Quirónsalud
Blog de los Servicios de Oncología de los Hospitales Quirónsalud de Murcia, Torrevieja, Valencia y Tenerife
Post elaborado por la Dietista- nutricionista,Rocío Práxedes de laUnidad de Obesidad Quirónsalud Valencia
La pérdida de peso, así como la desnutrición son frecuentes en lospacientes oncológicos.Esto puede repercutir en complicaciones durante la enfermedad. De esta forma, una evaluación del estado nutricional del paciente temprana es la mejor forma de evitar problemas.
La quimioterapia y la radioterapia, al eliminar las células cancerosas, pueden afectar a las células sanas, y aparecer efectos secundarios como mucositis (inflamación de la mucosa del aparato digestivo), xerostomía (sequedad en la boca), disgeusia (alteración del sentido del gusto), disfagia (dificultad para tragar), diarrea, estreñimiento, náuseas, vómitos, etc.
La anorexia, que es pérdida del apetito, o la caquexia, que se trata de la disminución de peso más por pérdida de músculo, que condicionan la ingesta de alimentos y necesitan de asesoramiento dietético son producidas por el mismo cáncer.
Los tratamientos médicos son cada vez más precisos, es decir, las técnicas de radioterapia y los fármacos avanzan para dirigir la acción sólo a la zona afectada por el cáncer y sólo a las células cancerosas, minimizando así los efectos secundarios.
Los enfermos de cáncer son en muchas ocasiones el blanco de dietas excéntricas que no cuentan con ningún aval científico. La dieta mediterránea es un referente, no tenemos que buscar más, solo cuando los alimentos no sean suficientes para satisfacer al completo la energía y los nutrientes que necesita el paciente oncológico, se recurrirá a productos de nutrición enteral o parenteral, o módulos nutricionales, y eso lo debe valorar el equipo de sanitarios que habitualmente sigue al paciente y tiene acceso a su historia clínica.
Desde Quirónsalud el dietista-nutricionista formará parte del equipo multidisciplinar para abordar todas las cuestiones relacionadas con la nutrición y la alimentación del paciente en cada etapa de la enfermedad.
Las indicaciones nutricionales y dietéticas serán individualizadas, dependiendo de los síntomas, y empezando siempre por una evaluación del estado nutricional del paciente, esto incluye; valorar su ingesta de alimentos, actividad física, la posible interacción fármaco-alimentos, posible presencia de signos de desnutrición, conocer si han habido modificaciones recientes y bruscas del peso corporal, así como observar los párametros en sus analíticas más relacionados con la nutrición.
En el caso de la quimioterapia y la inmunoterapia, los síntomas dependen de los medicamentos empleados, dosis, frecuencia y del estado general del paciente.
En la radioterapia, las manifestaciones dependen de la localización de la radiación. Si es a nivel de cabeza y cuello, las alteraciones más frecuentes son disfagia, odinofania y mucositis. A nivel pélvico, es más común la diarrea, distensión y malabsorción.
Cuando el tratamiento incluye radioterapia y quimioterapia, la intensidad de los síntomas es mayor, por lo tanto, se afecta más el estado nutricional.
El mantenimiento de la masa muscular es el objetivo principal cuando se pautan indicaciones nutricionales en el paciente con cáncer.
En la investigación hay consenso en cuanto a proporcionar al paciente la cantidad exacta de energía y nutrientes que le permitan afrontar la enfermedad sin originar cambios metabólicos secundarios indeseables. En este sentido, están contraindicadas tanto las restricciones innecesarias como la sobrealimentación.
Las células cancerígenas no se eliminan a través de la alimentación, la intervención del dietista-nutricionista consiste en mejorar el estado nutricional del paciente para afrontar la enfermedad y paliar los efectos secundarios indeseados del tratamiento médico y de la propia enfermedad que afectan a la ingesta.
Pero también podemos y debemos trabajar desde la prevención.Hay factores de riesgo para desarrollar cáncer que pueden modificarse, entre ellos: fumar, consumir alcohol, el sobrepeso y la obesidad, la actividad física insuficiente, el consumo excesivo de carne roja procesada, el exceso de sal, y la baja ingesta de frutas y verduras.
Determinadas formas de cocinar los alimentos también pueden generar sustancias químicas carcinógenas o potencialmente carcinógenas, una recomendación general es evitar los alimentos que se quemen o cocinen excesivamente, y los que estén en contacto con el fuego o el humo.
Es importante saber que la obesidad está asociada con cáncer endometrial, esofágico, renal, pancreático, hepatocelular, gástrico, meningiomas, mielomas múltiples, colon y recto, de mama en mujeres posmenopáusicas, ovario, vejiga y tiroides.
Los efectos secundarios suelen aparecer a los 10 a 15 días del inicio del tratamiento y son más intensos cuando se ha alcanzado los 2/3 de la dosis total. Desaparecen a las 2 a 4 semanas de finalizar el tratamiento, aunque algunos síntomas como las alteraciones del gusto y el olfato o la disminución de la salivación pueden tardar meses en desaparecer o incluso más tiempo.
Los efectos agudos más importantes se producen cuando se irradia cabeza y cuello (odinofagia, xerostomía, mucositis, alteraciones dentarias y propensión a micosis); a largo plazo la desnutrición puede cronificarse por la disminución del apetito, por ageusia y xerostomía prolongadas, y por la fibrosis y estenosis local que ocasiona disfagia. La radioterapia torácica produce vómitos, fibrosis y estenosis esofágica que dificultan la alimentación. La radioterapia abdominal y pélvica se asocia a cuadros de diarrea, malabsorción y obstrucción o suboclusión intestinal.
El dietista-nutricionista debe individualizar los consejos dependiendo de los síntomas que presente el paciente para lograr el equilibrio de energía y nutrientes basándonos en su peso corporal, edad, actividad diaria, el estado de la enfermedad, la ingesta y las preferencias alimentarias. El asesoramiento debe considerar la presencia y la gravedad de los síntomas, explicar al paciente las razones y los objetivos de las recomendaciones nutricionales, y motivar a adaptarse a la demanda nutricional alterada por su enfermedad.
Los efectos secundarios indeseables de la quimioterapia dependen de factores asociados con el fármaco y con el paciente: toxicidad hematológica (la anemia está asociada con peores resultados en los tratamientos), toxicidad digestiva, toxicidad cardíaca, renal, vesical, pulmonar, neurológica, dermatológica (la alopecia es una de las consecuencias más frecuentes) o gonadal.
Como en laradioterapia, el manejo nutricional y dietético dependerá de los síntomas, así que en ambos tratamientos, pueden ser muy útiles las siguientes indicaciones:
Si hay anorexia:
· Elegir preferiblemente texturas blandas. Porque la masticación intensa puede provocar saciedad precoz y ser extenuante.
· Restringir el uso de carnes grasas y vísceras por producir saciedad.
· Fraccionar la ingesta y y que sean de poco volumen.
· Enriquecer los platos con alimentos proteicos, o con hidratos de carbono o grasas como aceite, queso rallado o nata líquida.
· Las preparaciones deben proporcionarse a temperatura templada.
· Optar por snacks de alta densidad calórica pero además nutritivos: membrillo con queso, cuajada con frutos secos y miel, tostadas con paté de aceitunas...
· Un ambiente familiar y tranquilo estimula la ingesta. Hay qu evitar los entornos solitarios y estresantes.
· Cuidar la presentación del plato.
Si hay alteración del gusto, dependiendo si la percepción del sabor ha aumentado o disminuído, considerar lo siguiente:
· La cocción prolongada tiende a disminuir el olor y el sabor de los alimentos.
· La adición o evitación de especias de sabor y olor intenso.
· Las carnes rojas presentan mayor percepción de sabor metálico.
Si hay náuseas o vómitos:
· Reducir el aporte de líquidos durante las comidas.
· Fuera de las comidas, optar por bebidas como zumos y caldos de carnes magras, en pequeñas cantidades.
· Evitar que el paciente cocine.
· Cocinar tapando las ollas y sartenes para evitar que el paciente perciba los olores.
Si tiene la boca seca:
· Evitar alimentos secos y fibrosos como la carne a la plancha. Mejor guisada.
· Evitar alimentos que se disgreguen al masticarlos.
· Optar por recetas que contengan alimentos jugosos.
· Antes de comer, masticar chicle o tomar zumos ácidos, si se toleran.
Y otras recomendaciones generales como:
· Mantener una buena higiene bucal, utilizar un cepillo suave y enjuagarse bien.
· Asegurar una correcta hidratación. Se pueden usar espesantes naturales.
· Consumir comidas frecuentes de ser necesario. Evitar saltarse comidas.
· Asegurar, en lo posible, la ingesta de todos los grupos de alimentos.
· Escoger alimentos cuya temperatura no dificulte su consumo.
· Hay que saber que la mayor parte de las comidas son bien toleradas por las mañanas. Aprovechar esas horas del día para realizar las comidas más nutritivas y energéticas.
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Una parte importante del tratamiento del cáncer, la rehabilitación oncológica
Texto elaborado por la fisioterapeuta Marta Leyda Menéndez, supervisora de rehabilitación de Quirónsalud Torrevieja.
La rehabilitación en cáncer es un programa terapéutico que ayuda a las personas con cáncer a mantener y restablecer su bienestar físico y emocional permitiendo una mejora en la calidad de vida y una más rápida recuperación.
Esta rehabilitación es realizada por un equipo transdisciplinar formado por el médico rehabilitador, fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales de nuestros centros Quirónsalud.
El equipo de especialistas desarrollará un plan de rehabilitación integral personalizado para cada paciente, teniendo en cuenta la situación en que se encuentra la persona, sus preferencias y objetivos.
El programa de rehabilitación del cáncer personalizado está indicado para todo tipo de cáncer y para todas las etapas del proceso por las que vaya pasando el paciente.
Por tanto, la rehabilitación se puede realizar antes, durante y después del tratamiento oncológico formulando un plan corto, medio y largo plazo en función de las necesidades del paciente.
Este plan de rehabilitación consiste en una serie de técnicas y programas terapéuticos entre los que se encuentran:
Uno de los objetivos de la rehabilitación oncológica es ayudar al paciente a instaurar cambios saludables en su vida que perduran tras el tratamiento.
Estos hábitos son:
En Quirónsalud contamos con un equipo de especialistas en Rehabilitación oncológica.
Post elaborado por Nuria Javaloyes, psicooncóloga de la Plataforma de Oncología de Quirónsalud Torrevieja.
Cuando llega la Navidad parece que todo se llena a nuestro alrededor de felicidad, alegría, ganas de fiesta y celebración. Por eso, cuando hay un enfermo oncológico en casa o cuando nosotros mismos estamos atravesando un proceso oncológico sentimos que son momentos difíciles de vivir ya que hay una gran diferencia entre cómo nos encontramos por dentro, con miedo, tristeza y sin ganas de celebración y las emociones o los estímulos que percibimos de fuera. Esto genera mayor sensación de aislamiento y soledad que en el resto de días del año.
No existen fórmulas mágicas de cómo vivir la Navidad con cáncer, pero sí podemos sugerir diferentes caminos para afrontarla de la mejor manera posible.
Desde Quirónsalud, nuestro equipo de psicooncología recomienda:
Si hay algo importante durante este proceso es la actitud que el paciente tenga durante el tratamiento, por ello gestionar las emociones puede ser clave en esta época del año tan familiar y festiva.
Desde Quirónsalud, queremos dar algunas recomendaciones para mejorar la actitud de los pacientes oncológicos durante estas fechas navideñas.
- Seleccionar de entre todo lo que pasa en Navidad aquello que nos aporte bienestar y paz y rechazar todo lo que se realiza por compromiso o obligación.
- Delegar tareas que antes hacías. No hay porqué renunciar a reuniones familiares si te hacen bien, compartiendo tareas y dejándote ayudar será más llevadero para todos.
- Permitirse vivir la situación tal cual es este año, sin comparar con años previos, siendo consciente de las limitaciones e intentando manejar la frustración que genera.
- Sé respetuoso contigo mismo, date permiso para retirarte de la cena o la comida pronto, o hacer varias siestas si el cuerpo te lo pide durante el día. Estar cansado o triste es normal y es saludable permitírselo. Mimarse a uno mismo es el mejor regalo navideño.
- Dialoga con el sentimiento de culpa desde la amabilidad hacia ti mismo. No te generes más presión pensando que debido a tu estado los demás van a tener que cambiar sus planes y van a estar mal por ti. Quiérete, no te hagas daño ni te castigues por algo que no depende de ti.
Cuando llegan los días de vacaciones por Navidad es fundamental estar presentes con los niños, pero la presencia ha de ser de calidad. Esta presencia de calidad se consigue fomentando la atención plena en el momento que estamos viviendo. La experiencia consciente de compartir tiempo juntos ya puede ser en sí misma enriquecedora para todos, grandes y pequeños en Navidad, enfermos y sanos.
Este año con un familiar con cáncer en casa, va a ser una Navidad diferente a la de otros años, pero no tiene por qué ser peor. Podemos hacer más énfasis en lo que sí podemos hacer y pasar unas Navidades mucho más hogareñas con actividades adaptadas a la persona que está atravesando el proceso oncológico y haciendo partícipes a los niños invitándoles a dibujar, a hacer galletas, a cantar villancicos etc.
Para nuestros peques somos sus modelos en la gestión emocional, por eso es importante permitirnos expresar todas las emociones que pueden coincidir en estos días, aunque parezcan contradictorias, como la alegría o la tristeza, el miedo o el amor y la ternura. Si nuestros peques ven que hablamos de lo que sentimos y lo expresamos llorando, riendo o abrazándonos por ejemplo, ellos también normalizaran y aprenderán formas de gestión adecuada de las emociones.
Si eres paciente oncológico y quieres consultar con nuestro equipo de psicooncología cómo afrontar estos momentos, nuestros expertos te atienden.
Post elaborado por la doctora Alba Gómez Zubiaur, dermatóloga-tricóloga y responsable de la Unidad de medicina capilar en Quirónsalud Valencia y IMR.
El pelo constantemente está en proceso de crecimiento y renovación. Algunos tratamientos contra el cáncer, como son la quimioterapia o radiofrecuencia, causan la pérdida del pelo en mechones o por completo.
Es normal que tanto los hombres como las mujeres se preocupen por su aspecto durante el tratamiento, por ello la caída del cabello suele ser una de las preocupaciones de la mayoría de los pacientes oncológicos, ya que afectará a su imagen y puede que a su autoestima.
La pérdida de pelo ocurre cuando los medicamentos de la quimioterapia dañan los folículos pilosos, lo que ocasiona la caída del cabello. Puede ser difícil predecir cuáles pacientes perderán su cabello y cuáles no, incluso al recibir los mismos medicamentos.
Algunos medicamentos pueden causar adelgazamiento del cabello o la pérdida del pelo solamente en el cuero cabelludo. Otros también pueden causar el adelgazamiento o pérdida del vello púbico, así como el de los brazos y las piernas, al igual que las cejas y las pestañas.
La caída del cabello, comúnmente comienza dentro de dos semanas después de iniciado el tratamiento y empeora en uno o dos meses después de su inicio. Puede que el cuero cabelludo se vuelva muy sensible al lavar la cabeza, así como al peinarse o cepillarse. No obstante, el cabello a menudo vuelve a crecer incluso antes de que finalice el tratamiento.
La quimioterapia incluye una serie de regímenes farmacológicos orientados a la destrucción de las células tumorales. Estas células tienen una alta tasa de mitosis, o renovación celular, por lo que este tipo de fármacos buscarán frenar esa replicación, interfiriendo en sus mecanismos o destruyéndolos.
Es por ello, que uno de los efectos adversos colaterales más frecuentes de estos fármacos, son el pelo y las uñas, los anejos cutáneos. Se trata de estructuras celulares que también poseen una alta tasa de crecimiento y renovación, por lo que este proceso también se verá afectado, de forma secundaria, por la quimioterapia.
Es frecuente observar alteraciones ungueales, así como caída de cabello en los pacientes tratados con quimioterapia.
Al igual que la quimioterapia, aunque por un mecanismo no perfectamente superponible, la radioterapia también puede ocasionar caída de cabello y alopecia. Según la agresividad empleada en la radiación de la misma esta pérdida de densidad será transitoria o permanente.
No solo tras la quimioterapia, también durante la misma. Los fármacos empleados para tratar los tumores afectarán a las células madre foliculares, interfiriendo en su replicación y por lo tanto, impidiendo el funcionamiento del ciclo capilar normal.
Los cabellos detienen su fase de crecimiento o anágena de forma abrupta y patológica, por lo que se desprenden de forma simultánea, ocasionando una gran caída en un corto periodo de tiempo.
Esta es una de las preguntas más frecuentes de los pacientes que sufren estos efectos secundarios. La respuesta es que el cabello volverá a crecer tras finalizar los ciclos de tratamiento, es habitual observar una recuperación progresiva del cabello. Tan solo un pequeño porcentaje de los pacientes no lo recuperarán por completo y la densidad se verá afectada a largo plazo. Antes de los 6 meses posteriores al tratamiento, se habría de recuperar la densidad capilar.
En la actualidad, existen los sistemas denominados "scalpcooling" que mediante gorros específicamente diseñados que se colocan sobre el cuero cabelludo permiten preservar las unidades foliculares del efecto de los fármacos quimioterápicos.
Estos dispositivos se basan en el enfriamiento de las unidades foliculares. Su empleo no se realiza de forma rutinaria, es necesario estudiar cada caso y valorar sus posibles beneficios, su eficacia en cada paciente y si va a ser bien tolerado. Además, los costes derivados de su empleo aún son elevados y solo han demostrado ser eficaces en la prevención frente a algunos de los fármacos empleados y sólo en algunos tipos de tumores.
Es esencial mantener la piel hidratada, ya que muchos tratamientos quimioterápicos provocan xerosis o sequedad cutánea.
Además, será importante tener las láminas ungueales cuidadas y cortas, para evitar procesos de enclavamiento lateral o inflamación de pliegues ungueales.
Respecto al cabello, cuidados con champús de uso frecuente y si existiera rojez o descamación en el cuero cabelludo tratarlo de forma específica, tras consultar al dermatólogo.
En ocasiones también hidrata con productos orientados a este fin el cuero cabelludo.
Cuando la caída capilar comienza, puede ser aconsejable el corte del cabello, de forma que minimicemos el impacto psicológico resultante de esta caída tan brusca y aparatosa.
En resumen, durante el tratamiento de quimioterapia y tras el mismo los cuidados son muy similares. Si tras 6 meses de haber finalizado la pauta de tratamiento con quimioterapia no se ha recuperado correctamente la densidad capilar, obteniendo un cabello similar al de antes de haber recibido el tratamiento, se recomienda consultar con el dermatólogo especialista en tricología. Actualmente disponemos de opciones de tratamiento que permiten intervenir en estos casos de lenta o escasa recuperación, así como acelerar el proceso de crecimiento en muchos otros casos.
Texto elaborado por la doctora Irene López, otorrino de Quirónsalud Valencia.
El cáncer de la orofaringe es un tipo de tumor maligno de cabeza y cuello que aparece en la región de las amígdalas, paladar, pared posterior de la garganta y base de lengua.
La mayoría de los cánceres de orofaringe son carcinomas de células escamosas, también llamado epidermoides. Las células escamosas son las células delgadas y planas que revisten el interior de la orofaringe.
El factor fundamental de su desarrollo es el tabaco, pero en los últimos años, ha habido un incremento exponencial del carcinoma escamoso de orofaringe por la infección del virus papiloma humano (VPH) por transmisión sexual. Esta última variante tiene mejor pronóstico y respuesta al tratamiento. El segundo tumor en frecuencia es el linfoma, un tipo de cáncer que afecta al sistema linfático, y tanto las amígdalas como la base de lengua (amígdala lingual) forman parte de este sistema y pueden verse afectadas.
El síntoma más frecuente de este tipo de tumores es el dolor de garganta, asociado a sangrados ocasionales en mayor o menor medida de la región oral.
Algunos de estos pacientes debutan con dolor de oído reflejo (otalgia refleja), que suele ser muy intensa e intermitente. También presentan dificultad en la deglución, sobre todo a sólidos (disfagia) y en ocasiones dificultad para respirar (disnea) y pérdida de voz (disfonía). Estos síntomas suelen ser en tumores de tamaño avanzado.
Puntualmente, los pacientes no tienen molestias faríngeas, pero acuden porque les ha salido un bulto en el cuello, que finalmente resulta ser un ganglio cervical maligno (adenopatía) y al realizar la exploración completa encontramos un primer tumor en la región de la orofaringe, que ha generado una metástasis regional en el ganglio del cuello.
La exploración física que realizamos en consulta los Otorrinolaringólogos es fundamental. Es imprescindible que la exploración sea minuciosa y suele consistir en la exploración directa de la cavidad oral y orofaringe (con una luz frontal y depresores de madera), en la palpación del cuello para detectar posibles ganglios afectos y en la utilización de cámaras de fibra óptica o videofibroendoscopia de chip distal para explorar la faringe y laringe.
La especialidad que realiza el diagnóstico de este tipo de tumores y en ocasiones el tratamiento inicial es el Otorrinolaringólogo.
Por ello, ante cualquier síntoma que hemos mencionado antes, que dure más de 2-3 semanas, es fundamental acudir a la consulta de Otorrinolaringología de Quirónsalud, donde nuestros especialistas tienen capacitación completa para explorar adecuadamente la región de cabeza y cuello.
Como ocurre en casi todas las patologías médicas, tanto completar el diagnóstico final como el tratamiento requiere un manejo multidisciplinar en el que pueden llegar a estar implicadas varias especialidades médicas, como son la radiología, anatomía patológica, medicina nuclear, oncología médica, oncología radioterápica, cirugía maxilofacial, hematología y cirugía plástica y reconstructiva.
También es necesaria la participación de otros profesionales de la salud como enfermería y logopedia, ya que estos últimos ayudan a la rehabilitación de la deglución de nuestros pacientes.
El abandono del hábito tabáquico es fundamental al ser el principal factor de riesgo.
Por otra parte, como he mencionado antes, la infección por VPH es el factor exponencial que más afecta en los últimos años. Actualmente disponemos de la vacuna para el VPH, que hasta hace unos meses, solo estaba financiada para las niñas en el calendario vacunal de la seguridad social, ya que inicialmente esta vacuna se instauró para controlar el cáncer de cuello de útero de las mujeres. Sin embargo, este año se ha aprobado ampliar la vacunación y que sea universal para niños y niñas, ya que hay evidencia científica suficiente para entender que la prevención de la infección por VPH va a ser la herramienta fundamental de control en el cáncer de orofaringe en el futuro. Así que los otorrinolaringólogos celebramos esta medida y esperamos que se implemente en cada comunidad autónoma lo antes posible.
El tratamiento depende del tipo de tumor y de su extensión. En el caso del carcinoma epidermoide (el más frecuente) suele ser tratamiento quirúrgico o radioterapia inicial, reservando para los tumores más avanzados la combinación de cirugía con radioterapia y quimioterapia.
También se implementa en la actualidad algunos tratamientos basados en la inmunoterapia en combinación con los anteriores.
En el caso del linfoma el tratamiento está coordinado por hematología y está basado en esquemas de quimioterapia y radioterapia.
Muchos de estos signos y síntomas mencionados a lo largo del post pueden también ser causados por otras dolencias diferentes al cáncer, o incluso por otros tipos de cáncer. Por ello, es importante consultar con un médico o si alguna de estas condiciones dura más de 2 semanas para que se pueda encontrar y tratar la causa, de ser necesario.
Solicita más información en el servicio de otorrinolaringología de Quirónsalud Valencia
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