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Blog de Salud y bienestar mental del Hospital Quirónsalud Digital

Las 5 fases del duelo

Dra. Adriana Atencio Antoranz, psicóloga adjunta de la Unidad de Salud Mental y Bienestar de Hospital Quirónsalud Digital

La vida conlleva, de manera inevitable, ciertas nociones que intentamos asumir con los recursos que tenemos disponibles. Una de ellas es la noción de transición, es decir, deseamos poder asimilar los cambios lo mejor posible, pero la experiencia nos dice que hace falta tiempo y esfuerzo mental para poder adaptarnos. Además, es frecuente que, aunque lo intentemos, apreciamos que puede haber un desfase entre lo que queremos sentir y lo que realmente sentimos. Aunque sabemos que la muerte es parte del ciclo de la vida, nos cuesta mucho trabajo psíquico asimilar las pérdidas, sobre todo si se trata de la de un ser amado, pudiéramos decir, que es de los trabajos psíquicos y afectivos que más nos cuesta. No en vano, solemos apoyarnos en nuestra fe, en nuestros seres queridos o en alguna creencia que nos ayude a transitar esa dura realidad.terapia duelo 2terapia duelo 2

Cuando la pérdida irrumpe en la vida la sensación que se experimenta es un vacío que provoca miedo, tristeza, angustia y dolor, entre otras reacciones propias y esperadas ante la muerte de un ser querido.

Desde que somos pequeños a través del juego vamos ensayando mentalmente la ausencia y cómo establecer una continuidad frente a lo que ya no está. Pensemos, por ejemplo, en el juego del «cucú tras» o, un poco más avanzada la infancia, el escondite Ambos juegos son maneras de ir representando psicológicamente el circuito desaparición - aparición. Esta función, entre otras, será la que nos permitirá en gran medida lidiar con el dolor de la pérdida y construir puentes para hacer soportable la ausencia.

Es común escuchar decir «no estamos preparados para asimilar la muerte», ¿podemos estarlo? Evolutivamente nuestra psique es capaz de pasar de lo manipulativo a lo abstracto y, sin duda, es algo que nos va preparando para asimilar las ausencias y las pérdidas, pero queda el trabajo afectivo que concierne al duelo, como un trabajo inexorable de la condición humana y que nos concierne a cada uno.

Sigamos pensando en la infancia, podemos apreciar también que los juegos suelen ser repetitivos, porque de esta manera el niño es capaz de crear seguridad y hacer que la pérdida transitoria sea soportable, pudiendo también desarrollar la noción de continuidad ante la desaparición. El cómo seamos capaces de atravesar este proceso caracterizará en parte el modo en que podamos vincularnos con otros significativos y hacer frente a la separación de nuestras principales figuras de apego en nuestra vida cotidiana.

Más allá de nuestros recursos cognitivos y emocionales que sirven de base para lidiar con las pérdidas y las ausencias, es de esperar que la pérdida de un ser amado siempre genere dolor y un desajuste en nuestra vida cotidiana, pero antes de precisar más en detalle el proceso del duelo, vamos a definir lo que se entiende por duelo.

Qué es el duelo

El duelo se concibe como un afecto normal y forma parte de nuestra vida emocional.

Es la reacción frente a la pérdida de una persona amada o de una abstracción que haga de sus veces, por ejemplo: la patria, la libertad, un ideal, etc.

Se caracteriza por:

  • Un profundo desasosiego, tristeza o rabia.
  • Supresión del interés por el mundo exterior.
  • Pérdida de la capacidad de sentir afectos como júbilo, alegría y amor.
  • Inhibición de toda productividad, bajo apetito en general.
  • Síntomas físicos de carácter ansioso.
  • Síntomas a nivel cognitivo como la confusión, dificultad para concentrarse y temor a olvidar al ser querido.

¿En qué consiste el trabajo del duelo?

De manera esperada o abrupta, se produce un corte en la relación con la persona que en la mayoría de los casos tenía un lugar significativo de amor y satisfacción en nuestra vida. Como dijimos en párrafos anteriores, la tendencia general es que tengamos dificultad para manejar la pérdida o renunciar a algo cuando nos gusta o nos sentimos bien. Ante esa renuncia impuesta se suele responder acatando la realidad, pero es una orden que toma tiempo poder cumplir.

La persona que partió sigue presente a nivel psicológico a través del recuerdo, es por ello que los que quedamos solemos dedicar un tiempo importante a recordar. Algunas religiones y culturas se apoyan en los rituales como vías para rememorar pero también para elaborar el dolor.

Es solo después de ese trabajo psíquico que podemos retomar en gran medida el funcionamiento de la vida cotidiana. Insistimos en la noción de que se necesita un tiempo para poder rehacer la vida a la que se estaba acostumbrado en relación con la persona que partió. A simple vista, se observa decaimiento y tristeza, pero paradójicamente a nivel interno y muchas veces sin ser del todo conscientes, hay todo un trabajo y esfuerzo de adaptación.

El duelo se considera patológico cuando:

  • La persona se asume como culpable de la pérdida y lo puede expresar a través de autorreproches
  • Hay insomnio o anhedonia persistentes
  • Disminución en el sentimiento de sí mismo al punto de sentir que se pierde el sentido de la vida

Es cuando experimentamos uno o varios de estos síntomas o cuando sentimos un desbordamiento que obstaculiza el poder retomar el día a día, que sugerimos buscar apoyo especializadoEste enlace se abrirá en una ventana nueva.

Un modelo que ha sido ampliamente difundido y orienta la práctica clínica fue elaborado por Kübler-Ross y plantea que el duelo consta de 5 fases: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Aunque la noción de fases sugiere un orden y una cronología, la experiencia clínica muestra que es un proceso dinámico, donde las fases no siempre se experimentan en el orden establecido, y no todas las personas las viven de la misma manera. Se trataría más bien de un proceso que es dinámico.

Cómo superar un duelo

Explicaremos brevemente las 5 fases del duelo como el trabajo psíquico que en sí mismo es un proceso que permite hacer un tratamiento del dolor causado por la pérdida.

Fase 1. Negación

Se trata de una primera reacción de incredulidad ante la pérdida. La persona niega lo sucedido, implica un rechazo de la realidad. Se vive como estado de shock donde la persona no es capaz de asimilar información.

Fase 2. Ira

Suele surgir en un segundo momento donde emergen sentimientos de enfado y rabia. Aparece una intensa frustración, impotencia y una necesidad de culpar a alguien o a sí mismo sobre lo sucedido, para intentar encontrar una respuesta que de sentido a tan irreparable realidad.

Fase 3. Negociación

Es una manera que trata de introducir un condicional que sirva de justificación al presente sobre el pasado de lo que no se hizo. Pensamientos del tipo: «¿qué hubiera pasado si...?» o «si hubiera hecho otra cosa...»; son modos que funcionan como autoengaño, tratando de hacer soportable pensar en la pérdida, pero sólo desde lo que se pudo haber hecho.

Fase 4. Depresión

La tristeza y el dolor emergen de manera profunda; así como el desánimo, la apatía y preguntas sobre el sentido que tiene la vida sin la persona amada.

Fase 5. Aceptación

Es el momento donde psíquicamente somos capaces de aceptar la realidad de la pérdida y aprender a vivir con ella. Es posible retomar o rehacer la vida y seguir adelante, siendo capaz de vivir del recuerdo, sin miedo a olvidar.

¿Qué podemos hacer para ayudarnos en el proceso de duelo?

Una larga tradición cultural es respaldada por la mayoría de los autores y coincide con:

  • Buscar apoyo en los familiares y allegados y hablar de la persona que falleció, así como de lo que se está sintiendo en el momento.
  • Hacer rituales que permitan rememorar al ser querido. Se recomiendan acciones específicas que permitan conectar el dolor con un hacer y no solo con el sentimiento de la carga afectiva, que puede ser muy elevada.

La pérdida de un ser querido puede vivirse de una manera muy devastadora, es de las tareas más dolorosas que nos toca enfrentar como humanos; pero, en algunos casos, puede activar una necesidad de transformar el afecto en algo de lo que se pueda hablar y pensar, cuando esa necesidad de transformación está presente o si percibes que tienes síntomas de un duelo patológico, puede ser de ayuda buscar apoyo psicológico. En Hospital Digital Quirónsalud estaremos dispuestos a trabajar contigo en ese proceso tan humano y sensible a través de nuestras sesiones de terapia para el duelo.



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