Quirónsalud
Blog de la Escuela de Enfermería del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz
En condiciones normales, la temperatura corporal se mantiene gracias al equilibrio entre los mecanismos fisiológicos de conservación y producción de calor junto con los encargados de su eliminación. Sin embargo, cuando la temperatura ambiental excede a la de la superficie corporal, la transferencia de calor se invierte, siendo, los únicos medios para disminuir la temperatura corporal, la suduración a través de la piel y la hiperventilación a través de los pulmones.
Este mecanismo pierde, parte de su eficacia, cuando el grado de humedad ambiental es elevado. Ante una carga térmica endógena (ejercicio) o exógena (calor ambiental) excesiva, se producen importantes cambios fisiológicos en los sistemas cardiovasculares, endocrinos y exocrinos, encaminados a disminuir la temperatura corporal. Estos mecanismos fisiológicos pueden estar alterados, o no ser suficientes, en edades extremas, ciertas patologías o por medicamentos que influyen en la capacidad del organismo de adaptarse.
Las diferentes enfermedades, inducidas por calor, aparecen cuando los mecanismos encargados de regular el calor corporal fracasan, apareciendo tres formas clínicas principales, por orden creciente de gravedad: calambres por calor, agotamiento por calor y golpe de calor.
Calambres por calor: espasmos dolorosos en la musculatura voluntaria que, normalmente, se producen tras ejercicios físicos intensos en personas jóvenes entrenadas y aclimatadas como consecuencia de la hiponatremia aguda, al reponer grandes cantidades de pérdidas de sudor con líquido sin aporte de salino.
Por lo general, duran pocos minutos y son de curso benigno, aunque en algunas ocasiones, son el pródromo de una patología por calor más grave.
¿Cómo actuar?
Reposo en ambiente fresco y reposición salina oral (Sueroral®), aconsejando una ingesta mínima diaria de 3 litros o también se puede administrar cualquier bebida comercial que contenga electrolitos.
Normalmente, los pacientes afectados de calambres por calor, no requieren atención sanitaria urgente ni ingreso hospitalario, más allá de una correcta hidratación salina oral.
Agotamiento o colapso por calor: Síndrome por calor más habitual, pudiéndose presentar, tanto en individuos físicamente activos como en personas sedentarias, y frecuentemente, en ancianos con patología cardíaca bajo tratamiento diurético.
El agotamiento por calor se produce debido a una depleción de agua, sodio o ambas, que origina deshidratación e hipoperfusión tisular (depleción hidrosalina).
Se suele presentar como un cuadro súbito de sintomatología inespecífica: debilidad, ansiedad, cansancio, cefalea, sed, náuseas, sudoración, vértigos, vómitos, diarrea, piel fría, pálida y húmeda, pulso rápido y débil. La temperatura corporal puede estar elevada, aunque nunca llegar a los 40º
¿Cómo actuar?
Reposo en ambiente fresco, aflojarse la ropa, beber agua no fría a sorbitos y aplicar paños húmedos sobre el cuerpo. Se aconseja buscar atención sanitaria de inmediato si tiene enfermedades crónicas, vómitos o los síntomas empeoran en el transcurso de una hora.
Golpe de calor: Complejo cuadro clínico debido a un fracaso multiorgánico secundario a una elevación extrema de la temperatura corporal como consecuencia del fracaso de la termorregulación. Se pueden producir dos tipos de golpe de calor, según los mecanismos que la produzcan:
- Golpe de calor clásico/pasivo: propio en personas de edad avanzada, con patología previa, debido a la ganancia pasiva de calor tras exposición corporal a ambientes calurosos y húmedos.
- Golpe de calor por ejercicio/activo: característicos en personas jóvenes, no entrenadas, que realizan ejercicio físico intenso. Si bien, la temperatura ambiental favorece su desarrollo, puede presentarse a temperaturas no muy altas, al estar en relación con la producción endógena de calor.
La sintomatología del golpe de calor es súbita, a veces, con pródromos inespecíficos como debilidad, mareos, calambres musculares, letargia… debido a las alteraciones hidroelectrolíticas y respuesta fisiológica del organismo para disipar el calor, aunque también, puede producirse días posteriores de la alta temperatura.
La hipertermia suele ser subir la temperatura a más de 40ºC, generar piel seca y caliente, respiración y pulso acelerado y fuerte, disfunción del sistema nervioso central en forma de alteración del estado de conciencia, agitación psicomotriz, cambios en el comportamiento, crisis convulsivas, déficit motores y ausencia de sudación…, junto con el antecedente de exposición a temperatura ambiental elevada o realización de ejercicio físico intenso, son las características clínicas de definen este cuadro clínico. La sudación puede darse en el 50% de los casos de golpe de calor.
También suele producirse afectación musculoesquelética, afectación cardíaca, disfunción renal, afectación hepática y alteraciones de la coagulación, en los casos más graves.
¿Cómo actuar?
Ante un cuadro de golpe de calor, se recomienda llamar inmediatamente al Servicio de Emergencias, 112. Mientras llega la ayuda: reposo en ambiente fresco e intentar bajar la temperatura con paños fríos en frente, tórax, axilas. Es importante no dar ninguna bebida ni alimento por boca.
Medidas generales de protección y prevención frente a temperaturas excesivas
FUENTE:
Plan Nacional de actuaciones preventivas de los efectos del exceso de temperatura sobre la salud. Ministerio de Sanidad y Consumo. Año 2023
Protocolo de actuaciones de los servicios sanitarios ante una ola de calor. Ministerio de Sanidad y Consumo. Junio 2004
«Patología inducida por el calor». A. Berlango Jiménez, I. Serrano Alférez, F. J. Montero Pérez, L. Jiménez Murillo y F. Pérez Jiménez. En: Medicina de Urgencias y Emergencias: Guía diagnóstica y protocolos de actuación». L. Jiménez Murillo y F. J. Montero Pérez. 3.ª Ed. Madrid: Elsevier España, S.A. 2004; 713-718
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