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Blog de Salud y bienestar mental del Hospital Quirónsalud Digital

  • El duelo del dejador: el gran olvidado

    Alguien me dijo una vez que en el momento en el que te paras a pensar si quieres a una persona, ya has dejado de quererla para siempre. (Carlos Ruiz Zafón) 

    Para abordar este tema, es importante recordar que el proceso de ruptura de pareja es una de las grandes causas de sufrimiento del ser humano. A menudo ponemos el foco en el "dejado" mientras que el "duelo del dejador" es el gran olvidado.

    Lo cierto es que la persona que pone punto y final a una relación se enfrenta a sentimientos tales como el miedo a equivocarse, el sufrimiento propio, la responsabilidad en el sufrimiento de la otra persona, la culpa y la incertidumbre, entre otros. duelo dejadorduelo dejador

    Pero ¿existe el duelo del dejador?

    ¿Existe el duelo del dejador?

    Como en toda pérdida, "dejado" y "dejador" experimentan un proceso de duelo, aunque éste transcurre en tiempos diferentes. El que toma la iniciativa para formalizar la ruptura, ya ha transitado por las etapas del duelo y por ello, puede aparecer a la vista de los demás como alguien indiferente o insensible al sufrimiento.

    5 fases psicológicas en el duelo del dejador

    Las personas que deciden poner fin a una relación, pasan por cinco fases psicológicas que definen el duelo del dejador y que conviene saber identificar.

    Fase 1: Negación o aislamiento

    El dejador comienza a ver dificultades, pero se resiste a creerlo. Sobrelleva el sufrimiento en silencio y actúa como si nada ocurriera, protegiendo así a la otra persona que, en un primer momento no detecta señales de alarma.

    Este periodo puede prolongarse en el tiempo puesto que tememos enfrentar un camino interior intenso y doloroso, con la responsabilidad de tomar una decisión que inevitablemente afectará y hará sufrir a la otra persona.

    Fase 2: Ira

    En esta etapa, el dejador puede culpabilizarse y enfadarse consigo mismo por no haber previsto el desenlace y por el inevitable dolor que provocará.

    Fase 3: Negociación

    Ofrecer amistad al que pide amor es como dar pan al que muere de sed. (Ovidio) 

    En esta etapa, el dejador necesita negociar y quedar "como amigo", o bien "dejarlo por un tiempo" sin llegar a comprender la imposibilidad de tales propósitos.

    Por otra parte, el "dejador" negocia consigo mismo, no quiere romper e intenta, una y otra vez, reconducir algo que quizá no deba continuar. Tal vez lo hace por los hijos (si los hubiera) o por cumplir las expectativas de familiares y amistades con quienes la pareja comparte tantos momentos. Sin embargo, los hijos, los amigos o los familiares no deberían comprometer su futuro y su felicidad.

    En este proceso es importante clarificar si lo que se busca es emoción y aventura o bien, la estabilidad de un proyecto en común como, por ejemplo, formar una familia.

    Preocuparse en exceso, considerando reiteradamente todas las opciones sin tomar una decisión no nos sacará de dudas. Resolver mentalmente algo tan vivencial, no resultará efectivo.

    Fase 4: Depresión

    El dejador puede controlar su propio proceso e ir abandonando unas vinculaciones para generar otras de forma paulatina, evitando así la depresión. Sin embargo, algunos factores de riesgo pueden actuar en el dejador haciendo que éste no pueda superar la presión interna y externa de su propio juicio y el de los demás sin poder manejar la culpa y los reproches del dejado o de las amistades.

    Fase 5: Aceptación

    Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades. (Miguel de Cervantes)

    En general, cuando el dejador alcanza esta fase procede a comunicarlo. Es decir, la etapa final de aceptación en uno y su superación del dueloEste enlace se abrirá en una ventana nueva, coincide con la fase inicial de negación en el otro y de ahí las desavenencias propias de los primeros momentos. Lo cierto es que ambos terminarán por entender la necesidad de romper las amarras y abandonar la seguridad del puerto para navegar al fin en alta mar.

    Artículo elaborado por Mónica Sagardoy, psicóloga general sanitaria de Hospital Quirónsalud Digital.

  • ¿Cómo superar la infertilidad?

    Para la mayoría de las personas la infertilidad supone una situación traumática y una crisis psicológica de gran envergadura, ya que han de enfrentarse al reconocimiento de incapacidades propias no conocidas anteriormente, y sobre un terreno marcado por los ideales y las representaciones sociales.

    Cuando se afronta el diagnóstico, las personas elaboran el "duelo" de muchas cosas: del hijo deseado, de sus propias capacidades, de su ideal construido, de la visión de su pareja, etc. Es fácil pues que se vea dañada la propia estabilidad bio-hormonal y psicológica. infertilidadinfertilidad

    El impacto psicológico de la infertilidad

    Actualmente se sabe que un problema de infertilidad fisiológica puede llevar a graves problemas de ansiedad y depresión, así como problemas de pareja. Pero también a la inversa: procesos de estrés, ansiedad y depresión pueden contribuir a la infertilidad funcional.

    En este sentido, hay estudios que ponen de manifiesto que todos estos problemas se asocian con una menor posibilidad y porcentaje de concebir. El estrés puede producir una menor probabilidad de conseguir el embarazo y una mayor posibilidad de aborto espontáneo en mujeres que presentan problemas emocionales o trastornos psicológicos. De hecho, las situaciones crónicas y mantenidas de estrés afectan al sistema endocrino, la pituitaria segrega prolactina y ésta inhibe la actividad reproductora, disminuye la cantidad de estrógenos y se produce una menor probabilidad de ovulación, la progesterona interrumpe también la maduración de las paredes uterinas dificultando incluso el probable implante del embrión. También son importantes las cogniciones y psicodinamia implicadas: esquemas, creencias, autoimagen, autoconcepto, defensas, afrontamiento, regulación interpersonal, etc.

    La importancia de la ayuda psicológica ante la infertilidad

    La psicoterapia reduce estos síntomas y puede ayudar a tener más éxito en los tratamientos. Los porcentajes de éxito aumentan en aquellos tratamientos de parejas que han aprendido a manejar correctamente su problemática. Cuando la adaptación personal al proceso mejora, aumentan las posibilidades de ovulación, fecundación, nidación de los embriones y consecución del embarazo. Cuanto más activos y positivos sean los miembros de la pareja y cuanto mayor sensación de control percibida tengan sobre su problema y su tratamiento, mayores serán las posibilidades de concepción.

    Consejos para superar el impacto de la infertilidad

    Hay algunos puntos clave que debes tener en cuenta en el tratamiento de la infertilidad:

    1. La frustración, la culpa, el dolor, la ansiedad y la ira son respuestas normales

    2. La infertilidad es un problema de la pareja. Culpar al otro es contraproducente.

    3. La comunicación con tu pareja durante este tiempo es esencial. De hecho, muchas parejas descubren que, al apoyarse mutuamente, la relación se ve fortalecida.

    4. Los hombres y las mujeres reaccionan a la infertilidad de manera diferente.

    Por lo tanto, te aconsejamos lo siguiente:

    1. No te culpes

    Aceptar la infertilidad es algo difícil, pero es importante que no te culpes. En la mayoría de las personas, la causa es una combinación de factores genéticos y otros que no puedes controlar.

    2. Sé realista y no pierdas la calma

    Es importante mantener el optimismo y la esperanza durante todo el proceso, sin embargo, también es importante que te plantees objetivos realistas.

    3. Elabora un plan

    Las investigaciones han revelado que la elaboración de un plan de acción práctico ayuda a mejorar la satisfacción conyugal. No sabes cuánto tiempo durará este proceso, así que puedes ir haciendo planes a corto plazo.

    4. Sé sincero con tu pareja

    Cuando vives con infertilidad, puede ser fácil acumular resentimiento y rabia. Tu pareja es la persona que más te comprenderá, por lo tanto, es importante que sigáis siendo un equipo fuerte donde compartáis vuestros sentimientos de forma positiva y saludable.

    5. Restablece la intimidad con tu pareja

    Cuando has intentado durante tanto tiempo concebir, la intimidad, ya sea sexual o romántica, puede sentirse dañada o realizada únicamente con el propósito de concebir, así que puede ser beneficioso intentar reencontraros en este terreno.

    6. La infertilidad no es para siempre

    Los sentimientos de depresión y ansiedad alcanzan su punto máximo alrededor de tres años después del diagnóstico de infertilidad. Sin embargo, con el tiempo y con asesoramientoEste enlace se abrirá en una ventana nueva, las parejas se sienten más fuertes y los síntomas de depresión y ansiedad disminuyen.

    En conclusión, trata de mantener los niveles de estrés bajo de la manera que te sea más cómoda. Ya sea dedicando tiempo a actividades saludables que sean placenteras y relajantes, como meditar, leer, hacer ejercicio o caminar; apoyándote en los amigos, la familia, la pareja, grupos de apoyo o incluso buscando ayuda psicológica especializada si lo necesitas.

    Artículo redactado por: Joan Francesc Serra Pla, psicólogo clínico en Hospital Quirónsalud Digital.

  • Qué es la ansiedad y cuáles son sus síntomas

    Con relativa frecuencia, tanto en los medios de comunicación como en nuestras conversaciones cotidianas, nos referimos a este concepto. Sin embargo, un somero análisis nos desvela que no siempre lo utilizamos con el mismo significado. Quizá esta sea la razón por la que, no pocas veces, atribuyamos a una simple inquietud momentánea reacción natural y adecuada a un peligro la etiqueta de ansiedad o, por el contrario, restemos importancia a un estado al que deberíamos prestar atención, acudiendo a un profesional de la salud.

    Afirmaciones como «Tras el accidente, la madre fue atendida por una crisis de ansiedad» nos indican la dificultad de esa persona para afrontar con éxito un suceso que sobrepasa su capacidad y en el que se ve arrastrada por el miedo o el pánico. Hablamos, entonces, de una reacción adecuada a un estímulo ansiógeno.ansiedadansiedad

    El uso del término ansiedad en canciones como aquella popularizada a mediados del siglo pasado y que decía «ansiedad de tenerte en mis brazos…» o en interjecciones como «¡Espera, no seas ansioso!», indican un estado de «impaciencia o premura».

    Pero, ¿qué es la ansiedad tal y como se entiende en el ámbito de la salud?

    Fijémonos en expresiones coloquiales como «está de los nervios» o «sufre de los nervios» que se utilizan para reflejar la inquietud permanente y sin causa justificada que sufre una persona. Particularmente, me inspiran verdadero respeto palabras utilizadas por los pacientes para describir este estado: malestar intenso, angustia permanente, sensación de peligro, alarma constante, miedo atroz, zozobra, inquietud, incertidumbre, inseguridad o descontrol. ¡Casi nada!

    De manera que la ansiedad podría definirse como una respuesta emocional que se desencadena ante situaciones amenazantes reales o percibidas como tales. Cuando no es causada por un peligro cierto, puede aparecer repetidamente provocando angustia, inquietud y malestar elevados, en este caso hablaríamos de ansiedad patológica o desadaptativa.

    Causas de la ansiedad

    Se han propuesto diferentes hipótesis que explicarían el origen de la ansiedad, pero resumidamente comprenderían los siguientes factores causantes:

    • Factores biológicos: existe cierta vulnerabilidad a padecer trastornos de ansiedad en individuos con alta reactividad o sensibilidad en el sistema nervioso autónomo, responsable del control de la frecuencia cardíaca o respiratoria.
    • Factores cognitivos: el modo en que procesamos la información y la valoramos como alarmante o peligrosa condicionará lógicamente la respuesta de ansiedad.
    • Factores conductuales: reacciones comportamentales ante la presencia de estímulos ansiógenos, así como aprendizajes o asociaciones erróneas establecidas en el pasado, llegarán a condicionar reacciones futuras.

    En todo caso, la respuesta de ansiedad no se debe a una mera adición de factores, ya que éstos interactúan entre sí produciendo un efecto multiplicador. De ahí la importancia de actuar solicitando tratamiento ante los primeros síntomas.

    ¿Cuáles son los síntomas de la ansiedad?

    No estará de más, por lo tanto, que estemos atentos a las posibles señales de un estado que aconseje acudir a un profesional de la salud. Podríamos clasificar los síntomas de ansiedad atendiendo a los factores causales mencionados arriba:

    • Fisiológicos: aceleración del ritmo cardíaco, molestias digestivas, sudoración, tensión muscular, dificultades respiratorias, opresión en el pecho, mareos y sensación de inestabilidad.
    • Cognitivos: la preocupación excesiva o rumiación, el pensamiento irracional, la constante anticipación, las valoraciones negativas sobre lo acontecido, los pensamientos catastróficos y un largo etcétera de pensamientos disfuncionales también llamados distorsiones cognitivas.
    • Conductuales: bloqueos, hipervigilancia, cambios en el patrón de sueño o de la alimentación, evitación en relaciones sociales y otras situaciones y falta de control en las reacciones.

    Si has llegado al final de estas líneas y te sientes identificada o identificado con lo descrito, me gustaría transmitirte que actualmente existen tratamientos para combatir la ansiedadEste enlace se abrirá en una ventana nueva tanto farmacológicos como psicoterapéuticos que han demostrado ser eficientes en un alto porcentaje de casos.

    Redactado por Mónica Sagardoy, psicóloga general sanitaria de la Unidad de Salud Mental de Hospital Quirónsalud Digital

  • Síntomas de depresión: cuándo pedir ayuda

    Todas las personas nos sentimos tristes o decaídas de vez en cuando, y es normal, ya que la tristeza es, ni más ni menos, una de las seis emociones básicas del ser humano. Se trata de la reacción esperada ante una pérdida y es la que nos permite tomar una pausa, reflexionar, coger fuerzas y retomar nuestra energía para reponernos del dolor. Por lo tanto, posee una función de protección para con nosotros mismos y también de unión hacia otras personas.

    Sin embargo, la depresión es otra cosa.

    Qué es y qué causa la depresión

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    La depresión se considera una enfermedad grave que afecta a más de 300 millones de personas de todo el mundo. Se estima que una de cada cinco personas la sufrirán a lo largo de sus vidas y afecta al doble de mujeres que de hombres. En los casos más graves, puede conducir al suicidio, ya que multiplica por 20 el riesgo de consumarlo. Además, es la principal causa mundial de discapacidad, por delante incluso de las enfermedades cardiovasculares y del cáncer.

    Principales síntomas de la depresión

    Para el diagnóstico de la depresión, o trastorno depresivo mayor, hay que cumplir con al menos cinco de nueve criterios clínicos descritos en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5).

    Básicamente se caracteriza por la presencia continua durante al menos dos semanas de:

    1. Estado de ánimo deprimido durante la mayor parte del día y casi todos los días. En niños y adolescentes, el estado de ánimo suele ser irritable más que triste.

    2. Disminución significativa del interés o del placer por casi todas las actividades. La persona deja de hacer sus hobbies o pierde interés por su familia o trabajo, generalmente aislándose del entorno.

    3. Disminución de la concentración o de la capacidad para pensar. Suelen tener serias dificultades para tomar decisiones y procrastinan sus obligaciones.

    4. Cambios importantes en el peso o en el apetito. Puede ser tanto por exceso como por defecto.

    5. Insomnio o somnolencia casi todos los días.

    6. Sentimientos de culpa o de inutilidad. Muchas veces la culpa es inapropiada o excesiva y suele ser por acontecimientos pasados o por situaciones poco probables en el futuro. Los allegados no suelen estar de acuerdo con la importancia que el paciente da a esas cosas.

    7. Falta de energía o sensación de fatiga casi a diario.

    8. Cambios psicomotores importantes, tanto por sobreexcitación y aparición de agitación, como por enlentecimiento y retardo psicomotor. Estos síntomas son poco frecuentes y suelen indicar una mayor gravedad.

    9. Pensamientos de muerte recurrentes o, incluso, ideas o tentativas de suicidio.

    13 de enero: Día Mundial de la Lucha contra la Depresión

    El pronóstico de la depresión que no recibe tratamiento es el de permanecer deprimido durante un periodo largo e indeterminado de tiempo. Muchas veces pueden pasar años y es posible que los síntomas no lleguen a remitir del todo. La remisión espontánea puede ocurrir en algunos episodios de corta duración, pero no es lo habitual.

    No obstante, cuando se recibe el tratamiento adecuadoEste enlace se abrirá en una ventana nueva, la recuperación se inicia aproximadamente a partir de los tres meses, siendo uno de los factores que mejor predice esta respuesta a los tratamientos el tiempo que lleva la persona deprimida. Es decir, cuanto menos tiempo lleve el paciente con depresión, mejor respuesta puede tener a la psicoterapia o a la medicación.

    Por ello, es muy importante acudir lo antes posible a un especialista en salud mental, es decir, a un psicólogo clínico o a un psiquiatra.

    Si tenemos una persona cercana con depresión, lo más importante que podemos hacer por ella es estar presentes y ofrecer apoyo. Este apoyo no es siempre forzar a la persona con depresión a que se levante o salga de casa. Apoyar es escuchar, es acompañar, es tener paciencia y es estar para la otra persona. También es importante asegurarse de que la persona ha visitado a un profesional y está cumpliendo con el tratamiento prescrito.


    Joan Francesc Serra Pla, psicólogo clínico de la unidad de Salud Mental de Hospital Quirónsalud Digital

  • ¿Qué es el estrés? Causas y síntomas

    Desde hace un tiempo, es habitual oír hablar del estrés y de las consecuencias que tiene en aquellos que lo sufren. Habitualmente se relaciona con la tensión física y emocional que se produce como respuesta a un estímulo que nos molesta o nos agobia. Pero, ¿realmente sabemos qué es el estrés? En este post intentaremos aclarar todas tus dudas.


    Qué es el estrés

    El concepto de estrés, por su amplio uso en muy diferentes contextos, resulta algo confuso y excesivamente amplio. De acuerdo con la Asociación Americana de Psiquiatría, el estrés comprende un patrón de respuestas que una persona experimenta ante estímulos que perturban su equilibrio y que exceden su capacidad para hacerles frente.

    Qué es el estrésQué es el estrés


    Causas del estrés

    Para que se produzca la respuesta de estrés será necesario:

    1. La presencia de un suceso amenazante puntual o persistente en el tiempo.
      • Si se trata de un suceso excepcionalmente amenazante o que acarrea grave peligro para la propia vida o la de personas cercanas, hablamos del estrés agudo y del estrés postraumático.
      • No obstante, los casos más frecuentes se deben a la presencia de cambios vitales significativos que pueden amenazar nuestra estabilidad emocional o social y conllevan un fracaso en las estrategias de adaptación a situaciones adversas, por ejemplo, la ruptura de una relación sentimental no aceptada. Destacamos aquí por su frecuencia el síndrome de desgaste profesional como un tipo de estrés crónico generado en el ámbito laboral.
    2. Vulnerabilidad personal: hace referencia al hecho de que no todas las personas poseen la misma capacidad para afrontar y superar sucesos adversos. Su influencia es mayor en los casos de estrés debido a cambios vitales significativos.

    Síntomas del estrés

    Si hablamos de estrés por cambios vitales significativos las manifestaciones varían e incluyen bajo ánimo, ansiedad o preocupación, sentimientos de incapacidad y deterioro en la ejecución de actividades diarias.

    Para el estrés agudo, los síntomas comprenden dificultades de atención, desorientación, amnesia e hiperactividad. Con frecuencia aparecen taquicardia y sudor.

    Finalmente, el estrés postraumático puede manifestarse con la vivencia recurrente del episodio traumático, pesadillas, desapego de los demás, desmotivación, evitación de situaciones relacionadas con el trauma, hipervigilancia e insomnio.


    Tratamiento del estrés

    El tratamiento psicológicoEste enlace se abrirá en una ventana nueva contribuirá no solo a paliar las consecuencias del estrés, sino también a mejorar la manera en que nos enfrentamos a las dificultades.

    Al comienzo, paciente y psicoterapeuta recogerán información sobre la génesis y mantenimiento del estrés, qué factores intervienen y si son modificables o no. Aquí cobran especial relevancia las técnicas de solución de problemas, puesto que, en ocasiones, las situaciones de estrés prolongado son consecuencia de una dilación excesiva en la toma de decisiones.

    Pero frecuentemente el problema no radica tanto en el suceso, sino en cómo lo afrontamos y cómo nos afecta. En este caso convendrá regular las emociones negativas generadas sabiendo que:

    • Gestionar emociones no significa evitarlas, sino hallar un cauce adecuado para expresarlas o prevenirlas. Por ejemplo, la expresión permanente de quejas no resulta favorable, especialmente en el entorno laboral.
    • Una estrategia poco eficiente para afrontar las dificultades es dejarse llevar por las preocupaciones. Anticiparse continuamente y valorar infinitas opciones para no sufrir, puede llegar a paralizarnos impidiendo nuestro progreso vital. Técnicas como la frase llave (por ejemplo: "calma, ¿qué puedo hacer?") o la detención del pensamiento (stop, aquí-ahora, etc.) serían adecuadas en este caso.
    • El conocimiento de que los pensamientos negativos (anticipaciones excesivamente alarmantes) propician la aparición de emociones negativas, llevará al psicoterapeuta a orientarnos sobre la veracidad de esos pensamientos, mitigando así el malestar que nos producen (reestructuración cognitiva)

    Conviene valorar el coste que supone evitar obsesivamente emociones desagradables puesto que el sentimiento de peligro puede provocar un malestar mayor que la propia amenaza. De ahí la importancia de planificar una exposición gradual al estímulo estresante.


    Cómo reducir el estrés

    Al igual que para mitigar la ansiedad, la práctica de la distracción o desfocalización (contar hacia atrás o realizar una actividad manual), el ejercicio físico, las técnicas de relajación, el mindfulness o las herramientas para la gestión del tiempo contribuirán positivamente en la reducción del estrés.


    Mónica Sagardoy – Psicóloga del Hospital Quirónsalud Digital

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Sobre este blog

La salud mental influye en las relaciones sociales y en el bienestar emocional. Cuidarla resulta fundamental para alcanzar la serenidad y la calidad de vida que todos buscamos. En este blog, profesionales expertos en psicología y psiquiatría nos invitan a profundizar en los distintos aspectos que influyen en la salud y bienestar mental con el objetivo de comprenderla, cuidarla y desterrar tabúes y estigmas.

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Sana-MentePsiquiatría y Psicología delHospital Quirónsalud Digital
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