre los 15 y 20 Kg. Esto quiere decir que habrá pacientes que pierdan más de 20 Kg y pacientes que pierdan menos de 15 Kg.
El resultado siempre va a depender de la actitud del paciente y serán mejores si existe un protocolo de seguimiento de un equipo multidisciplinar que tiene que estar formado por psicólogo, endocrino, nutricionista, médico endoscopista y cirujano bariátrico.
Una vez valorado al paciente tanto por el psicólogo como por el endocrino y si existe una indicación de balón intragástrico, el siguiente paso es realizar una consulta con el médico endoscopista que le explicará todo lo relacionado con la colocación y sus posibles complicaciones.
El balón intragástrico es un tratamiento muy seguro con muy pocas complicaciones publicadas.
La colocación endoscópica del balón se realiza bajo control anestésico. Generalmente se trata de una sedación profunda con lo que el paciente no se entera de nada.
Previamente hay que realizar una gastroscopia diagnóstica que nos servirá para descartar alguna contraindicación para el balón como puede ser una hernia de estómago de gran tamaño.
Si la gastroscopia es normal se procede a la implantación del balón que se coloca manualmente dentro del estómago, por supuesto con el paciente dormido.
Mediante control endoscópico podemos ver cómo se va hinchando al introducir suero fisiológico hasta un volumen de unos 550 cc.
También se debe inyectar un líquido colorante que sirve para poder detectar una rotura del balón ya que, en ese caso, se produciría un cambio en la coloración de la orina.
La duración de todo el procedimiento es de unos 30 minutos y al finalizar el paciente permanecerá algo menos de una hora en una sala de despertar y se podrá ir a su domicilio.
En el momento de la retirada sí que es recomendable realizar una anestesia general con el fin de proteger la vía aérea para que no pase nada de líquido del balón durante su vaciado.
Si la gastroscopia es normal se procede a la implantación del balón que se coloca manualmente dentro del estómago, por supuesto con el paciente dormido.
Mediante control endoscópico podemos ver cómo se va hinchando al introducir suero fisiológico hasta un volumen de unos 550 cc.
También se debe inyectar un líquido colorante que sirve para poder detectar una rotura del balón ya que, en ese caso, se produciría un cambio en la coloración de la orina.
La duración de todo el procedimiento es de unos 30 minutos y al finalizar el paciente permanecerá algo menos de una hora en una sala de despertar y se podrá ir a su domicilio.
En el momento de la retirada sí que es recomendable realizar una anestesia general con el fin de proteger la vía aérea para que no pase nada de líquido del balón durante su vaciado.
En el seguimiento de estos pacientes es primordial el papel que va a jugar el psicólogo y evidentemente el nutricionista.
Hay que motivar continuamente al paciente para que cumpla las pautas recomendadas y a su vez animarle a que realice ejercicio. Todo ello es fundamental para el éxito del balón.
El objetivo fundamental es lograr que el paciente cambie sus hábitos tanto alimentarios como de ejercicio físico siendo esto la clave para que esa pérdida de peso se pueda mantener en el tiempo.
Las contraindicaciones absolutas para la colocación de un balón intragástrico pueden ser propiamente digestivas, como es el caso de una esofagitis severa, una hernia de gran tamaño o una úlcera gástrica.
También se pueden dar contraindicaciones derivadas del propio paciente como es los trastornos psiquiátricos, la drogadicción activa, causas endocrinas de la obesidad y pacientes no colaboradores.
Por otro lado, existen unas contraindicaciones relativas como es la toma de anticoagulantes que debe ser el propio médico endoscopista el que valorará cada caso.
Las complicaciones del balón intragástrico son relativamente poco frecuentes.
En menos de un 0.5 % el paciente no está preparado para sufrir los síntomas de los primeros días y solicita voluntariamente que se le retire el balón. En algunos casos se debe aumentar las dosis del protector gástrico por aparecer síntomas de reflujo ácido.
Una complicación que puede ocurrir por debajo del 1 % es la impactación del balón en la salida del estómago provocando una oclusión que impide el paso del contenido gástrico al duodeno, apareciendo un cuadro de vómitos e intolerancia que obliga a la retirada del balón.
En cualquier caso, es imprescindible que el equipo médico valore al paciente ante cualquier cambio que ocurra durante la evolución y tomar las medidas oportunas.
El equipo de médicos de Quironsalud está cualificado para aconsejar y acompañar en este proceso al paciente.
Texto elaborado por el doctor Juan Antonio Casellas, jefe de endoscopias de las Unidades de Obesidad de Quirónsalud Valencia y
Alicante
Texto elaborado por la dietista-nutricionista Rocío Práxedes de la Unidad de Obesidad de Quirónsalud Valencia.
Es un método que en teoría sirve para perder peso y/o eliminar toxinas. Consiste en realizar una dieta absoluta o parcial a base de licuados de frutas y verduras, y se anuncia como el remedio de todos los males.
Es importante señalar que el concepto "Detox" no existe. No está en el diccionario de la RAE ni se emplea en la terminología médica.
Como profesionales de la nutrición, la respuesta es un rotundo no.
Las frutas y las verduras son alimentos básicos de consumo diario pero no aportan a nuestro cuerpo todos los nutrientes que necesitamos.
Este tipo de dietas no educan en salud.
No busca las causas individuales de la ganancia de peso o de las enfermedades asociadas a la obesidad.
Los argumentos que introducen y justifican la dieta detox contradicen los principios básicos de la medicina, la nutrición y la alimentación.
Este tipo de dietas tienen algunos puntos en común, como son:
Una dieta muy restrictiva es entendida por nuestro cuerpo como un período de semiayuno.
En una primera etapa, si la diferencia entre las calorías gastadas y consumidas es muy elevada, tiene lugar una intensa pérdida de masa muscular. Esto explica la pérdida de mucho peso en pocos días. Nuestro cuerpo sacrifica músculo para levantar los valores de glucosa en sangre y mantener las funciones vitales dependientes de este nutriente.
En una segunda fase, si mantenemos estas dietas durante muchos días, nuestro organismo se habrá adaptado para utilizar más cantidad de la grasa almacenada y reducir el consumo de proteínas propias. No obstante, si llegan demasiados ácidos grasos al hígado, este órgano no podrá procesarlos, se acumularán dentro y contribuirán a la aparición de un hígado graso.
A veces nos olvidamos de que comer es imprescindible para vivir. Si perjudicial es la obesidad, también lo es la desnutrición.
El problema que ha llevado a la persona a ganar peso sigue presente y sin tratamiento.
Sí, es uno de los fatídicos resultados descritos anteriormente, pero sus promotores no lo anuncian. Los mensajes se quedan en la aparente pérdida de peso a corto plazo, sin explicar por qué sucede.
No comer, o comer poco, siempre inclina la balanza hacia la pérdida de peso. La cuestión es otra, si el procedimiento utilizado mejora la salud.
Los profesionales de la salud de Quirónsalud nunca recomendamos este tipo de alimentación para perder peso después ni antes de verano. Es un método alejado de las recomendaciones nutricionales procedentes de sociedades científicas.
Forma parte de las llamadas dietas milagro, que desorientan y hacen que las personas con un problema serio de salud pierdan el tiempo, el dinero, y consuman sus esfuerzos y motivación en acciones que, además de duras, son ineficaces e insanas.
De uno a varios días. Y luego… ¿qué?
Nuestro cuerpo ya cuenta con los mecanismos necesarios para eliminar tóxicos. Son funciones que realiza nuestro hígado, riñones, pulmones, piel, y en el que participan muchas enzimas.
Puedes contactar también con la Unidad de Obesidad de Quirónsalud Murcia
Blog realizado por especialistas de los Hospitales Quirónsalud Murcia, Torrevieja y Valencia donde encontrarás consejos de expertos profesionales de la nutrición, la psicología, la medicina deportiva y la cirugía para que tu camino hacia el objetivo de un peso saludable y una vida más plena sea más sencillo y alcanzable.
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