Quirónsalud
Blog de Salud y bienestar mental del Hospital Quirónsalud Digital
La adolescencia es una etapa de la vida llena de transformaciones, desafíos y descubrimientos. Uno de los aspectos más cruciales durante este período es la autoestima, que se refiere a la valoración que los adolescentes hacen de sí mismos. Esta juega un papel fundamental en su desarrollo emocional y psicológico, pues impacta de pleno en su confianza, relaciones interpersonales, toma de decisiones y bienestar general.
Este artículo se adentrará en el mundo de la autoestima en la adolescencia, explorando los factores que la influyen y proporcionando estrategias para fomentarla. Entender y abordar la autoestima en esta etapa crucial de la vida es esencial para promover el crecimiento y el bienestar de los jóvenes en su camino hacia la edad adulta.
Son muchos los factores que influyen en la autoestima de los adolescentes, pero los más repetidos en los diferentes estudios científicos incluyen las relaciones familiares y entre pares, el éxito académico, la apariencia física, sus habilidades, el apoyo social, el logro de metas personales, las experiencias de fracaso y superación, experiencias traumáticas, la cultura y, sobre todo, la autopercepción de éxito o fracaso que están teniendo en la vida. Estos factores pueden interactuar de manera compleja y variar de un adolescente a otro, pero en conjunto, tendrán un impacto significativo en su autoestima.
La autoestima en la adolescencia es un componente esencial del bienestar emocional y psicológico. Una autoestima saludable se relaciona con una serie de beneficios, que incluyen:
Confianza en uno mismo: los adolescentes con una autoestima saludable suelen sentirse más seguros de sus capacidades y decisiones.
Resiliencia: una autoestima fuerte ayuda a los adolescentes a enfrentar desafíos y superar adversidades de manera más efectiva.
Relaciones saludables: los adolescentes con una autoestima positiva tienden a establecer relaciones interpersonales más saludables y satisfactorias.
Toma de decisiones: una autoestima sólida les permite a los adolescentes tomar decisiones informadas y autónomas.
Salud mental: la autoestima está estrechamente relacionada con la salud mental. Los adolescentes con una autoestima baja pueden experimentar problemas como la depresión, la ansiedad y la baja autoestima.
Algunas de las estrategias para trabajar la autoestima en la adolescencia son:
Fomentar la comunicación abierta: establecer un ambiente en el que los adolescentes se sientan seguros para expresar sus pensamientos y sentimientos es fundamental. Escuchar activamente y validar sus emociones promueve la autoestima.
Establecer metas alcanzables: ayudar a los adolescentes a establecer metas realistas y alcanzables, y celebrar sus logros, refuerza su confianza en sí mismos.
Promover la toma de decisiones autónomas: permitir que tomen decisiones apropiadas para su edad y nivel de madurez les da la oportunidad de desarrollar habilidades de toma de decisiones y confianza en sí mismos.
Fomentar la autoaceptación: ayudarles a aceptar sus imperfecciones y a comprender que nadie es perfecto es esencial para construir una autoestima saludable.
Enseñar habilidades para afrontar la crítica: deben aprender a enfrentar y manejar críticas constructivas y destructivas de manera adecuada.
Fomentar la participación en actividades extracurriculares: participar en actividades como deportes, arte, música o voluntariado puede ayudarles a desarrollar habilidades y descubrir sus fortalezas.
Modelar una autoestima positiva: los padres y cuidadores pueden influir positivamente en al ofrecer una visión saludable y transmitir un lenguaje positivo sobre sí mismos y los demás.
Buscar apoyo profesional: cuando la autoestima de un adolescente se ve seriamente afectada por problemas emocionales o de salud mental, buscar el apoyo de un terapeuta
puede ser fundamental.
La autoestima desempeña un papel crucial en el desarrollo de los adolescentes, ya que influye en su confianza, en sus relaciones, en la toma de decisiones y en su salud mental. Trabajarla es esencial para su bienestar a largo plazo. Al implementar estrategias que fomenten la comunicación abierta, la autoaceptación, la toma de decisiones autónomas y la participación en actividades enriquecedoras, los padres, educadores y cuidadores pueden contribuir a la formación de adolescentes con una autoestima saludable y una base sólida para enfrentar los desafíos de la vida. La inversión en el desarrollo de la autoestima de los adolescentes es una inversión en su futuro bienestar y éxito.
Joan Francesc Serra i Pla
Psicólogo clínico especialista en el ámbito infantojuvenil, adjunto en el Hospital Quirónsalud Digital.
Son muchos los factores que hacen del último periodo del año un tiempo especialmente propenso a la aparición del estrés en nuestras vidas. En este post repasamos los aspectos más importantes que tener en cuenta para comprenderlo y minimizarlo.
Algunas de las situaciones que pueden generar estrés o acentuarlo cuando ya se sufre previamente, son:
- Viajes y estancias que ponen a prueba nuestras habilidades para afrontar imprevistos y dificultades.
- Compras de última hora.
- Relaciones interpersonales frecuentes (familiares, laborales y sociales).
- Coste emocional de la ausencia de personas queridas.
- El inevitable y, muchas veces, temido balance de fin de año.
Si somos algo más que un conjunto de impulsos neuronales parece importante dedicar tiempo, no solo al descanso físico, sino también a otros valores.
Independientemente de las creencias religiosas que puedan dotar de mayor o menor sentido a las celebraciones de Navidad y fin de año, desde la psicología se nos propone el autocuidado, especialmente en lo referente a nuestra salud emocional y mental. En suma, si no alcanzamos la calma y la confianza necesarias, tampoco podremos ofrecer valores y amor a los demás.
Practicar deporte, relajación o meditación son herramientas que nos ofrecerán la posibilidad de descubrir lo verdaderamente importante.
La necesidad de hacer regalos cada vez mejores, más originales o costosos puede introducirnos en una espiral de insatisfacción permanente generada no pocas veces por un consumismo exacerbado.
Una propuesta para esta Navidad es regalar tiempo a los nuestros y compartir actividades en forma de regalos inmateriales: asistir a un musical, un concierto, un museo o un restaurante especial pueden ser buenas propuestas. Pero también cosas sencillas como juegos de mesa, hacer una receta juntos o contemplar un bello paisaje se convertirán en el mejor regalo para los nuestros.
En estos días, tendrás que adaptarte a situaciones nuevas con viajes y estancias en lugares que pondrán a prueba tu tolerancia a la frustración. Una de las fuentes de estrés más comunes es soportar la incomodidad de llegar tarde a diferentes eventos y puede ser útil adelantar la salida 15 o 30 minutos.
Sin plantearnos grandes metas, nuestra recomendación con niños y adolescentes es, en general, "más hacer y menos hablar". Es importante advertir que no hay niños que se porten mal sino niños que se aburren. De igual modo, no hay adolescentes a quienes les guste discutir, sino jóvenes que necesitan oponerse a los padres para transitar desde la niñez hasta la edad adulta.
¿Y qué hacer cuando se nos presentan celebraciones con personas adultas que "no hemos elegido" tales como cuñados o suegros? En estos casos, las habilidades sociales como la escucha activa, saber hacer alabanzas o utilizar el lenguaje no verbal como la sonrisa, ayudarán a crear un ambiente favorable.
Pero, si nos sentimos con fuerzas, es tiempo de sorprender, de practicar el agradecimiento y el perdón. Muchas veces no son necesarias las palabras: una mirada de comprensión, un pequeño detalle o un servicio derriban muros que parecían infranqueables.
5- Valorar la presencia dentro de ti del ser querido que nos dejó
En general es recomendable hablar de ello. Si su partida es reciente, te recomendamos planificar muy bien esa celebración que, quizá, incluya un recuerdo especial para ese ser querido. Visualizar cómo será puede rebajar sensiblemente el coste emocional de su ausencia.
6. El móvil, ese amante prohibido...
El móvil es ya un elemento esencial en nuestras vidas. Pero ello no significa que pueda sustituir a los vínculos personales, ya que las relaciones virtuales carecen de la riqueza del trato presencial. No se trata de eliminarlo, pero sí saber cuándo su desactivación facilitará estar pendiente solo y únicamente de lo importante: la persona que tenemos frente a nosotros.
7.El temido balance de fin de año
Una mirada atrás, hacia el año que ha transcurrido puede ofrecernos cierta sensación de fracaso, de no haber cumplido nuestros propósitos. Sin embargo, plantearlos ya fue algo positivo pues significa que tenemos una buena proyección vital y deseos de mejora.
Para concluir, te sugerimos rebajar un poco tus expectativas si no cumpliste tus objetivos y tal vez así puedas felicitarte por ello y aumentar tu sensación de logro en el año que comienza.
Si, a pesar de tener todos estos consejos en cuenta, no logras controlarlo, confía en un profesional especialista en el tratamiento del estrés
para que te ayude a sobrellevarlo.
Mónica Sagardoy Fidalgo, Psicóloga Sanitaria Hospital Quirónsalud Digital
También conocida como trastorno del juego en línea, se refiere a un patrón de comportamiento compulsivo y problemático en el que una persona pierde el control sobre el tiempo dedicado a esta afición. La adicción a los videojuegos es un problema creciente en la sociedad moderna que afecta a personas de todas las edades. Se trata de una adicción comportamental, similar al juego patológico, ya que no existe un abuso de sustancias, pero aun así puede llegar a tener un gran impacto clínico, afectando a la salud mental y física, así como a las relaciones personales.
Según el manual diagnóstico DSM-5, los síntomas principales son similares a los de la adicción al juego online. Entre ellos destacan los siguientes:
La adicción a los videojuegos es especialmente frecuente en la infancia y la adolescencia, y puede mostrar los siguientes síntomas:
Los terapeutas suelen basar el tratamiento para la adicción a los videojuegos
en las siguientes fases:
Francisco Gerecitano, psicólogo general sanitario del hospital Quirónsalud Digital
Un complejo podría definirse como un conjunto de creencias o ideas sobre una imperfección física o psicológica. Dicha imperfección puede ser real o percibida y posee una connotación emocional importante puesto que le atribuimos un valor desproporcionado. Los complejos son inconscientes para la persona que los sufre pues surgen en etapas tempranas del desarrollo como un mecanismo compensatorio ante carencias y desequilibrios afectivos.
Cuando decimos que una persona está acomplejada debemos entender que se percibe a sí misma de acuerdo a aquel conjunto de creencias que solo ella posee y que configuran su regla de medida a la hora de autovalorarse.
La primera clave consiste en entender que el complejo permanece en el inconsciente y, por tanto, no hay responsabilidad por el hecho de poseerlo. A menudo, poder identificar su origen y las connotaciones emocionales por las que se fijó como una creencia incuestionable supone ya un gran paso adelante.
Por otra parte, todo complejo comporta una realidad: la comparación. Cuando es frecuente, llegamos a situar nuestra fuente de autovaloración en los demás. Ello supone un desconocimiento de las propias cualidades y fortalezas, y de ahí la importancia de fomentar una sana autoestima.
Existen diferentes tipos de complejos, originados por motivos muy diversos, por lo que cada uno se debe afrontar desde un prisma diferente. A continuación, profundizaremos en las claves para superar algunos de los más habituales.
Dado que la autoestima se consolida por autoexpresión a través de la acción, es importante proponerse metas asequibles, que se puedan cumplir fácilmente. De esta forma, aumentará la sensación de logro.
- Focalizarse en los objetivos y evitar la procrastinación de tareas difíciles.
- Rodearse de personas que te aprecian y valoran.
- Superar el miedo a equivocarse: conviene establecer un plazo razonable para tomar una decisión y, una vez cumplido, optar por una de las alternativas. Después, aceptar que el temor y la incertidumbre son parte de la vida.
- Mantener un autodiálogo positivo.
- Atreverse a opinar lo contrario, con calma y claridad.
- Luchar cada día para hacer mejor lo que ya se hace bien, pues los defectos no desaparecerán por completo aun cuando se inviertan todas las energías en eliminarlos.
Existen numerosos complejos psicológicos, como el de Peter Pan (no querer o no poder madurar) el de superioridad, el de culpabilidad, etcétera. La mejor forma de superarlos es:
- Para tratar de identificarlo, se deben apuntar cada día los momentos en que este complejo se activa para, posteriormente, reflexionar si se tiene responsabilidad sobre lo ocurrido. Por ejemplo: "Hoy me he sentido culpable por llegar cinco minutos tarde a una reunión tras averiarse el autobús".
- Hecha la reflexión, examinar las consecuencias. Así, por ejemplo, no hay por qué dar siempre explicaciones sobre el retraso o correr hasta el lugar de la reunión.
- Atreverse a desafiar al complejo comportándose como si éste no existiera. En el caso anterior supondría no dar explicaciones y caminar con normalidad hasta el destino.
- Verificar que no se ha recibido una censura por ello.
Algunos complejos, como creer que se es gordo, feo o que se tiene la nariz demasiado prominente, pueden provocar un gran malestar psicológico al atribuir excesiva importancia a un rasgo físico.
Todo aquello que nos lleve a focalizar la atención en los rasgos positivos que se poseen atenuará la intensidad del complejo físico. También ayuda descubrir que, tras una conversación con alguien que posea una supuesta imperfección física, esta pasará a un segundo plano y valoraremos a la persona principalmente por lo que es, es decir, por su originalidad e integridad ante las cuales pierden valor los cánones de belleza que la sociedad pretenda imponer.
Por último, conviene advertir que superar los complejos requiere a menudo la ayuda de un profesional de la psicología que refuerce la seguridad personal
y fomente la autoestima, ya que no todas las personas afrontan por sí mismas el proceso de forma adecuada.
Monica Sagardoy, psicóloga general sanitaria del Hospital Quirónsalud Digital
La maternidad y la paternidad son dos de las experiencias más transformadoras y desafiantes en la vida de una persona. Si bien son fuente de alegría, amor y gratificación, también conllevan una serie de retos significativos que los padres enfrentan a lo largo de su trayecto de crianza. En este artículo hablaremos de un fenómeno que suele aparecer durante los primeros meses de vida del bebé, y que se conoce como "ansiedad por separación".
¿Qué es la ansiedad por separación?
La ansiedad por separación es un término que se utiliza para describir una respuesta emocional y conductual que algunas personas, especialmente los niños, experimentan cuando se enfrentan a la separación de las personas a las que están emocionalmente vinculados, como padres, cuidadores u otros seres queridos. Esta ansiedad puede manifestarse en diversas edades, pero es más comúnmente asociada con los bebés y los niños pequeños. Supone una parte normal del desarrollo infantil, relacionada con el desarrollo normal del apego, y suele presentarse en algún momento entre los 6 y 18 meses de edad. A medida que los bebés crecen, comienzan a reconocer a sus cuidadores principales y a depender de ellos para satisfacer sus necesidades físicas y emocionales. Es por eso que separarse de ellos puede desencadenar temores en los bebés, ya que aún no han desarrollado un sentido completo de la permanencia de los objetos y las personas, lo que significa que creen desaparecen cuando están fuera de su vista. Si bien es común, puede ser una experiencia estresante tanto para los bebés como para los padres.
En este artículo, exploraremos los síntomas de la ansiedad por separación en los bebés y brindaremos pautas sobre cómo aliviarla.
Los síntomas de la ansiedad por separación en bebés pueden variar en intensidad y duración. Algunos de los signos más comunes incluyen:
-Llanto inconsolable: los bebés que experimentan ansiedad por separación a menudo lloran intensamente cuando se separan de sus cuidadores.
-Aferrarse: pueden agarrarse a los padres o cuidadores cuando sienten que se acerca una separación.
-Rechazo de extraños: suelen resistirse a estar en brazos de personas desconocidas.
-Dificultad para dormir: la ansiedad por separación a menudo perturba el sueño del bebé, lo que puede llevar a despertares nocturnos frecuentes.
-Cambios en el apetito: algunos bebés pierden el apetito o tienen dificultades para comer.
-Irritabilidad: pueden volverse más irritables y sensibles en general.
Aunque la ansiedad por separación es una parte normal del desarrollo, existen estrategias para aliviarla y promover el bienestar emocional de los bebés:
-Establecer una rutina: los bebés se sienten más seguros cuando tienen una rutina predecible. Establecer horarios regulares para comidas, siestas y actividades puede ayudar a reducir la ansiedad.
-Transiciones suaves: que el momento de separación se haga de forma gradual puede reducir el estrés del bebé. Decir adiós de manera cariñosa y tranquilizadora puede ser útil.
-Juguetes reconfortantes: proporcionar a los bebés objetos tranquilizadores, como un peluche, puede ofrecer consuelo en ausencia de los cuidadores.
-Cuidadores de apoyo: asegurarse de que los bebés tengan cuidadores de apoyo de confianza puede ayudar a calmar su ansiedad cuando los padres no están presentes.
-Comunicación constante: mantener una comunicación constante con el bebé, incluso cuando los padres no están físicamente presentes, puede ofrecer consuelo. Dejar una prenda con el olor de los padres cerca del bebé puede ser reconfortante.
-No minimizar los sentimientos: es importante reconocer y validar los sentimientos del bebé. No minimizar ni ignorar su ansiedad ayuda a construir una base de seguridad emocional.
La ansiedad por separación en bebés es un fenómeno común en el desarrollo infantil. Si bien puede ser estresante tanto para los bebés como para los padres, es importante comprender que es una fase normal y pasajera. Al proporcionar una rutina predecible, transiciones suaves y apoyo emocional, los padres y cuidadores pueden ayudar a aliviar la ansiedad por separación y promover el bienestar emocional de los bebés. El conocimiento y la empatía son herramientas valiosas en el viaje de criar a un bebé ansioso por la separación hacia un niño seguro y confiado en su entorno.
Aun así, hay veces en que las pautas básicas no funcionan, o los padres tienen dificultades para lidiar con este malestar. En esos casos sería necesario que un psicólogo especializado
estudiara caso en profundidad para descubrir las dinámicas internas que están interfiriendo, el carácter del bebé o si puede haber alguna una patología subyacente. En estos casos es importante consultar con un especialista en salud mental que pueda orientar a los padres para mejorar la situación.
Joan Francesc Serra i Pla
Psicólogo clínico especialista en el ámbito Infantojuvenil, adjunto en la Unidad de Salud y Bienestar Emocional del Hospital Quironsalud Digital
La salud mental influye en las relaciones sociales y en el bienestar emocional. Cuidarla resulta fundamental para alcanzar la serenidad y la calidad de vida que todos buscamos. En este blog, profesionales expertos en psicología y psiquiatría nos invitan a profundizar en los distintos aspectos que influyen en la salud y bienestar mental con el objetivo de comprenderla, cuidarla y desterrar tabúes y estigmas.
Psiquiatría y Psicología delHospital Quirónsalud DigitalLa finalidad de este blog es proporcionar información de salud que, en ningún caso sustituye la consulta con su médico. Este blog está sujeto a moderación, de manera que se excluyen de él los comentarios ofensivos, publicitarios, o que no se consideren oportunos en relación con el tema que trata cada uno de los artículos.
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