Quirónsalud
Blog de los Servicios de Oncología de los Hospitales Quirónsalud de Murcia, Torrevieja, Valencia y Tenerife
Muchos enfermos diagnosticados de cáncer buscan información sobre temas de alimentación. La finalidad es evitar el temido deterioro físico producido por la enfermedad y los tratamientos administrados.
El cáncer afecta a la alimentación de diversas maneras. Puede provocar una sensación de saciedad permanente, dolor, cansancio, y la tristeza asociada también influyen en una insuficiente alimentación. Algunos tumores producen mal funcionamiento de sistemas digestivos por obstrucción, complicaciones como sangrados e infecciones que provocan un consumo y pérdida de calorías exageradas
El enfermo con cáncer debe cuidar su alimentación con más detalle que cualquier otra persona.
El paciente debe buscar una dieta sana y equilibrada en función de sus necesidades nutritivas y su tratamiento. Para ello el paciente puede consultar con su médico o con un nutricionista para llegar a conseguir una dieta suficiente, sana y equilibrada que contenga alimentos de todos los grupos alimentarios.
Lograr el equilibrio en cantidad y frecuencia adecuadas que ayudará a:
Deben seguirse 10 rutinas alimentarias:
Los tratamientos del cáncer suponen una dificultad adicional a nuestro propósito de dieta suficiente, sana y equilibrada. El tratamiento puede provocar dolor, náuseas, pérdida de apetito y alteración en la percepción de los sabores. A menudo son síntomas breves ya que duran horas o pocos días. Pero en ocasiones son persistentes.
Como el objetivo es comer lo suficiente debemos mantenernos positivos, y tener paciencia. Debemos comer cuando nos resulte menos dificultoso pero procurando mantener las cuatro o cinco tomas diarias. Es interesante hacer una planificación semanal del menú diario. Hay que asegurarse de que en casa siempre haya alimentos nutritivos disponibles dado que en algún momento puede ser difícil salir a la calle a comprar por lo que puede ser interesante e importante pedir ayuda de un familiar o conocido para la compra o preparación de la comida.
En los momentos difíciles del tratamiento es importante comer en los momentos que más apetezca y lo que apetezca en cada momento, aprovechar los momentos de más apetito y comer tranquilo y relajado. No descuidar la hidratación.
Establecer pequeños objetivos diarios que se puedan cumplir, por ejemplo, medio yogur, un puñado de frutos secos, galletas… Siempre alimentos que sean fáciles de comer para ir picando.
Existen muchas creencias populares, pero no existe ninguna alimentación que por sí sola cure o elimine el cáncer.
Es muy extendida la creencia que la dieta baja en azúcar, el té verde, los frutos rojos pueden contribuir a curar el cáncer. Así como el uso de utensilios de porcelana, los alimentos ecológicos… No existen pruebas objetivas suficientes para sostener estas creencias.
Ni el azúcar, ni la carne roja, ni los lácteos o el chocolate, edulcorantes artificiales o el pescado azul tienen que ser repudiados, sino que deben integrarse con moderación en una dieta suficiente y equilibrada. Ni los recubrimientos de teflón de la sartén, el microondas, ni la barbacoa son útiles perjudiciales. Además de esto, tampoco hay evidencia suficiente de que los frutos rojos, el ajo, los alimentos ecológicos, el té verde, las semillas de lino o la cúrcuma tengan un efecto beneficioso sobre el cáncer.
En concreto, los suplementos alimenticios comercializados, aunque sean seguros e inofensivos, solo complementan una dieta cuándo es insuficiente o incompleta. Las dietas cetogénica, veganas, alcalinas o macrobióticas, no han demostrado ningún dato clínico publicado beneficioso hasta el punto de poder sustituir a una dieta normal.
El tratamiento oncológico suele provocar efectos secundarios que dificultan o agravan la alimentación del paciente. La cirugía por sí misma supone un desgaste calórico formidable que se añade a un periodo concreto de mucha menor alimentación.
La quimioterapia y la radioterapia se asocian a ciertos efectos secundarios como la pérdida de apetito (anorexia), las náuseas y los vómitos tan frecuentes, diarrea o estreñimiento, sequedad de boca (muy frecuente con la radioterapia), mucositis (o inflamación de la boca) o la enteritis que además de producir diarrea produce malabsorción intestinal.
Cuando se pierde el apetito es necesario aprovechar al máximo los momentos de más hambre así como preparar platos más preparados y atractivos para la vista.
Es aconsejable caminar un poco antes de comer, aprovechar horas de insomnio para ingerir algún líquido suave, enriquecer los platos con suplementos proteicos (como la leche en polvo, el queso rallado, la clara de huevo, jamón, pavo o pescado troceado).
Es importante beber fuera de las comidas para evitar el llenado precoz del estómago.
Cuando se presentan las náuseas y los vómitos es conveniente realizar comidas frecuentes y de puja de poco volumen, evitar alimentos fritos muy condimentados. Es mejor alimentos suaves y tibios, y acaso picoteos con pequeños bocadillos, descansar después con el torso incorporado o caminar brevemente después de comer.
Cuando existe diarrea es conveniente beber con frecuencia (1,5-2 litros diarios). Es recomendable el consumo de zumo de limón, caldos suaves e infusiones suaves. Son útiles las bebidas de deportistas. El consumo de estas debe ser más frecuente y de bajo volumen. Es bueno comer comidas sencillas, con poca grasas, al vapor horno plancha o hervido. Evitar alimentos intensos como el chocolate condimentos irritantes, lácteos, fibra y piel de la fruta.
Para el estreñimiento es importante beber mucho líquido y tomar alimentos ricos en fibra y evitar comida astringente, ejemplo de estos alimentos son el membrillo, el plátano, el vino tinto o la canela el arroz blanco. Es importante caminar.
Cuando se padece sequedad de boca es importante beber con frecuencia. Se puede usar hielo o gelatina de frutas ácidas, mantener una buena higiene bucal con enjuagues, evitar comida seca y fibrosa como tostadas, galletas, carnes a la plancha y procurar comer alimentos de textura blanda como el queso tierno, arroz, verdura cocida, pan de molde.
Cuando se padece mucositis, que es la inflamación de la boca, es conveniente ingerir líquidos no ácidos y procurar comidas suaves blandas como tortillas, batidos, mouses, pudines, cremas a temperatura tibia o fría. Hay que evitar ácidos como el tomate, cítricos, kiwi, fresa y alimentos secos y mantener una buena higiene bucal. Si es necesario, se toman analgésicos o mantenemos hielo en la boca antes de comer.
Texto elaborado por el doctor Joseba Rebollo, especialista de la Unidad de Oncología Quirónsalud Alicante
La diabetes afecta al 13% de la población adulta en España y hay una gran proporción de personas que desconocen que son diabéticas. Son cada vez más los médicos y especialistas que reconocen la importancia de una detección temprana de prediabetes como la forma más efectiva de poder evitar problemas de salud más graves en un futuro.
En pacientes con diabetes tipo 1, la diabetes se puede presentar en forma de hipoglucemia o glucemia baja, lo que supone tener unos niveles de azúcar en la sangre se encuentran por debajo de los 70 mg/dl. En aquellos que padecen diabetes tipo 2, la detección de los síntomas es más complicada debido a que en un principio el enfermo no presenta ningún síntoma y puede tardar años en presentarlos, lo que puede suponer un riesgo para ellos.
La diabetes es una enfermedad crónica y grave que incrementa la incidencia de enfermedades cardiacas, vasculares, renales, oftalmológicas e incluso puede ser causa de muerte precoz.
Algunos tumores malignos son más frecuentes en pacientes con diabetes. La incidencia de padecer cáncer en pacientes que han sido diagnosticados de diabetes es el doble en determinados tumores como son: el cáncer de hígado, páncreas y endometrio. Además de estos, hay un porcentaje de un 20% a un 50% más alto de posibilidades de sufrir cáncer de colon, mama, vejiga para aquellas personas que son diabéticasA día de hoy el cáncer y la diabetes comparten factores de riesgo común.
La edad, ya que la incidencia tanto el cáncer como la diabetes aumenta con la edad en los pacientes. La obesidad, aquellos pacientes que tienen un Índice de Masa Corporal (IMC) mayor o igual a 30, tienen mayor posibilidades de padecer ambas enfermedades. La alimentación, incluir en la dieta menos carne roja, abundantes piezas de fruta, así como verdura y cereales, protegerán a los pacientes tanto del cáncer como de la diabetes tipo 2. Por otra parte, la práctica de actividad física también es recomendable. Realizar ejercicio de forma moderada, unas cinco veces por semana, disminuye el riesgo de padecer estas enfermedades entre un 25 y 35%, especialmente los tumores que se originan en la mama, colon y endometrio. El tabaco, también es conocido por la influencia que puede provocar en determinados tumores, pero también en la diabetes. Y por último el alcohol, el consumo frecuente de bebidas alcohólicas puede afectar gravemente a la salud y originar tanto tumores como algún tipo de diabetes.
Ciertos receptores moleculares de insulina tienen la capacidad de desarrollar células cancerosas y el avance de la metástasis.
Muchas son las dudas que les surgen a los pacientes cuando son diagnosticados de diabetes, entre ellas la de la posibilidad de padecer un tumor relacionado con el páncreas a largo plazo.
Hace años se observó que los pacientes con cáncer de páncreas tenían niveles elevados de azúcar en sangre un promedio de tres años antes de la aparición del cáncer. Además se descubrió que los pacientes que tenían niveles más altos de azúcar en sangre, algo más de 125 mg/dl, padecían tumores más grandes.
Desarrollaron un algoritmo (END-PAC) a través de un sistema de puntos sobre los pacientes con diabetes. En ellos evaluaron el cambio de peso, el nivel de azúcar en sangre y la edad de aparición de la diabetes, encontraron que obtenían una puntuación de más de 3. Esta puntuación suponía un incremento de 3.6 veces la incidencia de cáncer a los tres años siguientes de la aparición de la diabetes en comparación con la población de la misma edad sin diabetes.
Muchas pueden ser las causas que lleven a padecer un cáncer de páncreas, entre ellas están algunos factores genéticos heredados.
Además de la diabetes, hay otros factores que influyen en el desarrollo de cáncer de páncreas. Entre ellos se puede mencionar, la obesidad, pancreatitis crónica, cirrosis o ser del sexo masculino. También el consumo de tabaco puede generar en el cuerpo carcinógenos que pueden favorecer la aparición de esta enfermedad.
Es importante mencionar que todos estos factores se relacionan con un determinado estilo de vida como son, la alta ingesta calórica, una dieta inapropiada, el consumo frecuente y abusivo del alcohol, el consumo de tabaco, llevar una vida sedentaria y, otro factor a tener en cuenta, la obesidad.
Detectar un cáncer a tiempo es importante para la salud del paciente, un diagnóstico precoz y su posible tratamiento puede ayudar a quienes lo padecen.
Muchas son las dudas sobre cómo detectar un cáncer de páncreas, cuáles son los síntomas que pueden llevar al paciente a prestar atención y consultarlo con el médico.Algunos síntomas, aunque no exclusivos, suelen aparecer en los pacientes de esta enfermedad.
De todo lo mencionado anteriormente se deduce que, aparte de los factores genéticos heredados, existe un número de factores que pueden ser modificados por el individuo.
Llevar una adecuada dieta, un frecuente control del peso, la práctica de ejercicio moderado de forma regular y, el abandono del consumo de tabaco y del alcohol, puede reducir la posibilidad de los paciente de tener que padecer una este tipo de cáncer. De esta manera los pacientes con diabetes tipo 2 que consiguen controlar los niveles de azúcar por medios naturales, también consiguen que la incidencia de cáncer de páncreas sea similar a la de personas de su edad sin diabetes.
Más información acerca de la Unidad de Oncología de Quirónsalud Alicante
Doctor Joseba Rebollo, especialista de la Unidad de Oncología de Quirónsalud Alicante
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