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Blog del Servicio de Hematología de la Fundación Jiménez Díaz

Mastocitos: armas de doble filo en nuestro sistema inmunitario

En el interior de nuestro organismo disponemos de multitud de líneas de defensa que, de forma silenciosa, aguardan pacientemente para actuar en el momento preciso y protegernos de las diferentes amenazas a las que nos enfrentamos a diario. Al igual que previamente nos adentramos en el mundo de los eosinófilos, nuestro protagonista hoy no es otro que el mastocito, otro tipo de célula muy relacionada con ellos y probablemente igual o incluso más desconocida, aunque también muy importante en el mantenimiento del sistema inmune.

2024 08 02 Mastocitos (1)Imagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contexto2024 08 02 Mastocitos (1)

¿Qué son los mastocitos?

Los mastocitos, también conocidos como "células cebadas", son células que se encuentran en diferentes tejidos y que forman parte de los granulocitos, una subdivisión a su vez de los leucocitos o glóbulos blancos, los ejércitos defensivos del cuerpo. Aunque se asemejan a los basófilos (otro tipo de leucocito que por lo general se encuentra en niveles muy bajos en sangre), son células diferentes que comparten funciones comunes, y que habitualmente no circulan entre diferentes tejidos.

El término "mastocito", a diferencia de muchos otros que empleamos en medicina, no tiene su origen en lenguas clásicas como el latín o el griego, sino que proviene del alemán. Los mastocitos fueron descubiertos a finales del siglo XIX por Paul Ehrlich (que años después sería Nobel de Medicina en relación con su invención de la tinción de Gram para reconocer a algunos microorganismos y el hallar tratamiento para la sífilis, pero en palabras del propio Michael Ende, "eso es otra historia y deberá ser contada en otro momento"). Mientras examinaba muestras histológicas al microscopio le llamó la atención que estas células presentaran un citoplasma lleno de gránulos de gran tamaño, que interpretó que debían de provenir de repetidos procesos de fagocitosis (que es el procedimiento por el cual algunas células "engullen" a otras, así como ciertos desechos, para posteriormente eliminarlas).

De ahí derivó el término "célula cebada" (es decir, células que habrían "comido mucho") o "Mastzelle". Hoy, no obstante, sabemos que esos gránulos no son el resultado de procesos de fagocitosis, sino que poseen componentes como la heparina o la histamina que regulan diferentes funciones fisiológicas.

¿En qué funciones participan?

Los mastocitos juegan un importante papel en las reacciones inflamatorias del organismo. Es importante recalcar en este punto que la inflamación no es algo patológico o perjudicial per se, sino que cuando hablamos de "inflamación" nos estamos refiriendo a un conjunto de reacciones, inespecíficas en gran parte, a través de las cuales nuestro cuerpo reacciona a agresiones internas o externas, puedan ser infecciones, traumatismos o cuadros de origen más complejo como lo son las enfermedades tumorales o las reacciones autoinmunes. Es por tanto un proceso necesario para nuestra supervivencia, que se puede convertir en patológico cuando se cronifica o si se presenta en intensidades elevadas.

La activación del mastocito libera diferentes "mediadores", sustancias que almacena y que van a intervenir en la cascada inflamatoria, participando así en diferentes ámbitos como son la cicatrización de las heridas, la angiogénesis (o creación de vasos sanguíneos) o la defensa contra patógenos. Es, sin embargo, su relación con las reacciones inmunes de hipersensibilidad, en concreto las de tipo anafiláctico (definimos la anafilaxia como una reacción alérgica exagerada o desmedida en la que el contacto con una sustancia contra la que uno se encuentra previamente sensibilizado afecta al menos a dos sistemas diferentes del cuerpo y que puede amenazar la vida) la que se encuentra mejor estudiada.

Cuando una persona entra en contacto con un alérgeno (sustancias capaces de inducir una reacción alérgica), lo más habitual es que no exista una reacción secundaria a este y simplemente se elimine. Sin embargo, en los pacientes alérgicos, con cierta predisposición innata a reaccionar frente a alérgenos, este estímulo lleva al reconocimiento y a la activación de algunos linfocitos B que producen a su vez anticuerpos de tipo inmunoglobulina E, que se unen a la superficie de mastocitos y eosinófilos. Estas células se quedan latentes, induciendo su activación en la siguiente ocasión en la que se tiene contacto con la mencionada sustancia y dando lugar a las reacciones que determinan la alergia.

Observamos así como, siendo células necesarias para llevar a cabo funciones vitales, una activación excesiva del mastocito puede ser perjudicial.

2024 08 02 Mastocitos (2)Imagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contexto2024 08 02 Mastocitos (2)

¿Cuáles son los niveles normales de mastocitos en sangre? No los encuentro revisando los últimos análisis que me he hecho. ¿Se determinan de forma rutinaria en una analítica convencional?

La respuesta más breve a esta pregunta sería plantear que los niveles normales de mastocitos en sangre se aproximarían a cero. Recordando lo descrito previamente, los mastocitos son células tisulares, residentes en diferentes tejidos generalmente del ámbito conectivo, que no se suelen encontrar circulando por la sangre de manera fisiológica. En el caso de que quisiéramos explorar su presencia en sangre, precisaríamos de técnicas mucho más específicas como es el estudio inmunofenotípico por citometría de flujo (que, a grandes rasgos, estudia la expresión de proteínas que actúan como marcadores en la membrana de las células) para poder detectarlas de forma circulante, o de la realización de biopsias para poder demostrar su existencia en algún tejido.

La determinación que se puede realizar cuando sospechamos que los mastocitos pueden encontrarse alterados es la triptasa sérica. La triptasa es una proteína que se encuentra en mayor proporción en los gránulos secretores de los mastocitos y si bien no es específica de ellos (se encuentra también en las células de Clara en los pulmones, participando en reacciones virales como en los cuadros de gripe) sí que resulta muy sugestiva de su afectación cuando se encuentra elevada.

Niveles por encima de lo normal de triptasa son esperables si se determinan en el momento de una reacción anafiláctica (siendo un dato importante hasta el punto de condicionar la necesidad de portar adrenalina como tratamiento de emergencia en pacientes con tipos de alergia raras como las urticarias colinérgicas, por ejercicio o "a frigore" -alergia al frío, algo poco frecuente-), pero si los encontramos elevados de forma basal pueden orientarnos a un trastorno primario de los mastocitos.

¿Pueden dar lugar a enfermedades? ¿Qué es la mastocitosis?

Como ocurre con la práctica totalidad de las células del organismo, cuando estas se alteran pueden dar lugar a situaciones patológicas, de enfermedad. Conocemos como mastocitosis a un grupo de enfermedades raras por su baja frecuencia (en torno a un caso por 10.000 habitantes) en las que su característica común es que la médula ósea, fábrica de todas las células de la sangre (y de algunas que generalmente no circulan por ella, como los mastocitos) produce una mayor cantidad de mastocitos de los que debería, presentando estos características anormales y acumulándose en diferentes zonas del cuerpo. La causa de este trastorno, sin estar del todo definida, suele radicar en mutaciones activadoras en un gen conocido como KIT y que ocasiona una activación constante de receptores en la membrana del mastocito, facilitando su activación e incrementando su supervivencia.

2024 08 02 Mastocitos (3)Imagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contexto2024 08 02 Mastocitos (3)

¿Hay diferentes tipos de mastocitosis?

Clásicamente se ha hecho referencia a unas dos formas de presentarse este grupo de enfermedades: cutánea o sistémica. La mastocitosis cutánea es probablemente la forma más frecuente y típica en niños, en la que la piel suele ser el único órgano afectado presentando lesiones que van del color rojizo-violáceo al marrón y que suelen picar de forma coincidente con la liberación de otro mediador de los mastocitos conocido como histamina. Algo muy característico de este grupo de enfermedades es un fenómeno conocido como "signo de Darier", que consiste en que la fricción de estas lesiones ocasiona la aparición de un habón o roncha por la estimulación de los mastocitos.

La mastocitosis sistémica constituye una forma más generalizada de la enfermedad y menos frecuente (en torno al 10-15% del total de los casos), en la que se suele encontrar afectación de la médula ósea, el hígado, el bazo o el tracto gastrointestinal. En ella encontramos síntomas derivados de la activación de los mastocitos de forma anormal y ante estímulos muy diversos, siendo pacientes con múltiples cuadros de anafilaxia a lo largo de su vida y con alérgenos diferentes (alimentos, fármacos y picaduras de himenópteros como principales). Otros síntomas se encuentran más relacionados con la propia infiltración por mastocitos de los diferentes órganos mencionados como son las citopenias o reducción de células sanguíneas circulantes, los cuadros de malabsorción digestiva, la disfunción hepática o la aparición de fracturas óseas. Estos síntomas son mucho menos habituales y generalmente suelen asociarse a formas más agresivas de la enfermedad, que incluso pueden asociar carácter maligno, como es la leucemia mastocítica, entidad increíblemente infrecuente.

¿Cómo se diagnostica? ¿Existe tratamiento curativo?

El diagnóstico de las formas cutáneas, como ya se ha comentado, suele ocurrir en niños y cuando presentan síntomas compatibles y elevación de triptasa suele evitarse la realización de una biopsia cutánea o medular. El tratamiento suele ser sintomático con antihistamínicos y hasta un 50% de los casos pueden presentar resolución espontánea en el transcurso a la edad adulta.

Las formas sistémicas son más complejas, y precisan de un estudio más detallado por parte de un servicio de hematología. Cuando existe dicha sospecha por la clínica que presenta el paciente junto con la elevación de triptasa en sangre, suele ser necesario realizar una biopsia de médula ósea para valorar la presencia de mastocitos, utilizando métodos de tinción específicos (CD117/c-Kit), así como la existencia o no de mutaciones típicas. Disponemos igualmente de diferentes puntuaciones o escalas que nos ayudan a realizar el diagnóstico de forma integrada.

El tratamiento en estas ocasiones implica desde el uso de fármacos que estabilizan a los mastocitos intentando evitar su activación como otros más enfocados a los síntomas alérgicos que aparecen. No obstante, probablemente uno de los puntos más importantes en el cuidado de estos pacientes sea evitar situaciones que favorezcan por sí mismas la activación de los mastocitos, como los cambios bruscos de temperatura, cirugías, roces intensos con la piel o factores emocionales como la ansiedad o el estrés.

El manejo de este tipo de enfermedades suele realizarse desde unidades especializadas en las que se realiza un abordaje multidisciplinar que precisa de diferentes especialistas médicos (hematólogos, alergólogos, anatomopatólogos...).


Dr. Gonzalo Castellanos

Servicio de Hematología y Hemoterapia

Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz

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Sobre este blog

Información divulgativa sobre los problemas de coagulación, prevención, diagnóstico, tipología, tratamientos y problemas asociados.

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Dra. Pilar LlamasDra. Pilar Llamas SilleroJefe del Servicio de Hematología de la Fundación Jiménez Díaz. Directora de la Unidad de Trombosis y Hemostasia de la Fundación Jiménez Díaz.Dra. Rosa VidalMédico Adjunto del Servicio de Hematología de la Fundación Jiménez Díaz. Miembro de la Unidad de Trombosis y Hemostasia de la Fundación Jiménez Díaz.
Dr. Diego Velasco RodríguezMédico Adjunto del Servicio de Hematología de la Fundación Jiménez Díaz. Miembro de la Unidad de Trombosis y Hemostasia de la Fundación Jiménez Díaz.
Dra. Sara Martín HerreroMédico Adjunto del Servicio de Hematología de la Fundación Jiménez Díaz. Miembro de la Unidad de Trombosis y Hemostasia de la Fundación Jiménez Díaz.
Dra. Inés Martínez AlfonzoMédico Adjunto del Servicio de Hematología de la Fundación Jiménez Díaz. Miembro de la Unidad de Trombosis y Hemostasia de la Fundación Jiménez Díaz.
Carmen López ÁlvarezEnfermera de la Unidad de Terapia Antitrombótica de la Fundación Jiménez Díaz.

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