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  • ¿Qué es la medicina regenerativa en traumatología? El nuevo paradigma para sanar lesiones

    Células madreCélulas madre

    Descubre la medicina regenerativa en traumatología, un enfoque innovador que busca sanar y restaurar tejidos dañados en lugar de solo repararlos. Conoce cómo esta "jardinería corporal" usa células madre, factores de crecimiento y otros avances para curar lesiones.

    De "enderezar" a "regenerar" el cuerpo

    En 1741, la Ortopedia y Traumatología adoptó un símbolo icónico: el Árbol de Andry, que muestra un árbol torcido atado a un poste para enderezarlo. Este emblema ha definido el enfoque de la especialidad durante siglos: fijar, estabilizar y reemplazar las partes dañadas del cuerpo con placas, clavos, suturas y prótesis. La traumatología ha sido como una carpintería o una mecánica del cuerpo.

    Sin embargo, estamos en la cúspide de una revolución. La medicina regenerativa ha llegado para cambiar las reglas del juego. Su objetivo no es solo aliviar el dolor o estabilizar una fractura, sino restaurar o regenerar los tejidos lesionados, potenciando la capacidad de curación natural del cuerpo. Con este nuevo enfoque, el Árbol de Andry cobra un nuevo significado: la traumatología no solo "endereza" el cuerpo, sino que lo "planta, abona y riega", actuando como un jardinero que devuelve la vitalidad a los tejidos.

    Las técnicas de la traumatología regenerativa: semillas, abono y riego para tu cuerpo

    La medicina regenerativa en traumatología consiste en restaurar los tejidos músculo-esqueléticos (huesos, articulaciones, tendones, músculos, ligamentos, vasos y nervios) utilizando las propias herramientas del cuerpo. Las técnicas empleadas son como los métodos de la jardinería:

    • Las semillas: células mesenquimales (mal llamadas "Células Madre") Estas células, a menudo extraídas de la médula ósea o del tejido adiposo, son capaces de reproducirse y diferenciarse en los distintos tipos de células que componen nuestros tejidos, como el hueso, el cartílago o el tendón. En un cuerpo sano, estas células se movilizan para reparar un daño, pero en lesiones complejas o crónicas, es necesario "plantarlas" directamente en la zona afectada para que hagan su trabajo.
    • El abono: factores de crecimiento son una de las técnicas más conocidas en este ámbito. Se obtiene de la propia sangre del paciente, que se centrifuga para concentrar las plaquetas. Estas liberan una gran cantidad de factores de crecimiento que actúan como "abono" para las células, estimulando su trabajo y controlando la inflamación para que el tejido nuevo se forme de manera sana.
    • El riego: aumento del flujo sanguíneo. Algunas técnicas regenerativas buscan aumentar el flujo sanguíneo en la zona lesionada para llevar más oxígeno y nutrientes que faciliten la curación. Por ejemplo, en algunos tratamientos de tendones o ligamentos, se realizan procedimientos que estimulan la circulación local para acelerar el proceso de curación natural.
    • Los esquejes y el sustrato: biomateriales e ingeniería de tejidos La ingeniería de tejidos utiliza biomateriales (como ácido hialurónico o colágeno) para crear estructuras tridimensionales, conocidas como "andamios", que sirven como soporte para que las células se anclen y crezcan. Estas estructuras funcionan como "esquejes" sobre los que se puede regenerar el tejido.

    Aplicaciones y beneficios: curar en lugar de solo aliviar

    La medicina regenerativa está especialmente indicada en lesiones donde los mecanismos de curación del cuerpo no son suficientes, pero el daño aún no es irreversible. Se utiliza en:

    • Lesiones musculares y tendinosas crónicas (tendinitis).
    • Artrosis inicial y moderada para frenar el deterioro del cartílago.
    • Lesiones deportivas en atletas que necesitan una recuperación más rápida y completa.

    En casos de daño estructural más grave, se utiliza de manera conjunta con la cirugía, donde la parte regenerativa ayuda a que el cuerpo se cure mejor y más rápido después de un procedimiento para estabilizar la mecánica. El objetivo final es la restauración del tejido afectado, no solo su sustitución.

    El principal beneficio para el paciente es que se potencian los mecanismos de curación naturales de su propio cuerpo, lo que reduce el riesgo de rechazo y evita, en muchos casos, cirugías más invasivas y "mutilantes", como la colocación de prótesis. Sin embargo, es vital recordar que estas técnicas son más efectivas cuando el deterioro no es severo.

    El futuro es ahora: avances y desafíos

    Hay una gran cantidad de estudios científicos que avalan la eficacia de estos tratamientos para la artrosis y lesiones deportivas, con miles de publicaciones que demuestran su potencial. El avance de estas técnicas está en constante desarrollo, con investigaciones que se centran en la terapia celular, los factores de crecimiento y la ingeniería de tejidos.

    Sin embargo, todavía existen desafíos, como el alto costo, la variabilidad de los resultados y la necesidad de más estudios a largo plazo para evaluar su seguridad y eficacia. A pesar de esto, la medicina regenerativa representa un cambio de paradigma emocionante que nos acerca a la verdadera curación de las lesiones y nos aleja de la simple reparación mecánica.

    Si sufres una lesión que no termina de sanar o quieres explorar un tratamiento de vanguardia para la artrosis o una lesión deportiva, agenda una cita con nuestros especialistas en medicina regenerativa.

  • Los tratamientos más efectivos para la tendinitis rotuliana

    Tendinitis rotulianaTendinitis rotuliana

    La tendinitis rotuliana es una afección común, especialmente en personas que practican deportes de alto impacto. Esta lesión, que afecta el tendón rotuliano, se asocia frecuentemente con la presión constante ejercida sobre este.

    Para prevenir su aparición, es crucial seguir ciertas pautas que pueden ayudar a mejorar la calidad de vida y evitar complicaciones.

    ¿Qué es la tendinitis rotuliana y cuáles son sus causas?

    La tendinitis rotuliana es una lesión que afecta al tendón rotuliano, encargado de conectar la rótula con la tibia y de facilitar la extensión de la rodilla. Esta condición es particularmente común entre los deportistas, tanto que es conocida como "rodilla del saltador". La lesión suele originarse por el estrés repetitivo que se ejerce sobre el tendón, lo que puede derivar en pequeños desgarros y debilitar la estructura tendinosa.

    Además de la sobrecarga, un desequilibrio muscular en la articulación también puede ser un factor desencadenante. Asimismo, personas con enfermedades autoinmunes, trastornos metabólicos o insuficiencia renal tienen mayor probabilidad de desarrollar esta tendinitis, debido a que estas condiciones afectan la circulación sanguínea en la rodilla.

    Síntomas de la tendinitis rotuliana

    El síntoma principal de la tendinitis rotuliana es un dolor agudo en la rodilla, especialmente después de realizar actividad física. A medida que la afección avanza, el dolor puede volverse persistente, incluso durante actividades cotidianas como subir o bajar escaleras, lo cual puede llegar a ser incapacitante.

    El dolor suele ir acompañado de rigidez en la articulación y debilidad en la pierna afectada.

    Tipos de tendinitis rotuliana

    Dependiendo de cómo se manifiesta la lesión, la tendinitis rotuliana se clasifica en diferentes tipos:

    1. Tendinopatía del tendón rotuliano proximal: En este caso, las fibras del tendón se desgastan debido a un exceso de fricción o sobrecarga.
    2. Tendinopatía del tendón rotuliano distal: Caracterizada por la presencia de calcificaciones cercanas a la tibia.
    3. Neovascularización tendinosa: En esta variante, se desarrollan pequeños vasos sanguíneos y fibras nerviosas cerca del tendón, lo que intensifica el dolor.

    Diagnóstico de la tendinitis rotuliana

    Para diagnosticar adecuadamente esta afección, es fundamental realizar una revisión completa del historial médico del paciente, prestando especial atención a episodios anteriores de dolor en el tendón rotuliano.

    Una vez realizado esto, el siguiente paso es una exploración física que permita identificar la ubicación precisa del dolor y detectar posibles calcificaciones. En muchos casos, se recurre a pruebas de imagen como ecografías o resonancias magnéticas para obtener un diagnóstico más detallado.

    Tratamientos disponibles para la tendinitis rotuliana

    Es vital que el tratamiento de la tendinitis rotuliana se adapte a las necesidades de cada paciente, con el objetivo de evitar que la lesión se convierta en un problema crónico que interfiera con las actividades diarias.

    Inicialmente, se suelen recetar antiinflamatorios y se recomienda aplicar hielo en la zona afectada. Además, la fisioterapia desempeña un papel crucial en el tratamiento, mediante ejercicios de estiramiento que alivian los espasmos musculares y de fortalecimiento que reducen la presión sobre el tendón.

    En los últimos años, se han introducido tratamientos innovadores como las infiltraciones de corticoides, que disminuyen la inflamación alrededor del tendón, y las infiltraciones de células madre, que ayudan a prevenir la formación de neovasos.

    La rehabilitación ha avanzado significativamente, y los tratamientos con ultrasonidos son un ejemplo de ello, ya que generalmente no presentan efectos secundarios graves.

    En algunos casos, la cirugía se hace necesaria. Estas intervenciones, que suelen realizarse por artroscopia con incisiones mínimas, permiten liberar las adherencias del tendón y aliviar el dolor de manera efectiva.

    Recomendaciones para prevenir la tendinitis rotuliana

    La prevención de la tendinitis rotuliana pasa por mantener un peso corporal adecuado, pues un mayor peso incrementa la presión sobre el tendón rotuliano, aumentando el riesgo de lesiones. También es aconsejable realizar ejercicios de fortalecimiento muscular para proteger la articulación.

    La práctica regular de deportes de bajo impacto puede ser beneficiosa. Si experimentas dolor al mover la rodilla, es importante consultar a un especialista de inmediato para evitar complicaciones y que la lesión se cronifique, lo que podría requerir tratamientos más invasivos y prolongados. Un diagnóstico temprano permite intervenir con mayor efectividad y reducir el tiempo de recuperación.

  • El uso de las células madre en Traumatología

    En el ámbito de la Traumatología y la Cirugía Ortopédica, las células madre están emergiendo como una prometedora herramienta para el tratamiento de lesiones y enfermedades musculoesqueléticas.

    Patologías que hoy en día no tienen cura, sino apenas tratamiento, podrían tener una solución definitiva en un futuro. Las propiedades inmunomoduladoras y regenerativas que poseen, pueden tratar afecciones cardíacas, daños cerebrales y espinales, y casos como la esclerosis múltiple o la enfermedad de Crohn.

    Son muchos los cirujanos especialistas en terapias relacionadas que las catalogan como los elementos fundamentales del futuro de la medicina regenerativa. Estas tienen la capacidad de convertirse en muchos tipos de células distintas en el cuerpo y sirven como sistema de reparación para el organismo.

    Se trata de una nueva arma que ha demostrado curar diferentes trastornos y los investigadores siguen estudiando las propiedades de lo que puede suponer una revolución.

    Células madreCélulas madre

    ¿Qué son las células madre?

    Son la materia prima del cuerpo a través de las cuales se generan todas las demás células con funciones especializadas. Con las condiciones necesarias, ya sea en el cuerpo o en un laboratorio, estas se dividen para formar otras que pasarán a llamarse células hijas. Esta reproducción se realiza mediante un proceso de mitosis.

    Tipos de células madre

    En el cuerpo hay distintas. No obstante, se pueden establecer dos clasificaciones diferentes en función de dónde se sitúen o teniendo en cuenta su capacidad para generar unidades de distinta naturaleza y función en el organismo.

    Según su localización:

    -Adultas: se pueden extraer de cualquier persona con independencia de su edad y se encuentran en zonas específicas de tejidos y partes del organismo.

    -Embrionarias: están en los embriones de más de cuatro o cinco días de edad y a partir de ellas se generan todos los tejidos y órganos del feto. Al tener una capacidad de diferenciación elevada, son las más interesantes desde el punto de vista experimental, pero las cuestiones éticas han llevado a prohibir su uso en la mayoría de los países.

    -Del cordón umbilical: de su sangre se recogen las células hematopoyéticas, que producen células sanguíneas sanas. Del propio cordón se extraen células mesenquimales, cuya función reside en regenerar y reparar cualquier tipo de tejido.

    -Amnióticas: son muy activas y se localizan en el líquido amniótico. Sin embargo, se diferencian entre sí menos que las embrionarias.

    Según su potencial para dar lugar a distintos tipos de células:

    -Unipotentes: producen un único tipo de células. Un ejemplo esclarecedor es el de las células de la piel. Al estar continuamente renovándose, se puede extraer un fragmento de epidermis no dañada para cultivar células que generen tejido para su posterior trasplante a un paciente que haya padecido quemaduras considerables.

    -Multipotentes: están en los tejidos nuevos, de lo que se puede extraer que ya han experimentado una primera diferenciación y que continúan haciéndolo. Son adecuadas para el trasplante de tejidos, porque las posibilidades de rechazo son mínimas.

    -Pluripotentes: generan cualquier tipo de célula. No son células adultas, sino obtenidas a partir de células reprogramadas genéticamente. Podría decirse que son muy similares a las células embrionarias.

    -Oligopotentes: este tipo solo puede diferenciarse en pocas células.

    -Totipotentes: prácticamente son las embrionarias ya que se forman en el momento en que el óvulo se une con un espermatozoide para formar el cigoto. Estas originan cualquier tipo de célula, órgano y tejido del cuerpo.

    Tratamientos traumatológicos con células madre

    Los mamíferos tenemos capacidad muy limitada para la regeneración de tejidos, por ejemplo, no podemos hacer como una lagartija, que pierde su cola y la reconstruye con el tiempo. Su uso puede hacer que el cuerpo regenere algunos daños.

    Las células madre tienen diversas aplicaciones en traumatología y cirugía ortopédica. Se utilizan en el tratamiento de fracturas óseas complejas, ya que pueden acelerar el proceso de consolidación ósea y mejorar la calidad del tejido óseo regenerado.

    También se utilizan en el tratamiento de lesiones de cartílago, como en el caso de la osteoartritis, donde las células madre pueden estimular la regeneración del cartílago dañado. Además, se están investigando terapias con células madre para mejorar la cicatrización de tendones y ligamentos, lo cual puede ser beneficioso para deportistas y personas con lesiones deportivas.

    Por otro lado, el uso de células madre mesenquimales en el tratamiento de la hernia discal se ha convertido en una estrategia terapéutica prometedora por sus propiedades regenerativas, inmunomoduladoras y antiinflamatorias.

    Estos tratamientos producen aumentos en la densidad del cartílago y en el volumen de tejido meniscal. Si bien, algo muy característico es la disminución del dolor y la mejoría de la movilidad y funcionalidad articular.

    Es un proceso esencial para reparar lesiones de hueso por ejemplo en pacientes jóvenes que practican deporte profesional, además de ser una alternativa a la implantación de una prótesis en las personas mayores.

    A pesar de su alto coste y de presentar algunos efectos secundarios en determinadas ocasiones, muchos estudios han probado la capacidad de regenerar y reparar lesiones de huesos, en el cartílago, los tendones e incluso en los discos invertebrales.

    Cabe destacar también, la facultad de modular la secreción de sustancias proinflamatorias, suponiéndose así, una supresión de la inflamación.

    ¿Cómo se obtienen las células madre?

    En España pueden usarse las que se extraen del paciente adulto, generalmente de la espina iliaca anterosuperior tomando una muestra variable de contenido sanguíneo. Esta sangre se ultracentrífuga a gran velocidad alcanzando altas concentraciones de células madre multipotenciales.

    Otra de las fuentes más comunes es la médula ósea, donde se encuentran las mesenquimales que tienen la capacidad de diferenciarse en unidades óseas, cartilaginosas y del tejido conectivo. Estas células se obtienen mediante una aspiración de la zona, un procedimiento relativamente sencillo y poco invasivo.


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Blog de los expertos de la Unidad de Traumatología del Dr. Elgeadi, Jefe de Servicio de los Hospitales Quirónsalud San José y Quirónsalud Valle del Henares, con los mejores consejos para tratar y prevenir patologías y lesiones traumatológicas.

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