Quirónsalud
Blog del servicio de Geriatría de los Hospitales Quirónsalud Alicante, Torrevieja, Murcia, Valencia, Tenerife, Costa Adeje y Vida
Dra. Erika Torres, jefa de la Unidad de Neurociencias del Hospital Quirónsalud Torrevieja
La demencia es una condición que afecta a millones de personas en todo el mundo, especialmente a la población de más de sesenta y cinco años. En España, se estima que más de 800.000 personas padecen algún tipo de demencia, siendo la enfermedad de Alzheimer la más prevalente.
Esta enfermedad no solo impacta al individuo afectado, sino también a sus familiares y cuidadores, generando desafíos en la vida diaria y en la gestión emocional. A pesar de los avances en la investigación, la demencia sigue siendo una condición cognitiva con una limitación funcional compleja que requiere un enfoque multidisciplinario para su manejo.
La demencia es un término general que describe un conjunto de síntomas cognitivos que producen una limitación funcional de la persona que lo padece. Más coloquialmente se puede definir como un deterioro moderado-intenso de habilidades como la memoria, el pensamiento, el comportamiento y a su vez la capacidad para realizar actividades cotidianas. No es una enfermedad específica, sino un síndrome que puede ser causado por diversas patologías. Es la última etapa de la enfermedad que sufre cualquier paciente que padece una enfermedad neurodegenerativa. Los patologías que pueden dar lugar a una demencia incluyen:
Enfermedad de Alzheimer: Es la causa más frecuente de demencia, representando entre el 60% y el 70% de los casos. Se caracteriza por la acumulación de placas de proteína beta-amiloide en el cerebro, lo que interfiere con la comunicación entre las células cerebrales.
Demencia vascular: Resulta de una serie de pequeños accidentes cerebrovasculares que interrumpen el flujo sanguíneo al cerebro, causando daño cerebral.
Demencia con cuerpos de Lewy: Se caracteriza por la presencia de depósitos anormales de proteína alfa-sinucleína en el cerebro, lo que afecta las funciones cognitivas y motoras.
Demencia frontotemporal: Afecta principalmente a las áreas del cerebro responsables de la personalidad, el comportamiento y el lenguaje.
Cada tipo de enfermedad neurológica que produce deterioro cognitivo en el paciente tiene características específicas, pero todos comparten el deterioro progresivo con el paso del tiempo.
Los síntomas iniciales pueden ser sutiles y a menudo se confunden con los signos normales del envejecimiento. Sin embargo, algunos de los primeros indicios incluyen:
Pérdida de memoria reciente, como olvidar conversaciones o citas importantes.
Dificultad para realizar tareas cotidianas que antes eran familiares.
Desorientación en tiempo y espacio, como perderse en lugares conocidos.
Problemas con el lenguaje, como dificultad para encontrar las palabras adecuadas.
Cambios en el juicio o en la toma de decisiones.
Cambios de personalidad o comportamiento, como volverse más ansioso, deprimido o irritable.
Es importante destacar que estos síntomas deben ser evaluados por un profesional de la salud, ya que pueden ser indicativos de otras condiciones tratables.
Existen varios factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar demencia, algunos de los cuales son modificables:
Edad avanzada: El riesgo aumenta significativamente con la edad.
Antecedentes familiares: Tener familiares cercanos con demencia puede aumentar el riesgo, sin embargo, esto ocurre en una minoría de los casos. Porque la mayoría de los casos no son hereditarios.
Enfermedades cardiovasculares: Condiciones como hipertensión, diabetes y colesterol alto pueden contribuir al riesgo.
Estilo de vida poco saludable: El tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol y la falta de ejercicio físico son factores de riesgo.
Bajo nivel educativo: Se ha observado que un menor nivel de educación puede estar asociado con un mayor riesgo.
Aislamiento social y depresión: La falta de interacción social y la depresión pueden aumentar el riesgo de demencia.
Adoptar un estilo de vida saludable, que incluya una dieta equilibrada, ejercicio regular y mantener una vida social activa, puede ayudar a reducir el riesgo.
El diagnóstico implica una evaluación exhaustiva que incluye:
Historia clínica completa: Incluye antecedentes médicos y familiares.
Evaluación cognitiva: Pruebas estandarizadas para medir la memoria, el pensamiento y otras funciones cognitivas. En algunos casos con un screening basal, será suficiente, sin embargo el estudio de otros pacientes requerirá la realización de un estudio neuropsicológico.
Exploración física y neurológica: Para descartar otras condiciones que puedan causar síntomas similares.
Pruebas de laboratorio en sangre y en líquido cefalorraquídeo: Para detectar deficiencias nutricionales, infecciones o problemas metabólicos. En muchos de los casos, por tanto se requerirá realizar una punción lumbar
Imágenes cerebrales: Técnicas como la resonancia magnética (RM) o la tomografía por emisión de positrones (PET) para observar cambios metabólicos en el cerebro.
Es fundamental un diagnóstico temprano para iniciar el tratamiento adecuado y planificar el cuidado necesario.
Aunque no existe una cura para las patologías neurodegenerativas que puedan producir una demencia actualmente, varios medicamentos pueden ayudar a controlar los síntomas:
Inhibidores de la acetilcolinesterasa: Medicamentos como donepezilo, rivastigmina y galantamina, están indicados para fases leve moderadas de la Enfermedad de Alzheimer pueden mejorar temporalmente los síntomas al aumentar los niveles de acetilcolina, un neurotransmisor importante para la memoria y el aprendizaje.
Memantina: Utilizada en etapas moderadas a graves de la enfermedad de Alzheimer, regula la actividad del glutamato, otro neurotransmisor involucrado en el aprendizaje y la memoria.
Medicamentos para síntomas conductuales: En algunos casos, se pueden utilizar antipsicóticos, antidepresivos o ansiolíticos para controlar síntomas como la agitación, la depresión o la ansiedad.
Actualmente hay fármacos como los anticuerpos monoclonares a punto de comercializarse en España indicados para la Enfermedad de Alzheimer y otros como el recambio plasmático con albúmina que sigue investigándose en práctica clínica el beneficio máximo que pueda tener en pacientes con esta enfermedad tan prevalente.
Es importante destacar que estos medicamentos pueden tener efectos secundarios y deben ser prescritos y supervisados por un profesional de la salud.
Los tratamientos no farmacológicos son fundamentales en el manejo y la prevención de la demencia y pueden mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes:
Estimulación cognitiva: Actividades diseñadas para mantener o mejorar las funciones cognitivas, como juegos de memoria, ejercicios de atención y resolución de problemas.
Terapia ocupacional: Ayuda a los pacientes a mantener su independencia en las actividades diarias, como vestirse, alimentarse y asearse.
Musicoterapia: La música puede mejorar el estado de ánimo, reducir la ansiedad y estimular recuerdos en personas con demencia.
Terapia asistida con animales: La interacción con animales puede reducir la agitación y mejorar el bienestar emocional de los pacientes.
Terapia de reminiscencia: Consiste en recordar y hablar sobre experiencias pasadas, lo que puede mejorar el estado de ánimo y la comunicación.
Ejercicio físico: Actividades como caminar o bailar pueden mejorar la movilidad, el equilibrio y el bienestar general.
Estimulación magnética transcraneal: se ha visto en determinados estudios que dando impulsos electromagnéticos en dianas cerebrales se puede ayudar a pacientes seleccionados a conservar ciertas capacidades cognitivas y manejar sintomatología conductual
Estas terapias deben ser adaptadas a las necesidades individuales de cada paciente y realizadas bajo la supervisión de profesionales capa.
Las enfermedades neurodegenerativas son entidades progresiva, lo que significa que los síntomas empeoran con el tiempo. Sin embargo, el ritmo de progresión varía según el tipo de patología y las características individuales del paciente:
Enfermedad de Alzheimer: Generalmente progresa lentamente, y los pacientes pueden vivir con la enfermedad durante muchos años.
Demencia vascular: El progreso depende de la gravedad, la frecuencia de los accidentes cerebrovasculares y el control de los factores de riesgo cardiovascular.
Demencia con cuerpos de Lewy: Los síntomas pueden fluctuar y empeorar rápidamente.
Demencia frontotemporal: Suele afectar a personas más jóvenes y puede progresar rápidamente.
Aunque no hay cura, un diagnóstico temprano y un manejo adecuado pueden mejorar la calidad de vida y prolongar la independencia del paciente.
En España, existen diversos recursos y servicios para apoyar a las personas con demencia y a sus familias:
Centros de día: Ofrecen atención durante el día, incluyendo actividades terapéuticas, cuidado personal y apoyo social.
Residencias geriátricas: Proporcionan atención las 24 horas del día para personas con demencia avanzada que requieren cuidados constantes.
Servicios de atención domiciliaria: Profesionales visitan el hogar del paciente para proporcionar asistencia en las actividades diarias y apoyo emocional.
Asociaciones y fundaciones: Organizaciones como la Fundación Alzheimer España ofrecen información, apoyo y recursos para pacientes y cuidadores.
Programas de formación y apoyo a cuidadores: Cursos y talleres diseñados para ayudar a los cuidadores a mejorar sus habilidades y reducir el estrés.
Es recomendable contactar con los servicios sociales locales o con asociaciones especializadas para obtener información sobre los recursos disponibles en cada área.
En Quirónsalud, contamos con un enfoque integral y multidisciplinario para el manejo de la demencia, centrado tanto en el paciente como en sus familiares. Nuestro objetivo es mejorar la calidad de vida, ralentizar el progreso de la enfermedad y proporcionar el mejor acompañamiento posible durante todas las fases del proceso.
Nuestros servicios incluyen:
Evaluación diagnóstica avanzada: A través de consultas especializadas en neurología y neuropsicología, que permiten establecer un diagnóstico precoz y preciso. Además se puede derivar al paciente en edad avanzada a geriatría si así lo requiere.
Planes de tratamiento personalizados: Que integran medicación, terapias no farmacológicas, intervenciones sociales y acompañamiento familiar.
Enfermería de neurología y talleres de educación: para educar al paciente y a los familiares en la patología que padece y en el manejo de complicaciones que puede tener
Terapias de estimulación cognitiva y funcional: En centros con profesionales capacitados para mantener el mayor grado de autonomía del paciente.
Atención psicológica al cuidador: Porque entendemos que cuidar a una persona con demencia requiere también cuidar al cuidador.
Coordinación con servicios sociales: Para acceder a recursos asistenciales, ayudas legales y asesoramiento en todas las etapas del proceso.
En nuestros centros, trabajamos con el compromiso de ofrecer un entorno seguro, humano y especializado que permita a las personas con demencia envejecer con dignidad y apoyo profesional.
La demencia es un reto creciente en una sociedad que envejece, pero también es una oportunidad para mejorar cómo cuidamos a nuestros mayores. A través de un diagnóstico temprano, un tratamiento adecuado y un entorno de apoyo, es posible ralentizar la progresión de las enfermedades que la producen y mejorar el bienestar de quienes la padecen.
Si tú o un ser querido presenta signos de deterioro cognitivo, no lo dejes pasar. Cuanto antes se actúe, mejores serán los resultados. Consulta con los especialistas de neurología de Quirónsalud, donde te acompañaremos con cercanía, experiencia y la mejor atención médica.
Encontrarás información sobre como mejorar la calidad de vida de las personas mayores de mano de profesionales especializados en el tratamiento de las patologías más comunes en la tercera edad. Todo ello con el objetivo de cuidar de su salud y bienestar y la de sus familiares.
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