Quirónsalud
Blog de los Servicios de Oncología de los Hospitales Quirónsalud de Murcia, Torrevieja, Valencia y Tenerife
Con la llegada del verano exponemos nuestra piel al sol y en muchas veces no somos conscientes del peligro que este puede suponer para nuestra piel si no la protegemos.
Los especialistas insisten siempre en lo nocivos que resultan los rayos ultravioleta para la dermis, tanto a nivel estético como de salud, ya que la exposición solar sin la protección adecuada favorece la aparición de arrugas, estropea la piel y, además, eleva el riesgo de cáncer de piel o cataratas, entre otros.
La fotoprotección, es una de las soluciones que hoy en día tenemos para cuidar nuestra piel. Lo idóneo es que el hábito de proteger la piel del sol se mantenga durante todo el año y no solo en verano.
El cáncer de piel es un tipo de tumor frecuente que se produce por el crecimiento anormal y descontrolado de las células de la piel cutáneas alteradas por la radiación ultravioleta (UV) procedente o bien de la luz solar o de las camas de bronceado.
Se suele manifestar por tanto con mayor frecuencia en la piel expuesta al sol, no obstante, también se puede localizar en otras áreas que no están tan expuestas a radiación. Existen dos tipos principales de cáncer de piel: melanoma y cáncer de piel no melanoma.
La Cirugía Micrográfica de Mohs permite un examen inmediato del alcance de la lesión.
El dermatólogo extrae el tejido tumoral, y reconstruye la zona, y el patólogo lo analiza a través del microscopio para identificar todas las raíces del cáncer, y detectar posibles tumores residuales que precisen una nueva extirpación.
Esta cirugía consigue un alto porcentaje de curación, y además evita la destrucción del tejido sano.
El objetivo de la cirugía de Mohs es extraer la mayor cantidad de cáncer de piel posible y, a su vez, reducir al mínimo el daño a los tejidos sanos que lo rodean. Por lo general, se realiza de forma ambulatoria con anestesia local.
Como decíamos, con la cirugía de Mohs se permite eliminar el cáncer visible y un pequeño margen del tejido sano que lo rodea al mismo tiempo. Este procedimiento permite a los cirujanos verificar que se hayan extraído todas las células cancerosas al momento de la cirugía y aumenta las posibilidades de curarse, reduciendo la necesidad de recurrir a tratamientos adicionales o a otra cirugía.
Esta es una de las preguntas frecuentas que resolvemos los dermatólogos de Quirónsalud.
La cirugía se realiza ante tipos de cánceres de piel de células basales y de células escamosas.
La opción de una cirugía u otra depende del tipo de cáncer de piel, su estadio y su localización. En el caso de ciertos cánceres de piel con un alto riesgo de propagación, a veces se administrarán otros tratamientos, como radiación o quimioterapia, después de la cirugía.
Existen diferentes tipos de cirugía y en Quirónsalud somos pioneros en el abordaje del cáncer cutáneo mediante la cirugía micrográfica de Mohs. Una técnica que nos permite extirpar este tipo de tumores cutáneos y analizar de forma inmediata el alcance de la lesión, evitando la destrucción del tejido sano, lo que nos permite conseguir un alto porcentaje de curación.
La cirugía micrográfica de Mohs es una intervención clave sobre todo si existe alto riesgo de que la enfermedad reaparezca con posterioridad o cuando se desconoce la extensión del cáncer de piel y además está localizado en áreas complejas.
Además de la cirugía para tratar el cáncer de piel, como la cirugía de Mohs, de la que hablábamos, también existen diferentes técnicas como: crioterapia, terapia fotodinámica o cirugía láser.
La prevención es básica para este tipo de cáncer, aprovecho sobre todo ahora de cara al Día Europeo de la Prevención del Cáncer de Piel para hacer un llamamiento a acudir a las revisiones anuales, puesto que la estimación es que cuatro de cada diez españoles tendrán cáncer de piel a lo largo de su vida.
Esta es una enfermedad más frecuente de lo que pensamos entre la población y el diagnóstico precoz resulta vital para poder hacer frente a la enfermedad y salvar muchas vidas.
Nuestro equipo de dermatología avanzada hace uso de la dermatoscopia digitalizada (Fotofinder), que no solo revela el estado de los lunares, sino que además nos permite detectar a tiempo la existencia de nuevas lesiones.
Otra de las preguntas recurrentes en nuestros centros de Quirón Salud, es si la operación del cáncer de piel lo elimina por completo. Podemos decir que la cirugía de Mohs tiene un índice de curación de 99% en el tratamiento del cáncer de piel.
Las personas a quienes se les ha diagnosticado cáncer de piel tienen un riesgo mayor de volver a presentarlo, en comparación con las personas que nunca han tenido cáncer de piel.
Casi la mitad de las personas que reciben un diagnóstico de los tipos de cáncer de piel más frecuentes volverán a presentar otro tipo de cáncer de piel en un período de cinco años.
Por ello, puedes someterte a exámenes de la piel como mínimo una o dos veces por año, y con mayor frecuencia si tu cáncer fue agresivo o hay más posibilidades de que vuelva a aparecer.
Texto elaborado por la Unidad de Dermatología Oncológica de Quirónsalud Valencia
Una mamografía es una imagen de la mama tomada con rayos X. Los médicos usan este tipo de pruebas para buscar signos de cáncer de mama en sus etapas iniciales. Está establecida a nivel mundial para el diagnóstico precoz del cáncer de mama en pacientes que no presentan síntomas.
Las mamografías habituales son las mejores pruebas que tienen los médicos para detectar el cáncer de mama en sus etapas iniciales, a veces hasta tres años antes de que se pueda sentir.
La mamografía es una exploración que utiliza rayos X de baja dosis para la obtención de la imagen mientras se comprime la mama durante unos segundos. Se realiza de forma ambulatoria en los hospitales de referencia o en los centros de especialidades.
La paciente se coloca de pie frente a una máquina especial de rayos X. Se coloca la mama sobre una placa de plástico, posteriormente se cubrirá esa mama con otra placa, presionando firmemente.
Las placas aplanarán la mama y la mantendrán inmóvil mientras se toma la radiografía. Los pasos se repiten para tomar una imagen del costado de la mama. El estudio convencional consta de dos proyecciones de cada mama.
Este proceso se repite con la otra mama.
El técnico debe ser capaz de adecuar los parámetros del mamógrafo al tipo de mama de la paciente. Las mujeres portadoras de prótesis requieren una técnica modificada y adaptada que permite la adecuada valoración del tejido mamario y de la prótesis.
En los centros de Quirónsalud, se realizan las mamografías 3D o tomosíntesis para la revisión y posible diagnóstico en las mamas. Esta tecnología permite la captura de múltiples imágenes de cada mama a partir de cortes milimétricos, mejorando así los resultados, porque analiza milímetro a milímetro el tejido mamario, permitiendo identificar lesiones más pequeñas en estadios más tempranos.
En Europa se suele realizar una mamografía cada dos años en las mujeres entre los 50 - 70 años.
Es cierto que países con mucha incidencia amplían el rango entre los 45 y los 75 años y algunas asociaciones en Estados Unidos también recomiendan empezar antes, pero las evidencias científicas son dudosas.
Si existen factores de riesgo elevado, como el genético, los estudios de screening comienzan a edades más tempranas.
El día de la exploración es recomendable aportar los estudios previos paravalorar la estabilidad de los hallazgos, facilitando el diagnóstico y la conducta a seguir. Si el radiólogo considera necesario se contacta con la paciente antes del plazo previsto.
Alguno de los consejos que damos desde Quirónsalud son:
De esta manera durante la toma del estudio el dolor será menor al oprimir la mama y la imagen resultará mucho mejor
No es un requisito, pero puede ayudarte a sentirte más relajada.
Si la mamografía es normal es recomendable continuar con los controles en los plazos establecidos según los antecedentes de cada paciente.
Para la mayoría de las mujeres hacerse una mamografía es un proceso molesto, algunas lo encuentran doloroso (en especial si la paciente se encuentra en fase premenstrual). Este tipo de prueba, solo toma unos minutos y las molestias desaparecen pronto.
Ante el temor que pueda generar la realización de esta prueba es importante recordar que un diagnóstico precoz disminuye los tratamientos agresivos y mejora considerablemente el pronóstico de las pacientes.
En los centros de Quirónsalud contamos con la última tecnología para la realización de pruebas que indiquen el hallazgo de algún tipo de cáncer.
Recuerda que el cáncer de mama es uno de los más habituales en las mujeres y este tipo de prueba te pueden ayudar a detectarlo a tiempo. Por ello recomendamos acudir de forma periódica y cuando esté indicado a las pruebas. Recuerda que en casa debes hacerte autoexploraciones que te ayudarán a detectar algún tipo de problema en la mama en caso de que haya.
Texto elaborado por la doctora Anneliese Llanes del servicio de Diagnóstico por la imagen de Quirónsalud Valencia
El cáncer del hígado puede ser causado por las células propiamente hepáticas y también por las células relacionadas con los conductos biliares.
Ambos cánceres son diferentes: el primero es el hepatocarcinoma y el segundo es el colangiocarcinoma. Tambien existen tumores raros como el hepatoblastoma, principalmente en la infancia, y distintos tipos de sarcomas originarios en el hígado.
Además, cualquier cáncer humano, originado en los diferentes órganos puede diseminarse y provocar metástasis hepáticas. Las metástasis hepáticas aparecen con frecuencia en tumores malignos diseminados. Cada uno de estos supuestos requiere un enfoque diferente en el diagnóstico y tratamiento
El hepatocarcinoma, o tumor originado en las células del hígado se inicia generalmente después de padecer durante varios años una cirrosis hepática (80-90% de los casos), producida por alcoholismo o infecciones víricas (virus hepatitis C o virus hepatitis B), aunque también hay casos más raros que se deben a otras alteraciones del hígado (hemocromatosis, porfiria, enfermedad de Wilson, deficiencia de antitripsina, autoinmunidad, etc.).
Se espera una importante disminución de la incidencia de hepatocarcinoma en los proximos años por la eficacia actual del tratamiento de la hepatitis virus C, así como el efecto preventivo sobre la hepatitis virus B de las campañas de vacunación infantil, pero constituye a nivel global uno de los cánceres más frecuentes, sobre todo en países donde la hepatitis B es endémica (África y Océano Pacífico donde la padecen el 6% de la población, o Mediterráneo Oriental y Sudeste Asiático donde la padecen el 3% de la población).
Por otra parte, el aumento de la obesidad en la población se ha asociado a la aparición de degeneración grasa del hígado, que puede evolucionar hacia cáncer de hígado (5-10%).
El cáncer de hígado manifiesta pocos síntomas inicialmente porque éstos aparecen progresivamente, a medida que el tumor se desarrolla y se deteriora la función hepática.
Generalmente incluyen los siguientes:
En los pacientes que ya tienen el diagnóstico de cirrosis hepática (por alcohol o hepatitis) se siguen controles periódicos de imagen con Ecografías, Resonancias o TACs para diagnosticar y tratar precozmente el hepatocarcinoma en fases iniciales.
También se efectúan periódicamente controles de imagen en pacientes con otros cánceres que tienen riesgo de producir metástasis hepáticas, con la finalidad de hacer el diagnóstico antes de que la enfermedad produzca síntomas.
Siempre se recomienda la prevención: evitar el consumo de alcohol para prevenir la cirrosis, vacunarse de hepatitis B, y evitar el contagio de virus hepatitis B y C, que pueden ser transmitidos por contacto sexual o a través de líquidos corporales incluyendo saliva, sangre, etc.
El hepatocarcinoma ocasionalmente puede sospecharse mediante un análisis de sangre, por la elevación del marcador tumoral, que es la alfa-feto proteína.
Si presentas posibles signos o síntomas de cáncer de hígado, te recomendamos acudir a tu hospital Quirónsalud y consultarlo con tu médico.
En estos casos, el médico consulta sobre el historial médico, síntomas y realiza un examen para detectar signos de cáncer de hígado y otros problemas médicos, se presta atención especial atención sobre el abdomen, piel y la parte blanca de sus ojos para saber si presenta ictericia (color amarillento). Seguidamente se realizarán análisis se sangre y orina y algún aprueba de imagen hepática. Finalmente se realiza una biopsia que permite establecer el diagnóstico y orientar el tratamiento multidisciplinario.
Después de diagnosticar un tumor en el hígado, el siguiente paso es averiguar si este se ha propagado y si es así localizarlo. La etapa (estadio) de un cáncer describe cuanto cáncer hay en el cuerpo, y ayuda a determinar qué tan grave es el cáncer, así como la mejor manera de tratarlo.
Las etapas del cáncer de hígado van desde la etapa I (1) a IV (4). Por regla general, mientras más bajo sea el número, menos se ha propagado el cáncer. Un número más alto, como la etapa IV, significa una mayor propagación del cáncer. Si bien la experiencia del cáncer de cada persona es única, los cánceres con etapas similares suelen tener un pronóstico similar, aunque a menudo son tratados de manera distinta según el tamaño, localización, estado funcional hepático y estado general del paciente.
Por lo general, la etapa del cáncer de hígado se determina según los resultados del examen médico, las biopsias, y los estudios por imágenes (ecografía, CT o MRI, etc.), también llamada etapa clínica. Si se realiza una cirugía, la etapa patológica (también llamada la etapa quirúrgica), se determina mediante el examen del tejido extirpado durante una operación.
Texto elaborado por el doctor Antonio Brugarolas, jefe del servicio de oncología de Quirónsalud Torrevieja
Metástasis es la palabra más tímida del cáncer. Es el proceso por el cual las células tumorales se trasladan del tumor originario y se implantan en otro órgano distinto del que se ha originado.
Utilizan para ello los vasos sanguíneos y linfáticos. Por ello, no cambia su nombre. La metástasis en huesos de un cáncer de pulmón, no es un cáncer de hueso sino que sigue siendo cáncer de pulmón con las características moleculares de las células del tumor originario es decir, un cáncer de pulmón en el hueso.
Cuando un cáncer se desarrolla con metástasis esta puede aparecer en el seno del tumor originario, en alguna célula se altera un grupo de genes específicos que la habilitan para migrar implantarse en otro órgano.
Que un cáncer se desarrolle con metástasis, puede ocurrir desde muy pronto en el desarrollo del cáncer o puede no ocurrir nunca.
En el caso de que se desarrolle, el conocimiento más preciso de ese mecanismo molecular permitirá el desarrollo de fármacos capaces de bloquear esa capacidad metastásica.
Desde el diagnóstico de cáncer se realizan una serie de estudios analíticos y radiológicos, como son: TAC, Resonancia Magnética, PET, o Gammagrafia ósea, encaminados a detectar la existencia de metástasis o descartarlas.
En la mayoría de los casos los tumores son localizados (los estudios no han podido demostrar la existencia de metástasis al menos a un nivel detectable), aunque existe un porcentaje de casos (alrededor de un 20%) en el que el diagnóstico se produce con enfermedad metastásica o avanzada.
Estos estudios pueden repetirse periódicamente en el tiempo ya que las metástasis pueden hacerse detectables cuando el cáncer está localizado, en caso de que antes fuera microscópicas y por tanto no se pudieran detectar.
Las metástasis son tumores que siguen creciendo en un órgano distinto del que se originaron. Sólo cuando adquiere cierto número y tamaño acaban provocando insuficiencia en el órgano en el que se encuentra como dificultad para respirar, ictericia, ascitis, dolor por fracturas óseas, alteraciones neurológicas, etc.
En una gran proporción de casos, las metástasis no producen síntomas sino que son hallazgos de los estudios rutinarios iniciales.
En otro alto porcentaje de casos son los síntomas de las metástasis los que llevan al diagnóstico del cáncer en fase avanzada y los estudios se enfocan a la búsqueda del tumor originario.
Normalmente al paciente se le explica la situación de un pronóstico más incierto o irreversiblemente fatal.
Se le explica que el tratamiento enfocado al tumor originario no es tan relevante, sino que el tratamiento debe de estar enfocado a tratar todas las localizaciones metastásicas además del tumor primario.
Esto se suele conseguir generalmente con la quimioterapia.
En algunos casos se utilizan otras técnicas terapéuticas como cirugías radioterapia o procedimientos paliativos para aliviar los síntomas específicos de una metástasis concreta.
El cáncer metastásico, en general, es una situación de mal pronóstico, de incurabilidad.
No obstante, esta afirmación no es universal. Existen tumores como linfomas, leucemias, tumores germinales que, o bien son diseminados de inicio o lo son con mucha frecuencia, pero con el tratamiento apropiado son perfectamente curables.
Desde hace unos años se ha identificado el cáncer "oligometastásico" que es un cáncer que por su comportamiento genera un número muy limitado de metástasis que, tratados con radicalidad, como Cirugía y Radioterapia con técnicas especiales, también ofrece la posibilidad de curación.
Últimamente la inmunoterapia está demostrando en algunos cánceres (cáncer de riñón, cáncer de piel) una posibilidad de curación que no se conseguía con otras técnicas terapéuticas, lo que ha generado la expectación de poder curar otros tipos de tumores en fase metastásica.
La combinación del conocimiento de los mecanismos moleculares de la metástasis y la correcta aplicación de los tratamientos innovadores incrementará sustancialmente la capacidad curativa de un cáncer metastásico.
Texto elaborado por el doctor Joseba Rebollo, oncólogo del Hospital Quirónsalud Torrevieja y Alicante
El cáncer de colon es una enfermedad por la cual se forman células malignas, cancerígenas, en los tejidos del colon. Entre los signos del cáncer de colon está la presencia de sangre en las heces o cambios en los hábitos intestinales. El diagnóstico de este tipo de cáncer se hace mediante pruebas que examinan el colon y el recto. Los antecedentes médicos afectan el riesgo de cáncer de colon.
El colon es una parte del aparato digestivo del cuerpo. Este extrae y procesa los nutrientes (vitaminas, minerales, carbohidratos, grasas, proteínas y agua) de los alimentos y ayuda a eliminar materiales de desecho del cuerpo. El colon es la parte más larga del intestino grueso y mide alrededor de 5 pies de largo. El recto junto con el conducto anal forman la última parte del intestino grueso y miden alrededor de 6 a 8 pulgadas de largo.
Entre los síntomas y signos de este tipo de cáncer se incluyen:
En caso de detectar alguna de estas señales en tu cuerpo lo recomendable es acudir a tu médico. En los centros de Quirónsalud contamos con un equipo de profesionales oncológicos capaces de conseguir tres objetivos fundamentales en los pacientes: diagnóstico precoz, tratamiento integral multidisciplinar, y atención personalizada y humana.
La esperanza de vida en este tipo de cáncer es muy variable ya que depende del estadio en el que se detecte la enfermedad.
En España la supervivencia a los 5 años se sitúa en este momento por encima de la media de los países europeos, con un 64% (la media europea es de un 57%).
En los tumores localizados, la supervivencia se encuentra por encima del 90% a los 5 años. Sin embargo, en aquellos tumores que infiltran más allá del colon o tienen afectación linfática la supervivencia baja hasta el 50-75%. Y, por desgracia, la supervivencia a los 5 años cuando el tumor tiene metástasis en otros órganos es tan sólo del 8-14%. De ahí la importancia del diagnóstico precoz.
En el caso de los tumores avanzados se está consiguiendo prolongar la mediana de supervivencia a más de 2 años. Los resultados de supervivencia global a los 5 años para cada uno de los estadios clínicos, son similares a los del cáncer de recto aunque en general el pronóstico del cáncer de colon es mejor.
Para comprender mejor la evolución de este tumor podemos hablar de diferentes fases.
Las células tumorales se encuentran situadas en la parte más superficial de la mucosa y en ningún caso la traspasa. No afecta a ganglios linfáticos.
El tumor afecta a la pared del colon o recto sin traspasar la capa muscular. No existe afectación de ganglios linfáticos.
El tumor ha infiltrado todas las capas de la pared del colon o recto y, en ocasiones, puede invadir los órganos de alrededor. No se aprecia afectación ganglionar.
El cáncer se ha extendido a los ganglios linfáticos.
El cáncer se ha diseminado afectando a órganos alejados del colon o recto como hígado, pulmón o huesos.
Existen factores que pueden aumentar la probabilidad de tener una enfermedad, estos son los factores de riesgo.
La presencia de estos no quiere decir que se enfermará de cáncer, a su vez la ausencia de estos tampoco significa que no se enfermará de cáncer.
Las células de cáncer colorrectal pueden separarse del tumor original y trasladarse por el torrente sanguíneo o el sistema linfático a otras partes del organismo.
Estas partes son: el hígado, los pulmones y el cerebro (como lugares habituales). Si bien es cierto que pueden diseminarse (y así está descrito) a cualquier órgano (como la piel, hueso,…).
El tratamiento de este tipo de tumor depende de la fase en la que se encuentre.
Los cánceres de colon en etapa 0, que no han crecido más allá de la mucosa del colon, a menudo una cirugía es todo lo que se requiere para eliminar el cáncer.
En los cánceres de colon en etapa I, que han crecido más profundamente pero no se han propagado fuera de la pared del colon en sí (ni hacia los ganglios linfáticos adyacentes), el tratamiento convencional consiste en colectomía parcial (cirugía para extirpar la sección del colon que contiene cáncer y los ganglios linfáticos cercanos). Por lo general, no se necesitará tratamiento adicional.
Muchos cánceres de colon en etapa II han crecido a través de la pared del colon y posiblemente a los tejidos circundantes, pero aún no se han extendido a los ganglios linfáticos y la cirugía para extirpar la sección del colon que contiene el cáncer (colectomía parcial) junto con los ganglios linfáticos cercanos puede que sea el único tratamiento que se necesite.
Sin embargo, su médico puede recomendar quimioterapia (quimio después de la cirugía) si su cáncer tiene un mayor riesgo de recurrir debido a ciertos factores.
Los cánceres de colon en etapa III se han propagado a los ganglios linfáticos cercanos, pero aún no se han extendido a otras partes del cuerpo.
El tratamiento convencional para esta etapa consiste de cirugía para extirpar la sección del colon que contiene el cáncer (colectomía parcial) junto con los ganglios linfáticos cercanos, seguida de quimioterapia adyuvante.
La radioterapia, la quimioterapia, o ambas en conjunto pueden ser opciones para las personas que no están lo suficientemente saludables como para someterse a cirugía.
Los cánceres de colon en etapa IV se han propagado desde el colon hasta órganos y tejidos distantes. Si el cáncer se ha propagado demasiado como para tratar de curarlo con cirugía, la quimioterapia es el tratamiento principal.
Sin embargo, si solo hay pocas y pequeñas áreas de propagación (metástasis) en el hígado o los pulmones y se puede extraer junto con el cáncer de colon, la cirugía puede incrementar su supervivencia e, incluso, curarse. Si las metástasis no se pueden extirpar debido a que son muy grandes o hay demasiadas, se puede administrar quimioterapia y, luego, si el tamaño de las metástasis se reduce, se puede tratar con una cirugía para eliminarlos...
Escucha lo que el doctor Blas Flor, especialista de Quirónsalud Valencia, tiene que contarte sobre el cáncer de colon
Texto elaborado por el doctor Blas Flor, jefe de oncología quirúrgica del Hospital Quirónsalud Valencia
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