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Blog del Dr. Daniel Martín Fernández-Mayoralas. Neurología. Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo y Hospital Universitario Quirónsalud Madrid

  • TDAH: la vida en un cuaderno

    El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es una afección crónica que afecta aproximadamente a un 6% de niños y jóvenes, e incluye una combinación de problemas persistentes, tales como dificultad para mantener la atención, hiperactividad y comportamiento impulsivo.

    El Dr. Alberto Fernández Jaén, responsable de la Unidad de Neurología Infantil del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, profundiza en este trastorno, los diferentes tipos, sus causas, su incidencia y los posibles tratamientos disponibles.

    El Dr. Daniel Martín Fernández Mayoralas, neurólogo infantil de los hospitales universitarios Quirónsalud Madrid y Ruber Juan Bravo, indica los diferentes síntomas que afectan a los pacientes que padecen este trastorno. Además, detalla los diferentes procedimientos de diagnóstico y el seguimiento del TDAH en pacientes adultos.

    En el tratamiento psicológico, la Dra. Paloma Méndez de Miguel, psicóloga de la Unidad de Pediatría del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid y del Hospital Quirónsalud San José, nos explica cómo se evalúa a los pacientes con pruebas de función ejecutiva y de inteligencia para determinar el diagnóstico y el tratamiento psicológico correcto.

  • Problemas de desabastecimiento de los fármacos para el TDAH

    El Dr. Daniel Martín Fernández-Mayoralas, neuropediatra de los Hospitales Universitarios Quirónsalud Madrid y Ruber Juan Bravo analiza en la entrevista en el programa Más de Uno Sierra de Onda Cero los problemas de desabastecimiento en los fármacos utilizados para el tratamiento del Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y advierte de los riesgos de su consumo sin seguir las pautas recomendadas por un médico.

  • Apuntes sobre la historia del trastorno por déficit de atención/hiperactividad y la contribución a la misma de dos españoles. El TDAH no es un Trastorno Nuevo.

    Introducción

    Desde que era bien joven, ya ultimando el fin de mi residencia como Pediatra y mi formación y primeros pinitos en Neuropediatría, esto es, sobre el año 2000, el TDAH ya estaba de moda. Lo crean o no, se pintaba un panorama tan desolador como dañino para los pacientes afectos de este padecimiento que, como un Fray Luis de León menos versado y culto, podría comentar igualmente "decíamos ayer" refiriéndome a que sigue "estando de moda" y aunque "no hay mal que 100 años dure", el mal de la desinformación, la crítica hueca, la ignorancia y el prejuicio también siguen estando de moda, a pesar de ser un trastorno relativamente bien descrito hace más de 100 años.

    Como asevera el documento "The World Federation of ADHD International Consensus Statement: 208 Conclusiones Basadas en Evidencia sobre el Trastorno" los conceptos erróneos sobre el TDAH estigmatizan a las personas afectadas, reducen la credibilidad de los proveedores y previenen o retrasan el tratamiento. Para desafiar estas ideas equivocadas, debemos seleccionar grandes estudios con una sólida base de evidencia histórica y científica para emitir, hasta ahora, más de 200 declaraciones con respaldo empírico, sobre el TDAH que despierten un amplio consenso multinacional entre los especialistas, ya que muchos hallazgos en TDAH están respaldados por meta-análisis. Estos permiten hacer afirmaciones firmes sobre la naturaleza, curso, causas de los resultados y tratamientos de los trastornos que son útiles para reducir conceptos erróneos y estigma. Algunos de estos estudios corresponden a aspectos históricos, y de ello vamos a hablar hoy, nombrando a eminentes doctores españoles.

    Una Breve Historia: El TDAH no es un Trastorno Nuevo

    El concepto del TDAH tiene una larga historia, comenzando con informes clínicos de países europeos. La importancia clínica de los signos y síntomas del trastorno ha sido reconocida durante más de dos siglos. Aunque estos primeros informes no utilizaban el término "TDAH", describían a niños que mostraban los síntomas y deterioros que ahora reconocemos como TDAH. Aquí están algunos puntos destacados de la historia del TDAH, más tempranamente reconocible de lo que piensa la mayoría de la gente.

    1. 1775: Melchior Adam Weikard, un médico alemán, escribió la primera descripción en un libro de texto de un trastorno con las características del TDAH.

    2. 1798: Alexander Crichton del Real Colegio de Médicos (Reino Unido) describió un trastorno similar en un libro de texto médico.

    3. 1845: Heinrich Hoffmann, quien más tarde se convirtió en jefe del primer hospital psiquiátrico en Frankfurt, describió la hiperactividad y los déficits de atención en un libro infantil que documentaba comportamientos claramente del tipo TDAH y sus deterioros asociados.

    4. 1887–1901: Désiré-Magloire Bourneville, Charles Boulanger, Georges Paul-Boncour y Jean Philippe describieron un equivalente del TDAH en escritos médicos y educativos franceses.

    5. 1902: George Still, un médico en el Reino Unido, escribió la primera descripción del trastorno en una revista científica de alta calidad.

    Augusto Vidal PereraAugusto Vidal Perera

    6. 1907: Augusto Vidal Perera escribió el primer compendio español de psiquiatría infantil. Describió el impacto de la falta de atención y la hiperactividad entre los escolares. Augusto Vidal Perera fue un pionero en el campo de la psiquiatría infantil en España y realizó importantes contribuciones a la comprensión de lo que hoy conocemos como TDAH. Específicamente:

    6.1. En 1907, escribió el primer compendio español de psiquiatría infantil titulado "Compendio de psiquiatría infantil".

    6.2. En esta obra, Vidal Perera describió el impacto de la falta de atención y la hiperactividad entre los escolares.

    6.3. Utilizó una metáfora muy descriptiva para caracterizar a los niños con déficit de atención, comparándolos con una mariposa que va de flor en flor: "Todo es nuevo para él y todo quiere abarcarlo", pero tantas veces "ve reclamada su débil atención", que "no llega a formarse un claro concepto de las cosas".

    6.4. Vidal Perera también describió lo que llamó "el niño atolondrado", que "se muestra inquieto; tiene necesidad de hablar, gesticula, expone atropelladamente sus pensamientos; el más leve motivo interrumpe su ideación; se contradice a veces, y se deja arrastrar por la viveza de su imaginación; no aguarda para contestar". Estas descripciones, realizadas hace más de un siglo, son claros síntomas que hoy asociamos con el TDAH, lo que demuestra que, aunque el término no existía entonces "como tal", los comportamientos asociados con este trastorno ya habían sido observados y documentados por profesionales médicos como Vidal Perera.

    Gonzalo Rodríguea-LaforaGonzalo Rodríguea-Lafora

    7. 1917: el neurólogo y psiquiatra español Gonzalo Rodríguez-Lafora (que en 1911, mientras trabajaba en el Hospital mental de Washington en Estados Unidos, describió la grave epilepsia mioclónica progresiva que ahora lleva su nombre) describió síntomas de TDAH en niños y dijo que probablemente eran causados por un trastorno cerebral con orígenes genéticos. Gonzalo Rodriguez-Lafora, un neurólogo y psiquiatra español, realizó importantes observaciones sobre lo que hoy conocemos como TDAH a principios del siglo XX. Doy algunos apuntes sintéticos:

    7.1. En 1917, Rodríguez-Lafora describió síntomas de TDAH en niños.

    7.2. Propuso que estos síntomas probablemente eran causados por un trastorno cerebral con orígenes genéticos.

    7.3. Esta descripción y teoría sobre la causa del trastorno fue bastante avanzada para su época, ya que reconocía tanto la base neurológica como la posible influencia genética en el TDAH.

    7.4. Sus observaciones se consideran una contribución importante a la historia temprana del entendimiento del TDAH.

    7.5. Rodriguez-Lafora fue uno de los primeros en España en describir estos síntomas y proponer una posible explicación neurobiológica para ellos.

    Esta información demuestra que, aunque el término "TDAH" no existía en ese momento, los comportamientos asociados con este trastorno ya habían sido observados y se estaban formulando teorías sobre sus posibles causas biológicas hace más de un siglo. El trabajo de Rodriguez-Lafora representa un paso importante en la comprensión del TDAH como un trastorno con base neurológica y posibles orígenes genéticos.

    8. 1932: Franz Kramer y Hans Pollnow, de Alemania, describieron un síndrome similar al TDAH y acuñaron el término "trastorno hipercinético", que más tarde fue adoptado como término por la Organización Mundial de la Salud.

    9. 1937: Charles Bradley, de EE.UU., descubrió que los estimulantes reducían los síntomas similares al TDAH. En 1937, Charles Bradley, un psiquiatra del Emma Pendleton Bradley Home en Rhode Island, administró Benzedrina (una anfetamina) a niños con problemas de conducta. Bradley notó que la Benzedrina producía una mejora inesperada en el rendimiento escolar, las interacciones sociales y las respuestas emocionales de los niños. Este descubrimiento fue accidental, ya que Bradley originalmente estaba intentando aliviar dolores de cabeza en los niños. Los estudios de Bradley sobre la Benzedrina fueron en gran medida ignorados en el campo de la psiquiatría infantil durante casi 25 años. Sin embargo, estos estudios resultaron ser un importante precursor de las investigaciones posteriores sobre el uso de estimulantes como las anfetaminas o el metilfenidato para tratar trastornos como el TDAH. La aprobación del metilfenidato por la FDA para trastornos del comportamiento en niños ocurrió en la década de 1960

    10. 1940s: los síntomas similares al TDAH en niños se describieron como "disfunción cerebral mínima". El concepto de "disfunción cerebral mínima" surgió en la década de 1940 como una forma de describir síntomas similares al TDAH en niños. Esta idea evolucionó a lo largo del tiempo:

    1. Inicialmente, se asoció con secuelas de la epidemia de encefalitis letárgica.

    2. Se pasó de la idea de "daño cerebral" a "daño cerebral mínimo" al observarse síntomas en niños sin lesiones cerebrales evidentes.

    3. Finalmente, se adoptó el término "disfunción cerebral mínima" para reflejar la posibilidad de una disfunción sin daño estructural visible.

    11. Entre 1956–1958 se realizó la primera indicación en un estudio de seguimiento de la persistencia de comportamientos relacionados con la "disfunción cerebral mínima en la edad adulta" (por ejemplo, los autores Morris et al., 1956 y O'Neal and Robins, 1958). Se trata de un antecedente obvio del TDAH del adulto, del que ya hemos hablado y hablaremos más en el blog, por su actualidad. Este término se utilizó hasta la década de 1970, pero ha sido reemplazado por una comprensión más moderna del TDAH como un trastorno del neurodesarrollo con una base neurobiológica compleja, influenciada por factores genéticos y ambientales.

    12. 1960s: la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) aprobó el tratamiento con metilfenidato para trastornos del comportamiento en niños. Aunque la anfetamina se usaba desde antes, la aprobación específica para TDAH ocurrió en la década de 1990. La Atomoxetina fue aprobada por la FDA en 2002 para el tratamiento del TDAH y posterioemente en adultos. La lisdexanfetamina fue aprobada por la FDA en 2007 para el tratamiento del TDAH en niños de 6-18 años, y en 2008 para adultos. La Guanfacina de liberación retardada fue aprobada por la FDA en 2009 para el tratamiento del TDAH en niños y adolescentes de 6 a 17 años. Es importante notar que las fechas de aprobación pueden variar entre países. Por ejemplo, la lisdexanfetamina no fue aprobada en Europa hasta 2012, y en España hasta 2014.

    13. 1970s hasta hoy: los criterios diagnósticos para el TDAH han evolucionado basándose en investigaciones que mostraban que el diagnóstico y un tratamiento adecuado mejora a estos pacientes y su entorno.

    Citationes:

    [1]https://www.cerclesvilassar.es/es/blog/86-blog-de-psicologia-infantil-y-juvenil/219-hay-un-infradiagnostico-brutal-del-trastorno-por-deficit-de-atencion-e-hiperactividad-en-adultos.html

    [2]https://www.adhd-federation.org/_Resources/Persistent/adf9ed67a90645277b741d8aaca71c610e83cd80/Declaraci%C3%B3n%20de%20consenso%20internacional.pdf

    [3]https://elpais.com/salud-y-bienestar/2023-02-20/josep-antoni-ramos-quiroga-psiquiatra-hay-un-infradiagnostico-brutal-del-trastorno-por-deficit-de-atencion-e-hiperactividad-en-adultos.htmlEste enlace se abrirá en una ventana nueva

    [4] https://www.aepnya.eu/index.php/revistaaepnya/article/download/34/36/36

    [5] https://adahigi.org/es/que-es-el-tdah/

    [6] https://summa.upsa.es/high.raw?id=0000042677&name=00000001.original.pdf

    Para más información bibliográfica y sobre el tema ver: The World Federation of ADHD International Consensus Statement: 208 Evidence-based Conclusions about the Disorder. Neurosci Biobehav Rev. 2021 September ; 128: 789–818. Múltiples autores.

  • TDAH y COVID-19

    Los pacientes con TDAH son más vulnerables a la infección por COVID-19 y el tratamiento farmacológico disminuye la probabilidad de infección de pacientes con TDAH

    TDAH y COVID-19TDAH y COVID-19


    La enfermedad por coronavirus denominada COVID-19 es una pandemia que se ha expandido por todo el planeta y a todos los países procedentes de Wuham (China) desde finales del año 2019.

    Las medidas efectivas para impedir el contagio incluyen evitar el contacto próximo con otras personas, manteniendo al menos una distancia de 2 m. Portar una mascarilla en público y en lavado de manos frecuente son otras medidas importantes. La gente debe permanecer en casa y aislarse cuando se padecen síntomas leves tales como cefalea, fiebre o incluso una tos leve.

    Los criterios diagnósticos del trastorno por déficit de atención / hiperactividad (TDAH) incluyen síntomas que tienden a incrementar el riesgo de la transmisión del virus. Los criterios de la tensión incluyen problemas para prestar atención a los detalles o cometer errores por despiste, no estar atentos cuando otras personas les hablan directamente, y dificultades en la concentración y en apuntar en la agenda instrucciones vitales para el aprendizaje, o traer a casa los materiales necesarios para realizar adecuadamente las tareas.

    Los criterios de hiperactividad e impulsividad incluyen la inquietud, el movimiento de manos y pies frecuente, especialmente durante la sedestación, y de forma muy específica levantarse de la silla o el asiento en situaciones en las que deberían permanecer sentados, especialmente en clase.

    Eugene Merzon, Iris Manor y colaboradores han realizado un estudio que incluyó un análisis multivariante de las variables estudiadas, con más de 14.000 pacientes registrados en los servicios de salud denominados Leumit (Israel) entre febrero y abril de este año. Un total de 1.416 pacientes fueron COVID +. Estos pacientes fueron significativamente más jóvenes, con más frecuencia eran varones y tenían Ratios de TDAH más altos (16% versus 11%) que los pacientes que eran COVID negativo. Cuando no estaban siendo tratados farmacológicamente (93% mediante psicoestimulantes como el metifenidato o la lisdexanfetamina) de sus síntomas TDAH, el porcentaje de pacientes COVID positivo era de 75 % (13% del total de pacientes COVID +). Sin embargo, los pacientes que estaban siendo tratados adecuadamente para mitigar los síntomas del TDAH (al menos tres prescripciones consecutivas durante un año) no tenían mayor riesgo que los pacientes controles para padecer COVID-19 (por el contrario, tenían menos riesgo de padecer muchas otros trastornos, tales como depresión, ansiedad, demencia, hipertensión, entre otros, estos últimos, probablemente, porque al saberse más sensibles a la infección se quedaban más en casa), bajando el porcentaje a un 24% (3% del total de pacientes COVID+).

    Por lo tanto, el ratio de pacientes con TDAH COVID-19 positivos tratados versus no tratados era de uno a tres.

    El estudio, con un tamaño de la muestra importante y una metodología bien desarrollada, parece mostrar de una forma muy clara y convincente que los pacientes no tratados con TDAH tienen mayor riesgo de padecer la infección por COVID-19 y que los pacientes tratados adecuadamente con fármacos para el TDAH aminoran este riesgo.

    Es posible que esta asociación pueda deberse a los síntomas centrales del trastorno y secundariamente a riesgos relacionados con comportamientos tales como atender a fiestas masivas, reunirse en pandillas, o no cumplir con las distancias de seguridad recomendadas por el gobierno de Israel. De hecho, el TDAH (no tratado farmacológicamente) fue el único trastorno codificado en el manual DSM-5 que se identificó como un factor de riesgo significativo para aumentar la probabilidad de infección por COVID-19.

    Por lo tanto, los pacientes con TDAH son más vulnerables a la infección por COVID-19 y el tratamiento farmacológico disminuye la probabilidad de infección en los pacientes con TDAH.

    Bibliografía: https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/1087054720943271Este enlace se abrirá en una ventana nueva



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