Quirónsalud
Blog de Salud y bienestar mental del Hospital Quirónsalud Digital
El duelo es la experiencia prácticamente universal de reacción a una pérdida. Aunque también utilizamos este término para las pérdidas de trabajo, salud o, incluso, tras inmigrar, este artículo trata tan solo del duelo más frecuente: el de la muerte de un ser querido.
El duelo comprende los pensamientos, los sentimientos, los comportamientos y las reacciones fisiológicas. En esta experiencia influyen factores personales, culturales y religiosos enormemente variables, exclusivos de cada persona y cada pérdida.
La inmensa mayoría de las muertes se producen como consecuencia natural de las enfermedades relacionadas con el envejecimiento. La mayor parte de las personas superan el duelo con el apoyo de familiares y amigos, pasando normalmente del duelo agudo al integrado; sin embargo, las circunstancias difíciles de una muerte o sus consecuencias pueden ralentizar o detener el proceso.
Incluso en los duelos «normales» la psicoterapia ayuda a superarlos y sentirse mejor. El enfoque del profesional varía dependiendo del tipo de duelo que se manifieste.
La característica distintiva del duelo agudo es que quien la sufre suele centrarse intensamente en los pensamientos y recuerdos de la persona fallecida, que están acompañados de tristeza y añoranza.
Este tipo de duelo se caracteriza por echar de menos y buscar la cercanía del fallecido, además de tener sentimientos de soledad, tristeza, llanto, culpa, ansiedad y enfado al encontrarse con recordatorios de la pérdida. Estas sensaciones suelen estar acompañadas de alteraciones del apetito y el sueño, pensamientos y recuerdos insistentes del difunto que pueden llegar a ser alucinaciones, retracción social y desinterés por otras compañías o actividades no relacionadas con la pérdida, confusión acerca de la propia identidad y sensación de desorientación sin la persona fallecida. A todo esto, se suman incredulidad, problemas para aceptar la pérdida y alteraciones de la atención, la concentración y la memoria.
Por supuesto, ¡no todo el mundo presenta todas estas manifestaciones! Ya que influyen factores personales, socioculturales y religiosos, características del fallecimiento y relación con la persona fallecida.
A pesar de lo que indican las archiconocidas fases de la doctora Kübler-Ross (negación, ira, negociación, depresión y aceptación), el duelo agudo no avanza según una serie predecible de etapas, sino que los síntomas aparecen a rachas y con una evolución temporal variable a medida que la persona se adapta a la pérdida y el duelo agudo se transforma.
En la mayoría de las personas, a los seis meses se ha logrado un progreso considerable para adaptarse a la pérdida y a los seis o doce meses se han reincorporado sin problemas a la vida cotidiana. En algunos casos, la adaptación es más rápida ( dura unas pocas semanas) y en otros, lleva más tiempo. A medida que la persona se adapta, el duelo pasa a ser más tenue: los pensamientos y recuerdos del fallecido ya no son tan insistentes, abandonan el primer plano y la emocionalidad global disminuye. Una forma de plantear la adaptación a la pérdida es que la sensación de conexión con el fallecido pasa gradualmente de inundar la mente a residir cómodamente en el corazón.
En circunstancias normales, el duelo se puede superar procurando seguir algunos pasos clave:
Aunque cada duelo es distinto porque cada persona que lo sufre es diferente, la terapia del duelo se puede conceptualizar como un «acompañamiento» que trata de validar los sentimientos del duelo agudo, tranquilizar respecto a sus manifestaciones más extremas, abordar la solución de los problemas y potenciar los recursos personales.
Alicia Fraile, psiquiatra de Hospital Quirónsalud Digital
La salud mental influye en las relaciones sociales y en el bienestar emocional. Cuidarla resulta fundamental para alcanzar la serenidad y la calidad de vida que todos buscamos. En este blog, profesionales expertos en psicología y psiquiatría nos invitan a profundizar en los distintos aspectos que influyen en la salud y bienestar mental con el objetivo de comprenderla, cuidarla y desterrar tabúes y estigmas.
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