Quirónsalud
Blog del Sº de Cirugía Oral y Maxilofacial & Unidad de Odontología y Periodoncia Hospitalaria. Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo
Dr. Javier Arias Gallo
La cirugía ortognática se lleva a cabo por numerosos motivos: entre otras cosas, para mejorar el aspecto físico, para el tratamiento de las asimetrías de la cara, para tratar la apnea del sueño, y para resolver las alteraciones de la oclusión dental que no se pueden resolver sólo con ortodoncia.
Con las técnicas de cirugía ortognática se pueden recolocar los huesos del maxilar y la mandíbula de tal manera que resulten más estéticos, más funcionales, y que mejoren en paso de aire durante la respiración. Se trata de técnicas muy seguras, que requieren un escaso tiempo de hospitalización, uno o dos días como norma general. Incluso algunas intervenciones se realizan en régimen de hospital de día.
Esa seguridad viene dada por la experiencia acumulada durante años en miles de pacientes, y por las nuevas técnicas diagnósticas de estudios radiológicos de alta resolución en 3D y cirugía virtual. Gracias a estos avances diagnósticos, podemos determinar la posición óptima en la que debe estar situado el maxilar y la mandíbula después de la cirugía. Y podemos determinar si esa posición final de los huesos es compatible con la posición final de los dientes, o si es necesario hacer ajustes dentales. Estos ajustes dentales, que se llevan a cabo mediante ortodoncia, pueden hacerse antes, después de la cirugía o en ambos momentos.
Cuando el paciente acude a la consulta se hacen fotografías, se toman modelos dentales y se hacen estudios radiológicos para hacer el diagnóstico exacto de la deformidad. El ortodoncista y el cirujano deben estar perfectamente coordinados ya desde ese primer momento. Sin ese diagnóstico, como es lógico, no podría llevarse a cabo un plan de tratamiento. Es ahí cuando puede determinarse si se pueden hacer movimientos de los huesos sin ortodoncia previa, o con una mínima ortodoncia, o con una ortodoncia completa.
Hay dos situaciones extremas en las que el planteamiento ortodóncico cambia completamente:
El paciente con apiñamiento dental, arcadas dentales descoordinadas (el maxilar superior o la mandíbula no "encajan", porque uno de ellos está retrasado o excesivamente por delante del otro), incluso con desviación de la mandíbula o el maxilar hacia un lado, o con inclinación lateral del plano de los dientes (el plano oclusal, lo llamamos). Además, la anchura del maxilar y de la mandíbula no coinciden. El paciente lleva toda su vida "malmordiendo", y los dientes, mejor o peor, se han adaptado a esa situación funcionalmente inadecuada. En esos casos, es conveniente hacer un tratamiento ortodóncico completo antes de la intervención. Con ese tratamiento se eliminan las compensaciones dentarias (los dientes se colocan en la mejor posición y angulación respecto a su propio hueso), los dientes de cada arcada se alinean con los dientes adyacentes, y la anchura de ambas arcadas se coordina para que no haya discrepancias. Este tratamiento ortodóncico requiere de un ortodoncista con experiencia en ortodoncia quirúrgica, para evitar complicaciones y para que la planificación coincida con el resultado. La intervención quirúrgica viene después, y con ella se logra que los dientes del maxilar y la mandíbula "casen" correctamente, y que la estética facial mejore de acuerdo con la planificación y las expectativas del paciente. Después de la cirugía suele ser necesario un corto periodo de ajuste ortodóncico final para que el caso quede perfecto.
Sin embargo, hay personas que no presentan apiñamiento dental, que tienen una mordida normal, y que sin embargo requieren una intervención quirúrgica de cirugía ortognática. Se trata de pacientes que tienen tanto la mandíbula como el maxilar superior en una posición anómala, pero que aún así tienen una mordida adecuada. Con mucha frecuencia son pacientes con maxilares con una posición muy hacia atrás, lo que provoca una reducción del espacio destinado al paso de aire detrás de la nariz y detrás del paladar y de la lengua (en la faringe). Es una causa frecuente de apnea del sueño, que es una enfermedad grave que puede llevar al paciente a la muerte si no se diagnostica y se trata a tiempo. En estos pacientes ambos maxilares deben movilizarse al unísono en la misma dirección, lo que hace que no sea necesario el tratamiento ortodóncico, o éste sea mínimo.
Entre estos casos extremos hay muchas situaciones intermedias. En esos casos, siempre habrá que combinar la ortodoncia con la cirugía ortognática. A partir del estudio detallado de los maxilares, los dientes, la estética de la cara y la situación personal de cada paciente, se puede decidir si en primer lugar se lleva a cabo la cirugía y luego la ortodoncia; o si se comienza con una corta preparación ortodóncica, luego la cirugía y luego el grueso del tratamiento ortodóncico; o si se hace una ortodoncia completa antes de la intervención.
La principal ventaja de adelantar el momento de la intervención es que tanto la estética como la función de la cara y de los maxilares va a mejorar más rápido, y el paciente va a estar mucho más animado a la hora de soportar las lógicas molestias del tratamiento ortodóncico que venga después. Pero no es esa la única ventaja. Tras la cirugía ortognática se produce un proceso denominado fenómeno de aceleración regional (RAP en sus siglas en inglés), que consiste en un aumento del metabolismo del hueso de las zonas operadas. Este fenómeno puede ser aprovechado por el ortodoncista para acelerar el tratamiento ortodóncico, reduciendo el tiempo necesario para un resultado estético, saludable y estable a largo plazo.
Gracias por su comentario Pedro.
Para poder contestar a su pregunta sería necesario poder valorarle en consulta. Si desea cita con nosotros puede solicitarla a través de la pestaña "pedir cita" que aparece en este mismo Blog o llamando a los teléfonos que aparecen en la web, www.ruber.es.
Un saludo,
Gracias por su comentario Ricardo.
El índice de apneas-hipoapneas es importante a la hora de decidir si debe llevarse a cabo un tratramiento, otro, o ninguno. Pero no es el único dato que nos importa. La sintomatología del paciente, su sensación de descanso, el impacto en los parámetros sanguíneos y en la tensión arterial, la morfología craneofacial, y otros factores individuales, son importantes para tomar una decisión. Nuestra regla general como cirujanos es que si el paciente sufre un grado de apnea que le compensa las innegables molestias de dormir con una CPAP, también puede hacerle candidato para considerar un DAM (dispositivo de avance mandibular), o algún tipo de cirugía (ortognática o del área otorrinolaringológica, dependiendo de cada paciente). Es imprescindible que consulte también con un otorrino y con un cirujano maxilofacial para que le aconsejen en su caso particular, después de examinarle a usted y de revisar las pruebas complementarias. Obviamente, respecto al coste no podemos aventurar nada, sin un diagnóstico previo completo y un plan de tratamiento individualizado.
Un saludo,
Gracias por su comentario Yussra.
Todas las alteraciones de la mandíbula, de los maxilares y en general de toda la cara son diagnosticadas y tratadas por los cirujanos maxilofaciales. Le recomiendo que acuda al cirujano maxilofacial, centro médico u hospital que sea para usted de más confianza, para que se le indique el mejor tratamiento para su caso.
Un saludo,
Gracias por su comentario Mayra.
26 años es una edad perfectamente apropiada para una cirugía ortognática. Dependiendo del caso concreto, la ortodoncia preoperatoria es más o menos prolongada. En algún caso muy concreto hacemos la cirugía antes de la ortodoncia. En todo caso, siempre con los brackets ya puestos, para iniciar la ortodoncia inmediatamente tras la intervención quirúrgica.
Un saludo,
Gracias por su comentario María.
Sería necesario estudiar su caso directamente, pero efectivamente parece que sería conveniente plantear una solución con cirugía ortognática a su problema. Muchos pacientes emplean una enorme cantidad de tiempo (y dinero) en tratamientos ortodóncicos complejos, en el contexto de alteraciones esqueléticas, cuando la solución más directa, lógica, rápida y estable es el tratamiento ortodóncico-quirúrgico con cirugía ortognática.
Un saludo,
Gracias por su comentario Jorge.
Efectivamente, lo más probable es que si en el futuro deseara hacerse cirugía ortognática tendría que pasar también por la ortodoncia. Si la mordida fuera adecuada, y la cirugía ortognática se llevara a cabo moviendo en bloque ambos maxilares en la misma dirección, la ortodoncia se utilizaría sólo para corregir las mínimas imprecisiones (de décimas de milímetro) que son inherentes a la cirugía.
Un saludo,
Gracias por su comentario Paula.
Puede consultar con un cirujano maxilofacial en cualquier momento. En todo caso, si la idea es hacer algún tipo de intervención quirúrgica para corregir la mordida, claramente debería consultar con nosotros cuanto antes. Si tiene dolor facial, es también una razón excelente para ir al cirujano maxilofacial. Y tener o no brackets no impide que le podamos explorar y tratar si es necesario.
Saludos,
Gracias por su comentario Orlando.
No se puede dar una recomendación genérica al repecto. Es necesario evaluar a su hija clínicamente y radiológicamente para darle una respuesta.
Un saludo,
Gracias por su comentario Edith.
El coste de la cirugía depende del tipo de intervención que sea necesario realizar (cirugía mandibular, mandibular y maxilar, con o sin mentoplastia), y de si tiene usted alguna cobertura por su compañía de seguros. Para poder ser más preciso, tendría que acudir a consulta para que la pudiéramos valorar.
Un saludo,
Gracias por su comentario Gonzalo.
Considero que lo mejor es que aclare sus dudas con su ortodoncista, dado que desconocemos si el aplazamiento al que alude obedece a razones de tipo organizativo o de otro tipo. Generalmente, retrasar algunos meses la cirugía no ocasiona más trastornos que prolongar la ortodoncia. Sólo si el estado periodontal del paciente es deficiente esta prolongación puede tener un impacto realmente grave en el paciente.
Un saludo,
Las enfermedades de la cara y al cuello son extraordinariamente importantes por afectar a zonas del cuerpo críticas en el día a día de todo ser humano. Comer, masticar, respirar sin dificultad, dormir y descansar, e incluso sonreír son actividades que damos por supuestas pero que pueden verse afectadas gravemente tras traumatismos, tumores, infecciones o por enfermedades congénitas. El cirujano maxilofacial es el especialista central en estas enfermedades. Tanto el punto de vista médico, como el quirúrgico, como la repercusión social y personal de la patología de la cabeza y cuello son importantes para atender y cuidar apropiadamente a nuestros pacientes. Sin olvidar, claro está, a los odontoestomatólogos, periodoncistas, ortodoncistas y odontopediatras con los que trabajamos en estas tareas. En este blog describimos situaciones clínicas, informamos sobre tratamientos, y reflexionamos sobre lo que significa ser médico y cirujano maxilofacial en estos tiempos de cambio y avance continuo. Todo el equipo del Servicio de Cirugía Maxilofacial estaremos encantados de atenderte.
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